Opinión
Charlon, Lavapiés y la enfermedad de todos

Cuántos monstruos necesitamos para darnos cuenta de que no son casos aislados ni son siempre “otros hombres” los que cruzan la línea visible entre el machismo socialmente aceptado y la tragedia inconcebible.
Nos putoqueremos vivas lavapies violencia machista
Álvaro Minguito "Nos putoqueremos vivas", carteles en el barrio de Lavapiés en Madrid.
13 ene 2022 10:40

Trabajo en El Salto pero no soy redactor. Curro, y mucho, en diseño y comunicación. Además tengo dos hijos como dos soles que demandan todo el tiempo que tengo y el que no tengo. Así que si escribo estas líneas quede claro que no es por gusto ni por oficio. Pura obligación moral autoimpuesta tras no conseguir digerir el último caso de violencia vicaria. El nombre que designa el más difícil todavía en el horror machista, el daño que infligimos los hombres a nuestras parejas o exparejas usando el arma más poderosa que alcanzamos a imaginar: los hijos e hijas en común.

Siempre son “otros hombres” quienes protagonizan estas tragedias. Nombres anónimos a los que reconforta pensar que, por supuesto, no nos une nada más allá del género. Pero deseo no implica realidad y la cercanía es, tristemente, mucho mayor de lo que nos gustaría.

El jueves 30 de diciembre, Julien Charlon, un chavalito de 47 años, al que conocía personalmente de aquellas maneras desde hace ni sé los años, de Lavapiés de toda la vida, desde los tiempos del Labo 3, el de la calle Amparo, un tío moreno, callado pero majo, bien, un poco raro o un mucho francés (nunca se sabe seguro) que curraba de profe en La Casa Encendida y al que, últimamente veía de vez en cuando en Esto Es Una Plaza porque tenía una niña más pequeña que los míos y la llevaba allí... bueno, en fin, un tío como yo más o menos... Pues como decía, Julien, el jueves 30 en vez de devolver la hija a su madre, la mujer de la que se estaba separando, la mató y luego se mató. ¿Cómo te quedas? Imagínate a la madre.

Julien, que era un tío como yo más o menos, el jueves 30 en vez de devolver la hija a su madre, la mujer de la que se estaba separando, la mató y luego se mató. ¿Cómo te quedas? Imagínate a la madre

Julien estaba enfermo, estamos de acuerdo. Pero Julien tenía la misma enfermedad que portamos el resto de hombres en esta sociedad. Solo que cada uno la sufrimos en un estadio. Los hay que ya la sufren en grado de gravedad desde muy jóvenes. Demasiado difícil salir de una crianza en la religión del machismo más integrista. Mucho camino para desandar en una sola vida. Esos, al menos, son —¿o somos?— más fácilmente identificables.

Los habemos a priori más leves (no me atrevo a decir “asintomáticos” para no revolver en exceso el estómago de nuestras novias o exnovias). Esos que hemos visto mundo y no solo hemos crecido en el machismo incuestionable. Los que no parecemos señoritos con gomina y rubia quince años más joven. Incluso estamos los que hemos tenido madres y novias feministas. No nos engañemos, también somos portadores. Como decía Borges en Deutsches Requiem: no hay cosa en el mundo que no sea germen de un infierno posible. Igual sucede si hablamos de un hombre ante su pareja.

Limpiar la casa, fregar, comprar, ordenar, dormir a los peques (qué gracioso Albert Rivera haciéndose el dormido para no cambiar los pañales de su hija), responder a los dolores de ella o su cansancio, su incomprensión para con nuestros problemas, su falta de atención, sus necesidades, sus necesidadeeeees tío qué me está contando... es decir, nos cuesta cualquier cosa que sea ponernos en un segundo plano y cuidar en lugar de ser cuidado. Pensar en los demás en lugar de en nosotros mismos.

Nos cuesta cualquier cosa que sea ponernos en un segundo plano y cuidar en lugar de ser cuidado. Pensar en los demás en lugar de en nosotros mismos

Hemos sido criados en pelear, correr, saltar, ganar como hombres, no como niñas. Eso es ser lo más de lo más, lo mejor de lo mejor, los gallitos, los number one, los líderes. Por supuesto, líderes en la política, la economía o el fútbol pero también líderes en ciencia, periodismo, teatro, diseño o fotografía. Como Julien Charlon. Y un líder no puede perder su valioso tiempo. No puede empatizar con todos aquellos a quienes debe pisar. Bastante tiene con preocuparse de sí mismo y caer de pie al enfrentarse al mundo. Son las mujeres, nuestras mujeres, a quienes reservamos esa esfera de cuidados y preocupaciones. Y esa especialización de los sentimientos produce monstruos. De esos polvos estos asesinatos.

Julien Charlon era otro sano hijo del patriarcado que hemos mamado y seguimos mamando en todas y cada una de las vivencias de nuestro día a día. Un sano hijo del patriarcado al que algo, no nos debe importar una mierda qué, le hizo cruzar líneas que el resto no hemos cruzado aún y convertirse en un monstruo. No hemos cruzado aún, no cantemos victoria. Cuántos monstruos necesitamos para darnos cuenta de que no son casos aislados ni son siempre “otros hombres” los que cruzan la línea visible entre el machismo socialmente aceptado y la tragedia inconcebible.

Necesitamos cambiar. Las mujeres vienen reivindicado modelos y roles de género diferentes. Caminos que estaban socialmente vedados y que era necesario conocer para poder transitar. Los hombres también necesitamos encontrar rutas alternativas para no seguir chocando una y otra contra los mismos errores. Tengo dos hijos. Una niña y un niño. Muchos cuentos y libros que hemos leído o películas que hemos visto tienen una mirada feminista para ellas. Las niñas son independientes, protagonistas de sus propias vidas, motores y sujetos. Se está trabajando y se están produciendo otros modelos. Pero, ¿dónde están los niños, los hombres que cuidan, los que escuchan, los que no ocupan todo, los que no opacan el resto de la escena?

Necesitamos modelos para una nueva masculinidad. Hombres amorosos que sientan a quienes les rodean para poder querer de verdad. Un amor que vaya más allá de la frase manida y pase a los hechos. Un amor que impida otros tú o yo. Otros Julien Charlon.

Cargando valoraciones...
Ver comentarios 1
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
AGANTRO
O desprazamento forzoso en Chiapas: metáfora da vida núa
Conversamos coa investigadora América Navarro sobre o desprazamento forzoso en Chiapas.
Altri
Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Salto medra contigo
O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Orgullo
O Orgullo Crítico enche de diversidade e de humanismo Galiza: “Transfeministas con Palestina”
Crónica visual de como unha enorme multitude encheu de diversidade o centro da cidade de Vigo.
O Teleclube
'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria
O Teleclube
'O Teleclube' pecha a temporada cos supervivintes de '28 anos despois'
Danny Boyle e Alex Garland volven ao mundo dos infectados que inspirou o renacemento dos 'zombis'.

Recomendadas

Medio rural
A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Migración
A veciñanza mobilízase para acoller migrantes tras o peche de centros de Rescate Internacional en Galiza
Tras o progresivo desmantelamento de varios dispositivos de acollida, moitos refuxiados foron trasladados a outros puntos do Estado sen aviso previo. Outros son simplemente desaloxados trala denegación da súa solicitude de asilo.
Ourense
Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
Comentarios 1

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...