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Armas menos letales
“Equipar a la policía con armas no letales lleva a la brutalización del control de masas”
Las armas no letales provocan más violencia policial. Es el argumento que defiende el investigador francés Paul Rocher, autor de Gasear, mutilar, someter (Katakrak, 2021). Las movilizaciones de los chalecos amarillos en 2018 y la riada de personas heridas que las cargas policiales dejaron a su paso le llevó a analizar cómo este tipo de armamento influye en el comportamiento de los policías y el negocio montado en torno al control del orden público.
Lo primero que me sorprendió al leer tu libro es que, según explicas, el uso de armas no letales por parte de la policía no ha disminuido el uso de armas letales, incluso ha aumentado.
Uno de los argumentos del gobierno para introducir el uso de armas no letales es reemplazar las llamadas armas letales, las armas convencionales, pero, si se miran los datos, se ve que el uso de armas no letales ha explotado, ha aumentado muchísimo, y, al mismo tiempo, el uso de las llamadas armas letales convencionales también está aumentando. Así que básicamente lo que ha sucedido no es que las armas no letales hayan sustituido a las letales, se combinan. Mi argumento es que la propia disponibilidad de armas no letales lleva a la policía a disparar cada vez más rápido porque, al sugerir que un arma no es letal, se sugiere que no hay peligro, y, si no hay peligro, ¿por qué no disparas? Así se crea un efecto de brutalización que creo que se aplica también, hasta cierto punto, a las armas convencionales. Y esto es algo muy crucial porque la gente tiende a pensar que la policía utiliza la violencia como respuesta a una situación violenta o, al menos, cuando alguien no respeta la ley, pero lo que nos dicen las investigaciones sobre la policía es que lo que desencadena la violencia policial es la apreciación de los policías en cuanto al orden. La policía tiene un concepto de orden que no tiene que estar ni siquiera relacionado con la ley porque en realidad los policías no conocen muy bien la ley, así que lo que determina si utilizan la violencia o no es su concepción del desorden. Creo que lo que explica la explosión simultánea del uso de armas no letales y también el aumento de armas letales es que no hay una apreciación objetiva de lo que es una situación de peligro.
Sitúas la década de 2010 y las movilizaciones de los chalecos amarillos, en 2018, como hitos en la explosión del uso de las armas no letales en Francia.
Las armas llamadas como no letales ya se introdujeron antes, pero realmente fue en la década de 1990 cuando su popularidad aumentó. Desde entonces, los gobiernos fueron comprando diferentes armas. Y en Francia, a partir de 2010 hubo una generalización de las armas no letales. Antes solo estaban a disposición de algunas unidades policiales y pasaron a todas las unidades policiales. Desde esa década, vemos un aumento en el uso de estas armas y, en paralelo, un aumento en el número de heridos por este tipo de armas. En Francia se usaron mucho en 2016 porque hubo huelgas contra una reforma laboral, y luego con los chalecos amarillas. Justo después, también hubo una protesta contra la reforma de las pensiones en Francia. Ahora, cada vez que hay una gran protesta, la policía usa estas armas. Por ejemplo, en Mayo del 68 el tipo de armas que la policía utilizaba principalmente eran las porras y el gas lacrimógeno, pero esto último lo usaban menos porque tenían un número limitado. Hoy en día hay un número ilimitado.
En Francia, a partir de 2010 hubo una generalización de las armas no letales. Desde esa década, vemos un aumento en el uso de estas armas y, en paralelo, un aumento en el número de heridos por este tipo de armas
Sobre el gas lacrimógeno, explicas cómo pasó de ser arma de guerra, y prohibirse, a ser un arma policial.
La historia del gas lacrimógeno es bastante extraña porque inicialmente se inventó para reprimir el movimiento obrero de principios del siglo XX. Pero entre la invención y la puesta en uso llegó la Primera Guerra Mundial, por lo que primero se convirtió en un arma de guerra. Y después se prohibió su uso como arma de guerra pero se permitió en las colonias. Y solo un par de años después, en la década de 1930, después de la crisis, volvió a ser un arma policial. Los franceses fueron los primeros en usar gas lacrimógeno, y lo usaron contra los soldados alemanes. Y entonces Alemania dijo: “Oh, también necesitamos nuestro gas lacrimógeno. Tenemos que desarrollar materiales”. Y entre 1914 y 1915 también desarrollaron su propio gas lacrimógeno, pero era tan tóxico que directamente mataba a la gente, así que no podía usarse para el control de multitudes. Han habido diferentes tipos de gas lacrimógeno más o menos peligrosos. Y, ¿qué tipo de gas lacrimógeno tenemos hoy? Bueno, puede ser muy peligroso para los ojos, para la respiración, y también puede ser peligroso porque puede usarse como un proyectil. De hecho, durante las movilizaciones de los chalecos amarillos en Francia, una mujer murió por eso, porque la policía le disparó un bote de gas lacrimógeno y la golpeó. Fue en Marsella y ni siquiera estaba en la protesta, estaba en su casa junto a una ventana.
