Cine
Así se organiza el Zinemaldi Alternatiboa: pausa, imaginación y no deber nada a Johnny Depp

El festival no falta a la cita con el cine comprometido, en contraprogramación del SSIFF, y ya van dieciséis años. Este año Palestina ocupará la pantalla. El turismo, tristemente, vuelve a la cartelera alternativa.
Zinemaldi Alternatiboa 1
Espectadores de los barrios de Donostia durante el ZA. Fuente: cedida por ZA.

Hay una forma de vivir el cine que es llamando a las cosas por su nombre. A Netanyahu, por ejemplo, le apellidan criminal de guerra. Se trata de un festival alternativo, un contrafestival autogestionado y combativo que no le debe nada a Johnny Depp. Se trata del Donostiako Zinemaldi Alternatiboa, o SSIFF —San Sebastian Insurrectionary Fandango Festibala, como lo llaman para reírse del cambio de nombre que hicieron en el “oficial” usando el inglés— y lleva trabajando en una cartelera bella y comprometida desde 2006, con parones, años en blanco y otros altibajos. Primero, como amigos aficionados al cine crítico; luego, tejiendo sinergias con plataformas sociales. Y mucha imaginación.

“A través del cine pretendemos promover la reflexión crítica sobre cuestiones y conflictos sociales”, explican desde la organización. Usan la cultura, dicen, para transformar la sociedad, el entorno, para impactar, a través del cine, en el mundo. Y lo hacen mientras por los alrededores del Kursaal discurren cientos de personas, y otras pocas por la alfombra roja. Este año, Monica Bellucci, Pamela Anderson y Andrew Garfield, por ejemplo, llenarán una ciudad gentrificada hasta los topes. Los precios de las habitaciones de hotel se dispararán, parte de la ciudad quedará paralizada, los pisos turísticos serán camas calientes.

En el Zinemaldi Alternatiboa (ZA) creen en otra forma de vivir el cine. Primero, lo llevaron a donde cierta forma de hacer políticas públicas culturales nunca lo llevarían: a los barrios periféricos, a los espacios autogestionados, y, si arrecia la pandemia, incluso a la calle, aprendiendo de lo alentador que puede ser vivirlo así. “Lo utilizamos como medio para tejer los espacios relacionales”, aclaran. “Nuestro objetivo es fomentar la reflexión crítica a través del cine, agitar el pensamiento e imaginar —o representar— medios comunes para afrontar los problemas”, especifica Markel Ormazabal Gaztañaga, uno de los organizadores del ZA. En primer lugar, con este otro itinerario de amor por el cine crítico quieren proclamar su solidaridad con el pueblo palestino y situarse contra el genocidio en curso. En el cartel oficial de esta cartelera alternativa, Cate Blanchett muestra la bandera de Palestina cosida en el interior del vestido con el que pisó Cannes. Pero también estará Palestina en el centro de la imagen proyectada. El 24 se podrá ver Farha, sobre la Nakba de 1948. Lo acompañará una conversación con BDS Donostia.

“Este año, por ejemplo, el SSIFF organizará un acto de apoyo al cine argentino, ante el desmantelamiento de su industria. Bien, de acuerdo, pero, ¿y Palestina? ¿No hay cine en Palestina?”, se pregunta Markel Ormazabal Gaztañaga, de la organización del Zinemaldi Alternatiboa

Markel Ormazabal Gaztañaga reflexiona también sobre lo limitada que es la crítica en el festival “oficial”: “Este año, por ejemplo, el SSIFF organizará un acto de apoyo al cine argentino, ante el desmantelamiento de su industria. Bien, de acuerdo, pero, ¿y Palestina? ¿No hay cine en Palestina?”. 

La nueva participación de Johnny Depp también se ha comentado en el entorno cinéfilo. ¿Por qué vuelve? En 2021, Depp recibió el premio Donostia mientras el proceso judicial con Amber Heard estaba en curso. La explicación de Ormazabal Gaztañaga es la siguiente: “La propia Asociación de Mujeres Cineastas de los Medios Audiovisuales, que reúne a casi 700 mujeres de la profesión, denunció públicamente la decisión. A pesar de ello, la dirección del festival no reculó y este año Depp vuelve. ¿Por qué? Pues por exigencias de la industria cinematográfica hegemónica —capitalista, racista y heteropatriarcal”. Algo similar ocurrió con Woody Allen.

Zinemaldi Alternatiboa 2
Sesión de cine en 2011 en el Zinemaldi Alternatiboa. Fuente: cedida por ZA.

