Coronavirus
1.700 personas se hacinan en el centro temporal de extranjeros de Melilla, que solo tiene 580 plazas autorizadas
La ciudad fronteriza alberga a más de 1.700 solicitantes de asilo que permanecen encerrados en el centro de estancia temporal y en un centro de menores que triplica su capacidad. Las carpas que acogían en una explanada a más de 300 personas en situación de calle se inundan durante el confinamiento.

Estos días de alarma y pandemia están siendo realmente difíciles para las personas migrantes que se encuentran en Melilla. Más de 300 personas que estaban en situación de calle fueron reubicadas a unas carpas ahora inundadas, en las que flotan los zapatos y las pertenencias. A estos tres centenares se suman otras cincuenta personas que estaban viajando desde la península hacia Marruecos, y que quedaron atrapadas en Melilla por el cierre de fronteras. El confinamiento y los nulos protocolos de seguridad ilustran su situación.
Se trata de unas carpas provisionales que acogían a más de 350 personas trasladadas desde el polideportivo Lázaro Fernández, y que fueron instaladas bajo unas tiendas de campaña en una explanada a las afueras de la ciudad. “Ahí están los cincuenta que quedaron atrapados por el cierre de frontera, pero también toda la gente que vivía en la calle, tanto los que están para hacer el risky, intentando llegar a la península, como las personas que viven permanentemente sin hogar. También los que van cumpliendo la mayoría de edad y son desalojados de la Purísima”, reclaman desde la Red Melilla, una plataforma coordinada con colectivos como SolidayWheels y la No NameKitchen.
El pasado fin de semana, con lluvias torrenciales en la ciudad, algunas de estas carpas muy rudimentarias se inundaron, por lo que las personas han sido finalmente realojadas, esta vez en la plaza de toros de la ciudad
El pasado fin de semana, con lluvias torrenciales en la ciudad, algunas de estas carpas muy rudimentarias se inundaron, por lo que las personas han sido finalmente realojadas, esta vez en la plaza de toros de la ciudad. “Las carpas no estaban aisladas térmicamente del exterior y el suelo era de tierra. Hacía mucho frío estos días, y ha llovido mucho. Por la noche fue torrencial y los zapatos flotaban en medio del agua”, declara el portavoz de la Asociación Pro Derechos de la Infancia en Melilla, Prodein.
HACINAMIENTO EN EL CETI
La situación en el CETI —centro de estancia temporal de extranjeros— sigue siendo más que preocupante. Amnistía Internacional denunciaba hace unos días “el problema de hacinamiento que existe en el caso del CETI de Melilla”. Y añadía que este centro “alberga ahora mismo a 1.753 personas (el triple de lo que puede, que son 580), poniéndose así en riesgo la salud de quienes habitan en él, por no poderse cumplir diligentemente con las advertencias de precaución de las autoridades sanitarias ni con los protocolos a seguir en caso de contagio”.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha pedido también de manera urgente “el traslado a la península de solicitantes de asilo y migrantes desde Ceuta y Melilla”. Familias separadas entre la península y la ciudad autónoma, solicitantes de asilo, entre ellos unos 200 niños, están viviendo en este centro cerrado y esperando el traslado durante meses. Desde Prodein lo describen como “un centro hacinado”, explicando que “la gente que trabaja allí hace lo que puede, pero el ambiente es insostenible”.
En este sentido, el pasado lunes 13 de abril, la Coordinadora Obrim Fronteres ha impulsado la campaña #RegularizacionYa, que ya ha sido firmada por más de 800 organizaciones y que pide al Gobierno central “la resolución favorable e inmediata de todas las solicitudes y expedientes de asilo y refugio”. Exigen también que se dé prioridad al derecho a la vida familiar y el interés superior del menor y “la liberación inmediata de todas las personas internas en CIEs y CETIs de Ceuta y Melilla”.
Con respecto al CETI de Ceuta, colectivos locales como ELIN indican que la situación ha mejorado desde que se realizaron los últimos dos traslados a la península. “Hay unas 470 personas, la capacidad es de 512. Se han hecho dos traslados a la península en este periodo de confinamiento. Uno de unas 108 personas y otro de unas 37 a recursos en la península. Se ha descongestionado bastante el centro desde estas dos salidas”, afirman desde este centro.
CENTRO DE MENORES LA PURISIMA
El centro de menores La Purísima viene siendo protagonista de varios titulares por las condiciones de hacinamiento de niños y jóvenes en un antiguo cuartel militar. Más de 900 menores se concentraban hace un par de semanas en este centro con capacidad para 350, momento en el que las autoridades locales anunciaban el traslado de unos 200 niños hacia otro centro en la ciudad.
Las asociaciones denuncian que sólo tienen conocimiento del traslado efectivo de 20 de esos menores. “Aparte de esos 20 que trasladaron al campamento, a los que van cumpliendo 18 los van trasladando a otro grupo que ahora está en la plaza de toros”, declaraban desde la Red Melilla.
“De todas formas 200 son muy pocos, si había 900 como dicen, pues quedarían 700 y un centro como éste con 700 niños no es un centro”, reclama José Palazón de Prodein. Explica que aunque la situación no ha mejorado, “se perciben cambios de sentido en la política que se empieza a llevar a cabo en Melilla con los menores. Es la primera vez que se intenta cambiar la política de rechazo al extranjero y se busca poner alguna solución”, y añade que “la ultraderecha ni siquiera los veía como niños, los llamaba inmigrantes precoces, a un crío por ejemplo de 16 o 18 años”.
Los activistas y profesionales que trabajan en estas circunstancias coinciden en señalar que las políticas que criminalizan la migración deben ser revisadas y modificadas. Y que la pandemia del covid19 ha evidenciado, aún más, las desigualdades existentes y la vulneración de los derechos humanos en una parte de la población.
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El movimiento antirracista exige que se regularice a la población migrante
Mediante una carta dirigida al Gobierno y una campaña en redes sociales, grupos antirracistas y proderechos de la población migrante urgen a regularizar la situación administrativa de todas las personas que se encuentran en el país. Los colectivos entienden que, en estado de alarma, la protección de toda la población pasa por su acceso a la ciudadanía.
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