We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Economía
La Europa del capital y sus políticas fiscales
Uno de los voceros más destacado, de las burguesías y capitalismo, más racionales (no por ello dejan de ser neoliberales en las políticas concretas), señalaba en una de sus “homilías” (editoriales) diarias lo siguiente: …la economía española crece más que la media europea. La inflación es inferior a la de la eurozona. El mercado de trabajo lleva tres trimestres con una considerable velocidad de crucero, y el desempleo está en torno al 12%, por debajo de la media histórica (aunque sigue siendo una anomalía en Occidente). La situación fiscal ha ido mejorando, el sistema financiero no ha dado sustos desde la Gran Recesión, el sector exterior sigue ofreciendo buenas noticias…
Parece a simple vista, una radiografía de la macroeconomía, donde todo va “de lujo” y en algunos casos a velocidad de crucero, y pareciera a la vez que los gobiernos venideros, no tendrían porque “modificar las grandes líneas políticas en cualesquiera de los mercados señalados (el monetario, el laboral, el fiscal, el social…).
Pues la U€, y el gobierno del Estado español (todos los estados de la UE 27, tienen consenso) consideran que para el 2024 hay que volver al Pacto de Estabilidad y con matices, vuelta a las reglas por las cuales los estados no pueden endeudarse más allá del 60% de su PIB y su déficit fiscal, no puede sobrepasar el 3% del PIB.
Los estados, al igual que el BCE, que inundaron la economía de cientos de miles de millones, ante la crisis energética y el crecimiento de la inflación con la guerra de Ucrania, ahora decretan RETIRADA.
Esa ideología ultraliberal aplicada con mano de hierro en la crisis-estafa del 2008, para los países del sur (Irlanda, Portugal, Grecia, Italia, España…) que se llevó por delante todo lo público (transportes, energía, sanidad, educación, vivienda, etc.) y millones y millones de personas fueron tiradas al cubo de la pobreza, la precariedad y la desesperación, según la Comisión Europea, tendrá que volverse a activar para el 2024, aunque se introduzcan matices a la regla del gasto[1].
Las reglas de “juego” (fiscales, medioambientales, económicas, etc.), fijadas por Bruselas y otros organismos internacionales (FMI, BM, OMC), son reglas para que los “mercados” financiero, industrial, rentista…), no sufran distorsiones y se cumpla la “ley de la oferta y la demanda”, impidiendo que se impongan límites a la libre competencia y la libre circulación de capitales.
Estas leyes o reglas no las decide el “espíritu santo” sino los Gobiernos, los presidentes y los representantes políticos de todos los países y los mercados, es decir, empresarios de todos los sectores (productivos, de servicios y financieros) y sus técnicos, actúan e interactúan, sobre un axioma simple en el cual se fundamenta el capitalismo: ganar lo más posible en cualquier circunstancia, situación o ciclo económico, con independencia de las consecuencias que este “ganar siempre” comporta.
Bruselas, es decir los lobbies de las empresas energéticas, cede una y otra vez ante las multinacionales de la energía fósil y eso de la descarbonización, la no utilización de los transportes que se mueven con energía fósil (mercancías, aviones, barcos, automóvil, etc.), se alarga al menos más de 2 años para el sector del automóvil[2], en su transición y, el carbón, el petróleo y el gas natural se siguen beneficiando de importantes ayudas públicas, al igual que las grandes petroleras encuentran financiación billonaria del sector financiero internacional[3], para continuar con la barbarie actual, es decir el “continuo crecimiento basado en el consumo de combustibles fósiles” calentando aún más el problema sistémico y entrando en el bucle de realimentación positiva (ya sin posibilidad de reversión) de la destrucción de la biodiversidad, el calentamiento global y cualquier transición justa.
Europa sangra por todos sus poros: las personas pierden sus empleos a miles en las grandes corporaciones tecnológicas (Google, Amazon, Facebook, Microsoft, etc.) y en las automovilísticas; la inflación reduce rentas salariales y en cascada reduce bienes básicos para la vida (energía, vivienda, alimentación…); las prestaciones sociales (pensiones, desempleo, dependencia) sufren recortes y los bienes básicos (transportes, vivienda, sanidad) sufren cada vez y en mayor medida una descapitalización pública, que deteriora gravemente la vida de las personas; las políticas migratorias traspasan cualquier frontera de los derechos humanos y se crean no solo muros o fortalezas, sino islas para una clase burguesa y poderosa, donde poder “blindarse” del ecocidio que están cometiendo.
Esta Europa, sus dirigentes, carece de cualquier afecto de sus pueblos[4], pues los costes de las crisis (sus crisis múltiples) siguen siendo solo y exclusivamente cargados por las personas trabajadoras, pensionistas, jóvenes, mujeres e inmigrantes, mientras que los causantes y responsables, hacen negocio con la muerte y el deterioro integral de la vida.
Es falsa esta democracia para la mayoría social. Es de “lujo” esta democracia para el mercado. Pero la democracia y los derechos humanos y de ciudadanía, los derechos sociales, son un peligro para los fundamentos económicos y de desarrollo de este modelo capitalista.
Que al menos esta “barbarie” in crescendo, no nos pille “confesados”, sino en la calle.
[1] Es decir, vuelven los “hombres de negro” que hicieron un traje a medida a cada país del Sur, porque “vivíamos por encima de nuestras posibilidades”.
Durante la pandemia y postpandemia con los fondos NextGeneratión, “los hombres de negro” siguen visitando y vigilando a cada uno de los estados, para ver si hacen los deberes en cuanto a las reformas y recortan gastos (Reforma Laboral y Reforma de Pensiones en el Estado español).
[4] Huelgas, boicot, manifestaciones, en Francia, Reino Unido, Alemania, Grecia,…