Por otra parte, y en la línea con el llamamiento a frenar la emergencia de discursos racistas y fascistas en la ciudad guipuzcoana, este festival también se ha alineado con la exigencia de “organizarse y fortalecer la cultura antirrepresiva, antirracista y antifascista”. Recientemente, 40 colectivos se unieron para lo propio. Las sesiones del 26, junto a Harrera Sarea, se detendrán en reflexionar esta resistencia con Infernuan/In hell y la película colectiva formada por cortometrajes Sueños de viernes. “Con la excusa de la seguridad, proliferan los discursos y actitudes xenófobas contra las personas migradas y racializadas, mientras se niega la raíz real del problema”, reflexiona Ormazabal Gaztañaga para Hordago.

Ante la emergencia de discursos fascistas, el Zinemaldi Alternatiboa se alinea con la exigencia de “organizarse y fortalecer la cultura antirrepresiva y antirracista”

Con todo ello, quieren incidir en la serenidad que impide “el ritmo de vida” actual. “Los tiempos del cine, en general, son otros, a veces incluso diferentes a los impuestos, y el festival pretende hacer uso de ellos. Utilizamos el cine como medio para tejer comunidades, para reivindicar espacios de relación de la ciudadanía”, expresa Ormazabal Gaztañaga.

Turismo, casi siempre en el ZA

Un documental, City For Sale, se inicia con la voz en off de Mariano Rajoy: “El turismo es fuente de riqueza, empleo y prosperidad. Y atacarlo es un sinsentido y un disparate”. Su directora, Laura Álvarez, acompaña a dos familias que ven cómo la masificación turística cambia su vida. Otra película, El síndrome de Venecia —se proyecta el sábado 21— se adentra en el torbellino turístico del icono italiano. BiziLagunEkin, plataforma contra el turismo descontrolado, participará en el coloquio. Los organizadores del ZA recuerdan que este es un tema que siempre ha estado presente en la cartelera alternativa.

El recorrido alternativo lo abrirá el jueves 19 Bizkarsoro, un largometraje de ficción dirigido por Josu Martínez. Se explora la idea de “vivir en euskera” en un pueblo ficticio de pobladores también ficticios. Por su parte, el documental sobre la txaranga Kuxkuxtu y la transmisión del canto popular, Kuxkuxtu: Parean, ondoan, elkarrekin, cerrará el 27. Esta será la edición 11+5. ¿11+5?

Historia de un cine militante

La cronología la cuentan sus organizadores: “La primera edición del Zinemaldi Alternatiboa la celebramos en 2006, de la mano de Alde Zaharreko Gazte Asanblada y en el local del grupo ecologista Eguzki. Se puede decir que ZA nació empujado por el contexto; en otras palabras, fue la consecuencia lógica, y ‘natural’, del momento que vivía la ciudad”. Tres años antes se organizó el primer “abordaje pirata” a la Aste Nagusia (“Jai herrikoien alde Abordatzera!”) que dio inició al movimiento a favor de unas fiestas populares que hoy se conoce como “Donostiako Piratak”.

Un año más tarde, en 2004, cuenta Markel Ormazabal Gaztañaga, organizador, la policía desalojó el gaztetxe Euskal Jai de Iruñea. La resistencia del movimiento juvenil en Iruñea supuso un acicate para todo el movimiento en Euskal Herria. En Donostia, donde hoy nos situamos, con okupaciones de por medio, se llegaron a gestionar cuatro gaztetxes. ZA surgió como parte de toda esta dinámica. 

Los siguientes tres años (por razones ajenas al cine, aunque sí muy “cinematográficas”, represión y cárcel, cuenta Ormazabal Gaztañaga), no se pudo organizar el festival. En 2010 se okupó el gaztetxe Kortxoenea de Gros y la asamblea de este espacio autogestionado recogió el testigo. “Kortxoenea nos acogió durante cinco años, de ahí la cita ‘+5’ que hemos adaptado al título en todas las ediciones posteriores en señal de homenaje”, apunta.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio Convivencia de Berrocal II: Comunidad de acogida
Volvemos a la Convivencia Rural de Berrocal y, esta semana nos detenemos en la historia de dos familias, una palestina y otra israelí, que nos muestran que la convivencia es posible. Además, tecnosuelos y música. Creemos que merece la pena escuchar.
Palestina
Shahd Abusalama “La Shoah se ha convertido en un arma ideológica de la que se ha abusado”
Afincada en Barcelona, la familia Abusalama, de origen gazatí, lidia con el horror diario pegada a un móvil, mientras espera noticias de los familiares que aún quedan en el enclave palestino.
LGTBIAQ+
LGTBIAQ+ Unha casualidade, unha resposta masiva e un debate incómodo: a sentenza de Samuel Luiz en contexto
O 22 de maio, o TSXG ratificaba o veredicto do xurado popular e recoñecía que o asasinato de Samuel Luiz foi un crime motivado por LGTBIfobia. O caso supuxo unha mobilización sen precedentes.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.