25 oct 2017 18:57

“Hemos ganado esta batalla, aunque sabemos que aún no se ha ganado la guerra”, exclaman con cautela desde el centro socio cultural La Yaya, ubicado en Argüelles. Este medio día, a la 1h, los dos vigilantes de seguridad que, desde el pasado 17 de octubre, controlaban los accesos al espacio, contratados por la empresa de desalojos extrajudiciales Desokupa, se han ido. “Nos han dado la mano y nos han dicho que esto les había superado”, relata uno de los participantes en la asamblea del centro social.

La Yaya abrió sus puertas a finales de septiembre. Después de mantener conversaciones con la propiedad del local, a cargo de una empresa administrada por Jorge Iglesias Domínguez-Macaya, sobrino del cantante Julio Iglesias, el 11 de octubre recibieron la visita de Desokupa, contratada por la propiedad para desalojar el espacio al margen de la legalidad. Desokupa comenzó una campaña de presión que comenzó primero con sobornos y con un ultimátum para que dejaran el espacio el día 12 de octubre y siguió, el 11 de octubre, con la contratación de la empresa de seguridad Team Security Europe para impedir que entrara nadie en el centro social. Desde el centro social presentaron una querella contra Desokupa y contra la propiedad del local por coacciones, que está pendiente de admisión.

Ayer, la escalada de presión continuó con el tapiado de la única ventana del espacio con paneles de aluminio. Esa misma tarde, desde La Yaya se hizo un llamamiento. “La asamblea decidió demostrar que no nos iban a adrementar, que el desgaste no iba a ser solo por nuestra parte. Fuimos y entramos cantando “Bella Ciao”. Los vigilantes de seguridad estaban sentados y no se dieron cuenta, y cuando vieron que estábamos entrando en el centro social ya pasaron”, relatan desde la asamblea del espacio.

Hoy, los dos vigilantes han decidido abandonar la puerta de La Yaya. “Nos han dicho que tengamos cuidado, que no creían que esto se haya acabado”, explican desde La Yaya. La representante de la propiedad ha explicado en redes sociales que "la propiedad se ha rendido porque es inasumible mantener 24 horas a dos vigilantes de seguridad privada más tiempo".

Según afirman, la intención del centro social es reanudar las conversaciones con la propiedad, que hasta ahora no hay constancia que haya presentado una querella por usurpación. Pero por lo pronto su prioridad es “recuperar fuerzas”. Para ello ya han organizado actividades para este fin de semana: un concierto acústico de canciones tradicionales con violines el sábado y una merienda y poesía para el domingo.

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