Antifascismo
Las palabras no se las lleva el viento

Las palabras no se las lleva el viento, ojalá. Se quedan pegadas como el chapapote a una roca, se nos pegan profundamente y nos contaminan. El lenguaje racista y fascista del mismísimo odio, ha calado, ha contaminado y ahora ocupa 52 escaños. No está mal decirle a alguien que lleva chapapote pegado en el zapato. Le ayudo a quitarlo y seguimos caminando.


Forma parte de SOS Arrazakeria-SOS Racismo Bizkaia.
3 dic 2019 08:00

Las palabras no se las lleva el viento, ojalá. Se quedan pegadas como el chapapote a una roca, se nos pegan profundamente y nos contaminan.

Pudiera parecer inofensivo un trocito de galipó pegado en la planta de nuestros pies, pero si todas las personas que llenamos una playa un día de verano, al llegar a casa nos notáramos el alquitrán, quizás la cosa se tornara preocupante. Quizás la playa estaba más contaminada de lo que parecía, por muy cristalina que fuera su agua y por muchos reconocimientos en forma de banderas que tuviera.

Las palabras también contaminan, pero no rocas, contaminan sociedades. Hace un tiempo parecían un grupo de fascistas trasnochados diciendo burradas y pisoteando los derechos humanos. Total, si son cuatro, ¿no?. Ahora resulta dar miedo. Esas palabras que se han permitido en espacios públicos, esos discursos que se han permitido en los medios de comunicación y que se han normalizado, ese lenguaje racista, machista, xenófobo, homófobo y fascista del mismísimo odio, ha calado, ha contaminado y ahora ocupa 52 escaños.

Lo que ha sucedido en el congreso es un estrellarse un petrolero en toda regla. Dejando a un lado las alegorías, quiero señalar que el lenguaje es importante.

Dicen que una buena manera de hacernos conscientes de las cosas que hacemos es llevar a cabo un registro, algo así como un diario. Por ejemplo, si queremos observar si nuestra alimentación es adecuada, o no, podemos hacer un diario de lo que vamos comiendo durante el día a lo largo de una semana. Si queremos observar si tenemos cierta intolerancia a algún alimento, vamos anotando cómo nos sienta, o directamente anotamos cuando nos sienta mal o regular: qué he comido hoy, acompañado por qué otra cosa y a qué hora.

Yo hago eso mismo con el racismo, que sí que me resulta indigesto, y por desgracia mucho más fácil de recoger en un diario ya que ocurre a todas las horas del día todos los días de la semana. Me diréis exagerada, os animo a probar. Veamos algunas frases racistas cotidianas: “hacer el indio”, “huele a gitano”, “trabajo de chinos”, “comer en mesa como las personas civilizadas”, “me vas a comparar a Dios con un gitano”, “hablar a lo indio”, “trabajar como un negro”, “no seas judío”… ¿Sigo? Creo que ya os hacéis una idea de por dónde voy. Por si había dudas, estas frases son racistas. Me entristece tener que nombrar ejemplos para ilustrar de qué estoy hablando, pero es que, aunque el agua parezca estar limpia, hay chapapote por todas partes.

El racismo está tan apalancado y es tan estructural que no lo notamos. Las blancas, claro. Nos cuesta verlo, nos cuesta reconocerlo y nos cuesta sacar estas palabras de nuestro uso cotidiano. Pero hay que sacarlas, no todo vale y no todo se puede tolerar. A menudo escucho a la gente afirmar que ya no hay racismo, que eso ya no existe. Es más, incluso escucho a muchas presumir de vivir en una sociedad “abierta y tolerante”. Pues ojalá, pero creo que es una apreciación alejada de la realidad. Tener una placa de Ciudad de los Valores, hacer fiestas multiculturales alrededor de la comida o sonreír a un mantero amablemente no te convierte en persona antirracista, lo mismo que las banderas azules de las playas no siempre garantizan su limpieza.

Hay que hacerse notar, hay que señalar las frases racistas, ¡No pasa nada! ¡Que nadie se enfade! No es algo personal, no es una crítica a ti, ni se te acusa de ser un mal bicho, es algo estructural que tenemos el deber de cambiar entre todas.

Cuando este lenguaje racista se normaliza y seguimos hablando del otro, del negro, de las gitanas, con toda la impunidad, haciendo referencia a estereotipos racistas, también damos legitimidad para hacerlo a otras personas con otros discursos, más notorios desde nuestra blanquitud. Porque que alguien sea abiertamente racista, agrediendo o insultando, nos parece una atrocidad, pero que de mientras nosotras hablemos así nos parece como de toda la vida.

De toda la vida ha sido el fascismo y ahora algunos medios de comunicación lo llaman movimiento nacional blablablá. A las cosas hay que llamarlas por su nombre. En este todo vale le abrimos la puerta al lobo, y perdonadme pero yo me niego. Me niego a que el insulto, como está camuflado, es de toda la vida y encima a mí no me toca – siendo ingenuas– se normalice. Me niego.

Volviendo al mar…aunque el agua sea cristalina nos queda mucho chapapote por limpiar. Y no está mal decirle a alguien que lleva chapapote pegado en el zapato. Le ayudo a quitarlo y seguimos caminando.

Arquivado en: Antifascismo
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Euskal Herria
Auge racista Multitudinaria concentración en Hernani contra las agresiones racistas en las fiestas de San Juan
Colectivos denuncian una “caza al moro” tras un enfrentamiento nocturno y califican los ataques como “agresiones colectivas con tintes racistas”, mientras el alcalde condena la violencia y pide no estigmatizar.
Portugal
Antifascismo Concentraciones en varias ciudades de Portugal en repulsa a la agresión a un actor por un grupo neonazi
Cientos de personas se concentran en distintas ciudades portuguesas en repulsa a la agresión al actor Adérito Lopes por parte de un grupo de neonazis el pasado 10 de junio.
Madrid
Madrid La vecindad de Hortaleza convoca a una concentración “contra el racismo y los discursos de odio”
A su vez, la Delegación de Gobierno mantiene la prohibición a la convocatoria del grupo de ultraderecha que ha amenazado con manifestarse desde el momento en que recibieron la negativa.
#44050
3/12/2019 12:54

Los racistas xenofobos abundan en el PNV, allí están emboscados.

0
0
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.