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Crónica
Ayuso vs. Casado: un sorpasso difícil del que ya todos hablan y algunos anhelan
La historia se repite. La cohabitación entre los dos grandes núcleos de poder del Partido Popular, Génova y Puerta del Sol, se ha vuelto áspera. Otra vez la gravitación del líder de la Real Casa de Correos choca con el presidente nacional del partido. Esta vez, es menos personal. A Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso les une una larga amistad y años de confianza mutua. Pero la neblina surge por sus respectivos equipos, algunos medios de derecha con muchas ganas de copar Moncloa como sea y la ambición que siempre subyace —aunque no se diga— en un político que se catapulta frente a un líder en meseta.
Puesto blanco sobre negro, es cierto que a algunos sectores de la derecha les entusiasma la idea de una candidatura a las elecciones generales de Ayuso para suceder al gobierno de coalición que aborrecen. Se vislumbra en algunos formadores de opinión de la España conservadora, como Jiménez Losantos, y en algunos editoriales y títulos de la prensa de derechas. Más allá de la afinidad de estilos, el motivo es que la ven con más capacidad de ganarle a la izquierda y el soberanismo, hoy por hoy, dueños de la mayoría en las Cortes.
No menos cierto es que una sucesión anticipada es improbable, al menos con los parámetros tradicionales de nuestro sistema político. Casado no será un líder indiscutido ni tiene un apoyo basado en su carisma, pero está firme en el PP y ha crecido en las encuestas. Una perestroika azul contra él antes de las generales, incluso con encuestas en la mano que mostraran que ella puede sumar más que él, es difícil de imaginar. Pero hay mucho en juego y en una situación así también los poderes fácticos podrían hacer pesar su voz.
Casado no será un líder indiscutido ni tiene un apoyo basado en su carisma, pero está firme en el PP y ha crecido en las encuestas
En Génova no quieren sustos. Muy sutilmente ya han hecho notar diferencias. Por ejemplo, dejaron filtrar a medios afines que Casado y la Ejecutiva desautorizaban las declaraciones de la presidenta madrileña sobre el Rey y su invitación retórica a que no firmase los indultos. También incluso filtraron que no habría trato especial con la ex gestora de las cuentas de la mascota de Esperanza Aguirre durante la sesión de investidura. Casado no fue a la investidura sino solo a la toma de posesión. ¿Alertas encendidas en la cúpula ‘popular’?
Primer choque: comunicación
Desde el triunfo arrasador de Ayuso en Madrid, la idea de la sombra de la presidenta regional a Casado está presente, no solo en los medios sino también entre varios votantes cuando hablan de política. Se oye esa nueva narrativa que nunca es casual ni desinteresada pero que también es un poco incontrolable ante la fuerza de los hechos, y el más fuerte de todos es que la inquilina de Puerta de Sol ha más que duplicado sus escaños, ha cautivado a votantes por fuera del PP y ha consolidado el poder territorial de su partido en su feudo más importante.
En entrevista en la SER, de hecho, le preguntaron a la secretaria general del PP madrileño, Ana Camins, si temía que Ayuso acabe por eclipsar el liderazgo de Casado y eso traiga problemas al partido. Camins, quien a fin de año dejará el cargo y lo asumirá la propia Ayuso, respondió: “No tememos nada, lo que estamos es muy orgullosos de los equipos y de la presidenta que tenemos”.
Ven a Ayuso una Cayetana Álvarez de Toledo con menos formación, un tono menos arrogante, un estilo menos burgués, y por tanto, de mucho mayor impacto en el electorado
Pero, ¿qué es lo que irradia Ayuso que puede ensombrecer a Casado? Sin duda lo que muchos ven es su capacidad de sumar votos por fuera de la derecha tradicional a la misma vez que da la batalla ideológica desprejuiciada y desenfadada. Una Cayetana Álvarez de Toledo con menos formación, un tono menos arrogante, un estilo menos burgués, y por tanto, de mucho mayor impacto en el electorado.
