Donald Trump
Trump o las húmedas ensoñaciones de un sionista pervertido

La participación militar de EE UU directa y sin intermediarios en Gaza, Líbano e Irán es de las pocas cosas que le queda por hacer a Trump después del apoyo incondicional que el Gobierno de Biden brindó a Netanyahu.
Netahyahu con Trump en Israel
Benjamin Netahyahu con Donald Trump en el aeropuerto Ben Gurion durante su primer mandato. Foto: Oficina de Gobierno de Israel

Arabista en la Universidad Autónoma de Madrid.

7 nov 2024 06:00

¿Qué más puede hacer contra Gaza —y, desde hace semanas, contra Líbano— el recién elegido presidente de Estados Unidos que no haya hecho ya el que todavía sigue en el cargo? O lo que viene a ser lo mismo: ¿qué puede hacer Donald Trump por el perverso y criminaloide Netanyahu que Biden no haya intentado durante un año y pico? Salvo enviar a sus hordas a bombardear, sin intermediarios ni medias tintas, a iraníes, libaneses y gazatíes, nada. O muy poco.

La Administración dirigida por los demócratas ha aportado a la maquinaria destructiva sionista todo tipo de armas, incluidas las bombas “sofisticadísimas” que han arrasado escuelas, hospitales y viviendas, por un valor cercano a los veinticinco mil millones de dólares. Armamento que se ha entregado directamente o a través de ayudas financieras, en un alarde de fomento del sector privado con dinero público —al fin y al cabo, el material está fabricado en Estados Unidos—.

¿Qué puede hacer Trump por Netanyahu que Biden no haya intentado durante un año y pico? Salvo enviar a sus hordas a bombardear, sin intermediarios ni medias tintas, a iraníes, libaneses y gazatíes, nada. O muy poco

Únanse las transferencias desde fondos reservados de los que nunca sabremos gran cosa y los paquetes financieros excepcionales para sostener la “maltrecha” economía israelí, así como las ayudas indirectas camufladas bajo todo tipo de denominaciones. Y los aviones clásicos, los B-52, y los de última generación, F-15 y F-35, así como los prototipos del “terrible e indetectable” F-36, lo más granado de la aviación estadounidense, junto con los sistemas de defensa antimisiles Thaad y los carros blindados, vehículos acorazados de transporte y sistemas de detección nocturna, radares, sensores, etc., que la caterva de Washington sigue entregando a su principal aliado mundial. Todo ello sufragado por los contribuyentes estadounidenses, muchos de los cuales consideran que toda ayuda es poca para preservar el proyecto sionista, convencidos, porque no leen sino el tweet que les ponen delante a la hora de desayunar, de que los palestinos, unos advenedizos, están empeñados en ocupar Palestina.

Extrema derecha
Extrema derecha Donald Trump gana las elecciones en Estados Unidos
La extrema derecha internacional sale reforzada con la victoria incontestable de los republicanos en una noche electoral que deja tocado el derecho a la interrupción del embarazo y hundido a los Demócratas.

Al tiempo, la diplomacia de EE UU ha desactivado las iniciativas en la ONU de numerosos países para elevar el tono contra Israel; ha secundado las infamias de esta contra las instituciones dependientes de aquella, en primer lugar la UNRWA y, luego, el Tribunal de Justicia Internacional; su secretario de Estado, Antony Blinken, un sionista de postín, ha visitado la región de Oriente Medio ¿15 veces desde octubre de 2023? para decirles a los Gobiernos árabes aliados que deben presionar a Hamás y permitir a Netanyahu una victoria en las negociaciones que el pueblo palestino le ha negado en el campo de batalla; ha instado a numerosos Gobiernos a mantener un tono contenido hacia el régimen de Tel Aviv y ha orquestado un frente de apoyo con los regímenes árabes, corruptos y dictatoriales, como el egipcio, el saudí y el emiratí, para sostener la campaña bélica de quien algunos de ellos consideran su “gran amigo” Netanyahu. Comandos enviados “oficiosamente” por Washington han participado de forma directa en incursiones dentro de la Franja de Gaza, para liberar a los presos israelíes o localizar a los líderes de las facciones palestinas dicen, y sus portaaviones y destructores llevan desde hace meses interceptando los misiles que las milicias yemeníes, iraquíes y de vez en cuando los iraníes lanzan sobre la Palestina ocupada.

