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América Latina
Lo que dejó el 2024 en América Latina: entre el fantasma neofascista y la esperanza latente
La convención del calendario gregoriano se presta siempre para parar la pelota y esbozar un balance anual que trascienda la vorágine informativa y los efímeros posteos. Una primera mirada del 2024 en América Latina muestra, a contramano de otras latitudes, un mapa con mayoría de gobiernos progresistas, aunque en general inestables y con poca articulación regional, y la emergencia del fenómeno Milei como principal novedad en el marco de un ciclo político caracterizado por la volatilidad, sin un claro bloque hegemónico.
Imaginando un sobrevuelo por el continente, va un repaso (arbitrario, acotado) sobre los hitos más destacados que deja el año latinoamericano y cómo se perfila el 2025.
1-La desilusión del año: la implosión del proceso de cambio en Bolivia.
En 2024 la interna del MAS boliviano se convirtió en fractura expuesta y llegó a un punto de no retorno. La confrontación entre el líder histórico Evo Morales y su sucesor Luis Arce (quien fuera su ministro de Economía durante 11 años) no paró de escalar y hoy ya quedaron conformados dos bloques que dividieron también a los movimientos sociales, grandes protagonistas del proceso.
Lo que comenzó en 2021 como una disputa de liderazgo y por la candidatura presidencial para 2025 (una discusión exageradamente adelantada), derivó en diferencias políticas-programáticas y este año las agresiones verbales pasaron a la acción. Evo encabezó una masiva marcha de siete días hacia La Paz y luego tres semanas de bloqueos de carreteras y el Gobierno respondió con la criminalización de dirigentes sociales y un aluvión de demandas judiciales contra Evo, quien además sufrió un atentado con 18 disparos a su automóvil.
En 2024 la interna del MAS boliviano se convirtió en fractura expuesta y llegó a un punto de no retorno
La ruptura se da en un contexto de gran crisis económica principalmente por la caída de la producción de gas, su principal exportación, que provoca desabastecimiento de gasolina y productos básicos, depreciación de la moneda y una creciente inflación.
La derecha se relame de cara a las presidenciales de agosto mientras el proyecto con mayor apoyo popular, estabilidad económica y solidez política del denominado “ciclo progresista” latinoamericano camina a su autodestrucción.
2-El personaje del año: Milei y su cruzada neofascista.
Por la excentricidad del personaje y su audacia para ir a fondo en su plan de shock neoliberal y su “batalla cultural”, Javier Milei acaparó la atención global y se erigió en un gran faro de la ultraderecha.
El Gobierno de Milei encabezó un ataque sistemático al desarrollo nacional, a la salud y la universidad pública, a la ciencia, a la cultura, y desmanteló con saña particular las políticas de género y derechos humanos, en las que Argentina era vanguardia.
Hacia lo interno aplicó —en sus palabras— “el mayor ajuste en la historia de la humanidad”, una feroz política de recorte del gasto público, con la motosierra como símbolo, que pulverizó los salarios, aumentó la pobreza y destruyó el consumo. Se eliminaron 13 ministerios, decenas de organismos y programas estatales, y se recortaron presupuestos en todas las áreas (salvo Seguridad y Defensa). El Gobierno encabezó un ataque sistemático al desarrollo nacional, a la salud y la universidad pública, a la ciencia, a la cultura, y desmanteló con saña particular las políticas de género y derechos humanos, en las que Argentina era vanguardia.
Pero a caballo de esa gran recesión y un costo social enorme, donde las y los jubilados fueron la principal variable del ajuste, Milei logró reducir la inflación que traumatizó a la sociedad argentina en los últimos años, lo que explica en gran medida la alta aprobación que mantiene pese al descomunal daño ocasionado en tan corto tiempo.
