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València
El IES de Catarroja, único centro de secundaria que sigue sin alternativa a las clases presenciales
Tuvo que morir un trabajador de la empresa pública Tragsa en la limpieza de un colegio de Massanassa en riesgo de derrumbe para que el conseller de Educación valenciano, José Antonio Rovira, hiciera su primera comparecencia pública ante los medios. Habían pasado 26 días desde que una dana cambiara radicalmente la vida de 800.000 personas el 29 de octubre. Su ausencia ante los periodistas podría llegar a ser anecdótica si no fuera porque entre la comunidad educativa reina una sensación de incertidumbre y abandono total por parte de la Conselleria de Educación.
Un caso evidente es el del IES Berenguer Dalmau de Catarroja. Su interior tiene marcas que revelan que el agua llegó a superar los dos metros y se inauguró en 1969, una descripción que coincide bastante con la que hizo el conseller Rovira del accidentado colegio Lluís Vives de Massanassa: “Es un centro que ya tiene unos 50 años y todo apuntaba a que valía la pena más hacerlo nuevo que repararlo. Estaba todo arrasado, el agua alcanzó 2,10 metros”.
Rechazo a la reubicación de 1.100 alumnos a 10 kilómetros y por la tarde
La última circular firmada por el secretario autonómico de Educación, Daniel McEvoy Bravo, relativa a la situación educativa de los centros educativos de los municipios afectados por la dana marcaba que el IES Berenguer Dalmau era el único que debe desplazar al alumnado por su estado crítico y que todavía no tiene una solución. Es del 15 de noviembre; hoy, 12 días después, este alto cargo tiene una reunión a petición del AMPA del instituto para estudiar una alternativa.
Recapitulemos. La anterior mención a la reubicación del alumnado del IES de Catarroja, unas 1.500 personas, se plasmó en la tercera circular del 8 de noviembre. El documento marcaba que marcharían al IES L’OM de Picassent, a unos 10 kilómetros (15 minutos en vehículo, un tiempo ahora más extenso por la situación de las conexiones viarias). En todo caso, nadie se enteró de esas intenciones por la comunicación de Conselleria, ya que antes apareció publicado en prensa, como recuerda Agustín Andrés, profesor y tutor de 2º de ESO: “Me enteré por un grupo de WhatsApp con alumnos, al principio pensábamos que era una broma. Lo consulté en la web de la Generalitat y no aparecía, lo publicaron oficialmente más tarde”. Es más, asegura que no tenían conocimiento de ello ni en el instituto receptor de Picassent.
“No queremos que vayan por las tardes porque estamos en una situación de emergencia, volverían por la noche y ahora no es seguro caminar por las calles en la oscuridad. Algunas todavía no están transitables, no tienen luz y hay maquinaria pesada trabajando”
Entre el 8 y el 15 de noviembre, entre las circulares 3 y 5 de la Conselleria de Educación, se ha producido un rechazo consensuado entre las familias, dirección y profesorado del instituto de Catarroja al traslado a Picassent. La presidenta del AMPA, Yolanda Morales, observa que no es “la mejor opción”: “No queremos que vayan por las tardes porque estamos en una situación de emergencia, volverían por la noche y ahora no es seguro caminar por las calles en la oscuridad. Algunas todavía no están transitables, no tienen luz y hay maquinaria pesada trabajando. Se avanza, pero todo es muy lento”.
València
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Además, Morales señala que impediría la conciliación: “Sería nula. Los padres y madres se están incorporando al trabajo y los hijos se quedarían solos, comerían solos, cogerían el bus y llegarían por la noche”. A esto se le añade que los adolescentes no tendrían “ningún tiempo de ocio o desconexión”, ya que no existen actividades por la tarde, con el agravio de que quienes van al conservatorio no podrían seguir sus estudios musicales ni tampoco con sus entrenamientos los deportistas de elite del centro. En cuanto a la logística, no ve apropiado movilizar unas 1.100 personas para las que serían necesarios unos 15 autobuses en unas carreteras que todavía no fluyen adecuadamente.
A la espera de la reunión de hoy con el secretario autonómico en la Conselleria de Educación, la solución que proponen todas las partes es construir barracones en Catarroja con capacidad para todo el alumnado actual (y así no tener que separarlos) y en los que se mantengan los horarios actuales. Quienes sí se reubicarán y retomarán el próximo lunes ya las clases presenciales son los estudiantes de ciclos formativos, que acudirán a Massanassa. El Ayuntamiento de Catarroja ya ha trabajado en encontrar espacios con tomas de agua y luz para ubicarlos, como el parking del campo de fútbol en la avenida Rei Jaume I.
