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Asturias
Mieres: oasis cultural para un desierto industrial
¿Puede funcionar la cultura como una herramienta para combatir el desaliento provocado por la crisis económica y demográfica? Bajo el lema Make Mieres Great Again, la localidad minera, que en los años 60 llegó a tener 70.000 habitantes y hoy no alcanza los 40.000, ha recuperado autoestima y visibilidad perdida, convirtiéndose en un referencia de la cultura alternativa de la Asturies actual.
Fasenuova llevan años siendo un grupo de culto en la escena underground española. Son de Mieres, como otros muchos grupos asturianos, si bien han sido la banda con más proyección nacional salida de la cuenca del Caudal. La villa minera llegó de hecho a tener un pequeño boom musical en los años 90, coincidiendo con el llamado Xixón Sound y en general la emergencia de grupos asturianos en la escena independiente española.
En aquellos tiempos la ausencia de espacios en el concejo para tocar y ensayar llevó a que un grupo de jóvenes, entre los que estaba Ernesto, ocuparan el antiguo cuartel de la Guardia Civil, convirtiéndolo en un centro social autogestionado, El Chupano, que duraría algunos años, y que sería escenario de conciertos y semillero de muchas bandas locales. Hoy Fasenuova, como Los Buges, Trash Tornados y otros grupos ensayan en los nuevos locales municipales Mercurio, donde se imparten cursos de Dj o se organizan conciertos de forma autogestionada por parte de los músicos.
Según el cantante de Fasenuova, “Mieres tuvo unos años de mucha efervescencia musical y cultural, cuando todavía había gente bastante joven, pero totalmente de espaldas al Ayuntamiento, que no hacía ningún caso a ese movimiento. Podía gobernar la izquierda, porque aquí siempre ha gobernado la izquierda, pero las ideas culturales eran muy conservadoras, llenas de prejuicios y de miedos”. En opinión de Ernesto la cosa ha cambiado totalmente en los últimos tiempos: “hay una especie de renacer cultural en Mieres, sobre todo en comparación con la última época en la que esto se había convertido en un erial, y creo que hay un antes y un después de la llegada de Juan Ponte a la concejalía de cultura”.
El objetivo del Ayuntamiento es ahora recuperar el histórico Pozu Santa Bárbara, de 1913, con el objetivo de reconvertirlo en un espacio cultural de usos múltiples
Make Mieres Great Again es precisamente el hashtag elegido irónicamente por los hosteleros locales y la concejalía de cultura para aludir a ese empeño por resucitar los mejores momentos de Mieres. En opinión de Juan Ponte, filósofo, músico y concejal de Cultura y Participación Ciudadana desde 2015, “la cultura no es sólo actividad económica, pero también puede servir para dinamizar un concejo que como todas las cuencas sufre las consecuencias de lo que se llamó reconversión y que en realidad fue más una malversación de fondos públicos que deberían haber servido para la reindustrialización de nuestras comarcas”.
Uno de sus objetivos como concejal es también seguir con la recuperación del enorme patrimonio histórico industrial. Un patrimonio que comprende castilletes e instalaciones de pozos mineros, infraestructuras ferroviarias y espacios como el poblado de Bustiello, hoy visitable, y ejemplo del paternalismo empresarial que algunos burgueses desplegaron con sus mejores trabajadores en aras de preservar la paz social en las minas. El objetivo del Ayuntamiento es ahora recuperar el histórico “Pozu Santa Bárbara”, de 1913, con el objetivo de reconvertirlo en un espacio cultural de usos múltiples.
Cultura crítica
Llenar con jóvenes un jueves un salón de actos de la Casa de la Cultura no es fácil en un concejo donde la mayoría de la población está entre los 50 y los 70 años, pero resulta más fácil cuando la conferencia es sobre música trap y la imparte el youtuber Ernesto Castro. Desde 2016 el concejo ha abierto nuevos espacios para las artes plásticas, el teatro y las música en directo, y programa una media de 100 eventos al mes, que van desde Antonio Maestre presentando su libro sobre los negocios de la dictadura franquista, hasta una exposición de fotografías antiguas del concejo, un concierto de los rockeros norteamericanos The Cynics o un concurso de tonada, canción tradicional asturiana con una enorme popularidad en Asturies, sobre todo entre las personas de más edad. “Estamos estirando un presupuesto pequeño en comparación con el de ayuntamientos grandes como Oviedo o Gijón. Con lo que ellos se gastan en una producción teatral nosotros financiamos el 70% de nuestra actividad”, afirma Ponte.
Mieres, tradicional bastión socialista ya desde tiempos anteriores a la II República, pasaría en 2011 a manos IU en un vuelco electoral que se ha dado en la última década en más concejos mineros y de la montaña central asturiana. Desde 2015, su alcalde, Aníbal Vázquez, un minero prejubilado, conocido por su trayectoria sindical en CCOO y en la muy popular Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara, gobierna con una holgada mayoría absoluta. Ponte dice que no hay que temer a dejar una impronta de izquierdas en la programación cultural.
A principios de enero, la concejalía de cultura del Ayuntamiento de Mieres presentaba su programación para el primer trimestre de 2020. Los dos lemas escogidos para los programas editados no eran casuales ni dejaban indiferente a nadie, “¡No Pasarán!”, “Deconstruyendo l'xéneru” —Deconstruyendo el género—, ni tampoco los colores usados, los de la whipala indígena, en una clara alusión a la resistencia al golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales.
