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Diccionario de la Posverdad
Extrema derecha 2.0
Para definir y entender las nuevas ultraderechas, representadas por Trump, Salvini, Le Pen, Abascal, Bolsonaro u Orbán, los conceptos de fascismo y populismo acaban siendo unos obstáculos. Con “extrema derecha 2.0” se quiere poner de manifiesto la radical novedad de este fenómeno respecto al pasado –sin, por eso, negar la existencia de elementos de continuidad– y la importancia de las nuevas tecnologías en su avance.
Todas las formaciones de la extrema derecha 2.0 tienen, de hecho, un mínimo común denominador que incluye un marcado nacionalismo, el identitarismo o el nativismo, la recuperación de la soberanía nacional, una crítica profunda al multilateralismo –y, en Europa, un alto grado de euroescepticismo–, la defensa de los valores conservadores, el securitismo, la islamofobia, la condena de la inmigración tachada de “invasión”, la crítica a las sociedades abiertas, el anti-intelectualismo y la toma de distancia formal de las pasadas experiencias de fascismo.
El objetivo principal de la extrema derecha 2.0 es polarizar a la sociedad
Sin embargo, existen también unas diferencias nada desdeñables en temas como la economía –hay formaciones ultraliberales como Vox y otras que abogan por un Welfare Chauvinism como la Agrupación Nacional francesa–, los valores –hay quien defiende una postura muy dura sobre el aborto, los derechos LGTBI o la familia, y otras que son parcialmente más abiertas en estos temas– o la geopolítica –hay atlantistas y rusófilos–. Estas divergencias no impiden considerarlas parte de una misma familia política a nivel global.
Polarización de la sociedad
Además, todas estas formaciones muestran otras características comunes. En primer lugar, su principal objetivo es polarizar la sociedad, marcar el debate político con temas divisivos y escorar hacia la ultraderecha a la opinión pública; objetivo éste facilitado por las redes sociales: de ahí que el tema de la posverdad y las fake news no sea algo baladí, sino central en su modus faciendi. En todo esto se percibe también la influencia del trabajo teórico desarrollado por Alain De Benoist, según el cual la batalla cultural debía primar respecto a la batalla puramente política.
El objetivo principal de la extrema derecha 2.0 es polarizar a la sociedad
En segundo lugar, todas estas formaciones muestran un exacerbado tacticismo y no niegan formalmente la democracia en sí, sino que critican la democracia liberal tachándola de no democrática, es decir, como algo desconectado de la voluntad del pueblo. De ahí su irritación por la separación de poderes y las reglas de funcionamiento básicas de las democracias liberales, pero también su más o menos explícita defensa de un modelo que el premier húngaro Viktor Orbán ha definido “democracia iliberal”.