Dentro de la policía, en España, prácticamente no existen voces críticas con el uso de armas no letales como las balas de goma, a pesar de las decenas de heridos graves con secuelas permanentes que provocan. ¿Hay en Francia algún tipo de voz discordante con este tipo de armamento dentro de la policía?
En Francia todos los sindicatos policiales quieren estas armas, pero en Alemania si hay un sindicato policial en contra de su uso.
Y en los medios de comunicación, ¿hay debate sobre este tipo de armamento?
Sí. Y este fue también el punto de partida de mi libro. Porque había un número cada vez mayor de personas heridas o mutiladas o incluso asesinadas.
Supongo que a raíz de las movilizaciones de los chalecos amarillos.
Fue justo después. Había muchas personas heridas o mutiladas, y hubo un debate al respecto, también en los grandes medios de comunicación, pero fue un debate sobre el uso en casos específicos, sobre si la policía había hecho bien en usar balas de goma y gas lacrimógeno en determinados momentos, no sobre su uso en general. El debate giró en que en determinadas circunstancias su uso no estaba bien. Y a partir de ahí pensé que había algo más en torno a estas armas. ¿Por qué hay tantas personas heridas? Realmente son casos aislados. Y me pregunté si había una lógica más profunda que explicara el aumento de personas heridas. Y así llegué al tema de las armas. Te preguntas cómo la policía ejerce violencia, y aunque no exclusivamente, en buena parte es por este tipo de armas, sí que me pregunté hasta qué punto la disponibilidad de armas no letales cambia el comportamiento del policía y concluí que este tipo de armas lleva a la policía a disparar más, basándome en datos estadísticos porque en Francia tengo la suerte de que sí hay diferentes fuentes oficiales que compilan este tipo de datos. Creo que el efecto de brutalización que producen las armas no letales se aplica a todos los países porque el arma es la misma en todas partes y produce el mismo efecto sobre la conducta de la policía. A diferencia de lo que dicen los gobiernos en cuanto a que las armas no letales son más éticas, más humanas, equipar a la policía con armas letales lleva a la brutalización del control de masas.
“A diferencia de lo que dicen los gobiernos en cuanto a que las armas no letales son más éticas, más humanas, equipar a la policía con armas letales lleva a la brutalización del control de masas”
También hay más impunidad con las armas no letales, como con las balas de goma. Ni se ha identificado al agente de la Ertzaintza que mató de un disparo con este tipo de armas a Iñigo Cabacas, ni al que destrozó un ojo a Ester Quintana o a Carles Guillot o en otros tantos casos. ¿Puede ser una solución encontrar mecanismos que permitan la trazabilidad de este tipo de proyectiles?
Soy un poco escéptico. Tuvimos dos casos en Francia, por ejemplo, donde se investigó una actuación policial en la que un policía disparó a alguien y esta persona resultó herida, y la escena fue grabada. La policía se negó a entregar el arma al juzgado, dijeron que no podían encontrarla, que lo sentían mucho. En cuanto a la impunidad, uno de los problemas también es que en la policía es que hay un sentimiento muy, muy fuerte de solidaridad entre ellos al considerar que el resto de la sociedad es el enemigo. No hablan, ni con jueces ni con periodistas. No hablan con nadie y se guardan sus secretos. Creo que incluso si puedes conseguir la trazabilidad de los proyectiles, los policías construirán obstáculos de otras maneras.
También hablas de la extrema derecha en la policía francesa, unos números muy alarmantes.
Entre el 60 y el 70% de los policías en Francia, dependiendo de las elecciones, votan por la extrema derecha. Hay un debate en torno a que la extrema derecha está haciendo mucha propaganda e influyendo mucho en la policía, pero yo creo que no es exactamente así. Pienso, y esto es de lo que voy a tratar en mi siguiente libro, que tiene que ver con cómo funciona la institución policial y las razones que llevan a alguien a convertirse en policía. Lo que los estudios nos muestran es que la mayoría de las personas que van a convertirse en policía tienen una concepción puramente represiva del trabajo que van a realizar. Tenemos a personas a las que les gusta la violencia, que luego, cuando son policías, no solo reciben una capacitación técnica, sino también una visión del mundo y una ideología que, en general, va en contra de la sociedad civil, de los movimientos sociales, de las feministas. Y estas también son cosas que se encuentran en la extrema derecha. Creo que la policía es una institución que, a través de sus propias estructuras, acoge muy bien a las personas que son de extrema derecha. También hay datos bastante interesantes de Estados Unidos, por ejemplo, sobre violencia doméstica: según datos oficiales, alrededor del 10% de las mujeres en los Estados Unidos sufre violencia doméstica, pero la cifra sube al 40% cuando se trata de esposas de policías.
“Creo que la policía es una institución que, a través de sus propias estructuras, acoge muy bien a las personas que son de extrema derecha”
Y a nivel de control, ¿hay un órgano externo a la policía, o pasa con España, donde este órgano está dentro de la estructura policial?
