Desobediencias
Itoiz y la cadena de la desobediencia

El 6 de abril de 1996, ocho activistas saboteaban con una acción pacífica, pública y no violenta las obras del embalse de Itoiz, en Navarra, una de las mayores acciones de desobediencia civil en el Estado español de todos los tiempos.
@MartinCuneo78
@martincuneo.bsky.social
27 jun 2024 10:25

—¡Han cortado los cables arriba, macho!
—¡¿Que están cortando los cables?!
—¡Madre mía! ¿Los gordos gordos?
—¡¡¡Ha caído todo, todo, todo...!!!

Los guardias jurados del embalse de Itoiz miraban la escena a cientos de metros de distancia. Tardaron en entender qué estaba pasando. En un principio creían que se trataba de un ataque con cohetes. Pronto entendieron la dimensión de lo que acababa de suceder durante su guardia.

—¡La madre que me parió, la que han preparado!

Amanecía el 6 de abril de 1996 y ocho activistas acababan de cortar los cables de seis centímetros de ancho y 800 metros de largo que se utilizaban para verter hormigón en las obras de la presa. Apenas cuatro minutos duró una de las mayores y más ambiciosas acciones de desobediencia civil realizadas en el Estado español. Las consecuencias de ese acto pacífico, público y no violento que consiguió paralizar las obras durante nueve meses perduran, sin embargo, 28 años después.

“Cuando estábamos colgados de los cables, no podían trabajar y se paraban las obras. Entonces dijimos ‘joder, pues es que esos cables hay que cortarlos’”, explican uno de los ocho de Itoiz.

La preparación necesitó de meses de observación y planificación. Conocían muy bien el terreno. Solidarios con Itoiz ya había realizado otras acciones en la presa. En algunas de ellas se colgaron de esos mismos cables con pancartas, incluso con hamacas y allí, mientras esperaban que les desalojase la policía, empezaron a imaginar la acción definitiva, cuenta a El Salto Julio Villanueva, uno de los ocho de Itoiz. “Cuando estábamos encaramados a los cables, ellos no podían trabajar y se paraban automáticamente las obras. Eran el núcleo, el corazón de la obra. Entonces dijimos ‘joder, pues es que esos cables hay que cortarlos’”, relata después de volver de una jornada en el campo, donde se ha dedicado a recoger semillas forestales.

Motivaciones no les faltaban. El embalse de Itoiz iba a estrangular el río Irati, uno de los más emblemáticos de Navarra, inundaría pueblos y afectaría a tres reservas naturales protegidas y a dos zonas de especial protección de aves. Tenían de su parte, en teoría, a la Justicia. La Audiencia Nacional declaró ilegales las obras del embalse y ordenó la paralización de las obras en 1995. Pero había trampa: para llevar a cabo la sentencia les pedían abonar una fianza de 78 millones de euros. “Era una forma de decir que el embalse se iba a hacer de todas maneras. Nosotros decíamos en broma que éramos el brazo ejecutor de la Audiencia Nacional”, se ríe Villanueva.

Preparados, listos… corten

La preparación llevó meses. El principal escollo, además de averiguar cómo cortar unos cables tan gruesos sin salir heridos, era encontrar la forma de realizar la acción de forma pacífica. Para eso no debería haber guardias. Pero las obras estaban siempre vigiladas. Un mes antes de la acción, consiguieron intervenir las comunicaciones de la empresa de seguridad y encontraron lo que estaban buscando: el viernes de Semana Santa solo un guardia estaría custodiando los cables. El día señalado era el 6 de abril.

Todavía era de noche cuando ocho ‘solidarios’ atravesaron el monte vestidos con monos azules. Les acompañan seis periodistas. Durante horas esperan agazapados. Cuando faltan unos pocos minutos para el alba, empieza la acción: reducen al guardia, lo atan con una cuerda y tiran su pistola de calibre 38 al tejado de la garita. 

En menos de cuatro minutos los cables cortados habían caído al embalse y la acción que había necesitado meses de preparación había terminado. Entonces, comenzó el calvario

En menos de cuatro minutos los cables cortados habían caído al embalse y la acción que había necesitado meses de preparación había terminado. Hasta ese momento todo salió exactamente como se había planeado. Pero entonces comenzó “el calvario”, dice Villanueva.

