Violencia machista
Herencia de la herida

Pensaba que la única forma de escapar de un hombre violento era ser protegida por otro más violento aún, uno que la quisiera a ella, y que fuera capaz de defenderla.
Pintada contra la violencia de género
Una pintada contra la violencia de género en una calle de Madrid Álvaro Minguito
Paula Llaves
28 mar 2021 06:00

Pocas cosas más crueles que cuando se cumple la amenaza del determinismo social. Tú estás ahí, en el centro para víctimas, como el oráculo de Delfos, diciendo cosas inconexas para no ofender, para no dañar, para cuidar un poco… Pasan mujeres, todas con una tragedia, muchas con varias, cuidadosamente seleccionadas solo por una de ellas, una que a veces es causa, pero en la mayoría de las veces, consecuencia. ¿Quién viene que tenga una buena familia, un trabajo estable, una casa propia? El amor querida, el piso a su nombre, el coche a su nombre, porque él lo usaba más, nos queríamos, dejé Galicia para estar con él, dejé el trabajo para cuidar al niño…

Hasta que ella aparece, cruza el umbral con su notita en la mano, ya no tan niña, ya no tan guapa, ya no tan divertida. Ya no viene como aquel complemento alucinado, que no entendía porqué ha cambiado de casa, que se reía por cualquier cosa y aún echaba de menos al monstruo al que llamaba papá, porque no sabía todo, porque solo conocía eso, y su madre que aseguraba que ella había puesto el cuerpo y estaba segura, (o no tan segura, pero se sentiría tan culpable de no estarlo) de que aquella violencia atroz la sobrevuela pero no la toca.

Ella aparece, cruza el umbral con su notita en la mano, ya no tan niña, ya no tan divertida. Ya no viene como aquel complemento alucinado que aún echaba de menos al monstruo al que llamaba papá, porque no sabía todo

Y tú que la tenías que decir: “Sí la toca, siempre la toca, hay que trabajarlo, nadie sale indemne de esta guerra. No es tu culpa, tú no podías evitarlo, pero siempre marca”. Y la madre, “que no, que yo lo he hecho todo, que no se ha enterado de nada, que la distraía cuando él se ponía… Ya sabes…” No verbaliza, porque si no lo nombras no existe, porque no se atreve a reconocer de dónde viene. Y tú: “Pero aunque sean casi bebés, lo sienten, sienten que su madre tiene miedo, notan que su padre da miedo…No eres tú, no es tu culpa, tu lo hiciste lo mejor que pudiste, pero nadie sale indemne de un infierno”.  Ella continúa: “Te aseguro que no, que es una niña alegre ¿no la ves? Ella está perfectamente”.

Y sin embargo, le había entrado dentro, hasta la boca del estómago, y ahora cruza la puerta, con sus ojos tristes, con su embarazo prematuro, y se sienta en la sillita a rellenar documentos, al principio bien, lo fácil, “nombre, apellidos, alergias, estado civil…” Y tú empiezas a contarle la dinámica del centro y entonces te interrumpe y te dice: “No, si ya la conozco” y traga saliva y se le cae una lágrima que dará paso a un torrente y te cuenta que estuvo aquí, aquí mismo, 8 años antes, que no la reconoceríais, claro porque la vida la ha cambiado mucho, y los pendientes, y un tatuaje de un infinito, y el pelo rubio sólido que no encaja con su carita morena...

Le había entrado dentro y pensaba que la única forma de escapar de un hombre violento era ser protegida por otro más violento aún, uno que la quisiera a ella, y que fuera capaz de defenderla, que empezase a demostrárselo, aunque fuera, en la puerta de los bares, porque si la quiere, claro, si la desea, si la cela, si la busca, si está obsesionado con ella y le escribe todo el rato y controla con quién va, donde está, es obviamente porque se preocupa, eso es que la quiere, le han dicho que eso es que la quiere y que los hombres de verdad son así, quieren así, como papá quería a mamá, como se ve en las películas, y que el amor es una debilidad para un hombre, y eso la hace responsable así que accede a decirle los cuándos, los cómos, los quiénes, los dóndes, los números, las claves… Porque tiene que cuidarlo, que protegerlo, para que él la proteja a ella Pero no funciona. No basta. Quiere más, quiere que se quede en casa, que se esté quieta, que no moleste, que no sonría, golfa, que no llore, que no esté loca, que se puto calle, que no la aguanta… Esto no te lo va a contar ahora, no así.

Te dice que no tiene ropa, que vino con lo puesto, que no sabía qué hacer, a quién buscar, que él la iba a matar, que no tiene a dónde volver.

Y te dice que no tiene ropa, que vino con lo puesto, que no sabía qué hacer, a quién buscar, que él la iba a matar, que no tiene a dónde volver. Que se escapó de casa de sus padres para vivir con él, que su madre volvió con su padre, que no están bien, que si regresa, su padre la mata. Que qué iba a hacer, que porqué no se sacaría el instituto, y te cuenta que no se droga, que solo alcohol, que solo hachís, le pregunto que cuánto y le tengo que decir, qué difícil, que eso no es consumo ocasional, que está todo el día intoxicada, que qué hacemos…

Y en esta circunstancia ridícula lo único que podemos hacer es coger la bata, la mascarilla, la pantalla, los guantes, para así, manteniendo todas las barreras físicas que la higiene obliga, poder abrazarla, dejándola llorar un rato eterno, a deshora, en una habitación que ya conoce. Y escuchar, con horror, fingiendo que no lo percibes, la afirmación aberrante de que alguien te diga que este agujero triste donde profesionales aleatorias tratan de paliar el desastre manteniendo una distancia prudencial, es lo único que ha sentido como su casa.