Clases online con una baja asistencia en la ESO
De momento, el alumnado volvió a las “aulas” en modalidad online el 18 de noviembre. En Bachillerato están dando las clases como toca –no olvidemos que a final de curso tendrán las pruebas de acceso a la universidad–, mientras que en Secundaria reciben una hora a la semana por asignatura que se complementa con trabajo individual en casa. El profesor Andrés explica que la asistencia de Bachillerato “es casi del 100%”, pero en Secundaria hay “dificultades” que hacen que baje a “alrededor de un 30%”.
“Hay familias que lo han perdido todo y tienen otras prioridades. Otras familias no tienen acceso a dispositivos tecnológicos o hay niños y niñas solos en casa porque sus padres están trabajando y nadie les puede ayudar a conectarse o tienen problemas con la conexión. El profesorado no hemos recibido ningún tipo de ayuda o instrucciones sobre qué hacer con este alumnado”, lamenta el docente. Además, señala que el alumnado “en todas las clases siempre preguntan”: “¿Vamos a volver al instituto? ¿Serán siempre online las clases? ¿Iremos a Picassent? Y nosotros no tenemos explicación ninguna”.
Sensación de abandono
Una de las percepciones comunes de las fuentes entrevistadas es la falta de comunicación e información y sensación de abandono por parte de la Conselleria de Educación. Desde el AMPA, Yolanda Morales recuerda que los primeros días solo apareció por el instituto “voluntariado y profesorado” para sacar agua y barro, pero en las pistas deportivas había “casi un metro de cañas y barro”.
El primer lunes tras la tragedia ya redactaron un escrito desde el AMPA que enviaron a varios departamentos de la Generalitat Valenciana. “No recibidos ninguna respuesta”, asegura. Les pasaron otro correo electrónico y se repitió la dejadez. El pasado viernes volvieron a contactar y, esta vez sí, les concertaron la entrevista de hoy con el secretario autonómico de Educación. Una sensación similar expresa el docente Andrés: “Nadie nos ha preguntado si estamos bien o qué necesitamos. No tenemos ninguna instrucción, solo las generales de las circulares, que son como decir nada porque nuestro caso es específico”.
El director del IES Berenguer Dalmau de Catarroja: “Desde que se conoce la situación hasta que viene Tragsa a hacer una evaluación definitiva, han pasado 28 días”
El director del IES Berenguer Dalmau de Catarroja, Ricard Benlloch, matiza que han estado en contacto “desde el principio” con “el enlace”, que es inspección educativa. Sí se muestra crítico con los plazos, ya que valora que “ha ido pasando el tiempo, quizás demasiado, desde que se conoce la situación” del instituto “hasta que viene Tragsa a hacer una evaluación definitiva”. “Han pasado 28 días”, suspira, lo que “se traduce en 28 días en los que el alumnado no ha estado en clase”.
Belloch opina que si a los 15 días se hubiera tomado una decisión, ya llevarían ese tiempo “adelantado” en la planificación y construcción de los barracones que solicitan. “El principal escollo que aparece es que el centro está muy dañado, algo que se etiqueta desde el principio, y creo que siempre han pensado que se podía recuperar. Hay un retraso por no tomar una decisión temprana, ya que la intervención no será rápida aunque fuera salvable, algo que tampoco está claro”, valora.
Un instituto “muy dañado” al que se puede acceder libremente
Después del trágico derrumbe en el colegio Lluís Vives de Massanassa en el que murió un operario, saltan las alarmas ante centros que están en una situación similar, como el IES Berenguer Dalmau de Catarroja. “Vinieron los técnicos a verlo y ahora estamos pendiente del informe”, dice Morales y, pese a que desde el principio se valoró que estaba “muy dañado”, en palabras del director, la realidad es que no ha parado de recibir personas, como se aprecia en las pintadas y actos de vandalismo en sus pasillos y aulas. “Puede haber una desgracia, habría que evitar su entrada”, pide la presidenta del AMPA.
El director Ricard Benlloch transmite la información que le dio el técnico de infraestructuras que visitó el instituto: “Dijo que no debería ser accesible. Pero no se ha precintado aún y las vallas y puertas cayeron, de forma que actualmente el acceso al centro es posible. Quien quiera acceder, puede hacerlo libremente porque no hay ningún cerrado que lo impida”. Le consta que los técnicos de Tragsa han pedido su cercado, algo que todavía no se ha producido a casi un mes de la catástrofe. Molesto, el profesor Andrés critica que la Conselleria de Educación no se haya “preocupado por proteger” a las personas y equipamientos públicos de centros como el de Catarroja y sí hayan mantenido en una situación de emergencia la consulta para elegir la lengua base del próximo curso académico que justifican “por razones de urgencia”.