Los ocho de Itoiz esperaron con las sierras en la mano hasta que llegó la Guardia Civil, que los esposó y los tumbó en el suelo con las manos en la nuca. Lo que siguió fue “una sesión de 20 minutos de tortura”. Julio Villanueva se llevó la peor parte con una rotura de tímpano.

Tras la paliza, llegaron los juicios, las condenas y los años de clandestinidad —siete en el caso de Villanueva— y, finalmente, la cárcel —tres meses en su caso—. Pero no fue todo. 28 años después, el Estado les exige el pago de dos millones de euros por la “responsabilidad civil” de la acción. Esta condena, cuenta Villanueva, le impide realizar trabajos estables y le obliga a una supervivencia precaria para evitar que el Estado le pase la factura por el corte de cables. “Es una forma de represión que durará hasta el resto de nuestros días”, resume Villanueva.

La semilla

“Siempre hemos dicho que valió la pena, que lo volveríamos a hacer”, afirma este activista. Pese a los retrasos y los sobrecostes, las obras del embalse concluyeron. Su construcción se había convertido “en un asunto de Estado”, argumenta, pero el movimiento de oposición a la presa, que llegó a realizar más de 60 acciones en la segunda mitad de los 90, los “había puesto en un brete”. Ese proyecto lo iban a terminar “sí o sí”, pero ahora el Gobierno “se piensa muy mucho” antes de hacer cualquier obra parecida, comentaba otro de los ‘solidarios’, Ibai Ederra, en Gara

Según Ecologistas en Acción, tras el corte de cables y las protestas que llegaron a Londres, Roma y a las principales capitales vascas y españolas, hubo un replanteamiento del Plan Hidrológico Nacional

Según Ecologistas en Acción, tras el corte de cables y las protestas posteriores que llegaron a Londres, Roma y a las principales capitales vascas y españolas, hubo un replanteamiento del Plan Hidrológico Nacional. Cerca de 120 proyectos que estaban en la misma situación que Itoiz no se llegaron a hacer, contrapone Villanueva. “Nuestra acción y el trabajo de la Coordinadora de Itoiz puso al Estado entre la espada y la pared”, declaró en su momento.

Julio Villanueva habla de la cadena de la desobediencia civil, una cadena “que viene de muchos años atrás de diferentes colectivos, de diferentes personas individuales que a lo largo de toda la historia, en diferentes lugares del mundo, han dicho que no”. La desobediencia civil no la inventó Henry David Thoreau, el choque entre legalidad y legitimidad ha existido desde siempre, sostiene.  “Nosotros sembramos en su día esa semilla, pero hay que seguir regándola para que florezca, para que de alguna manera la cadena de transmisión de la desobediencia no se corte nunca”, añade.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Catalunya
Acción directa Las Sublevaciones de la Tierra francesas llegan a Catalunya: “Necesitamos una forma nueva de luchar”
Una acampada de tres días y una acción simbólica han sido el pistoletazo de salida de Revoltes de la Terra. La organización ha sido capaz de unir a ecologistas de campo, de ciudad y campesinado en una dinámica de lucha “nueva”.
El Salto Radio
El Salto Radio Desarmar el colapso
Para el regreso en esta vigésima temporada de Señales de Humo buscamos las razones para seguir haciendo radio en el movimiento del país vecino “Les Soulèvements de la Terre”.
Desobediencias
Desobediencias Las sublevaciones de la tierra
Con acciones de desobediencia civil coordinadas desde el principio de “solidaridad en la diversidad más extrema”, Les Soulèvements de la Terre han conseguido hacer temblar los cimientos de la Quinta República francesa.
HERRIBERO
28/6/2024 18:23

Pocas personas se entregan desinteresadamente por salvar aquello que aman. Al contrario de aquellos representantes (como Miguel Sanz) que usaron la prevaricación haciendo rico a sus familiares, y él hoy está en AUDENSA (autopistas de Navarra S A).
Usaron esa presa como un ¡Ofertón! de agua para lo más seco de la comunidad y esas gentes del sector primario hicieron flaco favor, ya que con engaños, cambiaron "zepas", donde habitaban aves que siempre estuvieron allí.
Ahora esos labradores casi NO pueden pagar el agua, por que la "solidaridad" NO se puede comprar ¡Se tiene!