“Ese estilo enfrentando a lo progre en Madrid funciona muy bien en algunos distritos. Ella comunica mejor que Casado y además la estrategia de Génova ha sido ambivalente, no supo si competir en centroderecha o en la derecha más radical, mientras que la de Ayuso ha sido coherente en trayectoria y clara, reconocible”, declara a El Salto el politólogo y profesor Eduardo Bayón, consultor en comunicación. “A Casado le ha pasado factura esa ambivalencia; si se revisa la valoración de los propios votantes del PP desde el año pasado, ha caído en picado”, añade.
Lo que no hace Casado, porque no se atreve o porque cree que no le conviene, sí lo hace con gusto Ayuso. Esa confrontación ideológica sencilla, binaria y con argumentos poco dogmáticos y muy de tertulia vespertina convierten en su mensaje en algo nítido de gran llegada. Abrazando y recortando a su modo la idea-fuerza de la “libertad” y enfrentándose a toda la izquierda y muchos de sus dogmas, es imposible que Ayuso no traiga a la memoria a Margaret Thatcher.
Esa confrontación ideológica sencilla, binaria y con argumentos poco dogmáticos y muy de tertulia vespertina convierten en su mensaje en algo nítido de gran llegada
La primera ministra británica no era considerada la ganadora segura en 1979. Surgió como la sorpresa en unas primarias conservadoras que la catapultaron como candidata. Las opiniones de algunos periódicos del día después de su triunfo electoral en las generales lo dicen todo. “Sweetheart of suburbia (el encanto de la periferia)”, la llamó un diario británico. Hasta el New York Times de aquellos días destacó como elemento de su victoria que “su voz y sus modales recordaban a colegialas”. Thatcher era una despiadada crítica del estado de bienestar y del dominio sindical y laborista en la sociedad británica de posguerra. Su tono y estética suavizaban un discurso duro, simple y rígido.
Los especialistas en comunicación política que rodean a Ayuso saben, como todos los de su gremio, que a un programa político radical, neoliberal y antiprogresista, hay que sostenerlo con buen marketing. Las gracias, bromas y humoradas de la presidenta en campaña son la contracara necesaria de su bajada histórica de impuestos para beneficiar a la clase media-alta y alta madrileñas.
Es posible que sea un error de la izquierda asimilar a Ayuso al trumpismo. Se la ha comparado varias veces en la campaña con Trump. Pero es más complejo: el expresidente estadounidense era bastante distinto en términos económicos a lo que propone el PP madrileño y el PP estatal. Su giro proteccionista y de aumento del gasto público, además de la migrantefobia y sinofobia, lo hacen un híbrido entre la llamada Europa de Visegrado y el republicanismo tradicional.
“Es cierto que se da esa combinación en ella, de elementos thatcherianos y trumpistas, y se da en el PP, que en lo económico es muy neoliberal y en aspectos culturales muy conservador”, afirma Bayón, quien considera que “tener en frente como rival a Vox le está comiendo la agenda porque encima Vox no tiene discurso proteccionista en lo económico, no es Le Pen, no hay diferencias casi en eso, por lo que a ellos los puede arrastrar a la derecha en la parte cultural”. Para el experto, actualmente el discurso de Ayuso, “que bebe de Thatcher y de Trump”, es el que “más se amolda a la situación: para un sector más rancio y clásico con peso católico sigue funcionando muy bien porque se le da el plus de esa rebeldía frente a lo progre que tiene ella”.
“Todo lo de Ayuso está muy pensado, desde las fotos de El Mundo que no fueron una casualidad y fueron enfocadas a un determinado lector hasta sus frases sobre no encontrarse un exnovio en Madrid”
Según el politólogo, la estrategia del ayusismo “no es nada mala, porque está adaptada a los factores que la condicionan. Todo lo de Ayuso está muy pensado, desde las fotos de El Mundo que no fueron una casualidad y fueron enfocadas a un determinado lector hasta sus frases sobre no encontrarse un exnovio en Madrid, o lo del rey el otro día. Al final ella está generando los marcos del debate y estableciendo el ritmo”.
