Culturas
Literatura y Carnaval (de Cádiz)

La gran novela del Carnaval de Cádiz es un ensueño, un postulado, un libreto; es novelar algo innovelable que debe de ser vivido

2 feb 2018 11:00

1. ¿Me das un cigarrito, Mijaíl? Muchos conocerán el lema: “Ya queda menos pa cannavá”. Tras los polvorones, se acerca la magna fiesta del mundo al revés y no podemos empezar de otra manera este libreto que acordándonos de Mijaíl Bajtín. La anécdota, tan carnavalesca, merece la pena ser recordada como una letrilla satírica contra los fetiches de la escritura frente a la oralidad que aún pervive en las formas carnavalescas. Mientras Shostakovich, bajo el asedio de los nazis y el hambre que le mata a los músicos de quienes dispone entre ensayo y ensayo, culmina su “Sinfonía nº 7” (y lo fotografían vestido de bombero voluntario), en otro cuarto de Leningrado, Bajtín tiene tabaco, nada de papel. Tiene a mano un manuscrito en el que ha estado trabajando, un libro que ha dedicado a un lenguaje narrativo que fuera accesible y pedagógico para el pueblo. El monazo de Mijaíl le lleva a liarse cigarritos con las páginas del manuscrito. Y se fumó su ensayo. No volvió a escribirlo. Anda que no.

2. La carnavalización, el problema. Bajtín teorizó sobre la carnavalización. Y afirmó que el carnaval mismo no es un fenómeno literario. ¿Qué pensaría Mijaíl si hubiera escuchado algunos pasodobles de la comparsa de Martínez Ares, la de Juan Carlos Aragón o la del escritor García Argüez? ¿Qué pensaría sobre sus elaborados símiles y vívidas metáforas? ¿Que escribiría sobre los conceptos semióticos de una comparsa que viste de Caronte o una que representa a un peregrino de una religión carnavalesca? ¿Qué pensaría el ruso si hubiera analizado y escrito sobre un pasodoble de Los Julianes de Paco Alba:

No es que la luna tenga luz de plata
como nos dicen algunos poetas
es que de noche se baña en las aguas
de nuestra típica y bella Caleta
y los reflejos de su verde laca
moja y empapa su gran pandereta
y con luz que a Cádiz le arrebata
luego ilumina el resto del planeta.

En Cádiz, y quizá en otras poblaciones y carnavales colonizados por la forma COAC-Cádiz, una especie invasora del folklore, favorecida por la televisión y el emporio cultural de una fuerza inusitada que arrasa con todas las formas autóctonas; en Cádiz, decimos, no se produce una carnavalización de la literatura sino de la vida, un hecho que articula cosmovisiones y todas las formas de expresión y materialidad de la vida inmediata. Se respira, come, bebe, caga, mea, se enamora uno carnavalescamente y adecúa sus ritmos vitales al calendario de las carnes tolendas y a la luna. Cobra por cantar, canta cuando quiere, le canta al estado de cosas, piropea lo que debe ser piropeado, critica lo que está mal, desfasa un ebrio lunes de coros y descansa un domingo de piñata entre las cenizas del incendio de la carne. O se inventa un carnaval de los jartibles.
Se podría teorizar literariamente sobre la forma concurso COAC, sus innovaciones escénicas, su slapstick verbal, el creciente barroquismo de su escenografía, la estilización de los discursos. Y su globalización. Pero también de la sencillez de la expresión popular coagulada en autores que recuerdan músicas y letras y las recombinan para mostrarlas de nuevo, y provocar la emoción y la sonrisa de la memoria de un público que se reconoce en sus referentes toposentitivos. Algo así como hacen los jamaicanos con otros ritmos y memoria. Podríamos criticar la falta de autoras de agrupaciones que descompensa la balanza de la participación de la mujer en el concurso. Y celebrar la desaparición de la mujer objeto (las ninfas) dentro de la oficialidad de la fiesta. Podríamos hablar de la profesionalización, del patrocinio, del recambio de temas locales por temas generales, sobre la legalidad en las agrupaciones o sobre las polémicas de que una chirigota de éxito cante para un partido político en el acto final de campaña electoral. O recordar a aquella chirigota fusilada: “El frailazo y sus tragabuches”, de 1932, una agrupación que molestó a las altas esferas de la sociedad gaditana hasta el balazo del alzamiento. Queden aquí dos de sus nombres: Guillermo Crespillo Lavié y Manuel Peña Warletta.
También podríamos debatir sobre la poderosa herramienta de comunicación popular de un carnaval que no solo se disfraza y se entrega a la calle y a la ebriedad, a la carne, a revertir los poderes. De la presencia mayoritaria de mujeres en chirigotas callejeras escribiendo y cantando su propio repertorio como Las niñas de Cádiz y las Cadiwoman, entre otras. De esos hallazgos proverbiales, unas figuras literarias de primer orden como el estribillo de unos obesos cocineros: Como como como como, estoy como estoy, o aquel extraordinario y clásico de las Puellae Gaditanae: “Cunni cunni cunni cuni cunni cunni lingus, ¿ves? No es una lengua muerta”.
El carnaval de Cádiz no es solo pillar un lote y emborracharse sin mañana. Es escribir, musicar e interpretar juntos y de forma gratuita (o por la conviá) en cualquier lugar, en cualquier esquina y para cualquiera, diluyendo la forma espectador-intérprete, letras y músicas llenas de ironía, maldad, humor negro, blanco, verde. Son reflexiones comunes sobre la realidad, sobre la colectividad. Guy Débord se moriría de gusto. Noniná.

