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Cine
El audiovisual chino llama a tu puerta con ‘Ne Zha 2’: acción y fantasía feudal con ecos de ‘Dragon Ball’

Dicen que Ne Zha 2, secuela de una exitosa inspiración fílmica en la novela feudal La investidura de los dioses, es un éxito enorme. Y lo es. Se ha convertido en la película de animación más taquillera de la historia. Dependiendo de las contabilidades, se la emplaza en unos lugares u otros dentro de las diez películas más taquilleras de la historia. Y ha cosechado la mayor recaudación nunca conseguida por una producción no estadounidense.
La batería de cifras puede servir para reivindicar que el blockbuster chino finalmente se ha internacionalizado. El caso de Ne Zha 2 empuja a decir que sí, pero no. El blockbuster chino llama a la puerta, pero no ha entrado del todo en la habitación, aunque puedan verse signos de que está cada vez más cerca. Los motivos están claros. En el momento de escribir estas lineas, la web Box Office Mojo contabiliza que el filme lleva recaudados 1.899 millones de dólares, de los cuales la inmensa mayoría (1.862) provendría de su mercado interior.
Con todo, no hay que desdeñar en absoluto esos 37 millones provenientes de otros mercados. Otros grandes éxitos del audiovisual chino reciente han recabado taquillajes mínimos en el resto del mundo. La superproducción de temática bélica La batalla del lago Changjin, que es la segunda producción no estadounidense más taquillera de la historia, sumó solo tres millones de dólares fuera de China de un total de 902, también según datos de Box Office Mojo. Otros grandes éxitos del audiovisual chino reciente, como las tres primeras entregas de la exitosa saga Detective Chinatown, se han movido en proporciones parecidas.
‘Ne Zha 2’ parece incorporar una advertencia: los audiovisuales que consideramos periféricos desde Occidente reivindican su derecho a apabullarnos como las superproducciones de Hollywood
Así que Ne Zha 2 ha sido un enorme éxito económico cuyo alcance internacional es muy apreciable, pero todavía moderado (¿quizá su tercera entrega será la que terminará de romper techos?). En todo caso, parece incorporar una advertencia: los audiovisuales que consideramos periféricos desde Occidente reivindican su derecho a apabullarnos como las superproducciones de Hollywood. Y a hacerlo, en buena medida, con armas coincidentes: mucha acción violenta salpicada de humor, clímax que no terminan nunca y saturación de los sentidos...
El bien no es lo que parece
Ne Zha se inspiraba en una novela feudal china, La investidura de los dioses. El título proviene del nombre de su protagonista, Ne Zha, un niño que es la encarnación humana de una energía demoníaca. Sus padres y su maestro intentan encauzar sus tendencias revoltosas, su rebeldía y su impulsividad. El primer filme, como tantas obras orientadas a un público infanto-juvenil, tenía un cierto componente de aceptación de la diferencia: un niño rebelde, señalado por su ascendencia, busca su lugar en el mundo.
Ne Zha también proyectaba que el bien y el mal se pueden entremezclar, que no tienen por qué ser puros y que pueden devenir, además, complementarios. La secuela redobla esta apuesta temática e incluye advertencias sobre las fuerzas que se presentan como bondades puras que pierden el camino porque se sienten legitimadas para subyugar o eliminar al otro. El mundo alrededor del protagonista, poblado por dragones, por demonios y también por sacerdotes guerreros intentando acumular méritos para alcanzar la inmortalidad, se expande. Y el relato adquiere un cierto aspecto antiautoritario (o, al menos, contrario a las conspiraciones de un mal líder que no rinde cuentas a nadie) que va más allá de la rebeldía infantil (acompañada del deseo frustrado de aportar a la comunidad) que se escenificaba en el primer filme.

Anteriores éxitos comerciales provenientes del gigante asiático habían un mostrado un talante más bien agresivo. En la década pasada abundó una especie de reaganismo 2.0 en versión china que incluía patriotismo desaforado y una geoestrategia belicosa materializada en sus propias películas con aires a Acorralado (véase Wolf Warrior 2, por ejemplo) y Top gun (Sky fighters, entre otros ejemplos). Esas ficciones, algunas de las cuales se presentaban como inspiradas en hechos reales (es el caso de Operation Red Sea), aludían a esas guerras transfronterizas, ilimitadas en el tiempo y un tanto abstractas made in USA: contra la droga, contra el terror...
