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Derecho a la vivienda
Desalojan la “Casa de Enric”, la okupa que un dibujante de tebeos abrió para los sin techo de Barcelona
Los Mossos d’Esquadra procedieron ayer al desalojo de un inmueble okupado por varias personas mayores sin hogar. El piso fue durante muchos años la vivienda del dibujante Enric Pons, que cedió a los sin techos las llaves de su hogar antes de morir.
El dibujante de la editorial Bruguera Enric Pons pasó sus últimos meses acompañado de los activistas que okupaban Casa Cádiz, un inmueble en la capital catalana del que el Ayuntamiento gaditano es copropietario. Allí, más de 20 personas sin hogar encuentran su refugio. La iniciativa, impulsada por el activista líder del proyecto Welcome Sense Sostre, Lagarder Danciu, echó a andar el 9 de noviembre de 2018. “Empiezo este proyecto después de muchos años de protesta en la calle. Quería demostrar que la autogestión es posible y poner en evidencia la privatización en los servicios sociales”, declara a El Salto.
Justo al lado vivía el dibujante, quien tejió un vínculo muy estrecho con los habitantes del lugar. De hecho, tal y como remarca la Voz de Cádiz, Pons se convirtió en los últimos meses en símbolo de la lucha contra la especulación inmobiliaria tras estar amenazado de desahucio. Cobraba una pensión de 600 euros y pagaba más de 500 de alquiler después de que una sociedad comprara el edificio donde vivía desde hacía 75 años, en la calle Sardenya, cerca de la Sagrada Familia. A partir de ahí recibió ayuda de los okupas de la Casa de Cádiz, situada en la misma calle donde residía el dibujante.
“Era un espacio para los pensionistas con pensiones miserables que no pueden encontrar alquiler en Barcelona”, defiende Lagarder Danciu
Antes de fallecer, Pons cedió la mitad de sus ahorros (5.000 euros de 10.000) a Casa Cádiz, e insistió a Danciu, según el propio activista, en que ocuparan su domicilio. “Él nos entregó la llave”, detalla. Enric falleció el 10 de febrero de del 2019, y desde entonces su domicilio fue nombrado como “Casa Enric”. “Era un espacio para los pensionistas con pensiones miserables que no pueden encontrar alquiler en Barcelona. Recuperamos el espacio para que personas como Enric, en vez de estar en la calle, puedan descansar”, defiende Danciu.
En este espacio vivían seis personas pensionistas que cobraban entre 300 y 400 de jubilación, entre ellos Eduardo, Chantal, Lázaro, Damián y Miquel. Allí se coordinaban con los habitantes de Casa Cádiz para hacer las tareas diarias. “Aquí no tenemos un personal de limpieza ni de cocina, ellos mismos se organizan para mantener en pie este proyecto esta casa. Lo que pasa es que cuesta trabajo porque son usuarios de cursos municipales donde se les trata como plantas, no hacen absolutamente nada”, explica Lagarder.
“Yo creo que casa Enric es una okupación simbólica contra la especulación y la gentrificación en el barrio. Además, Enric es muy importante para nosotros” reitera el activista, quien añade que en Casa Cádiz hay una biblioteca dedicada al dibujante. “Nos sentimos como sus hijos: nos encargó hacer esta justicia que él tanto buscaba”, dice emocionado.
Tensión entre propietario y activistas
Por otro lado, José María, el propietario del inmueble no lo ve de la misma forma. Mientras que Lagarder asegura que estaban en vías de negociación para lograr un alquiler social (cercano a los 600 euros, 100 euros por pensionista), el propietario pedía más de 1.000 euros, cifra que los inquilinos no podían asumir. “Con 600 euros yo no podía ni pagar la hipoteca”, protesta en una conversación telefónica con El Salto. Lagarder acusa al propietario, José María, de “especulador y gentrificador” y denuncia que le subiera el alquiler a 560 euros a Pons, quien vivía en ese local desde 1940 pagando una renta antigua, después de comprar el edificio hace cinco años, según Danciu. Por otro lado, el propietario insiste en que “no es rico” y que “lo que estaban haciendo (los activistas) es un delito y un abuso”.Ante esta situación, la tensión aumentó y el propietario advirtió que vendrían los Mossos d’Esquadra. Frente a esta afirmación, el abogado vinculado a Casa Cádiz, Bernat Barceló, investigó y averiguó que la propiedad había puesto una denuncia por la vía penal que recayó en el juzgado de instrucción 24. “Parece ser que, una vez recibida la denuncia, y si los ocupantes en 8 días no habían demostrado ningún tipo de titularidad ni derecho a estar ahí, los Mossos iniciarían el lanzamiento del piso”, detalló el abogado a El Salto. Cuando lo comprobó, el letrado intentó mediar con el secretario judicial quien, pese a tratarlo de forma “agresiva”, le aseguró que antes de la actuación de la policía catalana vendría una comitiva judicial, lo que daría más margen a los inquilinos.
Desalojo sin comitiva judicial
Pero en la mañana de ayer, 4 de julio, según ha detallado Tot Barcelona, cuatro agentes antidisturbios del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) de los Mossos d’Esquadra han cambiado la cerradura (puesto que no había nadie en Casa Enric, según asegura el propietario), supuestamente sin comitiva judicial. “Estamos hablando de un delito de vía penal”, defiende el propietario del inmueble. En cambio, Barceló denuncia las irregularidades que se han cometido en este proceso, entre ellas que se iniciara sin que los miembros de Casa Cádiz tuvieran abogado y procurador, figuras que el propietario sí tenía.“Después de la reforma de la ley 24/2015, hay delitos, entre ellos el de usurpación, que requieren la presencia de un abogado procurador. Si no tienes, el juzgado te debe designar uno, y en este caso no está designado. Han acordado una medida cautelar sin ninguna garantía procesal. Por eso pediremos la nulidad, aunque sea a nivel declarativo y para pedir una indemnización”, desarrolla Barceló. Pese a que esta ley, que impedía el desalojo sin requerimiento previo de los servicios sociales, está pensada para el procedimiento civil, el abogado alegará que “son circunstancias muy similares” y reclamará la aplicación de estos criterios.
De momento los activistas no se plantean volver a okupar “Casa Enric” de forma inmediata, así que han realojado a las personas que vivían actualmente en la casa donde viví el dibujante, entre ellos un menor de edad no acompañado, en Casa Cádiz. “Es una pena, porque era la última huella de la Barcelona real en nuestro barrio”, lamenta el activista. Casa Cádiz continúa acogiendo a personas sin hogar y rindiendo homenaje a Pons, a quien le han dedicado una biblioteca en el espacio.
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Pues a mí me gustaría vivir en una ciudad okupada sin ayuntamientos ni estados.
El okupa criminal, para quedar mejor deberías decir que te gustaría vivir en una ciudad donde nadie tendría que okupar, pero que se jodan los demás, solo son víctimas incapaces que con la caridad mísera y la humillación de los s.s. deberían conformarse. Gentuza esta
Pues a mí me gustaría vivir en una ciudad okupada sin ayuntamientos ni estados.
El okupa criminal, para quedar mejor deberías decir que te gustaría vivir en una ciudad donde nadie tendría que okupar, pero que se jodan los demás, solo son víctimas incapaces que con la caridad mísera y la humillación de los s.s. deberían conformarse. Gentuza esta
Me gustaría vivir en una ciudad donde no hubiese ningún okupa, y las entidades sociales, ayuntamientos, y diputaciones hiciesen viviendas sin ningún tipo de lujo, pero bien acondicionadas para que nadie tuviese que dormir en la calle.
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