3. La literatura y El carnaval (de Cádiz). Orfeo negro es una película de Marcel Camus. La música la hicieron Jobim y Bonfá (a la altura de un Noly/Ares o un Lennon/McCartney). Está basada en la obra teatral Orfeu da Conceição, de Vinícius de Moraes. Se trata de una adaptación del mito de Orfeo al ambiente del carnaval brasileño. ¿Y en otros carnavales?
La viudita naviera es una obra de teatro que escribió Pemán y de la que Luis Marquina rodó en Cádiz una película con Paquita Rico y Arturo Fernández. El argumento de protoculebrón se acompaña, a modo de coro griego, de las coplas de carnaval. Otros preferirán recordar la escena del Mardi Grass de Easy Rider por aquello del colonialismo cultural que nos hace zombis y rechazar la forma carnaval como costumbrista o no válida para nuestra expresión. Fernando Quiñones nunca se atrevió (hasta donde llega nuestro conocimiento) a escribir novelas desde, sobre y en el carnaval, solo las letras de un coro platónico (La Atlántida). Otras aproximaciones solamente dejan el poso de un contexto de fondo como en Relatos de don Carnal o el cipotudo que escribió El asedio. Otros son intentos de costumbrismo inteligente como el libro del cuartetero Libi. ¿Por qué? Quizá por la dificultad de abarcar con la distancia de la escritura todo un cosmos repleto de emociones, vivencias, sensaciones, carnalidad de la palabra, actos absurdos, chistes locales, amores prohibidos, letras corrosivas. Tela de complicao.
En los últimos años este hecho se ha visto revertido con la publicación de trabajos literarios que suceden en el Carnaval (sobre todo en la falsa metonimia que llama carnaval de Cádiz solo al concurso). Y gracias al interés y la curiosidad de una afición que habita más allá de las dos islas a las que los fenicios llegaron tres veces hasta fundar una ciudad amurallada llamada así, recinto amurallado, Gadir. En nuestra humilde opinión muchos de estos trabajos no pasarían el filtro de Bajtín. Pero sí obtuvieron mucho éxito. Desde aquí, nuestra enhorabuena.
Y si están pensando en aquel televisivo y nostálgico adagio de “he venido hablar de mi libro”, se equivocan. Carne de Carnaval (El Paseo, 2017) no es “la gran novela del carnaval de Cádiz”, sino un intento desde dentro de novelar algo innovelable que debe de ser vivido. La gran novela del Carnaval de Cádiz es un ensueño, un postulado, un libreto. Pero si la quieren escribir, documéntense con la ingente bibliografía que tienen a mano: Coros y chirigotas, El carnaval secuestrado, Cádiz, cuna de dos cantes, El tipo en el Carnaval de Cádiz, En la calle nos vemos, La canción de Cádiz, El Carnaval de las coplas, Lápiz rojo: censura, control y prohibiciones en el Carnaval de Cádiz. A trabajar, picha.

