Feminismos
Del nosotras: Algunas reflexiones en torno al “Nosotras y ellos. Nosotras y vosotros”

Partimos de la diferencia de mirada y de poder que nos coloca ante el mundo compartido. Nos preguntamos cómo producir, trasmitir o compartir afectación sobre una situación que a nosotras nos está atravesando el cuerpo (¿qué hacemos con ellos?), pero nos preguntamos también cómo nos desplazamos, nos apoyamos, nos cuidamos ¿qué hacemos -entre- nosotras?

Mujeres Finlandia Hugo Simberg
Photograph taken by the Finnish painter Hugo Simberg (1873-1917) Recuperada de https://publicdomainreview.org
10 jun 2018 21:00

Hace poco más de un mes salía por acá un artículo* que, valiéndose de un par de situaciones digamos cotidianas, abordaba la compleja cuestión de la afectación, el diálogo y la constitutiva violencia en las relaciones humanas en general, y entre hombres y mujeres en particular.

Ese texto no salía de la nada, sale de un clima en que muchas cosas se han puesto patas arriba y nos impele a hacer preguntas en voz alta, esta aportación pretende mantener ese hilo abierto, sin vuelta atrás.

Se podría -se puede- hablar mucho de ese clima, de lo que impregna las redes, las conversaciones, de la mirada que se nos instala y hace que ya no podamos dejar de ver, a cada momento, todos los pequeños engranajes de relación, de toma de la palabra y del espacio, de silenciamiento y banalización que se producen constantemente en los mundos compartidos por cuerpos diferencialmente posicionados, o sea, los espacios mixtos (sean de militancia, de trabajo o de amistad), se podría hablar también de como ese clima está “afectando” o no, a unas y otros. De lo que abre -o puede abrir- y de lo que desgarra.

Hay una evidencia: nos decimos nosotras y nos reconocemos, en esa mezcla de asunción de subalternidad y radical afirmación de la misma como lugar de enunciación y alianza (no sin fisuras, asimetrías y complejidad), pero cuando decimos un ellos (vosotros) no hay ningún cuerpo colectivo que lo recoja ¿quién se hace cargo?, ¿quién se dice nosotros?

Volvemos al momento actual: detectamos una potencia, una alegría: algo se mueve, es grande, incontrolable, emociona. Una compañera dice “no he llorado tanto en mi vida como desde el pasado 8 de marzo a esta parte, llorar de alegría”, al rato, en la misma conversación (una conversación convocada, una cita entre nosotras, así para compartir no más y de la que emergen estas notas) la misma amiga dice “yo hay días que vuelvo a casa y solo quiero matarlos, y me está afectando en los espacios políticos, con los amigos y en mi pareja”. Nada de lo que nos decimos, aunque no estemos de acuerdo en todo, nos suena ajeno: hay un problema y una percepción común, construidos en una vivencia, encarnados.

Nos juntamos, en los bares, en las casas, en las redes, hablamos -a veces nos vomitamos- todo lo que está pasando, todo lo que nos está pasando. No es algo nuevo lo que nos pasa, pero sí el clima que hace aflorar todo lo acumulado a lo largo de nuestras vidas, que está ahora a flor de piel: estamos sensibles.

De entre lo que nos contamos, destaca la perplejidad ante la impermeabilidad masculina a esa sensibilidad (a esa facultad de afectación o capacidad para percibir, conocer a y con el otro, detectar sus señales, eso que también se llama empatía). Que digamos “esto me atraviesa” no significa que haya de atravesar a todos por igual, pero sí lleva a preguntarse por qué tenemos personas al lado con una carga fuerte de malestar y no nos preguntamos por ello. Y preguntarse no es responder(se) discursivamente, preguntarse es interrogarse el propio lugar de enunciación: qué veo, qué nombro, qué escucho y qué no, cuál es mi escala de lo importante y dónde coloco lo subalterno. Y también: qué daño ejerzo.

De entre lo que nos contamos, está también la preocupación por sostener a quienes se están exponiendo. El famoso #cuéntalo, que nos tiene el cuerpo removido. ¿Qué hacemos con todo esto?, ¿qué hacemos nosotras? De nuevo, vemos la potencia y vemos el riesgo. La potencia de removerlo todo, de sacudir, de despojarse de una carga atascada en la garganta, de que otras -quizá más jóvenes- puedan llegar más lejos que nosotras...y vemos el riesgo de la reacción que despierte del otro lado, de la violencia, de la incomprensión, de la imposición del poder.

