Juntarnos para no juzgarnos

Un pequeño «nosotras» que de lo grande que era hacía insignificante e incomprensible cómo podría haber habido todas esas hipotéticas veces que nos podíamos haber conocido antes de venir aquí.

2 mar 2020 14:00

A todas las mujeres que he conocido aquí

Nos podríamos haber conocido en una fiesta en algun centro social okupado, haber compartido unas cervezas y unos cigarros y una conversa de la cual al día siguiente no tendríamos más que el vago recuerdo. De hecho, nos podríamos haber cruzado después de esa fiesta y ni tan siquiera reconocernos.

Nos podríamos haber conocido en una asamblea para organizar el Primero de Mayo, el 8 de Marzo o una Huelga General, de esas en las que tratamos de ponernos de acuerdo diferentes organizaciones a menudo con más pena que gloria, con más dificultades que oportunidades, y yo habría pensado que qué izquierdista esta anarquista y tú habrías pensado que qué pesadita con el tema indepe, no habríamos pensado la una de la otra más allá de esos tópicos y no nos habríamos dado oportunidad de escucharnos de verdad.

Nos podríamos haber conocido en una charla y tú te habrías burlado de mis preguntas por demasiado materialistas, me hubieses catalogado como comunista ortodoxa y hubieses comentado con tus amigas que si me he comido un libro de Marx y si aún vivo en el siglo pasado. Y yo habría ridiculizado tus preguntas por demasiado idealistas, te habría llamado «hippie» y hubiese hecho bromas poniendo en duda tu salud mental o suponiendo una gran ingesta de drogas.

Nos hacía sentir mucho más pesado y absurdo el sectarismo, la superioridad moral y la superficialidad que define demasiado nuestra manera de implicarnos y relacionarnos políticamente.

Nos podríamos haber conocido en medio de una mani y yo habría pensado que qué mal que te cubrías la cara mientras tú pensarías que qué cobarde por no estar en primera línea. Y habernos sentido cada una mejor que la otra, sin mirar más allá, sin preocuparnos la una por la otra, sin pensar antes de juzgarnos.

Nos podríamos haber conocido bailando en una fiesta y acabar teniendo sexo completamente alcoholizadas para luego no volvernos a ver más, pero tener el gusto de poderlo explicar al día siguiente a nuestras amigas y que nuestro auto-odio forjado por el patriarcado se hiciese un poco más pequeño, para que nuestro ego forjado por el liberalismo se hiciese un poco más grande.

Pero nos conocimos en Rojava. Y nos miramos a los ojos. Partíamos de un «nosotras» que por culpa de demasiada poca esperanza en el futuro – aquella que hace que hagamos la política desde la autoreafirmación de nuestros proyectos y de nuestros egos en vez de en las ganas y el optimismo de ser cada vez más una sola fuerza, que la hagamos buscando las diferencias y no los puntos en común que nos harían construir puentes en lugar de construir barreras, que la hagamos pensando en cómo sentirnos revolucionarias en vez de hacerla pensando en cómo llevamos la revolución a cada átomo de nosotras mismas y de todas las personas que nos rodean – muchas veces allí ni siquiera queremos construir.

Partimos de un «nosotras» porque nos conocimos en un lugar que nos empujaba a hacerlo diferente. Un contexto en qué cada cosa que haces se enmarca en la construcción y desarrollo de una Revolución y de ti como agente activo de ella que tiene la responsabilidad de llevar los valores revolucionarios también en sí misma; un lugar en que estábamos alejadas de la alienación y concentradas en nuestra tarea; un contexto de vida en común y dotado con las herramientas para luchar por no caer en la trampa del liberalismo, por salir cada vez un poco más de ella.

Que al fin y al cabo no nos hemos inventado nada ni tenemos nada que nos haga especiales al resto, sólo pusimos las ganas.

Y tuvimos largas conversas con todas nuestras neuronas y con todos nuestros sentidos bien atentos, focalizadas en ellas sin fuerte música alrededor, sin alcohol de por medio, dándoles la trascendencia de estar luchando por ser mejores revolucionarias y no como una conversa más de ocio puro y duro.

Y pudimos arrancarnos las etiquetas y escucharnos, poner en duda nuestros propios planteamientos y ver que podíamos aprender de cada una de las personas que conocíamos, a pesar del «ismo» concreto al que se adscribieran. Pensando en qué podíamos estar equivocadas nosotras antes de pensar cómo tirar por tierra los argumentos de la compañera. Buscando la verdad y no sólo tener la razón.

Y miramos más allá del momento concreto, buscando los motivos que podían haber detrás de nuestras conductas y opiniones, intentando entendernos antes que criticarnos, para luego hacernos críticas en los tekmîl* no para sentirnos mejor si no para hacernos crecer, para crecer juntas.