4. Entonces ¿nos vemos en la calle? Del tirón.

Arquivado en: Cádiz Culturas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Israel
Día de la Nakba Ex Libris, la empresa israelí que provee tecnología a las bibliotecas del mundo
Los principales productos de gestión y servicios bibliotecarios provienen de una empresa cuya sede principal se encuentra en el Malha Tecnology Park, sito en el territorio ocupado donde antes se levantaba la aldea palestina de Al Maliha.
La vida y ya
La vida y ya Algo más que leer
“Cuéntale hasta cuándo estuviste trabajando”, le dicen a otra. “Yo trabajé hasta los setenta y pico”, comenta sin orgullo pero sin resignación.
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
Israel
Día de la Nakba Ex Libris, la empresa israelí que provee tecnología a las bibliotecas del mundo
Los principales productos de gestión y servicios bibliotecarios provienen de una empresa cuya sede principal se encuentra en el Malha Tecnology Park, sito en el territorio ocupado donde antes se levantaba la aldea palestina de Al Maliha.
Análisis
Análisis Después del apagón, la normalidad: crisis a la izquierda, Gobierno a la derecha
El Gobierno de coalición está cada vez más exhausto, el PP que vence pero no convence, Vox permanece estático y en izquierda ‘alternativa’ prevalece el estado de descomposición, según los datos del último CIS.
Irlanda
Lavanderías de la Magdalena Caelainn Hogan: “Las madres “descarriadas” y sus criaturas eran un desafío a la autoridad de la Iglesia"
Caelainn Hogan, periodista irlandesa nacida en 1988, es autora de 'La república de la vergüenza', donde revela los abusos en las instituciones para mujeres que se desviaban de la norma en Irlanda.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Kabilas de mesa camilla
Kábilas de mesa camilla Las flores no nos libran de la culpa de no ser vírgenes
Estamos maternando en una Andalucía cuajada de modelos religiosos cautivos en la lógica patriarcal, y está en nuestra mano ofrecer a la nueva generación de churumbeles una versión decente de las imágenes o una negación desfasada de lo que ven
Más noticias
Genocidio
Genocidio 470.000 personas están en situación de hambruna en Gaza, donde continúan los asesinatos
El Ministerio de Salud de Gaza reporta que 52.928 personas han sido asesinadas y 119.846 heridas desde el 7 de octubre de 2023. Trump se reúne con los países del Golfo, pero no se mueve de su apoyo a Israel.
Educación
Educación Protocolos éticos en espacios educativos: ¿qué dicen sobre el abuso de poder?
La asociación de referencia para las escuelas gestalt acaba de aprobar un protocolo para detectar y abordar del abuso de poder. Otros ámbitos educativos cuentan con documentos éticos sobre este asunto.
Opinión
Opinión Abolir la familia, la perspectiva de une superviviente
La familia se vende como un espacio seguro, un lugar de amor y de cuidados mutuos, algo que no corroboran los datos. ¿Hay alternativas? ¿Cómo llevamos nuestras experiencias de redes de apoyo mutuo al centro de la sociedad?
Madrid
Movimiento estudiantil Vuelve la acampada universitaria por Palestina y contra el asedio de Gaza por parte del Estado de Israel
Los estudiantes vuelven a acampar en el campus de la Universidad Complutense en protesta y contra el genocidio palestino que “ha continuado y se ha intensificado”. Acusan de “inacción” al Gobierno español y exigen detener el rearme europeo.

Recomendadas

Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.