No hay una línea de separación entre un nosotras y un ellos, hay comunes y reconocimientos entre nosotras, pero también hay comunes mixtos, hay espacios complejos. Hay formas de expresión en las que algunas no nos reconocemos, también las hay de ese “nosotras” que nos conflictúan ...y aun así, seguimos viendo que hay que sostener la brecha abierta, por eso, tratamos de pensar lo que ocurre desde ahí, desde la potencia de apertura y no desde posiciones previas, fijadas o discursos hechos. Quizá lo que nos respondía algunas preguntas hace tiempo, ya no lo hace. Otra compañera, también amiga, dice que ahora siente la necesidad de interpelarlos a ellos, de preguntarles, quiere saber cómo viven todo esto, qué piensan. Ya no le sirve con juntarse aparte y resolverlo entre mujeres (aunque sigamos necesitando ese espacio). Para seguir conviviendo hay que saber, hay que reconocerse.

Pero sabemos que la clave no es solo hablar con ellos, la clave es que hablen ellos, y no necesariamente con nosotras… de hecho, no con nosotras, sino entre ellos. Y también que hablemos nosotras, que arrebatemos el monopolio de la palabra, que nos expongamos, nos arriesguemos al juicio, y que nos autoricemos, que nos sostengamos mutuamente -entre nosotras- en esa tarea. Una especie de co-responsabilidad desde la diferencia -y también desde la desigualdad-, un hacernos cargo como forma de empoderamiento. Atrevernos juntas donde solas nos quedamos mudas. 

Ah, y ponerle humor. #callatepavo 


*https://www.elsaltodiario.com/vidas-precarias/nosotras-y-ellos-nosotras-y-vosotros-reflexiones-al-hilo-del-cuentalo


Anexo: el entre ellos
Estas notas breves son fruto de un encuentro íntimo entre amigas y compañeras de hace algunas semanas, que removidas por la situación decidimos juntarnos a hablar, compartir y pensar. Ese “nosotras” difuso que nos permite mirar el mundo y afrontar nuestro malestar y también nuestra alegría. Pero las sacamos ahora también porque nos parece que abre -o puede abrir- un espacio de interpelación y diálogo. Algunos hombres -lo sabemos reconocer- andan también perplejos, descolocados, removidos, impotentes ¿qué hago yo ahora con esto? Otros, siguen esperando que les digamos una buena razón para desplazar sus asentados valores políticos. Si estas notas salen ahora, es para alentar también esa interpelación, ese intento de diálogo -entre ellos- y quizá en algún momento con nosotras. Lo decíamos más arriba, estamos sensibles o sea, abiertas a la escucha.

Sobre o blog
Hoy, en medio de una de las tantas tormentas de la lluvia ácida del capital, mezclamos voces, deseos y miradas feministas para interrogar la realidad desde otros lugares que no sean el sujeto obrero-blanco-heterosexual-urbano que hace tiempo dejó de representarnos. Aquí nos encontramos amaia orozco, Haizea M. Alvarez, Martu, Sara LF y Silvia L. Gil, partiendo de nuestros cotidianos para conversar entre nosotras y con otras en las fugas y resistencias que visibilizan conflictos y generan otras formas de vida.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Violencia machista
Machismo Ver para creer: ha llegado la hora de acabar la misoginia visual en las redes sociales
VV.AA.
Todas estas formas de misoginia contemporánea están aumentando a medida que se generaliza el uso de la inteligencia artificial generativa para fabricar imágenes falsas.
Justicia
Sentencia Condenado un trabajador de Vox por arrastrar a una activista de Femen
Un trabajador de Vox ha sido condenado como autor de un delito leve de lesiones a la pena de 180 euros y a indemnizar con 250 a la activista de Femen Lara Alcázar.
Opinión
Opinión Prohibir no es liberar: una reflexión feminista sobre el uso del hiyab
La idea de que prohibir el hiyab nos abrirá la puerta a una vida más libre no solo parte de un prejuicio, sino que se convierte en otra forma de imposición. Y ninguna liberación real puede construirse desde la fuerza o la exclusión.
Sobre o blog
Hoy, en medio de una de las tantas tormentas de la lluvia ácida del capital, mezclamos voces, deseos y miradas feministas para interrogar la realidad desde otros lugares que no sean el sujeto obrero-blanco-heterosexual-urbano que hace tiempo dejó de representarnos. Aquí nos encontramos amaia orozco, Haizea M. Alvarez, Martu, Sara LF y Silvia L. Gil, partiendo de nuestros cotidianos para conversar entre nosotras y con otras en las fugas y resistencias que visibilizan conflictos y generan otras formas de vida.
Ver todas as entradas
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.