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Venezuela
Maduro asume su tercer mandato entre protestas y acusaciones cruzadas
La toma de posesión de Nicolás Maduro, prevista para el mediodía (hora venezolana) de este 10 de enero se ha visto envuelta en tanta polémica como las últimas elecciones del 28 de julio. Aquel día los dos principales partidos se declararon vencedores: el oficialista PSUV con el 51% de los votos, según el poder electoral del país y unas actas que nunca fueron presentadas; y el candidato opositor de derechas, Edmundo González Urrutia, con el 70% de los votos, según unas actas que el propio partido publicó en una página web y que el Gobierno de Maduro califica de falsas. Ni Estados Unidos ni los países de la Unión Europea ni potenciales aliados clave de la región —México, Brasil, Colombia o Chile— han reconocido la victoria de Maduro y se han abstenido de asistir al acto.
Sin embargo, a diferencia de la fallida experiencia de Juan Guaidó, que se autonombró presidente de Venezuela en 2019, por ahora solo Estados Unidos, Italia, Argentina, Paraguay y unos pocos países más han optado por la vía de reconocer a González Urrutia como nuevo presidente de Venezuela. Pese a la proposición no de ley aprobada por el Congreso español el pasado 11 de septiembre que instaba al Gobierno a reconocer al líder derechista como nuevo mandatario del país, la postura del Ejecutivo de Sánchez es la misma que la de la Unión Europea: no reconoce a Maduro como nuevo presidente, pero no ha tomado medidas, por ahora, para reconocer a González Urrutia ni para romper los lazos comerciales y diplomáticos que aún mantiene con el país latinoamericano.
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La experiencia Guaidó es demasiado reciente y no salió especialmente bien. Sin llegar a admitir el error de ser el primer país en reconocerlo como presidente interino, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, declaraba este 10 de enero que la postura española tendrá “muy presente a los 350.000 españoles en Venezuela y a los casi 200.000 venezolanos que viven en España”. Según declaró el ministro, la Unión Europea está trabajando en una nueva posición común para presionar al Gobierno de Maduro.
A diferencia de la fallida experiencia Guaidó, por ahora solo Estados Unidos, Italia, Argentina, Paraguay y unos pocos países más han optado por la vía de reconocer a González Urrutia
En los días previos a la ceremonia, el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática inició una gira por países americanos, que incluyó una recepción con el título de “presidente electo” en la Casa Blanca junto con el saliente Joe Biden. Y este 9 de enero, Donald Trump confirmaba que reconocería a González Urrutia como presidente de Venezuela. Sin embargo, la posición de Washington está lejos de estar clara: desde 2022, en plena crisis energética por la guerra de Ucrania, el gigante petrolero estadounidense Chevron volvió a operar en Venezuela —país que tiene las primeras reservas probadas de crudo del mundo— y tiene negocio asegurado al menos hasta 2050 gracias a un cambio realizado por el Parlamento venezolano en la empresa mixta Petroindependencia para permitirlo.
Las movilizaciones de los defensores del Gobierno de Maduro y de la oposición tomaron Caracas el día previo a la toma de posesión. La noticia del “secuestro” de la líder de la oposición Marina Corina Machado, convertida en poco tiempo en viral, fue desmentida rápidamente y calificada por el ministro de Comunicación de Venezuela, Freddy Ñáñez, como una “maniobra de distracción mediática”. El canciller Yván Gil calificó el bulo como “otro fiasco más de la ultraderecha venezolana, otra bufonada y ridículo mundial del fascismo internacional”.
La posición de Washington está lejos de estar clara: desde 2022, en plena crisis energética por la guerra de Ucrania, el gigante petrolero estadounidense Chevron volvió a operar en Venezuela
Los actos del 10 de enero también han estado rodeados de críticas internas y externas por la detención del excandidato presidencial Enrique Márquez, líder del Frente Democrático Popular, una alianza de partidos de izquierda y populares, entre ellos el Partido Comunista de Venezuela (PCV). En un comunicado lanzado el este 9 de enero, el Comité Central del PCV denunciaba la “detención arbitraria” de Márquez dos días antes. Ese mismo día, continúan, otros dos dirigentes del FDP —el periodista Juan Barreto y la abogada constitucionalista María Alejandra Díaz—, “denunciaron acoso policial en sus viviendas” por parte de encapuchados con armas largas.
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Según el comunicado, la arremetida contra el FDP se motiva por la campaña institucional que ha impulsado esta plataforma para exigir la publicación de las actas electorales del pasado 28 de julio. “La respuesta gubernamental ha sido una guerra sucia promovida por la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para tratar inútilmente de vincular al FDP con sectores reaccionarios de la oposición”, dice el comunicado del Partido Comunista. Desde la Liga de Trabajadores Socialistas (LTS), de orientación trotskista, también denuncian la detención del representante del organismo de derechos humanos Espacio Público, el periodista Carlos Correa, y del profesor Jesús Sira en el estado de Lara, en el noroeste del país.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha salido a defender en las redes sociales al FDP venezolano frente a las acusaciones del Gobierno de Maduro. “El Frente Democrático Popular de Venezuela no es una organización delincuencial y es un movimiento fraterno del progresismo colombiano. Sus miembros están siendo detenidos”, declaró en Twitter/X.
La mano derecha de Maduro, Diosdado Cabello, acusa a Márquez de “ser parte del golpe de Estado que quieren dar en Venezuela”. Según Cabello, Márquez estaba organizando junto a Rafael Tudares, yerno del opositor Edmundo González, una ceremonia paralela para investir como presidente al líder de la Plataforma Unitaria Democrática.