Es un cuerpo interno de la policía, así que básicamente se supone que los policías deben investigar sobre sus colegas. Y, por supuesto, esto no funciona en absoluto. En Francia la gente ya se burla de esta institución porque, bueno, cada vez que alguien es mutilado por la policía o incluso asesinado, los medios dicen que ya hay una investigación en marcha, pero la investigación nunca llega a ninguna parte. Nadie cree que haya control alguno. Hay debate en cuanto a seguir el modelo de Reino Unido, donde este organismo de control es externo. Pero si tomamos, por ejemplo, los datos sobre discriminación étnica y policía, ves que incluso si se tiene un control externo de la policía, sigue siendo un hecho que los británicos asiáticos, árabes y negros están mucho más controlados y discriminados por la policía que los ciudadanos blancos. Y esto sugiere que incluso si tienes un control externo, esto podría no ser suficiente para que haya actuaciones policiales correctas.
Pero sí es una mejora…
Puede que sea mejor en algunos casos, pero no es suficiente, al menos si se considera que debe haber una igualdad entre ciudadanos.
“El Estado francés tiene oficinas en muchos países extranjeros para promover sus exportaciones de armas no letales. Una gran parte de las ganancias de las compañías francesas que se dedican a las armas no letales proviene de países africanos, asiáticos y, ahora, de América Latina”
Pasemos ahora al otro lado de la historia, a los manifestantes en Francia y cómo se coordinan para protegerse de la violencia policial. Me ha llamado mucho la atención la figura de los ‘street medics’. Explícame cómo ha surgido.
Es algo muy interesante. Estas personas son muy importantes porque, de lo contrario, tendríamos muchos más heridos o incluso muertos en las manifestaciones. Son personas que, en su tiempo libre, utilizan sus habilidades profesionales para ayudar a otras personas en las manifestaciones. Surgió del movimiento antiglobalización en los años 90. Primero se desarrolló con fuerza en Estados Unidos, luego llegó a los Países Bajos, Alemania y, luego, a Francia en los 2010, al principio a través del movimiento ecológico, que fue de los primeros en experimentar una brutalidad policial muy fuerte. Estas personas están presentes en muchas manifestaciones en Francia desde hace unos diez años. También son muy importantes porque cuantifican datos sobre la brutalidad policial y el número de personas a las que asisten y de qué gravedad son los casos. Desempeñan un trabajo muy importante y también documentan la violencia policial. Recientemente publicaron un informe sobre la brutalidad policial durante las protestas de los chalecos amarillos y la reforma de las pensiones. Demostraron que hubo 24.000 personas heridas por la policía. Y si se cuentan los gases lacrimógenos, la cuenta sube a más de 300.000 personas. El número oficial del gobierno es de 2.000 personas heridas.
Chalecos amarillos
Autogestión sanitaria ante la violencia policial en Francia
Al menos cuatro personas han perdido una mano y otras nueve un ojo a causa del llamado armamento no letal usado por la policía francesa contra los chalecos amarillos. La sociedad se autogestiona para prestar asistencia sanitaria en las calles a las decenas de heridos que se cuentan cada sábado. Son los 'street medics'.
También comentas que allí, en Francia, es habitual que la policía requise prendas o material para autoprotección, incluso el material que llevan estos ‘street medics’ para dar primeros auxilios.
Hay informes de la policía francesa que dicen que este equipo de protección reduce considerablemente los efectos de sus armas y, por lo tanto, estos equipos deberían desaparecer. Hablamos de gafas de buceo para protegerse del gas lacrimógeno, o bufandas, ese tipo de cosas. Y sí, las requisan. Eso es muy peligroso porque plantean que, si vas a una manifestación, tienes que aceptar el riesgo de sufrir una lesión muy grave.
¿Me estás diciendo que si voy a una manifestación en Francia con gafas de bucear con la idea de protegerme del gas lacrimógeno lo más seguro es que la policía me las confisque? ¿Con qué justificación?
La policía argumenta que esas gafas pueden usarse como un arma y que saben que tenías la intención de lanzarlas contra la policía, y te las confiscan. Y si protestas te acusan de portar armas peligrosas.
Y ahora la parte económica, porque hay empresas que salen muy beneficiadas de la expansión del uso de este tipo de armas, y señalas que, a nivel mundial, varias de las principales son precisamente francesas.
Sí, de hecho Francia es uno de los principales exportadores de este tipo de armas, junto a Estados Unidos y Brasil. Y, por cierto, una compañía francesa, Etienne Lacroix, compró recientemente una empresa española, Falken. La empresa francesa quería vender bien en España, pero también en América Latina y, lo hace a través de la española. Hay un número creciente de empresas en este sector, pero sigue siendo un oligopolio. Estas compañías tienen estrechos vínculos con el Estado porque es su principal cliente, es el Estado el que regula las armas, las transacciones de armas y también el Estado promueve las exportaciones. El Estado francés tiene oficinas en muchos países extranjeros para promover sus exportaciones de armas no letales. Una gran parte de las ganancias de las compañías francesas que se dedican a las armas no letales proviene de países africanos, asiáticos y, ahora, de América Latina. Y lo que dicen cínicamente es que, bueno, cada vez que hay protestas en Francia podemos demostrar la eficacia de nuestras armas. Para ellos es como una campaña publicitaria.