Argentina
Argentina La economía ultraliberal de Milei: ajuste, pobreza, estanflación
En el plano internacional, Milei hizo gala de su alineamiento irrestricto con Estados Unidos e Israel, y en sus 18 viajes al exterior no paró de despotricar contra la “agenda woke”, la ONU y todo lo que no entra en el campo de la ultraderecha. Insultó a buena parte de los presidentes latinoamericanos, se reunió seis veces con Giorgia Meloni y eligió a Pedro Sánchez como uno de sus principales enemigos. El regreso de su ídolo Donald Trump, junto a su otro ídolo Elon Musk, seguramente realce su vuelo internacional en el marco de una extrema derecha mundial envalentonada.
3-La batalla geopolítica del año: Venezuela, otra vez en el ojo del huracán.
El proceso electoral venezolano volvió a colocar al país en el centro del debate y la opinología mundial.
Unas elecciones que marcaron el regreso de la derecha más radical al terreno democrático después de varios años de diversas estrategias golpistas, como el fracasado “plan Guaidó”. Esta vez bajo el liderazgo de María Corina Machado, dirigenta subordinada a Washington y activa desde 2002 en todos los intentos desestabilizadores.
También se dieron en el marco de una cierta recuperación económica tras años de profunda crisis, provocada en buena medida por el bloqueo estadounidense, que empujó un exilio inédito de la población venezolana.
Desde la misma noche en que el Consejo Electoral anunció el triunfo de Nicolás Maduro, comenzó una disputa interminable de relatos antagónicos sobre la legitimidad de los comicios, que reinsertó al país en un complejo laberinto político.
La oposición repitió el libreto de siempre: denunciar fraude y apelar a la presión del andamiaje mediático y diplomático internacional. Pero el apoyo de sus principales aliados, EEUU y la Unión Europa, fue más bien tibio y simbólico, apenas declaraciones de ocasión y el asilo a su candidato Edmundo González en Madrid. También quedó al desnudo su debilidad para mantener la movilización callejera.
El chavismo se mantuvo unido y movilizado, y apostó a dejar pasar el tiempo para enfriar el conflicto. Pero esta vez hubo una novedad: a diferencia de todas las elecciones anteriores, el CNE nunca publicó los resultados desglosados, lo que alimentó las suspicacias y tensionó los vínculos con Gobiernos cercanos como los de Brasil, Colombia y México.
Al mismo tiempo, el Gobierno buscó mostrar un reimpulso del proceso comunal —el legado de Chávez de una democracia participativa y protagónica— mientras generaban diversas interpretaciones las palabras de Maduro de convocar a “una nueva revolución con otras características”.
4-El regreso del año: la victoria del progresismo uruguayo.
El año electoral latinoamericano cerró con el triunfo del Frente Amplio que había gobernado entre 2005 y 2020, esta vez de la mano de Yamandú Orsi que derrotó en el balotaje a Álvaro Delgado, el candidato de la coalición conservadora y del presidente Luis Lacalle Pou.
Orsi tiene 57 años y un perfil moderado. Fue profesor de historia, dos veces intendente de Canelones (el segundo mayor departamento del país) y porta como principal sello ser el heredero político de José “Pepe” Mujica, quien aportó la cuota de emotividad sumándose a la campaña enfermo y a los 89 años. Asumirá el 1° de marzo con los principales desafíos de enfrentar la creciente violencia narco-delincuencial y la desigualdades que dejan un lustro neoliberal.
5-La trama judicial del año: Bolsonaro y el intento de magnicidio contra Lula.
Después de dos años de investigación, la Policía Federal de Brasil presentó un informe en el que acusa al expresidente Jair Bolsonaro y a 36 personas de su entorno de formar una “organización criminal” para evitar en 2022 la asunción de Lula y dar un golpe de Estado.
Son más de 800 páginas con detalles de reuniones, mensajes, llamadas, allanamientos y testimonios que prueban cómo la invasión a la sede de los tres poderes el 8 de enero de 2023 fue precedida por varios meses de conspiración en oficinas y cuarteles. Los denunciados serán procesados por los delitos de “abolición violenta del Estado democrático de Derecho, golpe de Estado y asociación ilícita”.
