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Activismo
Vanesa del Solar: “Me opongo a la imposición de la felicidad”
Ha vivido dos vidas en una. En 2011, Vanesa del Solar (Bilbao, 1982) abandona Bilbao y, tras recorrer Francia, la península, visitar Perú... decide ser madre y lo hace en La Palma, en las Islas Canarias. Allí vive la precariedad, entiende la importancia de crear una comunidad entre familias y, a la vez, pone en marcha El trueque, una iniciativa de intercambio de bienes de primera necesidad. Con los años se da cuenta de que La Palma no satisface sus inquietudes sociales y políticas, por lo que regresa a Bizkaia, donde comienza su andadura en el Colectivo Republicano de Euskal Herria (CREH) y la Confederación General del Trabajo (CGT).
¿De dónde nace tu inquietud por el republicanismo?
Bajo mi perspectiva, los valores republicanos son los correctos: libertad, fraternidad e igualdad. También creo que hemos de crear una forma de Estado popular. Desde que regresé a Bizkaia sentí mucha necesidad de luchar por alguna causa justa, y sabía que en este colectivo la iba a encontrar. Hago un llamamiento a la gente joven para que simpatice con la causa, se acerque y tome contacto. Realizamos diversas actividades: presentaciones de libros, charlas, itinerarios, caminando o en barco… Es increíble.
¿Y la lucha social en La Palma?
No hay nada. Ni en La Palma, ni en la Gomera. Y, si lo hay, es mínimo o poco visible. En estas islas, aunque odio decirlo, se va por detrás de la península en temas de lucha social.
Allí nació El trueque.
Los turistas que visitan la isla siempre dejan toneladas de enseres personales en las paradas de autobús. Se me presentó la oportunidad de llevar adelante este proyecto y, no te voy a mentir, también de cubrir una necesidad individual y colectiva. Proporcionábamos objetos de primera necesidad a cambio de otros que ya no se usaban. Y, a la vez, arreglábamos la problemática que el abandono de todo este material suponía de cara al medio ambiente. El trueque sigue en activo, aunque yo ya no esté allí, y solo puedo sentir orgullo.
¿Era muy distinta tu vida cuando estabas en La Palma?
Vivía de manera alternativa: viajando, de festivales, explorando y conociendo gente, culturas… Hacía malabares por las terrazas de los bares y vivía el día a día. Después, pasé de tener todo el tiempo del mundo a no tener nada. Una es madre todos los días, a todas horas, tienes que aprender a lidiar con la vida laboral, la personal y la doméstica; vives para cubrir las necesidades de tu hijo. Aquí es donde, bajo mi perspectiva, comienzan las enfermedades mentales para muchas madres en situación de familia monoparental.
Tú, por ideología, te consideras…
Soy políticamente socialista, comunista en lo económico y conservadora en el amor.
Soy comunista en lo económico y conservadora en el amor
¿Y qué pasa con el feminismo?
Soy muy feminista, pero no me identifico con muchos de los valores que propone hoy el feminismo. Para mí, ser socialista es ser feminista intrínsecamente. Buscas la igualdad entre las personas. Fin. Con esto no pretendo minimizar o desacreditar la lucha de las mujeres, que es muy necesaria y deseo que continúe. Pero si piensas en el socialismo te das cuenta de que estas necesidades ya están cubiertas.
Entonces tu filosofía de vida es…
Me opongo rotundamente a la “happycracia”, es decir, a la imposición de la felicidad. Hoy en día una buena persona es aquella que no exterioriza sus problemas, que no se queja, que no lucha, que nunca está triste o deprimida. Parece que siempre tienes que sacar lecciones positivas de las desgracias que te puedan ocurrir. Hay que permitirse estar mal, es lo natural. ¿Miro de frente a mis problemas o solo les doy la espalda? Creo, en ese caso, estar tan enferma como mi sociedad. Si te empeñas siempre en ver el lado positivo de tus vivencias, acabas adoptando una actitud conformista.