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Educación
Los sindicatos convocan una huelga unitaria de cinco días en escuelas e institutos de Catalunya
La huelga de los docentes catalanes de primaria y secundaria ya tiene fecha: tres una primera tanda de tres días —15, 16 y 17 de marzo— y una segunda tanda el 29 y 30 de marzo. Esta convocatoria es unitaria, participan desde el sindicato mayoritario en la escuela pública, Ustec-Stes (IAC), hasta CC OO —con implantación en la concertada—, y la Intersindical-CSC, Professors de Secundària (Aspec·SPS), UGT, CGT y Usoc. En medio de ambas paradas, la Ustec, la Intersindical, COS y SEPC han programado un sexto día de huelga, el 23 de marzo, para defender el modelo de inmersión lingüística sancionado por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, y su famosa sentencia de que los centros tienen que impartir el 25% de las asignaturas en castellano.
El Departament d'Educació de la Generalitat de Catalunya, dirigido por ERC, ha propuesto eliminar la asignatura optativa de filosofía y tecnología en secundaria, no ha elaborado una norma para proteger la inmersión lingüística, no ha eliminado la hora añadida a los docentes por los recortes de la crisis económica de 2008 —y el resto de recortes— y les ha exigido, sin negociar con los sindicatos y sin consultarlo en el Consejo Escolar, que avancen unos días el inicio del curso escolar —al 5 de septiembre—, que hagan jornada continua en septiembre y que trabajen de forma presencial la primera quincena de julio. La respuesta de todos los sindicatos ha sido unitaria, recogiendo el profundo malestar de una comunidad docente que tras los esfuerzos realizados durante la pandemia esperaba mantener una relación fluida con Educación.
La Ustec, la Intersindical, COS y SEPC han programado un sexto día de huelga, el 23 de marzo, para defender el modelo de inmersión lingüística sancionado por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya
“Los ánimos están bastante caldeados”, resume David Caño, miembro del secretariado nacional del sindicato catalán en educación USTEC-STES (IAC). “Una huelga de cinco días no puede ser simbólica: todos los sindicatos la convocamos”, alerta, y añade que las movilizaciones podrían extenderse a los siguientes meses.
El 17 de febrero ocuparon el Departament d'Educació, y se quedaron a dormir. Solicitaron la dimisión de su titular, Josep Gonzàlez i Cambray, a gritos de “Cambray dimissió, petit dictador” (Cambray dimisión, pequeño dictador) y “volem negociar” (queremos negociar). Cambray no está bien valorado entre los docentes, asegura Caño, “es licenciado en marketing”, resalta. Su experiencia como docente se limita a unos cursos en secundaria, escuelas de negocios y otras instituciones, tras trabajar como auditor en la empresa privada (también es ingeniero técnico industrial) antes de insertarse en política en 2005, donde ha ocupado varios puestos, muchos de ellos, en Educación. Cuando gestionaba la dirección general de los Centros Públicos de Educación fue detenido por la Guardia Civil en el marco de la ‘operación Volhov’ —una pieza separada para investigar supuestamente delitos de malversación con fondos públicos relacionados con el Procés—. Quedó en libertad dos días después, como la mayoría de los 21 arrestados.
El 17 de febrero, los sindicatos ocuparon el Departament de Educació, pasaron la noche allí y reclamaron la dimisión del conseller
Por su parte, Cambray tilda de “inmovilistas” a los sindicatos y asegura que el nuevo calendario escolar “ha venido para quedarse” y no afecta a los derechos laborales de los docentes. Fue anunciado en rueda de prensa.
El comunicado conjunto de los sindicatos “reclaman de forma unitaria” aumentar al 6% del PIB destinado a Educación, revertir los recortes de 2008, una reducción de las ratios, ningún cierre de aulas en los centros públicos, su rechazo al nuevo curriculum, la estabilización del personal interino, la defensa de la inmersión lingüística, una negociación “real” y la dimisión de Cambray.
Desde la Ustec, David Caño insiste en que adelantar el inicio del curso escolar “ha sido la gota que ha colmado el vaso”. La ausencia de regulación del modelo lingüístico catalán por parte de Educación, que nació de un consenso de finales de la década de 1970 y principios de 1980, ha creado un “gran malestar” en los centros, que ven ahora como en nombre de la “autonomía” deben regular ellos mismos la transposición de la sentencia, o su desobediencia. “Educación ha traspasado la responsabilidad a las direcciones de los centros vía la autonomía”, señala.
Caño considera que los cambios planteados por Educación para el próximo curso son “una bomba de humo” para “tapar la cobardía de Cambray, porque si una cosa podía generar malestar en Catalunya es precisamente romper la inmersión lingüística, que no se atreve a blindarla”.