Sus medios de comunicación amplían el tedioso y manipulado —menudo insulto a la razón y el sentido común— punto de vista oficial del ejército israelí, conocido por sus mentiras y sandeces, mientras esconden las imágenes de destrucción y muerte que padecen los gazatíes desde hace más de un año. Las redes sociales dependientes de empresas estadounidenses y no digamos los medios oficiales silencian las voces pro palestinas al tiempo que amplifican los parabienes a los Gobiernos “comprensivos” con las carnicerías del ‘club sionismo XXI’.

Washington, por lo que hace a la asimismo deletérea campaña sionista en Líbano, tampoco ha dicho nada. Los bombardeos sistemáticos han erradicado ya 40 aldeas —los movimientos de colonos, pacifistas como siempre, hablan ya de construir cientos de complejos residenciales sobre sus ruinas— y provocado el desplazamiento de un millón de personas. Pero a los responsables demócratas sólo les importa el regreso de cientos de miles de colonos a sus asentamientos en el norte palestino. Para eso han enviado a otro sionista de tomo y lomo, Amos Hochstein —este además sirvió en el ejército de ocupación en sus años de pacifismo en Israel—, a lanzar peroratas al gobierno libanés y las fuerzas políticas en Beirut, intentando imponerles un acuerdo de paz que concedería al régimen de Tel Aviv carta blanca para entrar y salir de Líbano cuando le venga en gana. A este nivel hemos llegado con la “mediación” orquestada por la patulea que rige la Casa Blanca.

La imagen de debilidad emitida por el proyecto sionista en su versión más menesterosa y sangrienta sólo ha podido ser ‘foto-shopeada’ por el Gobierno de Biden

De no ser por Biden, que coordinó incluso el “puente terrestre de la infamia (árabe)” a través del cual los dirigentes jordanos, saudíes y emiratíes han seguido abasteciendo a Israel de productos frescos, el régimen de Tel Aviv se habría desfondado ya, incapaz de otra cosa que no sea diezmar a civiles palestinos y libaneses. Inhábil para derrotar a Hamás y Hezbolá, la imagen de debilidad emitida por el proyecto sionista en su versión más menesterosa y sangrienta, la del propio Netanyahu y advenedizos como Ben Gavir o Smotrich, sólo ha podido ser ‘foto-shopeada’ por el Gobierno de Biden, secundado aquí por su vicepresidente y a la postre candidata presidencial derrotada, Kamala Harris.

La aportación del Gobierno demócrata a esta versión brutal del proyecto expansionista sionista es, pues, fabulosa, desde el argumento de que Israel se está jugando su propia existencia en el envite generado por el 7-O. Biden y compañía han aportado armas, dinero, titulares y todo tipo de bagaje. Así pues, ¿cuál podría ser la contribución diferencial de Donald Trump, por mucho que todo el mundo ande recordando ahora sus credenciales sionistas?

La verdad, los demócratas se lo han puesto difícil, a pesar de la versión israelí que habla de las continuas cortapisas esgrimidas por Biden para impedir que Netanyahu haga lo que le venga en gana. Cortapisas que debían de ser, en todo caso, muy relativas, habida cuenta del grado de destrucción arbitraria ejercida por este individuo. Eso sí, su victoria (de Trump) ha sido acogida con albricias por el régimen de Tel Aviv e, incluso, han aparecido carteles parafraseando su conocido lema (“Make Israel great again”). No es casualidad que Netanyahu aprovechara el día de las elecciones en Estados Unidos para destituir a su ministro de Defensa, Yoav Galant, representante del sionismo “secular”, y preparar el camino a un gabinete, y posibles reemplazos en los servicios de seguridad y el ejército, escorados por completo al sionismo “religioso” radical. Para Netanyahu, que lleva metiéndose en charcos cada vez más grandes desde que decidió asolar la Franja de Gaza, el nuevo presidente será fundamental para atacar de forma contundente, esta vez sí, a Irán.

Para Netanyahu, que lleva metiéndose en charcos cada vez más grandes desde que decidió asolar la Franja de Gaza, el nuevo presidente será fundamental para atacar de forma contundente, esta vez sí, a Irán

A decir asimismo de la versión oficial israelí, Biden había contenido sus ímpetus belicosos, limitándose a aportarle la mayor cobertura posible ante posibles ataques iraníes y amenazando a Teherán para no traspasar determinadas líneas rojas. Pero el carnicero de Gaza quiere más: sabe que sólo un gran triunfo militar le salvaría de todos sus problemas internos y, más importante aún, relanzaría su gran proyecto de estabilidad regional pro sionista, basado en un gran emporio comercial y financiero con Tel Aviv como cabeza rectora.