Los lemas escogidos para anunciar la programación cultural municipal son “¡No Pasarán!” y “Deconstruyendo el género”, y como una alusión a la resistencia al golpe de Estado en Bolivia
El PP ha criticado el “excesivo gasto en cultura” del Ayuntamiento “para poner al municipio en un listón cultural por encima de nuestras posibilidades”, así como el sesgo político “sectario” que atribuye al concejal de cultura. Frente a quienes reprochan la línea de izquierdas de buena parte de las conferencias y actos programados por Ponte, él responde que “la cultura tiene que ser partidista, no sectaria, pero sí tomar partido y comprometerse con los valores igualitarios y democráticos”
La tradición cultural del asociacionismo obrero
La centenaria tradición obrerista del concejo ha dejado como herencia una tendencia al asociacionismo cultural y recreativo que no obstante también sufre el envejecimiento y declive demográfico de las cuencas. Ejemplos de esta tradición que han pervivido hasta nuestros días son el Orfeón de Mieres, fundado en 1903, o distintos colectivos que van naciendo desde los años 60 a partir de la inquietud de sectores de la clase trabajadora por elevar su nivel educativo y cultural, discutir de política o aspirar a una sociabilidad más allá del chigre, la taberna tradicional asturiana.
Asturias
Asturies se salvó luchando (y se perdió planificando)
En ausencia de un movimiento regionalista o nacionalista digno de tal nombre, el movimiento obrero se convirtió, en los años 80 y 90, en la gran herramienta colectiva en defensa de los intereses generales de la comunidad.
La Asociación Minera y Cultural Santa Bárbara, que tiene una sección dedicada a la arqueología industrial, y que organiza la Cabalgata de Reyes de la villa, la asociación Camín de Mieres o la Asociación Amigos de Mieres son tres de las más importantes del concejo. En el reciente libro de Benigno Delmiro Coto, La rebelión de la cultura en Asturias. Las sociedades culturales frente al franquismo (KRK, 2019), destaca la importancia de la Asociación Amigos de Mieres en la reconstrucción del tejido cultural democrático local y regional. Con una afiliación que llegaría a las 3.500 personas en sus mejores momentos, y una composición social mayoritariamente obrera, la asociación Amigos de Mieres, fundada en 1968, e impulsada por militantes del PCE y otras personas demócratas sin filiación partidaria, se convertiría en un referente de la cultura popular y antifranquista a lo largo de los años 60.
La centenaria tradición obrerista ha dejado una tendencia al asociacionismo cultural y recreativo que, no obstante, también sufre el envejecimiento y declive demográfico
Delmiro señala que además de actividades como conferencias sobre los más diversos temas y proyecciones de cine, “llegaría a tener su propio coro, grupo de montaña, club juvenil de fútbol, y un local social donde la gente se juntaba para leer y comentar la prensa y revistas progresistas como “Triunfo”. La actividad de aquel colectivo que retomaba la tradición de las Casas del Pueblo y los ateneos republicanos y obreros anteriores a la Guerra Civil no pasaría inadvertida para el régimen franquista. “Amigos de Mieres sería clausurada dos veces por orden gubernamental y grupos fascistas la atacarían con cócteles molotov, incendiando y arrasando su sede”, explica el autor de La rebelión de la cultura en Asturias.
Aunque en los últimos tiempos hayan nacido también espacios más modernos como la Librería Café La Llocura, que programan con frecuencia conciertos, presentaciones de libros y actividades infantiles, Ernesto Avelino apunta a la “falta de masa crítica” para más iniciativas similares por la escasez de juventud. El músico saluda el nuevo pulso cultural de Mieres, pero también señala que “por poner un poco de rock and roll no se van a arreglar problemas que son estructurales”: “Conocí un Mieres muy diferente, al que venían jóvenes de toda Asturies en tren a salir y pasar el fin de semana, y que luego se convirtió en Mordor”. No obstante, no quiere ser pesimista: “Por primera vez las generaciones que se quedan están encontrando cauces de expresión y se les da alas en vez de cortárserlas”.
Laboral
Un año sin minería de carbón en Asturias
El reparto y la escasa cuantía de los fondos de la UE para financiar la llamada Transición Energética Justa avivan el malestar de unos valles mineros que, un año después del cierre de las últimas minas de carbón, siguen sin contar con propuestas de futuro claras ni viables.
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Ernesto, bravo por ti y por tu iniciativa cultural que siempre tuviste desde que te conozco hace más de 20 años, y bien también, porqué no, por el muchacho del "puestin cultural" por mover a grandes talentos por poco y con poco dinero, pero caramba, que no hay que ser un lumbreras para saber que pagando poco o nada, la mejoría se traducirá en poco o nada, que llevar la palabra "cultura" escrito en la frente es muy bonito, porque lo que es trabajar, de eso que se encarguen otros, insisto por poco o nada, mientras tanto, esti amigu, cómo sus "compis" de Madrí, no dejan de cobrar su sueldo, curiosín por cierto, por levantar el puño cómo si llevara trabayando toda la vida, nada más lejos, nada que ver con las miserias que paga por lo que él programa y otros trabajan... Abrir los locales de ensayo lo hubiese hecho cualquiera de Mieres que yo conozca, desde Bertin, hasta este mismo Ernesto, sin falta de trepar y sentarse en un sillón con clavos. Así no se llena de cultura, así de convierte la cultura en miseria. A ver si despertáis de una vez majetes. Suerte os deseo, porque el mérito ya lo tenéis por dejaros engañar. Salud
Precioso artículo, fuera de todo círculo urbanístico y capitalino, que pone énfasis en la cultura local y lo valores sociales gestionados por el propio pueblo. La cultura es un arma muy eficaz para combatir la dominación sistémica, y si está viene dada por el propio pueblo, mejor aún