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Turismo
La Malvarrosa: de barrio obrero a paraíso turístico
La Malvarrosa es uno de los barrios más populares de la ciudad de Valencia, no solo por su ubicación a los pies del mar, sino por la constante lucha vecinal por mejorar las condiciones del barrio, entre ellas, acabar con los problemas que genera el mercado de la droga situado en las ‘Casitas Rosas’.
Tras años de reivindicaciones, algunas de las peticiones de los vecinos han surtido efecto, como aumentar la vigilancia policial y eliminar algunos puntos de encuentro clave para el intercambio y consumo de droga, como la demolición de la plaza ‘7 de octubre’. Estos cambios han dado paso a un nuevo panorama, y es que, las grandes promotoras han visto una nueva oportunidad de negocio: convertir el barrio en un destino turístico.
El negocio tras el escaparate marítimo
Durante este último año, el barrio está presenciando el boom de diversos complejos turísticos, algunos de ellos aprobados por el anterior consistorio. En enero, se anunció la construcción del hotel de cuatro estrellas de la compañía promotora V5 Housing y la cadena hotelera de Grupo Gimeno, Intelier. Este proyecto hotelero, que ya ha comenzado a construirse, se situará entre la calle Padre Antón Martín y la avenida de la Malvarrosa, espacio que estaba destinado a la construcción de un centro sociocultural con biblioteca y que ahora solo contará con una cuarta parte del terreno.
València
Desigualdad La Malvarrosa, un barrio en (re)construcción
La oposición a este proyecto “se ha convertido en un clamor popular y es uno de los indicadores más elocuentes del olvido que sufre nuestro barrio”, explica la asociación ‘Amics de la Malva’. Según afirma esta entidad, en 2023 se reunieron con representantes municipales para diseñar este centro cívico de cinco plantas, que contaría con biblioteca, espacio infantil, ludoteca, ordenadores, salón de actos con auditorio polivalente y salas de exposiciones, ensayos y usos múltiples.
La única información que tienen a día de hoy es que una vez finalizadas las obras del hotel-residencia, se procederá a la cesión del suelo para el centro sociocultural, por ello temen “que el plazo se alargue todavía más”.
El modelo de desarrollo del barrio ha sido objeto de controversia recientemente. Y es que estos proyectos culturales no son del interés de los grandes capitales, que tienen otros planes para el barrio. Recientemente, Roberto Centeno, presidente del grupo empresarial Atitlan y yerno de Juan Roig, dejaba claro cuál es su proyecto de futuro para este barrio, cuando dijo que “es una barbaridad que una ciudad como València tenga en su primera línea de playa solo un hotel de lujo como es Las Arenas y haya un hospital, un instituto y vivienda de protección oficial”.
El nuevo hábitat de la Malvarrosa
La Malvarrosa está experimentando la proliferación de los pisos turísticos, este fenómeno, que ya ocurrió en barrios como El Cabanyal, tiene posiciones encontradas, mientras algunos vecinos creen que impulsará la economía del barrio otros piensan que destruirá el tejido vecinal.
Una de las noticias más polémicas para los residentes fue el futuro derribo de dos edificios de la avenida Malvarrosa con salida a Guillem Escrivá para construir 32 alojamientos, 6 de ellos viviendas turísticas, mientras que el resto formarán parte de un apartahotel. En el vecindario no tenían información sobre este proyecto, se enteraron de la noticia por un diario local.
Ximo Díaz: “Este asalto salvaje al barrio provocará que los comercios locales sean sustituidos por la aparición de servicios enfocados hacia una demanda puntual y deslocalizada, la que genera el turismo masivo”
Esta construcción de la firma Promociones Rosacoloma, tramitada por la concejalía de Urbanismo, todavía no está en marcha, y algunos residentes como Ximo Díaz han presentado un documento de alegaciones para tratar de impedirlo. Una de las reivindicaciones principales de este escrito es que la construcción de este proyecto aumentará el precio de los alquileres y dificultará el acceso a la vivienda a los vecinos más vulnerables. Actualmente según el portal Fotocasa, el precio medio del alquiler en la Malvarrosa es de 1.351€.
Además, según opina Ximo Díaz, “este asalto salvaje al barrio provocará que los comercios locales sean sustituidos por la aparición de servicios enfocados hacia una demanda puntual y deslocalizada, la que genera el turismo masivo”. No obstante, algunos vecinos como Pedro, afirman que estas construcciones pueden suponer una mejora para la Malvarrosa, siempre y cuando, “haya un control sobre el turismo para que no suban en exceso los precios ni se sature el transporte público, como pasa con la línea 32 de la EMT”.
¿Y qué pasa con los vecinos?
En este nuevo panorama también interviene un factor extra, y es que, muchos pisos turísticos se construyen en edificios donde viven otros ciudadanos del barrio. Es por ello, que plataformas como LaMataObras, recomiendan “cambiar los estatutos de la comunidad de vecinos para prohibir o limitar la construcción de pisos turísticos en el edificio”.
Asimismo, a este movimiento se han sumado algunas fuerzas políticas, como es el caso de Compromís, que ha creado la web ‘que no te tiren’. Esta iniciativa tiene “una función didáctica para enseñar a los vecinos a luchar por sus derechos y para denunciar los pisos ilegales”, cuenta Papi Robles, portavoz de Compromís.
“Nos jugamos un presente y un futuro en el que los vecinos seamos expulsados de la ciudad para cederla a la especulación y al sector servicios”, concluye Robles, portavoz de Compromís València
“Nos jugamos un presente y un futuro en el que los vecinos seamos expulsados de la ciudad para cederla a la especulación y al sector servicios. Tenemos que movilizarnos y dar la batalla por la ciudad. Por defender nuestro lugar en el mundo frente a quienes quieren convertirla en un parque temático”, concluye Robles.
Mientras que, otros vecinos de la Malvarrosa, como Lucía creen que “es necesario un cambio y que la llegada de turistas puede ser un impulso para la economía y mejora del barrio, siempre que haya un control policial y municipal”.
Por el momento, lo único que queda claro es que la Malvarrosa está experimentando un periodo de transición, acentuado por la reducción del mercado de la droga y el aumento de la seguridad en las calles, peticiones que reclamaban los vecinos desde hace años y que están convirtiendo al barrio en un atractivo para el turismo. ¿Podrán coexistir la economía turística y la preservación del barrio?