Irán, al contrario que Hamás y Hezbolá, tiene un ejército y centros militares, económicos y nucleares visibles que podrían ser destruidos con relativa facilidad; pero, también al contrario que con la resistencia palestina y libanesa, es demasiado grande e intrincado para que el ejército israelí haga la tarea a solas. Por eso Netanyahu intentó por todos los medios involucrar a Biden en una ofensiva total contra los iraníes que comprendiera la destrucción de sus pozos petrolíferos y sus centrales nucleares. Un ataque así sólo podría llevarse a cabo con participación directa de la aviación y marina estadounidense, abriendo una caja de pandora de consecuencias incalculables.

Sabida la conocida hostilidad de Trump hacia el Gobierno de Teherán, a quien acusa de los intentos de asesinato sufridos durante la campaña electoral y, ya en plan tremendo, de que no haya paz en Oriente Medio, Netanyahu piensa que arrastrarlo a una nueva contienda regional no será complicado. Pero ahí va a pinchar en hueso: Trump suele repetir que durante su mandato no hubo guerras y que estas no son buenas para el negocio, sobre todo cuando tu principal enemigo, que para él es China por encima de todo, no se va a manchar en ellas ni se va a gastar, al menos necesariamente, un solo yuan, a no ser que Pekín tenga un especial interés en defender a Teherán con sus propios recursos militares.

Al contrario que la resistencia palestina y libanesa, Irán es demasiado grande e intrincado para que el ejército israelí haga la tarea a solas

Para el nuevo mandatario de este gran imperio predador decadente, lo importante es el entramado financiero y la oportunidad comercial. Volver al proyecto de los acuerdos de Abraham, atraer a más gobiernos árabes venales y autoritarios a las dulces promesas de un gran consorcio regional basado en los intercambios comerciales y la aceptación del proyecto sionista, a costa de los derechos legítimos de Palestina —en varios países del Golfo prohíben ya hasta los pañuelos palestinos—. Retomar la senda tranquila y subrepticia del sionismo de siempre, confiscar tierras en Cisjordania para construir más asentamientos, seguir robando el agua a los países vecinos, forzar poco a poco la salida de palestinos, gestionar los posibles recursos de gas y petróleo que haya en la zona, rebañar territorios fronterizos en disputa o generar conflictos artificiales para quedarse con este enclave o aquel, etc. Eso y mantener a Irán a raya es lo máximo que Trump les va a ofrecer. La guerra y el séptimo de caballería contra Irán son elucubraciones del sionismo perverso y pervertido… a no ser que se invente algo de mucho calibre. Es de sobra capaz, por otro lado.

Sobre el autor
Ignacio Gutiérrez de Terán Gómez-Benita es profesor del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Ha residido durante unos años en Líbano y Siria. Es autor de Hezbolá. El laberinto de Oriente Medio (Catarata, 2024).
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
El Salto Radio
El Salto Radio Blanquitud, colonialismo y Trump
Un podcast para indagar en las bases del sistema racista colonial y patriarcal que ha hecho que normalicemos genocidios televisados como el de Gaza.
Pedroperez
7/11/2024 13:42

En El Salto, del tema de Ucrania no habláis mucho, por no decir directamente nada. Y el triunfo de Trump merecería un comentario o varios sobre este tema.
Vais mucho de independientes, pero jamás o muy poquito os metéis en ciertos temas como el tema de la OTAN, de Ucrania, e incluso de la monarquía española. Tema que casi ni tocáis, y mira si hay para escribir artículos sobre esos tres temas.
Ni sois tan independientes ni sois tan valientes.

0
0
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
7/11/2024 7:25

Tal y como dice el autor, el apoyo ha sido prácticamente total por parte de los demócratas, por lo que los pocos cambios que pueden haber derivan en una colaboración en la agresión a Irán o en forzará lss dictaduras del golfo a aliarse con el sionismo.

0
0
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.
O Teleclube
O Teleclube 'Sorda' o debut persoal de Eva Libertad chega a 'O Teleclube'
A directora murciana estrea a súa ópera prima ao carón da súa irmá e protagonista, Mariam Garlo.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.

Últimas

Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
Partidos políticos
CIS de abril La ultraderecha recorta votos al PP arrastrada por el efecto Trump
El barómetro de abril vuelve a situar al PSOE como fuerza más votada. La izquierda española sigue su contienda por todo lo bajo.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y deja de emitir nuevas entregas tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.