Es esta combinación que la vuelve más asertiva y mejor preparada para interpelar a un electorado más amplio que lo que por ahora es Casado. Es esta mezcla thatcheriana de rebeldía a ultranza contra el dogma progre y de promesa de recortes fiscales con insolencia trumpista que obnubila a cada vez más referentes de la derecha. Y es la nube que da sombra a Casado.
Segundo choque: equipos
“La traición de ella contra él no va a suceder. Ella está muy alineada, la relación es de mucha confianza de hace muchos años. Casado es su líder y su inventor”, dice una fuente del PP parlamentario a El Salto, al hacerse la pregunta que hacen muchos por lo bajo. Es sabido que ambos se conocen desde veinteañeros en Nuevas Generaciones, en los tiempos aznaristas. Entablaron una amistad más personal que la que tuvo Casado con Álvarez de Toledo, a quien conocía de la FAES.
También debe decirse que en el mundo conservador, así como muchos observan con admiración el desparpajo y vocación de poder de Ayuso, también otros la miran con recelo y creen que un liderazgo nacional así podría ser una aventura demasiado incierta.
Pero los tiempos son los que son y conservadores moderados y con discursos de buen tono y estilo como el presidente de la Junta andaluza, Moreno Bonilla, no trascienden ni interpelan tanto al electorado. Menos que menos consiguen tantos espacios en los grandes oligopolios de comunicación del corazón de la meseta castellana, principal y todopoderosa caja de resonancia del poder estatal.
Pero el enfrentamiento sí es real a nivel de equipos. Incluso en la puesta en escena en el balcón de Génova el día del arrase electoral en mayo pasado. La comunicación es más clave que la gestión hoy por hoy y se sabe que allí se dirime todo. Por eso la tirantez entre Teodoro García Egea y el otro creador del “producto Ayuso”: el histórico Miguel Ángel Rodríguez, su consejero sin cartera, principal asesor y exjefe de gabinete de José María Aznar.
Miguel Ángel Rodríguez es la cabeza visible de un equipo de estrategia y comunicación que se ha empoderado en la pandemia y con el triunfo electoral
MAR (como se lo conoce a Rodríguez en el submundo político madrileño) es la cabeza visible de un equipo de estrategia y comunicación que se ha empoderado en la pandemia y con el triunfo electoral. Allí también es clave José Luis Carreras, procedente de la FAES, con larga trayectoria en el gobierno regional y primer jefe de gabinete de Ayuso, luego sustituido por MAR.
Paradojas de la política: Rodríguez estuvo en situaciones similares pero del otro lado de la trinchera. En 1995, era escudero de Aznar cuando el expresidente del Gobierno no tenía cargo y solo lideraba el partido y tenía que lidiar con los liderazgos fuertes regionales, como el de Ruiz-Gallardón. Hoy MAR busca crear un subpoder potente que no se deje dominar por Génova, por más que la dirección de Casado se empeñe en atribuirse el mérito y la paternidad de la carrera política de la presidenta.
Los votos de Ayuso, y antes las encuestas, la han fortalecido frente a Génova y basta ver la injerencia que tuvo el partido nacional en las listas de 2019 y en las de este año. También con el affaire Toni Cantó se ha hecho relevante: el fichaje fue idea de la Ejecutiva de Casado y casi una imposición. Cuentan los que saben que Egea lo quería ver de consejero pero finalmente el gol se lo apuntó MAR: tan solo irá a parar a una Oficina del Español que tendrá peso simbólico y en gestión, nulo.
