Editorial
Cuatro manos, diecisiete ojos

En los chalecos amarillos hay mucho de revuelta fiscal clásica, y también unas gotas de resistencia a la inevitable transición energética.

Chalecos Amarillos 3
Varios chalecos amarillos marchan por las calles de uno de los barrios más ricos de la capital francesa el pasado 8 de diciembre. Teresa Suárez Zapater
21 feb 2019 10:04

Bajo un txabiske improvisado, Raymonde, mujer de 65 años, cuenta a la reportera de Euronews: “Estoy aquí por el malestar general, las pensiones, los impuestos. He esperando muchos años a que esto explotara. Ya no puedo irme de vacaciones, ni comprarme zapatos. No es normal”. C’est pas normal.

En los chalecos amarillos hay mucho de revuelta fiscal clásica, y también unas gotas de resistencia a la inevitable transición energética pero, sobre todo, hay indignación que emerge de las condiciones materiales: “si subes el diésel, ya no puedo vivir ni trabajar”. Y esto es especialmente cierto para las personas asalariadas o autónomas precarizadas de las ciudades de tamaño medio, donde prendió la chispa que incendió la pradera: sectores enteros dependientes del coche que venían de los recortes a los trenes de cercanías y al transporte público en general.

Pero la revuelta va más allá. Con la agilidad del enjambre, este motín sin líderes ha escapado de la trampa mediática del Gobierno. Y, sorteando la etiqueta “antiecologista e insolidaria”, ha pasado a hablar con naturalidad de la subida del salario mínimo, las pensiones de miseria y los regalos fiscales a los ricos. En definitiva, del tránsito inexorable de las capas medias hacia la proletarización. Francia entra así, de pleno derecho, en el sur de Europa.

Algunas voces autorizadas de la izquierda desconfían de un fenómeno fuera de su control. Se repite el patrón del 15M y de la Primavera Árabe, teorías de la conspiración incluidas

Como otras veces, algunas voces autorizadas de la izquierda desconfían de un fenómeno fuera de su control: “Ojo, que son de Le Pen; cuidado, que no son ecologistas”. Se repite el patrón del 15M y de la Primavera Árabe, teorías de la conspiración incluidas. ¿Hay votantes de la ultraderecha bloqueando los peajes de Biarritz y Biriatu cada fin de semana? Sí, y de Melenchon y, sobre todo, abstencionistas (12 millones en las últimas elecciones). También los habrá entre los taxistas de Barcelona y Madrid —otra movilización incómoda para la izquierda—, que han replicado los códigos para internacionalizar su pelea contra la uberización. Sujetos impuros, enfrentándose a pecho descubierto a la financiarización global. ¿Estaremos ahí para acompañarles?

Ahora bien, el hilo rojo (y negro) con el 15M no es directo. Entre otras razones, porque mientras la queja por el desclasamiento quincemayista estaba impregnada de ideología de las clases medias, los chalecos amarillos asumen la clausura del ascenso social y postulan una feroz confrontación de clases. Hasta la fecha, diez muertos, 2.000 heridos —150 graves—, 17 ojos y cuatro manos perdidas según el colectivo Desármons-les, y 150 encarcelamientos.

En la otra esquina del tablero, las banlieues que albergan a “los indígenas de la República” —condenados al infraempleo y a la segregación espacial— se mantienen relativamente al margen de esta movilización liderada por la white trash francesa. Su entrada en escena, si se produce, podría hacer estallar el horizonte destituyente de la Quinta República y, como ha pasado otras veces en la Historia, sentar las bases de un poder constituyente a escala europea.

Arquivado en: Editorial
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Editorial
Editorial Ciudades de lujo para la clase obrera
La ciudad puede ser un espacio donde la producción se autogestione, la reproducción se comunalice y la distribución se organice para garantizar la vida en libertad.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Editorial
Neofascismo La peste en Euskal Herria
Cada vez que el régimen de acumulación capitalista se enfrenta a una crisis estructural es el momento de los chivos expiatorios y del disciplinamiento duro del trabajo.
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
CRTVG A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
Altri A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
Altri A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.