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Educación
Seis comunidades españolas duplican la media europea de abandono formativo entre jóvenes
Illes Balears, Andalucía, la Región de Murcia, Islas Canarias, Castilla La Mancha y Extremadura son algunas de las regiones europeas con mayor número de jóvenes que dejan de formarse entre los 18 y los 24 años, según datos recientes de la Unión Europea. Solo Turquía y algunas áreas del Este o insulares superan los datos del sur de España.
Cada vez son más las personas que, una vez cumplida la mayoría de edad, dejan de formarse, pero este fenómeno no ocurre con la misma intensidad en toda Europa y, dentro de España, el abandono prematuro de la educación y la formación dista de estar equilibrado entre las diferentes regiones. Según datos recientemente publicados en el Eurostat, Illes Balears, Andalucía, la Región de Murcia, Islas Canarias, Castilla La Mancha y Extremadura son algunas de las regiones europeas en las que más jóvenes de entre 18 y 24 abandonan la etapa formativa.
Mientras en 2019 la media de abandono temprano de la educación y la formación (ATEF) en la Unión Europea se colocaba en un 10,2% —lo cual supone una reducción de tres décimas desde el año anterior—, el porcentaje en el caso de España ascendía al 17,3%, lo cual queda todavía lejos del objetivo de la Estrategia Europa 2020 que, en el caso de España, pretendía reducir la cifra al 15% para esta anualidad. Teniendo en cuenta que en cuatro años —desde 2015— solo se ha conseguido bajar en tres puntos la media española, no parece que el objetivo propuesto vaya a verse reflejado en los datos que se publiquen el año que viene, correspondientes a 2020.
Dentro de la geografía española, no obstante, las diferentes zonas presentan diferencias significativas. A la elevada cifra de abandono formativo temprano en Ceuta (24,7%) y Melilla (24,1%) se suma el de jóvenes de Illes Balears (24,2%), Murcia (22,6%), Andalucía (21,6%), Islas Canarias (20,8%), Extremadura (20,5%) y Castilla La Mancha (20,2%), donde uno de cada cinco personas de entre 18 y 24 años —con un nivel educativo máximo de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), según la metodología de la encuesta— no recibió educación ni formación adicionales, lo cual duplica la media europea.
Solo País Vasco queda por debajo de ese 10,2% de la media UE al colocar su porcentaje de ATEF en un 6,7%. A partir de ahí las comunidades mejor paradas son la de Madrid (11,9%), Asturias (12,4%), Galiza (12,6%), Cantabria (12,8%), La Rioja y Navarra, ambas con un 13,9%. Por regiones, el volumen de abandono del noreste de España (10,8%) es menos de la mitad que la región Sur (21,8%). Ya en una investigación publicada en 2017, varios investigadores de la Universidad de Valladolid reseñaban que las diferencias entre regiones en el caso español suponían una singularidad en la Unión Europea.
En el citado estudio, los investigadores recuerdan que el hecho de que el indicador se proyecte en una franja de edad —de 18 a 24 años— en la que la escolarización no es obligatoria, hace que “intervenga un amplio abanico de factores, no solo educativos, sino también económicos, como los costes de oportunidad asociados a la escolarización postobligatoria en términos de empleo, que pueden suponer un factor de expulsión del sistema educativo”. Lo explicaba Damián Herrera Cuesta hace unos meses para este medio cuando reseñaba que, en España, muchos jóvenes abandonan la educación superior porque al coste económico de la matrícula se suma el coste de lo que se pierde por no estar empleado: “Un hijo de clase obrera tiene que tenerlo muy claro para meterse en la universidad, si sabe que no va a tener trabajo cuando termine es poco probable que lo haga”, exponía el sociólogo.
Universidad
La universidad privada se hace cada vez más hueco en la educación superior española
Los datos del Ministerio de Universidades revelan que el número de personas matriculadas en instituciones privadas para estudios de grado ha aumentado en un 22% con respecto al curso 2015-2016, un crecimiento mucho más acusado en el caso de másteres. Expertos y estudiantes alertan de las desigualdades sociales que genera una mayor presencia de la universidad privada.
En el citado estudio de 2017, los firmantes concluían que había diversos factores que intercedían en estas diferencias por regiones, las cuales convierten a España en el país de la UE con más desequilibrio en este sentido, como —y de manera más significativa— el gasto público en educación no universitaria —a más inversión, menor tasa de abandono—, la relación del fenómeno con el PIB per cápita y la tasa de paro —sobre la que los autores exponen que “el crecimiento económico registrado en España, caracterizado por el empleo de mano de obra no cualificada, ha supuesto un desincentivo para permanecer en el sistema educativo”— o la cuestión de la enseñanza privada, que sí concluyen que hace descender la tasa de abandono si bien matizan que “podría deberse al efecto intermedio de otras variables como la clase social del alumnado o la pertenencia de este a determinadas zonas”.
Movilidad como escape
En relación con lo que estos investigadores definen como variables del contexto económico, el PIB per cápita y la tasa de paro, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó recientemente las cifras de movilidad laboral y geográfica del primer trimestre de 2020. La Rioja (3,7%), Canarias (3,6%) e Illes Balears (3,5%) se configuraban como las comunidades donde las personas ocupadas más se habían desplazado en los primeros meses de este año a otras provincias, y solo un 32% de las personas con trabajo no habían cambiado de municipio de residencia desde su nacimiento.
En total, un 21,3% de personas empleadas había cambiado de domicilio a una comunidad autónoma diferente en el último año, siendo además los jóvenes entre 16 a 34 años el grupo de edad que más se ha desplazado en los últimos ejercicios, y prevaleciendo la movilidad entre gente con contratos temporales sobre los indefinidos. También entre las personas paradas ha aumentado con respecto al año anterior la movilidad entre comunidades autónomas.
La fuerza centrífuga de las grandes capitales en lo que a la búsqueda de oportunidades laborales se refiere se puede explicar a tenor de las tasas de actividad por comunidad autónoma: en el primer trimestre de este año, Madrid con un 63% y Catalunya con un 61% eran las comunidades con los porcentajes de personas ocupadas más altos.