We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Libertad de expresión
La Inquisición del rap
Mientras la música banal campa a sus anchas sin control en los reproductores de los más jóvenes, el rap combativo es perseguido por la justicia española. ¿Y en qué se diferencian estos géneros? En el contenido, en el mensaje. Hoy el rap combativo es el punk de antaño, es el militante político antisistema más activo y efectivo.
En Dale Bombo queremos ser altavoz de la música y la cultura combativa ante el ataque directo que realizan el Estado y la justicia española. Esta represión a la libertad de expresión en el rap no ocurre ni siquiera en Estados Unidos, el país donde nació el género. Imaginad un videoclip de rap en el que se simulara un disparo en la cabeza a Mariano Rajoy, u otro en el que una banda secuestrase y crucificase a un Policía Nacional. Sin lugar a dudas, la ley Mordaza caería sobre sus autores y serían juzgados por incitación al odio. Sin embargo, estos videos existen en USA, y en ningún momento hubo consecuencias para sus autores. Hablamos del clip de Snoop Dogg, "Lavender (Nightfall Remix)", una mofa en toda regla del presidente Donald Trump y el de los neoyorquinos Onyx, “Against All Authorities”.
Insurgentes
En España hay varias sentencias firmes contra artistas del rap. Los más sonados son los de Pablo Hasel, Valtonyc y el colectivo La Insurgencia. El contenido de sus líricas es político, de orientación antifascista, algo que parece molestar a la Audiencia Nacional y otras instituciones del Estado. Si hablas de drogas, putas, fiesta y evasión no pasa nada (triunfarás en las listas de ventas) pero si hablas alto y claro sobre las injusticias del país, te caerá el peso de la ley. El rap combativo es cada vez más molesto para el poder, saben la fuerza que tiene para cambiar las mentes e ideales de los más jóvenes. Es una forma barata y “fácil” de crear y sirve hasta a los más precarios para poner sobre la mesa sus problemas, sus inquietudes, sus mensajes de protesta, sus llamamientos a la movilización.
El rap es una forma barata y “fácil” de crear y sirve hasta a los más precarios para poner sobre la mesa sus problemas, sus inquietudes, sus mensajes de protesta, sus llamamientos a la movilización
Pablo Hasel acudió el pasado 1 de febrero a declarar ante la Audiencia Nacional por segunda vez, ya en 2015 fue condenado a dos años por hacer canciones solidarias con las presas políticas antifascistas. En esta ocasión se le ha acusado de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona. A la primera acusación Hasel contestó: “Cada uno elige sus ejemplos y quién le representa en libertad". A la segunda: “A ver si voy a ser yo el culpable de que el rey financie sus cacerías con dinero público y a sus amantes”.
El fiscal ha condenado a Hasel a dos años y un día de prisión para él y una multa de 24.3000 euros que en caso de no pagarla, se transformarán en cinco años de cárcel. Éste considera que los mensajes de Hasel son "incitadores a la violencia porque no se ha limitado a una serie de epítetos en sintonía con una ideología, sino que ha llevado a cabo un intento de movilización social" y que "no es bueno manifestar afinidad con movimientos anarcoinsurreccionalistas". Para Pablo Hasel, “los límites de la libertad de expresión siempre son para los mismos, los antifascistas. El error es que yo no sea un fascista que desea bombas a homosexuales o catalanes”.
Este mes de mayo Valtonyc entrará en prisión. Será la primera vez que un rapero pise la prisión por sus letras.
En enero de este año el rapero mallorquín Valtonyc fue condenado por el Tribunal Supremo a tres años y seis meses de cárcel por las letras de sus canciones. Este mes de mayo Valtonyc entrará en prisión. Será la primera vez que un rapero pise la prisión por sus letras. Lo mejor de todo es que ni siquiera han conseguido callarle, ahora Valtonyc todavía rapea más alto y claro. “Hasta el último de mis días en libertad voy a seguir cagándome en este estado de mierda. Aunque tilden de terrorista a todo aquel que luche por un país digno. Demasiado hemos tragado ya. Me cansé de tanto silencio en medio de esta guerra. Ni miedo ni respeto al fascismo”, declara el rapero en su perfil de Facebook.
Los miembros del colectivo La Insurgencia acusados de enaltecimiento del terrorismo fueron condenados el pasado mes de diciembre cada uno de ellos a dos años y un día de cárcel, 4800 euros de multa, nueve años de inhabilitación para ejercer cargos públicos, el pago de las costas del juicio y la retirada pública de los temas por los que los han imputado.
¿rapero = terrorista?
Los medios de comunicación generalistas también han participado en esta criminalización del rap, acusando públicamente a los raperos encausados de “terroristas” o “yihadistas” o difundiendo informaciones falsas, como que el rapero mallorquín Valtonyc había aportado 12.000 euros de su caja de resistencia a Puigdemont y 20.000 a la CUP. Fue el mismo Valtonyc quien afirmó que todo fue una treta para demostrar el rigor periodístico de los medios de comunicación en nuestro país. Estos no son los únicos casos, podríamos seguir con Ciniko, Siker, Volk GZ o Ajax y Prok, estos últimos juzgados por mostrar la cara de un policía municipal en uno de sus videoclips.
Los medios de comunicación generalistas también han participado en esta criminalización del rap, acusando públicamente a los raperos encausados de “terroristas” o “yihadistas” o difundiendo informaciones falsas
Hoy en este país ser cantante de rap es como ser un criminal. Imputan a raperos como estrategia contra la movilización porque tienen miedo. Quieren avisar a los jóvenes de que midan sus palabras, que callen, trabajen, consumen y se alineen, que sean sujetos pasivos. En 2018 parece que seguiremos por el mismo camino de represión hacia la música combativa. Es normal, pues, que surjan plataformas autogestionadas para combatir esta persecución. Es el caso de la Plataforma por la Libertad de Expresión de los Artistas, que pretende dar visibilidad a los casos y generar iniciativas para apoyar económicamente a los represaliados. También ha dado que hablar el videoclip “Los Borbones son unos ladrones”, gestionado por la plataforma No Callarem, en el que varios raperos se unen contra los recortes en la libertad de expresión. Si querían callar al rap, no lo han conseguido, ahora estamos más unidos y gritamos más fuerte si cabe.
El Estado está en plena Inquisición contra la libertad de expresión. No se permite decir la verdad, ni en las redes sociales ni en canciones, no quieren que pienses, no vaya a ser que te movilices en contra de las injusticias. Entonces la pregunta que surge es la siguiente: si el poder se limita a limitar la libertad de expresión del rap antifascista… ¿significa que el Estado en el que vivimos es un estado fascista?
Relacionadas
Libertad de expresión
Raimundo el Canastero “Vivimos en los tiempos de la corrección política, la cultura del ‘beef’ no se entiende”
Libertad de expresión
Acuerdo entre Sánchez y EH Bildu ¿Qué queda intacto en la Ley Mordaza?
Represión
Espionaje político Las infiltraciones policiales en movimientos sociales llegan al Parlamento Europeo
Hola! Muy buen artículo! Solo otro apunte, es Ayax en vez de Ajax. Un saludo!
Hola! Un apunte, Badbadnotgood no es el nombre del tema sino del grupo que produce el tema. El nombre del tema sería "Lavender (Nightfall remix)". Un saludo!