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Alimentación
Reino Unido quiere prohibir la venta de Red Bull a menores
Theresa May quiere prohibir las bebidas energéticas a menores por su estrecha relación con enfermedades como la obesidad y la hiperactividad.
La Primera Ministra de Reino Unido, Theresa May, ha anunciado su enorme preocupación por el impacto en la salud y la obesidad de las bebidas energéticas y arrancará un proceso de consultas a expertos con la intención de prohibir estas bebidas a menores de 16 o 18 años.
May ha explicado que durante las próximas 12 semanas se iniciará un periodo de consulta a expertos en el tema para determinar si es necesaria la prohibición de su venta a menores y sus posibles efectos sobre los menores. Según informan, la prohibición sería efectiva para las bebidas con al menos 150 miligramos de cafeína por litro. Un litro de la conocida marca Red Bull contiene 320 mg, el triple de cantidad que la Coca-Cola y más del doble de lo que podría llegar a prohibir Reino Unido.
Según las autoridades sanitarias británicas, estas bebidas energéticas están relacionadas con problemas de salud como hiperactividad, caries y obesidad. El problema de los altos índices de obesidad ya ha sido protagonista de algunas de las acciones por parte del Servicio Nacional de Salud (NHS) británico y el Gobierno. El pasado mes de abril, Reino Unido impuso un nuevo impuesto para las bebidas con alto contenido de azúcar con la intención de combatir el alto consumo y unos índices de obesidad infantil que, según ha declarado May, “es uno de los mayores desafíos de salud que enfrenta este país”.
“Nuestros niños ya consumen un 50% más de estas bebidas que nuestros homólogos europeos, y los profesores han establecido vínculos preocupantes entre las bebidas energéticas y el mal comportamiento en el aula”, ha afirmado Steve Brine, ministro de Sanidad británico, en unas declaraciones que recoge el Financial Times.
Actualmente ya son muchos los supermercados que, por iniciativa propia, han prohibido la venta de este tipo de bebidas a menores. También es obligado en el Reino Unido, mediante las leyes de etiquetados de alimentos, que los refrescos que tengan más de 150 mg de cafeína por litro lleven una advertencia en la que se indique que no se recomienda para niños o mujeres embarazadas.
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