Sea como fuere, y más allá de la ambición que puede tener algún operador político en Sol, un sorpasso de Ayuso a Casado es improbable. “Creo que es un poco especulativo y difícil. Parece difícil que se dé esa ventana de oportunidad y de hecho si en Andalucía el PP tiene un buen resultado, Casado saldría reforzado y cogería oxígeno. Pero es cierto que la estrategia de Ayuso es la más acertada e inteligente: se convierte en el referente total del PP madrileño y es doble referente porque es líder de Madrid, ocupando presidencia autonómica, y en el mayor referente institucional en la oposición a Moncloa. También tiene a favor que la rendición de cuentas de la presidencia de Madrid es mucho menor en la esfera pública por lo nacional. Y ha sabido utilizar el componente identitario madrileño. Todo esto hace que la situación de Casado sea más complicada porque está muy condicionado por Vox, va a cierto rebufo de lo que hace la ultraderecha o no lleva tanto la iniciativa en esa pelea, que sí la lleva Ayuso”, señala Bayón.
Los jinetes de la derecha extrapartidaria y los poderes fácticos están atentos: “La ven más sólida, con más posibilidades y de ahí los desplazamientos (de respaldo), que es evidente que ya han ocurrido algunos”
Por ahora todo pertenece al campo especulativo aunque toda especulación tiene siempre algo de realidad. Los jinetes de la derecha extrapartidaria y los poderes fácticos están atentos. Como dice Bayón, “la ven más sólida, con más posibilidades y de ahí los desplazamientos (de respaldo), que es evidente que ya han ocurrido algunos”.
Una candidatura en las próximas generales de Ayuso es poco probable. Pero cuando las encuestas dieron mucho aire a Albert Rivera, buena parte del Palco del Bernabeu lo miró con cariño y lo aupó. Si un trimestre antes de ir a las urnas la demoscopía muestra que no Casado sino Ayuso garantiza en el Congreso una mayoría sin Unidas Podemos ni los soberanistas vascos y catalanes, lo improbable podría volverse verosímil.
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Las élites económicas van invertir en Casado y en Ayuso. Cuando las encuestas digan quién va por delante, lo/la señalaran y trasvasarán fondos de uno a otra o de una a otro. Lo importante para las élites económicas es ganar las elecciones desplegando toda su capacidad propagandística, porque saben que gobernarán ellas a través del candidato ganador o de la candidata ganadora. El poder económico manda y el político pepero y voxeneta obedece.
¡Qué pena de democracia! Las alternativas, que las hay, deberían profundizar la democracia y alentar la participación de la sociedad civil organizada. Mucho trabajo de base por hacer.
Tengo la impresión de que estos artículos de análisis político-psicológico no solo son democráticamente inocuos sino que terminan legitimando el esperpento narcisista -psicópata en el que han convertido nuestra sociedad lxs peores. Parece que nadie está dispuesta a describir lo que es, por manifiesto que sea, lo que señala, a mi juicio, que nos seguimos precipitando por un despeñadero moral-fascista irreversible. Hoy, nadie cultivada y decente cuestiona que Thatcher fue una criminal social sin parangón; Reagan era uno de los muchos bufones que han pasado por la presidencia de EEUU. Su línea de pensamiento, el de Thatcher, J. Locke, A. Smith... sigue dirigiendo el mundo contra toda evidencia empírica. Tras un confinamiento en el que nos dieron de comer, hicieron posible la vida, lxs más , y humilladxs, volvemos a tolerar a criminales cuqui siniestrxs, volvemos a tolerar el clasismo. Personajes impostadamente atolondradas, fingidamente desvalidas, sexualmente ambivalentes, dulces y sádicas, tan cercanas como inquietantes, pura levedad ante la gravedad que ellas mismas generan... Bien pensado IDA es la metáfora perfecta de un tiempo, el nuestro, vaciado, esperpéntico, cancelado, incapaz de amar, paroxismo de la mercancía.