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Brasil
Prudencia y preocupación ante la segunda vuelta de las elecciones en Brasil
Con prudencia y algo de preocupación es cómo se vive esta segunda vuelta de una de las elecciones más importantes de América Latina. Este próximo domingo Brasil tendrá en vilo nuevamente al país, a la región y al mundo, en la que será la vuelta electoral definitiva donde se decidirán presidente, vicepresidente y gobernadores de 12 estados. Aunque las cuestionadas encuestas, que daban una diferencia mucho más amplia a favor de Lula de la que finalmente se dio, siguen señalando una victoria del candidato del PT sobre Bolsonaro (PL), la sorpresa de los resultados de la primera vuelta llama a la cautela.
Lo único seguro, por ahora, es que los triunfos avasalladores en el Congreso Federal y en los ejecutivos y legislativos estaduales que el bolsonarismo logró, plantean un escenario de gobernabilidad por demás fuerte para la ultraderecha. Por otro lado, este mismo esquema de fuerzas obliga a Lula a establecer acuerdos y alianzas muy distintos a los que originalmente se propuso. En primera vuelta el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula consiguió el 48,4% de los votos, mientras que el Partido Liberal (PL) del actual presidente cosechó un 43,2%. En total, Lula venció en 14 estados y Bolsonaro en 12 más Brasilia, el distrito federal. De ganar, deberá vérselas con un Congreso al que le dan los votos, incluso, y si quisiera, para destituirlo.
Congreso
En las cuatro semanas posteriores a la primera vuelta, los equipos de campaña de ambos candidatos, debieron revisar sus estrategias. Los resultados sorprendieron a todos por igual, aunque los números representan cosas distintas para unos y otros. El bolsonarismo se vio consolidado como fuerza, más allá de que no logre obtener la presidencia, pero el gran ganador de esta elección fue el Centrao, que cuenta con más bancas que cualquier otra bancada. El Centrao, que a pesar de su nombre es de derecha, lo componen el PL (el partido de Bolsonaro), Progresistas (PP), Republicanos y Unión Brasil; y cuenta con 246 diputados, es decir, un 48% del total. Este escenario le asegura la presidencia de la cámara baja, la composición mayoritaria de las comisiones de presupuesto y el voto para sancionar o no proyectos de ley.
Opinión
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En el Senado el panorama no es muy distinto, de las 27 bancadas en juego, 19 fueron para partidos del PL o aliados al bolsonarismo. Una victoria por demás importante para Bolsonaro porque fue en la cámara alta donde sufrió las mayores resistencias a su gobierno, especialmente durante la pandemia, cuando una comisión parlamentaria de Investigación lo declaró principal responsable de la mala gestión de la misma.
Lula tendría margen de negociación con dirigentes de los partidos del Centrao de la región noreste, muchos de los cuales siguen aliados al PT por el éxito electoral de su líder en los estados más pobres del país.
Campaña
Tal y como lo anunció en el discurso que dio al conocerse los resultados de primera vuelta, Lula se ha abocado, en lo que lleva de campaña desde el 2 de octubre, a caminar la calle recorriendo diferentes ciudades, y a tratar de convencer a quienes por distintos motivos pueden ser reticentes a votar al PT y sus fuerzas aliadas. Esto le significó moderar su discurso, al mismo tiempo que dejó de lado ciertas formas para atacar a su adversario de manera más contundente que en la primera vuelta. Si bien Lula intenta ahora ganar un voto moderado, o de centro, las candidaturas que ganaron escaños para la izquierda en primera vuelta representan lo menos moderado que Lula tenía para ofrecer.
Los votos que fueron para Lula y Bolsonaro en primera vuelta, está vez también lo harán, y los que fueron para Simone Tebet y Ciro Gomes (tercer y cuarto lugar) irán para Lula
Matemáticamente, todo indica que los votos que fueron para Lula y Bolsonaro en primera vuelta, está vez también lo harán, y los que fueron para Simone Tebet y Ciro Gomes (tercer y cuarto lugar) irán para Lula, ya que estos candidatos le dieron su apoyo. Los que están en juego son los votos de quienes se abstuvieron en primera vuelta (20% del padrón electoral), y a quienes han apuntado especialmente los equipos de campaña. Tanto Lula como Bolsonaro han salido a ganar los votos de los electorados que más se les resistieron. Por zonas geográficas estos se ubican en el norte/nordeste para Bolsonaro y en el sur/sudeste para Lula. Un dato clave del mapa electoral de Brasil es el resultado de la votación en Mina Gerais, que representa el estado testigo. No ha habido candidato a la presidencia de Brasil que haya conseguido el cargo sin ganar en Minas Gerais desde la redemocratización del país en 1989, lo que lo ubica entre los estados más observados.