1
0
fllorentearrebola
28/6/2024 8:04

La lucha contra el estrangulamiento del río Itoitz es citada varias veces en la sentencia contra el estado suizo por su cooperación criminal con el desastre climático, pero el humus fértil del trabajo de desobediencia de Solidari@s fertiliza las luchas contra el Tav, las acciones "deseucaliptizadoras" en la cornisa cantábrica, las Sublevaciones de la Tierra de los vecinos del norte, las acampadas de resistencia conocidas como ZAD ( y que aquí se inauguraron en la oposición a la autovía de Leizarán) y todas esas acciones anónimas y silenciosas de boicot y sabotaje a las actividades de destrucción de la naturaleza ya sean estas: la caza, la agricultura de extinción, la ganadería Auschwitz, la.construcción de nuevas infraestructuras, la urbanización... No defendemos la naturaleza: somos naturaleza defendiéndose a sí misma. Gora Gaia!!!

3
0
aasd4
27/6/2024 16:03

Ídem. Hay más eslabones de la cadena, que vamos muy justos, y otro, DEP. Por y para todos, gracias.

1
0
jana.mg
27/6/2024 11:01

Gracias por recordar lo de Itoiz, y por terminar el artículo con un mensaje empoderador.

5
0
Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Laboral
Laboral Los trabajadores de Bridgestone tendrán que decidir sobre la última oferta de la empresa
Reducen en 103 despidos el ERE de la multinacional, fomentan las prejubilaciones y se comprometen a asegurar la producción en las dos plantas afectadas en Cantabria y Bizkaia.
Pensamiento
Michael Hardt “La respuesta a Trump no debe ser volver a la normalidad”
Pensador estadounidense y colaborador de Antonio Negri en algunas de sus mejores páginas, el filósofo Michael Hardt ha seguido dedicando su trabajo a la idea y a las prácticas del común.

Últimas

Energía
Límites planetarios Reducir el consumo energético, el debate olvidado (e incómodo) del gran apagón
España proyecta un 43% de aumento de consumo eléctrico en los próximos cinco años. Especialistas opinan que la electrificación de la demanda, clave para abandonar los combustibles fósiles, tiene que ir acompañada de la suficiencia energética.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Vecinas de Madrid convocan otra gran manifestación por la sanidad pública
El próximo 25 de mayo la plataforma Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid organiza otra gran marcha contra la política sanitaria del Gobierno de Ayuso.
Palestina
Palestina Imputan a dos capitanes de buque implicados en el comercio de armas con Israel
El Juzgado de Instrucción nº 6 de Barcelona investiga la implicación de la naviera Maersk en el suministro de armas al ejército israelí y le requiere que identifique a dos capitanes.
Sanidad pública
Sanidad Pública España necesita 100.000 enfermeras para alcanzar la media europea
Casi un 40% de enfermeras manifiesta que dejará la profesión en los próximos 10 años. Son datos del Ministerio de Sanidad y las profesionales exponen las razones: falta de conciliación y contratos precarios.
València
Lawfare La Audiencia de València dicta que la causa contra Mónica Oltra llegue a juicio
Aunque la Fiscalía y el juez instructor descartaron que existiera indicios de delito contra la ex consellera y el resto de acusados, la Audiencia ratifica la celebración del juicio.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Estados Unidos
Roberto Montoya “Nos dicen que hay que armarse contra Putin cuando el mayor peligro para el mundo es Trump”
Más Donald Trump que nunca, el multimillonario ha regresado para terminar lo que no pudo hacer en su primer mandato. El periodista Roberto Montoya bucea en el personaje y su contexto en el libro ‘Trump 2.0’ (Akal, 2025).
Cine
Cine Colectivo y sin autor: breve historia de otro cine
La película ‘Una isla y una noche’, autoproducida y autodistribuida por el colectivo francés Piratas de Lentillères, es la puerta de entrada para recordar otros modos de hacer cine, alejados de la firma de autor y los grandes estrenos.