‘Ne Zha 2’ no desentona con las cooptaciones de causas políticas y sociales (como el feminismo o el antirracismo) llevadas a cabo en los últimos años por las grandes corporaciones del audiovisual estadounidense
En cambio, el que es hasta ahora el gran éxito comercial del audiovisual chino puede verse como un espectáculo bienintencionado. Con unas cuantas salvedades, no desentona con las cooptaciones de causas políticas y sociales (como el feminismo o el antirracismo) llevadas a cabo en los últimos años por las grandes corporaciones del audiovisual estadounidense. La cultura friqui más emplazada en la (ultra)derecha política podrá rasgarse las vestiduras: ¿la China (nominalmente) comunista también es woke y (¡horror!) inclusiva?
De China al mundo... pasando por Japón
Las formas de Ne Zha 2 asumen la lógica global del cine de animación infanto-juvenil como iniciación a ese blockbuster de acción fantástica que tiene uno de sus modelos principales en el audiovisual superheroico de Marvel Studios. Ne Zha no era precisamente una obra calmada, pero su secuela incluye acción más monumental y más épica. El grueso de la película continúa siendo un camino de aprendizaje y descubrimiento salpicado de humor y peleas, pero el larguísimo tramo final incluye batallas multitudinarias. El correspondiente diseño de personajes cuquis que proporcionan interludios cómicos o ternuristas entre las batallas y persecuciones también parece haber tenido modelos occidentales (con Disney y Pixar en lugares destacados) entre los referentes.
Las formas audiovisuales de Ne Zha 2 no parecen demasiado distintivas respecto a las maneras del audiovisual corporativo de Hollywood, pero su iconografía sí que resulta más característica. La mitología que reelabora no proviene del mundo cristiano, ni grecolatino, ni vikingo, ni tampoco de las mitologías pop de los superhéroes de DC Comics y Marvel, sino que parte de la China medieval, del taoísmo y otras ramas filosófico-religiosas. Este barrera cultural es perfectamente superable, aunque el relato puede resultar algo difícil de seguir para los espectadores menos habituados a las fantasías provenientes del Extremo Oriente, especialmente si no han visto la primer entrega.
Cómic
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Los espectadores que se perdieron la primera parte pueden encontrar su muleta en Bola de dragón, una de las obras del pop japonés que más ha penetrado en la cultura global. La posible influencia del manga del fallecido Akira Toriyama y de sus posteriores series y películas tiene algo de movimiento cultural en espiral: Toriyama guiñaba el ojo a la novela feudal china Viaje al Oeste, y los responsables de estas adaptaciones de otra novela feudal china parecen haber tomado nota de lo que este hizo. De hecho, Ne Zha puede tener un cierto aire al Son Goku de la primera época: un niño revoltoso y asilvestrado, pero con capacidades excepcionales, que interacciona de maneras informalísimas y disruptivas con sus maestros y con otras figuras de autoridad humana o divina a lo largo de un camino de descubrimiento del mundo y de sí mismo.
El grueso de la película parece apto para la exportación, preparado para competir en los mercados de un audiovisual globalizado y globalizador que parece mimetizar el fondo despótico de la política y la economía neoliberal: no hay alternativa, las cosas tienen que ser como son... o conformarse con plantear ligeras variaciones. Quizá el elemento más llamativo de Ne Zha 2 también remite a las primeras aventuras de Goku: coinciden en una atención especialmente acusada hacia la escatología. El cine infanto-juvenil a menudo incorpora el mundo de las ventosidades y los excrementos como elemento cómico, pero esta vez se insiste más de lo habitual: tenemos pedos, orina y el reto de ingerir vómito. Es la parte más peculiar de un eficaz rodillo narrativo. Como tanto cine espectacular que apuesta por el más es más, el conjunto puede resultar un tanto agotador. Pero, con todo, apunta a ser una de las grandes mascletás audiovisuales del año.