Debates y polémicas
Además de visitar y recorrer los territorios, principalmente Lula, los candidatos se han mostrado en medios de comunicación y redes sociales con sus propias estrategias. Sí la primera vuelta había sido pródiga en materia de fake news, lo de la segunda vuelta no le llega ni a los talones. En el primer debate cara a cara televisado aprovecharon para intercambiar acusaciones varias. Lula le echó en cara a Bolsonaro la mala gestión de la pandemia y las fake news, y Bolsonaro le retrucó con acusaciones de corrupción—le llama ex presidiario—, comunismo e ideología de género. Un clásico a esta altura del partido.
Pero la gran sorpresa del primer debate la dio el ex juez federal, Sergio Moro. Moro fue quien condenó a Lula e inhibió su candidatura presidencial en un caso que fue anulado por la Corte Suprema, y luego fue ministro de Justicia de Bolsonaro. El ex juez, que salió del gobierno luego de denunciar penalmente al actual jefe de Estado, fue senador electo por el estado de Paraná el pasado 2 de octubre y el día del primer debate acompañó a Bolsonaro como parte de su equipo de asesores.
El debate de la noche del viernes, el último, generó expectativas pero no presentó grandes novedades. Lula quiso, sin suerte, traer alguna clase de discusión política al set de la TV Globo pero fracasó en cada uno de sus intentos.
Por otra parte, un hecho que generó una gran polémica en el país en estos días es que Bolsonaro contó en un podcast que, en 2020, cuando recorría Brasilia en moto, ingresó en la casa de unas adolescentes venezolanas residentes de una comunidad pobre de Brasilia. “Vi unas niñas, bonitas ellas, de 14, 15 años, estaban arregladas, un sábado en una comunidad. Pintó onda y volví. Les pedí entrar a la casa y entré”, afirmó Bolsonaro. Aunque la intención de Bolsonaro era criticar la inmigración venezolana, la declaración despertó mucha indignación incluso entre su propio electorado. Su campaña supuestamente se basa en valores morales y cristianos, y la familia tradicional, que se contraponen a la “ideología de género”, tan mentada por el lulismo. Tantas fueron las repercusiones del hecho que Bolsonaro organizó una nueva transmisión por redes para aclarar que lo suyo no era pedofilia.
Presupuesto secreto
Otro de los grandes temas de estas elecciones es el presupuesto secreto, o lo que muchos llaman “el mayor esquema de corrupción institucionalizada”. Unas partidas parlamentarias millonarias —alrededor de una quinta parte del gasto discrecional, es decir, unos 3600 millones de euros— que los diputados envían a ciertos municipios y de las que no tienen que dar cuenta justamente porque es secreto. Estas partidas, que representan una victoria del Centrao, y que benefician a aliados de Bolsonaro en la cámara de diputados, son hoy objeto de investigación. Según la Policía Federal, en la ciudad de Igarapé Grande, que tiene 12.000 habitantes, se desviaron 1,3 millones de dólares en 12.700 radiografías de dedos de las manos, fraguadas.
La composición del nuevo Congreso le permitiría Bolsonaro encontrar protección, y resistencias institucionales, a las denuncias que muy probablemente recibirá cuando ya no tenga inmunidad presidencial
El caso del presupuesto secreto está siendo tratado por el Supremo Tribunal Federal (STF), el más alto tribunal del Poder Judicial de Brasil, a petición de la oposición. El mismo STF que es objeto de permanentes críticas y acusaciones por parte de un Bolsonaro que lo tiene en la mira desde hace tiempo. En el mismo sentido, Bolsonaro lleva meses atacando al Tribunal Superior Electoral, en especial a su actual presidente, Alexandre de Moraes, y poniendo en duda la fiabilidad del sistema electrónico de Brasil, aunque sin presentar pruebas de sus afirmaciones.
