Energía nuclear
‘Chernobyl’: cuando la boca te sabe a metal

Repasamos la serie Chernobyl, de HBO y Sky, que ha supuesto una verdadera sensación en la comunidad seriéfila. Tanto su factura como su mensaje como las conclusiones que se pueden sacar de la histórica catástrofe de 1986 merecen un comentario.

Cartel de la miniserie 'Chernobyl', de HBO y Sky.
Cartel de la miniserie 'Chernobyl', de HBO y Sky. Raúl Sánchez Saura
Ecologistas en Acción y MIA Madrid
10 jun 2019 06:46

Es justo comenzar diciendo que Chernobyl (2019) no es una serie ni antinuclear ni pronuclear. Simplemente no se posiciona en ese debate. La intención de Craig Mazin era la de retratar una catástrofe acaecida en 1986, por lo general, de forma realista.

El fenómeno que esta ha supuesto lo conocemos todas a estas alturas: antes incluso de que se emitiera el último episodio, esta miniserie ya contaba con la mayor puntuación en IMDB. Hay quienes puedan pensar que quizás a modo de venganza ante la decepción de la octava temporada de Juego de tronos entre su comunidad de fans, pero lo cierto es que Chernobyl, a día de hoy, es sin duda la serie de 2019. Las actuaciones de Jared Harris, Emily Watson, Stellan Skarsgård, Jessie Buckley o Paul Ritter apabullan, como hace la mayoría de ellas durante la escena del juicio. Otros cameos, como los de Ralph Ineson, James Cosmo, Donald Sumpter o Michael McElhatton perviven en el recuerdo.

La música, imperceptible por momentos, no busca subrayar la carga emotiva de lo que estamos viendo, porque no hace falta. La fanfarria de un Zimmer o un Williams hubiese aguado la experiencia, relegando esta joya a un melodrama de domingo por la tarde. Y aún más remarcable es que la mente detrás de todo esto sea responsable de dos de las películas de Resacón. La producción, el guion y todo el trabajo técnico alcanzan el aprobado, consiguiendo que uno necesite una ducha para quitarse la radiación al final de cada episodio.

Y aquí hemos tocado un tema sensible para algunos, que acusan a la miniserie de sensacionalista, y de paso irreal. Sin pretender justificar las decisiones de nadie, ni listar las incongruencias con la realidad (ya que esto se ha hecho ya tanto), es cierto que Chernobyl se toma algunas licencias con el bosque, el helicóptero o la sucesión de los acontecimientos aquel 26 de abril de 1986, entre otras. Pero estas bien pueden entenderse cuando toca comprimir varios meses en unas pocas horas, como ha tocado hacer con el personaje de Ulana Khomyuk. Y, en tanto su mensaje no es el de valorar la energía nuclear ni exacerbar las tragedias humanas fruto de ese desastre, cuesta acusarla de sensacionalista.

Chernobyl, a día de hoy, es sin duda la serie de 2019.

El tema principal de la serie, contra la que se advierte de principio a fin, son las mentiras. El riesgo en el que incurrimos cuando faltamos a la verdad, la escondemos o la despreciamos. Cuando quienes ostentan el poder juegan con estas cuestiones y confunden el juicio de la ciudadanía. Este desprestigio de la verdad es una amenaza desde los tiempos de Orwell hasta Trump, y quizás Mazin tuviera esto último especialmente en consideración. Nadie ha de renunciar a su propio juicio ante el discurso del gobernante, ni renunciar a denunciar lo que es obviamente falso. Sin contrapoderes, el poderoso se vuelve soberbio y relativiza los errores que puede cometer. Se cree más allá del bien y del mal, así como su rayo que emplea cual Zeus. Que Mazin haya escogido Chernóbil para contar esta historia no nos debe sorprender: se han publicado decenas de libros alrededor del accidente desde principios de los 90. Es un desastre que sigue atrayendo a la gente por las razones que fuere. Y la censura del aparato soviético encaja perfectamente con esta cuestión.

Quizás lo que nos queda por decir es la necesidad de confrontar las mentiras y medias verdades de quienes buscan oscurecer la realidad, callar y amedrentar a quien tiene otra visión de los hechos. Esto es algo que el colectivo antinuclear conoce muy bien, por algo han llegado a poner protección a algunas de nosotras. La soberbia de ciertos colectivos continúa siendo estomagante cuando hablamos de temas tan dolorosos y delicados, más cuando no reconocen los números de las víctimas ni muestran solidaridad con las vidas que se perdieron. Chernobyl está dedicada a ellas y en ellas nos corresponde pensar. Que nunca vuelva a suceder lo que sufrieron estas personas. Que la soberbia no impere.

Véanla y dúchense si lo precisan. Le darán la razón a IMDB.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Reino Unido
Keir Starmer La estafa nuclear de Keir Starmer
El plan de expansión de la energía nuclear del gobierno británico es una traición vacía a los trabajadores que complace a las empresas ricas y estafará a los consumidores.
Centrales nucleares
Incendios nucleares Riesgo de incendios nucleares
Entonces, ¿por qué la industria y la NRC no los tienen en cuenta a la hora de ampliar las licencias de los reactores?
Energía
Energía Red Eléctrica echa balones fuera: culpa a las empresas del apagón y de entorpecer la investigación
“No toda la información recibida de las compañías eléctricas ha tenido la calidad deseable, ni ha sido tan completa como era necesario”, ha declarado la presidenta de Red Eléctrica, cuyo informe culpa a las empresas: “No hubo control dinámico”.
Carmen
10/6/2019 14:32

Gracias por la reseña. Aún no la he visto, confieso un poquito de miedo . Lo que he leído es que el éxito de la serie ha repercutido en el turismo que visita los restos de la central nuclear... quizás sería un buen tema para próximas publicaciones.

1
0
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.