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Energía nuclear
Escándalo de la industria nuclear francesa salpica a los EEUU
El escándalo de la forja Creusot, de Areva, ha desvelado que varias centrales francesas compraron material defectuoso y documentación falsificada a esta empresa. Con cuentagotas se ha desvelado que varias centrales estadounidenses están en esta misma situación y, seguramente varias más en otros países.
Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear.
Como informa Reuters, y tuiteó Scott Stapf del Grupo Hastings: nueve reactores estadounidenses están vinculados al escándalo de falsificación de documentos de varias centrales francesas.
El artículo de Reuters solo menciona una central nuclear estadounidense por su nombre:
“Una central americana con componentes de la empresa Le Creusot es la central Millstone, en Connecticut, propiedad de Dominion Resource S.A., que posee un presurizador de la forja francesa en servicio en la Unidad 2 desde 2006.
El portavoz de Dominion, Ken Holt, dijo que cuando Areva elaboró el presurizador para Millstone, también realizaron un tratamiento térmico adicional, sin informar a Dominion”.
Otra central estadounidense que puede estar implicada, de acuerdo con el artículo, es la de Beaver Valley, en Pennsylvania, propiedad de FirstEnergy:
“Otra central que puede estar afectada es Beaver Valley, propiedad de First Energy Corp, en Pennsylvania. Beaver Valley tiene generadores de vapor y tapas de la vasija del reactor fabricadas por la española Equipos Nucleares SA, o ENSA, que, según FirstEnergy, puede contener subcomponentes de Le Creusot”.
Como informa Reuters, y tuiteó Scott Stapf del Grupo Hastings: nueve reactores estadounidenses están vinculados al escándalo de falsificación de documentos de varias centrales francesas.
El artículo también dice: “Hay nueve centrales estadounidenses con conponentes de Le Creusot, pero la Comisión Reguladora Nuclear (NRC por sus siglas en inglés) no ha desvelado sus nombres”.
No se ha proveído de explicación alguna cerca de por qué la NRC no publica estos nombres, aparte de la obvia: para evitar publicidad negativa, y que se aumente el escrutinio público y mediático.
Esta falta de transparencia y responsabilidad de la NRC, una agencia en gran parte, o quizás por completo, en manos de la industria a la que debe regular, es una parte esencial de la connivencia que, como concluyera el Parlamento japonés en 2012, fue la raíz de la catástrofe nuclear de Fukushima. Pero por desgracia tenemos muchos ejemplos de esta connivencia en los Estados Unidos.
Areva provee de equipo de seguridad nuclear en todo el mundo, no solo en los Estados Unidos.
Se cita a Mycle Schneider, líder del equipo tras el anual World Nuclear Industry Status Report (Informe de la situación global de la industria nuclear), en el Wall Street Journal, advirtiendo que “muy probablemente, esto se trate solo de la punta del iceberg”.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.