Venga, circula
Por dinero

Mientras crecemos aprendemos que siempre y cuando no se nos insulte abiertamente y no se nos azote con un látigo hemos de aguantar, tragar, resistir, porque cada día trabajado se suma a una antigüedad que se traduce en más dinero ese 25 de cada mes.
Meryem El Mehdati
30 mar 2023 06:00

De un tiempo para acá he llegado a la conclusión de que las cosas más ridículas y humillantes que he hecho en mi vida están relacionadas con el dinero. Pensando en dinero estudié una carrera que me resultaba indiferente y por dinero me fui un año de au pair al Reino Unido. Durante ese año me dediqué a hacerle el desayuno, la merienda y la cena a tres niñas que en unos años heredarán más de cinco, seis, siete millones de libras esterlinas. Las llevé y las recogí del colegio y de sus actividades extraescolares, las ayudé con sus deberes, las entretuve, cuidé, bañé y acosté cuando sus padres no podían hacerlo y las consolé cuando lloraron hasta la extenuación por esto mismo. Fui la trabajadora perfecta. Todo iba bien porque nunca tuvieron que tratar conmigo.

Luego, por dinero aguanté seis años en una oficina en la que cada mañana cuadré los hombros y puse buena cara a pesar de faltas de respeto y humillaciones que solo se veían por el rabillo del ojo. Un comentario aquí. Una esquina de una boca alzada allá. Los introvertidos preferimos la compañía de una pared a la de la mayoría del resto de seres humanos porque entendemos perfectamente cómo operan las personas que nos rodean. En esa oficina me dediqué a ver la vida pasar en pasillos iluminados por luces fluorescentes cuyo sonido me perseguía todos los domingos a partir de las cinco de la tarde, clinc, clinc, clinc. Qué pesadumbre y desazón. Jamás dije una mala palabra, por dinero, ni me quejé de que una persona que me sacaba más de quince años dedicase la mitad de su jornada laboral a martirizarme bien haciéndome el vacío, bien entorpeciendo mi trabajo. Me desconfiguró tanto el alma que dejé de dormir, pero cada día 25 del mes recibía un ingreso que me permitía hacer cosas que sí disfrutaba y me llenaban. Aguanté.

En ninguna parte nos pagan para ser nosotros mismos sino para encarnar distintos papeles ante las personas con las que nos relacionamos laboralmente

Si somos lo que hacemos, durante esos seis años fui libros de Excel con cientos de hojas dedicadas a registrar gastos e ingresos; sería reuniones inútiles para discutir conceptos el doble de inútiles como “sinergia” o “KPI” sin cerrar nada nunca; sería música de espera en llamadas para solicitar facturas que no había perdido yo; sería un ceño fruncido constante mientras revisaba informes en busca de erratas en dos lenguas que no eran la mía. Vi cómo se humillaba a otras personas y nunca dije nada, por dinero. Al menos tenía trabajo. Mientras crecemos aprendemos que siempre y cuando no se nos insulte abiertamente y no se nos azote con un látigo hemos de aguantar, tragar, resistir, porque cada día trabajado se suma a una antigüedad que se traduce en más dinero ese 25 de cada mes. En ninguna parte nos pagan para ser nosotros mismos sino para encarnar distintos papeles ante las personas con las que nos relacionamos laboralmente. Me hubiese gustado que alguien me explicase cuando era niña que crecer también era esto. Habría tomado las mismas decisiones que tomé durante estos años, pero no tendría este regusto tan desagradable en la boca.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Venga, circula
Venga, circula Un paso, luego otro
Llega un día en el que vemos con claridad algo que solíamos observar en los demás pero que nunca —prometíamos— nos sucedería a nosotros.
Venga, circula
Venga, circula Modo goblin
En unas semanas millones de personas van a proponerse hacer cosas que nunca han hecho, adquirir hábitos que llevan años resistiéndoseles, cambiar de chip, de ritmo.
Venga, circula
Venga, circula Un murito
Intento saber menos de las cosas y construyo desde allí. Sospecho que el alimento de los reaccionarios es precisamente esa desazón y esas ganas de decir “me bajo del carro”, así que sigo subida por pura cabezonería.
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.