El capítulo más siniestro del plan contemplaba, lisa y llanamente, envenenar a Lula. También matar al entonces vicepresidente electo Geraldo Alckmin y al juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes. El primer detenido de peso por la frustrada operación fue el general Walter Braga Netto, exministro de la Presidencia y de Defensa y luego compañero de fórmula de Bolsonaro. El expresidente, que afronta además otras dos causas y está inhabilitado por la justicia electoral hasta 2030, tiene todas las fichas para quedar preso en 2025.
El nuevo año arrancará con la asunción de Maduro el 10 de enero y un anunciado gobierno paralelo que, otra vez, buscará instalar la derecha venezolana.
6-La esperanza del año: elecciones y lecciones desde México.
En tiempos en los que la inestabilidad es la regla y las oposiciones suelen salir victoriosas, el progresismo mexicano luce una potencia admirable. Tras seis años de gobierno, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se despidió con una aceptación cercana al 70% y trasladó su popularidad a su sucesora Claudia Sheinbaum, quien arrasó en las elecciones de junio con casi el 60% de los votos, más de 30 puntos arriba del rejunte de la partidocracia tradicional.
Durante el sexenio de AMLO, 9 millones de personas salieron de la pobreza, gracias a la combinación de intensas políticas sociales con una buena gestión macroeconómica.
La primera presidenta de la historia mexicana mostró su temple en el arranque de su mandato frente al principal desafío: los 3.200 kilómetros de frontera con su vecino del norte. Ante las amenazas de Trump de una deportación masiva de migrantes y de subir el 25% los aranceles a las importaciones, expresó: “Allá se consume la droga, de allá vienen las armas y aquí ponemos las vidas. Nosotros colaboramos, coordinamos, pero nunca nos vamos a subordinar. México es un país libre, soberano y no aceptamos injerencismos”.
Brasil
Feminicidio político: los extraños vínculos del clan Bolsonaro con el asesinato de Marielle Franco
Su rostro y su nombre se han vuelto símbolos de lucha en Brasil. Socióloga y política, salida de una favela, negra y lesbiana, Marielle Franco fue asesinada hace dos años, el 14 de marzo de 2018. Los investigadores todavía buscan a los responsables del asesinato. Una de las pistas se detiene en la entrada de la residencia donde viven el presidente Jair Bolsonaro y sus hijos.
Antes se había plantado frente a la monarquía española no invitando a su asunción al rey Felipe VI por negarse a condenar los agravios de la conquista, lo que llevó a que Pedro Sánchez suspendiera su asistencia.
Los principales retos de Sheinbaum tienen que ver con el crimen organizado, una problemática que viene desde hace décadas y que se ha salido de control, y la persistente violencia de género en un país que registra nueve femicidios por día.
Las batallas del 2025
El nuevo año arrancará con la asunción de Maduro el 10 de enero y un anunciado gobierno paralelo que, otra vez, buscará instalar la derecha venezolana.
El calendario electoral tendrá su puntapié inicial un mes más tarde con las presidenciales en Ecuador, donde el correísmo buscará revancha después de perder los últimos dos balotajes, y continuará en agosto en Bolivia. En octubre habrá legislativas en Argentina, en una suerte de plebiscito a la gestión de Milei; y luego será el turno de Honduras (donde desde 2022 también gobierna el progresismo) y de Chile, donde el insulso gobierno de Gabriel Boric le da aire al regreso de la derecha.
Por fuera de las disputas por arriba y los vaivenes de la realpolitik, los movimientos populares afrontan el desafío de revertir el reflujo de los últimos tiempos y recuperar el protagonismo que hizo de América Latina el continente con mayor potencia transformadora. Al cumplirse 31 años del alzamiento zapatista en el sureste mexicano, sobran las razones para seguir creyendo que “otro mundo es posible”.