Y nos quisimos mucho, de una manera muy intensa, poniendo en el centro nuestro compañerismo, riéndonos a carcajadas en los contextos más inesperados y llorando desde la más sincera de las debilidades, viendo como podíamos contar la una con la otra para señalarnos nuestros errores y así hacernos mejores personas, sin justificar pero tampoco juzgar nuestras miserias, para mostrar lo profundo en vez de quedarnos en la superficie del cuerpo. De un modo que en vez de dejar resaca y dolor de cabeza, que se va al cabo de un rato, nos dejó una cicatriz por lo imborrable que fue.

Ese «nosotras» que hemos vivido en Rojava nos ha permitido fortalecer la idea de que mucha más gente de la que acostumbramos a pensar estamos del mismo lado de la barricada, en la misma línea de frente. Nos hacía sentir la fuerza que tenemos cuando estamos unidas, sin duda especialmente entre mujeres. Un pequeño «nosotras» que de lo grande que era hacía insignificante e incomprensible cómo podría haber habido todas esas hipotéticas veces que nos podíamos haber conocido antes de venir aquí. Nos hacía sentir mucho más pesado y absurdo el sectarismo, la superioridad moral y la superficialidad que define demasiado nuestra manera de implicarnos y relacionarnos políticamente. Y también personalmente, que bien sabemos que también es (o deberíamos hacer de ello) algo político.

Y creció en nosotras la esperanza que se podía hacer diferente, que si era possible aquí por qué no lo iba a ser en nuestra tierra. Que para dejar de ver con el filtro de los prejucios sólo había que cambiar el punto de vista, dar el espacio y el lugar, juntarnos. Porqué la posibilidad de hacer más grande ese «nosotras» estaba allí. Que al fin y al cabo no nos hemos inventado nada ni tenemos nada que nos haga especiales al resto, sólo pusimos las ganas. Y si depende de las ganas, es posible hacerlo sin tener que conocernos en Rojava.



Tekmîl: reunión breve que se realiza de manera periódica en las diferentes estructuras del movimiento (desde los espacios de convivencia a los grupos que comparten tarea). Se puede referir al traslado de informaciones breves sobre una tarea o, en el caso que aquí se refiere, a sesiones de valoración de un periodo de tiempo o trabajo conjunto determinados en qué se comparten críticas, autocríticas y propuestas con las demás compañeras implicadas. En los tekmîl que implican un grupo de personas en su convivencia, las críticas, autocríticas y propuestas giran en torno a cuestiones cotidianas organizativas y/o a aspectos de la personalidad de las compañeras, con el objectivo de desarrollar una personalidad acorde a los valores que se defienden.

Sobre o blog
“Buen camino” es el lema que figuraba en las pancartas que el pueblo de Barcelona erigió en octubre de 1938 en las calles de la ciudad, para despedir a los y las brigadistas internacionales venidas a nuestra tierra para sumarse a la lucha contra el fascismo. Bajo este lema, hoy recogemos en este blog voces de internacionalistes que han decidido unirse a la revolución en Rojava, en el Noreste de Síria. Síguenos en Twitter: https://twitter.com/buencaminoblog
Ver listado completo
Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Sobre o blog
“Buen camino” es el lema que figuraba en las pancartas que el pueblo de Barcelona erigió en octubre de 1938 en las calles de la ciudad, para despedir a los y las brigadistas internacionales venidas a nuestra tierra para sumarse a la lucha contra el fascismo. Bajo este lema, hoy recogemos en este blog voces de internacionalistes que han decidido unirse a la revolución en Rojava, en el Noreste de Síria. Síguenos en Twitter: https://twitter.com/buencaminoblog
Ver listado completo

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
AGANTRO
O desprazamento forzoso en Chiapas: metáfora da vida núa
Conversamos coa investigadora América Navarro sobre o desprazamento forzoso en Chiapas.
Altri
Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Salto medra contigo
O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Orgullo
O Orgullo Crítico enche de diversidade e de humanismo Galiza: “Transfeministas con Palestina”
Crónica visual de como unha enorme multitude encheu de diversidade o centro da cidade de Vigo.
O Teleclube
'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria
O Teleclube
'O Teleclube' pecha a temporada cos supervivintes de '28 anos despois'
Danny Boyle e Alex Garland volven ao mundo dos infectados que inspirou o renacemento dos 'zombis'.

Recomendadas

Medio rural
A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Migración
A veciñanza mobilízase para acoller migrantes tras o peche de centros de Rescate Internacional en Galiza
Tras o progresivo desmantelamento de varios dispositivos de acollida, moitos refuxiados foron trasladados a outros puntos do Estado sen aviso previo. Outros son simplemente desaloxados trala denegación da súa solicitude de asilo.
Ourense
Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...