A veces es muy difícil no llorar en el trabajo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Música
Música Un decálogo para acabar con la discriminación de las mujeres en la industria musical
La asociación Mujeres de la Industria de la Música lanza un manifiesto con diez medidas para combatir la desigualdad que sufren las trabajadoras del sector, tanto artistas como el resto de profesionales.
Sevilla
Represión Un profesor de la UPO acusado de acoso machista denuncia a cuatro alumnos en Sevilla
El profesor ha denunciado a varios alumnos por un supuesto delito de coacciones al realizar actividades en 2024 denunciando las actitudes machistas y racistas del docente.
Feminismos
Feminismos As mulleres galegas ocupan o segundo posto de menor retribución por hora de todo o Estado español
A súa precariedade maniféstase na contratación temporal, oportunidades limitadas de promoción e acceso limitado a postos de dirección. A desigualdade estrutural afecta especialmente ás traballadoras do sector primario, onde permanecen invisibles.
Islamofobia
Religión El aumento de vetos al hiyab en escuelas reaviva el debate sobre la islamofobia en España
Cada vez son más los centros educativos que están vetando estas prendas propias de la cultura musulmana a través de disposiciones en sus protocolos internos.
Galicia
Galicia El Sergas entorpece el acceso a más de 8.500 contratos que suman 57 millones de gasto
La Axencia de Doazón de Órganos e Sangue indexa miles de pagos sin concepto e imposibilita su fiscalización. La Xunta de Alfonso Rueda aduce que la opacidad es causada por “un fallo de codificación”. Sin embargo, esa práctica se repite desde 2018.

Últimas

Grecia
Grecia La tragedia griega de Tempi: dos años de dolor y lucha por la rendición de cuentas
El 28 de febrero de 2023, un tren de pasajeros colisionó frontalmente con un convoy de mercancías cerca de Tempi. El impacto dejó 57 muertos, en su mayoría jóvenes estudiantes que regresaban del carnaval.
Opinión
Opinión Vox y la paradoja del soberanismo subordinado
Mientras denuncian el 'globalismo' abrazan sin fisuras el patrocinio del mayor supermillonario planetario, que no parece tener más patria que el aumento de los dividendos de sus empresas
Caribe
Opinión Granada: ecos de una revolución abortada
Granada fue durante algunos años símbolo de una América alternativa. Esta isla caribeña sirve de recuerdo fehaciente de las lecciones de Fanon, Malcom X y todos aquellos que se han atrevido y se atreven a cuestionar la estructura imperial
Análisis
Análisis ReArm Europe, el triunfo del capitalismo verde militar
El plan que acaba de presentar la presidenta de la Comisión Europea vuelve a utilizar la mágica cifra de los 800.000 millones, ahora con el objetivo declarado de transformar el modelo de defensa europeo.
Análisis
Análisis De geografías viables o de cómo habitar el territorio
La destrucción que trajo la barrancada es directamente proporcional a la ocupación del territorio y a los metros cuadrados de asfalto que nos dejaron los sucesivos booms inmobiliarios.
Más noticias
Feminismos
En directo Los feminismos salen a la calle por el 8M
Más de 1.200 convocatorias en todos los rincones del estado muestran la vitalidad de un movimiento que hoy tendrá el handicap de las fuertes lluvias en buena parte del territorio.
La vida y ya
La vida y ya Reparadoras de grietas
Piensa, sobre todo, en quién se fijará en los vínculos que rompieron las bombas. Quién se dará cuenta de todo lo que se quebró.
Argentina
La calle contra Milei Pensionistas argentinos salen a las calles para hacer frente al ajuste y la represión de Milei
Cada miércoles, jubilados y jubiladas se movilizan alrededor del Congreso en Buenos Aires exigiendo el aumento de sus haberes, la continuidad de la moratoria jubilatoria y el acceso a medicamentos esenciales.
Opinión
Opinión La pesadilla que no acaba
El funcionamiento de los servicios que deberían proteger a los menores de edad no alcanzan en forma y tiempo, y dejan familias rotas por el camino.

Recomendadas

Urbanismo
Urbanismo salvaxe Un pobo contra o asfalto: Bembrive e Mos rebélanse contra unha autovía que arrasará o seu pulmón verde
Veciñas e veciños conseguen presentar 25.000 alegacións contra unha estrutura de dez quilómetros, defendida xa só polo PSOE en Madrid e en Galiza, que partirá en dous unha poboación enteira e forzará a expropiación de decenas de vivendas.
Fronteras
Fronteras Sombras en el acuerdo de cesión de competencias pactado por el PSOE y Junts
El acuerdo sobre transferencia de las competencias en materia de migración entre PSOE y Junts encuentra el 'no' de Podemos y de organizaciones de migrantes y el 'sí' con matices de la izquierda independentista y de Sumar.
República del Sudán
Belkis Wille “En Sudán hay milicias practicando violaciones a gran escala contra mujeres y niñas”
Belkis Wille, investigadora de Human Rights Watch, denuncia los abusos de grupos armados como las Fuerzas de Apoyo Rápido en el conflicto sudanés, donde se registran crímenes tanto de esclavitud sexual como de sometimiento mediante violaciones.
Salud mental
Sesgos en medicina Mujeres y consumo de psicofármacos: la medicalización de sus vidas
Las mujeres consumen el doble de psicofármacos que los hombres. Además de una mayor prevalencia de depresión o ansiedad, las especialistas avisan de sesgos de género en los diagnósticos.