Cuidados
“Arrepentío vendrá a pedirme perdón cuando te haga falta a ti el servicio mío”: la Marcha Blanca del SAD finaliza por sevillanas

La primera Marcha Blanca del Servicio de Atención Domiciliaria acaba en Sevilla tras cuatro meses recorriendo todas las provincias andaluzas pidiendo derechos laborales para dignificar su trabajo.
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Trabajadoras del SAD cantan y bailan una sevillana reivindicativa frente al palacio de San Telmo Aurora Báez Boza

“Mi trabajo es vocacional. Pero no tengo vida: trabajo hasta las 9 de la noche todos los días y no puedo formar una familia como querría”, comenta Carmen Murube, trabajadora del Servicio de Atención Domiciliaria desde hace siete años. “Me he unido a las marchas en todas las provincias para conseguir la mejoras de las condiciones laborales de todas las compañeras”, concluye.

Esta marcha histórica comenzó el pasado 8 de enero en Almería y, en sus 14 etapas, ha recorrido todas las provincias de Andalucía hasta llegar a Sevilla este 8 de abril, coincidiendo con la convocatoria de huelga general del sector en toda la comunidad autónoma. “Esta marcha ha surgido por la indignación de nuestro colectivo, maltratado por instituciones y empresas”, recalca Ana Richarte, trabajadora del SAD y promotora de la marcha.  

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Mensaje en la bata blanca de una trabajadora del SAD durante la manifestación en Sevilla Aurora Báez Boza

Rosi lleva 14 años trabajando en la asistencia domiciliaria y viene a la marcha desde Alcalá del Valle (Cádiz). De su experiencia cuenta que lo peor son las condiciones laborales: “Siempre lo peor es la incertidumbre de la falta de trabajo, trabajamos mucho y se nos tiene que reconocer las enfermedades. Pero eso es lo malo, porque al final a nosotras nos encanta nuestro trabajo”.

“La culpa la tienen los empresarios, los dueños de las empresas, de estos chiringuitos como CLECE”, Carmen Murube, trabajadora.

En Andalucía el Servicio de Atención domiciliaria emplea a 22.000 mujeres. Las condiciones laborales del sector pasan por horarios excesivos, convenios que no se cumplen, jornadas partidas que imposibilitan la conciliación y sueldos precarios. Además de falta de reconocimiento de enfermedades laborales.

Así ha sido la letra la sevillana colectiva cantada por todas las trabajadoras frente al palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, a modo de manifiesto:

“La edad de jubilación,
la edad de jubilación
queremos que se adelante
la edad de jubilación,
que llegamos hechas polvo.
Yo te lo pido por Dios.
Yo te lo pido por Dios
porque no podré moverme
cuando me haga mayor.”

“La culpa la tienen los empresarios, los dueños de las empresas, de estos chiringuitos como CLECE”, recuerda Carmen Murube. El sector como otros trabajos de cuidados se ve cooptado por subcontratas que precarizan el trabajo y se lucran de los presupuestos públicos. Empresas como CLECE, propiedad de Florentino Pérez, es líder en el sector de la atención al domicilio, según el ránking de Empresas de eleconomista.es.

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Trabajadoras del SAD se manifiestan en Sevilla

“La lista de espera pa la consejera”, reza uno de los cánticos de las manifestantes. Además de sobre sus condiciones laborales, las trabajadoras también quieren llamar la atención sobre la situación de desabastecimiento del sector y las largas listas de espera que tienen que sufrir las personas en situación de dependencia para acceder a una trabajadora. En 2021 han fallecido más de 10.000 personas en las listas de espera de la dependencia en Andalucía. Unas listas que actualmente tienen a 80.000 personas esperando la concesión de un servicio de atención a domicilio. Según la Ley de Dependencia, el tiempo de espera de las personas que necesitan asistencia no puede exceder los seis meses.

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“Mi experiencia ha sido regular porque la Junta de Andalucía no manda lo que tiene que mandar, no estamos en condiciones dignas”, comenta Isa, trabajadora en el Servicio de Asistencia a Domicilio en Alcalá del Valle desde hace 5 años. La marcha finaliza su recorrido frente al Palacio de San Telmo para exigir al presidente autonómico, Juanma Moreno, que reconozca a las trabajadoras del sector su dignidad y profesionalidad, dotándolas de derechos laborales. El broche de oro a la movilización, que ha durado 4 meses, se da al ritmo de sevillanas, escritas y cantadas por las propias trabajadoras. Unas letras para que las instituciones y la sociedad recuerden lo esencial de este trabajo:

“Arrepentío
vendrá a pedirme perdón.
Arrepentío,
cuando te haga falta a ti,
el servicio mío.”

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