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Cine
El Zinemaldia apoya al cine argentino frente a las medidas tomadas por Milei
Hace apenas año y medio, el cine argentino fue protagonista en la gala de los Óscar gracias a la nominación para la película Argentina 1985. Aquella fue la última gran noticia a nivel internacional para una industria con una larga tradición, porque, desde la llegada de Javier Milei al gobierno, la del cine se ha convertido en otra de las industrias que han sufrido las decisiones de su gabinete. Bajo la idea de que se trata de una industria deficitaria, el Ejecutivo aprobó el vaciamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y con él la paralización casi total de la producción cinematográfica en el país.
El martes 24 de septiembre, el Festival de San Sebastián (Zinemaldia), junto con la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Argentina, mostró su solidaridad —organizando un acto de apoyo al cine argentino— con un gremio que ya nota los efectos de las medidas de su Gobierno. Equipos de películas del país y del resto de países latinoamericanos se concentraron en las escaleras del Kursaal, acompañados de instituciones, programadores y jurados del Festival, en solidaridad con la situación excepcional que vive el cine argentino independiente. La concentración coincidió con el pase en la Sección Oficial de la producción argentina El hombre que amaba los platos voladores, dirigida por Diego Lerman, y el estreno internacional de Traslados, dirigida por Nicolás Gil Lavedra.
“Ciertas cosas serían de discusión interna de los argentinos, pero lo más peligroso es que Milei está, como mínimo, justificando la dictadura militar”, dice José Luis Rebordinos, director del Zinemaldia
Igual que ha hecho con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), la agencia de noticias Telam o la Secretaría de Derechos Humanos, el pasado 22 de abril el gobierno argentino hizo oficial el cierre temporal del INCAA y anunció el despido de muchos de sus trabajadores. “No hay subvenciones para las películas, tampoco para viajar a festivales. También ha quitado subvenciones que afectan a las librerías. Es decir, que claramente está desmantelando lo que es la cultura argentina. Pero también está haciendo una política muy agresiva contra los jubilados y demás. Ciertas cosas serían de discusión interna de los argentinos, pero lo más peligroso es que está, como mínimo, justificando la dictadura militar. Algunas de sus personas apoyándola abiertamente. Por mucho que un señor llegue democráticamente al gobierno, si apoya la conculcación de los derechos humanos, creo que la obligación de esa sociedad es derrocarlo”, cuenta en declaraciones a El Salto José Luis Rebordinos, director del Zinemaldia.
“Hemos disfrutado tanto con el cine argentino, hemos admirado tanto a las y los cineastas argentinos, que queremos que eso continúe”, asegura Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca
“Nosotros no entramos en debates de tipo político o de carácter partidista, pero sí nos hemos tenido que posicionar ante lo que supone, como han dicho las propias protagonistas del cine argentino, un vaciamiento real de una industria que, si este año tiene una representación tan florida en este festival y en otros, el que viene, por políticas que se dedican a segar la hierba a nuestros pies, desaparecerá. Ante esas políticas, sí creíamos que debíamos mostrar nuestra solidaridad con un cine que ha estado tan presente en este festival y que ha sido tan importante para la cinematografía mundial. Hemos disfrutado tanto con el cine argentino, hemos admirado tanto a las y los cineastas argentinos, que queremos que eso continúe”, asegura Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca.
Javier Milei asegura que las instituciones que ha vaciado de presupuesto estaban asociadas al kirchnerismo. Sin embargo, el INCAA se financia principalmente a través del Fondo Fílmico Cinematográfico (FFC), establecido en la conocida como Ley del Cine de 1994, aprobada bajo el gobierno de Carlos Ménem. Sus ingresos provienen fundamentalmente del 10% del precio de las entradas para películas proyectadas en todo el país, el 10% del precio de venta de los DVD o Blue Ray y el 25% de los ingresos recaudados del impuesto sobre la facturación de los canales de TV y servicios de cable. En momentos esporádicos también ha contado con aportes del Tesoro Nacional.
En la edición de este año de Zinemaldia se presentan un total de 17 películas de producción argentina. Muchos de los creadores de estos trabajos participaron en el acto organizado en el auditorio del Kursaal en defensa de un modelo que ha contribuido al desarrollo de la industria del cine argentino y que corre serio riesgo con las decisiones tomadas por el actual gobierno argentino.
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“Este año estamos poniendo películas que empezaron a producirse el año pasado. Los efectos del vaciamiento del INCAA se empezarán a notar el año que viene. De hecho, este año ya se ha reducido casi hasta la nada la producción y las pocas películas que se producen, en un gran porcentaje, son de las plataformas digitales. De esta manera, algunos productos de gran producción los harán las plataformas y el cine independiente perderá fuerza claramente. Las producciones independientes que tengan suerte, tendrán que producir sus trabajos con otros países, como puede ser Uruguay. Estoy seguro de que va a haber una fuga de talento argentino a Uruguay”, comenta Rebordinos, quien también indica que no se trata de partidismo ni de una cuestión de izquierdas o derechas. “Hemos colaborado con el INCAA de Macri —recuerda— y también con otros gobiernos de corte más de izquierdas y no ha habido ningún problema. Pero ninguno de ellos puso en riesgo el cine argentino. Tenían su apoyo, mayor o menor, eso es cosa de los argentinos y nunca vamos a entrar a decirles lo que tienen que hacer. Pero, insisto, sí vamos a ir contra un gobierno que intenta desmantelar la cultura de su país y que apoya a un gobierno militar que asesinó a miles de ciudadanos”.