Brasil
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En caso de lograr la reelección, Hamilton Mourao, actual vicepresidente y senador electo, avaló la idea de Bolsonaro de aumentar de 11 a 16 el número de miembros del máximo tribunal, y de avanzar con juicios políticos a quienes invadieron el poder Ejecutivo, es decir, algunos miembros de la corte como Alexandre de Moraes. Pero si de procesos judiciales se trata, la composición del nuevo Congreso (post primera vuelta), le permitiría a Bolsonaro encontrar protección, y resistencias institucionales, a las denuncias que muy probablemente recibirá cuando ya no tenga inmunidad presidencial.
Voto religioso
Uno de los pilares sobre el que se ha basado la estrategia de campaña de segunda vuelta es el voto religioso, en especial el voto evangélico. Actualmente un 53% de los brasileños es católico y alrededor del 30% es evangélico. Para la primera vuelta Bolsonaro perdió una parte significativa de los votos evangélicos, en la elección de 2018 obtuvo el 64% frente al 51% del 2 de octubre. Por el contrario, Lula aumentó sus apoyos evangélicos que pasaron del 24% (en la segunda vuelta de 2018) al 38% en la primera de 2022.
Esto quizás es lo que decidió a muchos pastores evangélicos a pasar directamente a la ofensiva: un informe de la BBC News Brasil de hace algunos días dio cuenta de las presiones que han recibido fieles de distintas iglesias para votar al actual mandatario. Mientras ciertos referentes del evangelismo como André Valadão y Silas Malafaia sostienen abiertamente que las iglesias deben manifestar una posición política clara y hacen campaña por la reelección del actual presidente, BBC News Brasil recogió los testimonios de más de 100 fieles evangélicos que fueron objeto de presión o intimidación dentro de los templos.
Neymar grabó un vídeo desde Francia, donde juega para el Paris Saint Germain, dando su apoyo a Bolsonaro
De entre las cientos de fake news en las que el bolsonarismo ha basado su campaña una de las que más circuló señalaba que Lula, de ser electo, cerraría o quemaría las iglesias. Lula y su equipo de campaña salieron a desmentir estos dichos y presentaron una carta pública abogando por la coexistencia de todas las corrientes religiosas de un estado laico. Asimismo, y en aras de sumar al electorado más religioso, en esa misma carta Lula no sólo hizo hincapié en su condición de cristiano sino que ratificó su posición personal contraria al aborto aclarando que se trata de una medida que en todo caso corresponde al Congreso y no al presidente.
Último round
Quien también decidió formar parte de este último round de campaña fue nada más ni nada menos que el mismísimo Neymar, que grabó un vídeo desde Francia, donde juega para el Paris Saint Germain, dando su apoyo a Bolsonaro. Lula sostuvo que el astro de la selección apoya a Bolsonaro como forma de retribuir al presidente el perdón de deuda con el Estado que se remonta a las maniobras delictivas por el pase del club Santos al Barcelona.
Brasil
Lula: “Ganar o perder pero siempre con democracia”
Tal y como señala el periodista Dario Pignotti, si la victoria de Bolsonaro en 2018 es deudora de los aprendizajes del publicista norteamericano Steve Bannon, ex consultor de Donald Trump, a esta campaña hay que sumarle a las fake news los recursos del Estado y la creación del “gabinete del odio”, instalado en el palacio de gobierno bajo la dirección de Carlos Bolsonaro, uno de los hijos del presidente.
Del lado del PT ya advirtieron que primero se cargarán los votos de las zonas favorables a Bolsonaro y por último las que son más favorables a Lula, con lo que habrá que esperar hasta último momento para conocer el resultado definitivo
Por otra parte, el miércoles pasado Bolsonaro y su equipo de gobierno volvieron a echar mano de las denuncias de fraude, y pidieron la postergación de la segunda vuelta, preparando el terreno para cuestionar unos resultados que se presume les serán adversos. En este sentido, presentaron un informe que probaría un supuesto mal uso de los tiempos de la campaña pero que fue rápidamente desestimado por la justicia que lo consideró carente de pruebas. De momento, las cartas están echadas de uno y otro lado, y solo queda esperar los resultados de las urnas. Del lado del PT ya advirtieron que al igual que en la elección anterior, primero se cargarán los votos de Bolsonaro (o lo que es lo mismo, de las zonas geográficas que le son favorables), y por último los que son más favorables a Lula, con lo que habrá que esperar hasta último momento para conocer el resultado definitivo.
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