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Queer
'Desviades. Normalidad gay y anticapitalismo queer', de Peter Drucker
El pasado junio de 2023 las editoriales Sylone y Viento Sur publicaron la traducción al castellano de Warped. Gay normality and queer anticapitalism, un enorme y exhaustivo trabajo que recorre lugares muy dispares del planeta en la búsqueda de cómo ha sido en cada uno la implantación de las identidades normativas LGTBI ―'gay' principalmente―, con el capitalismo y el colonialismo como elementos esenciales, y de cómo los espacios anticapitalistas y el activismo transmaricabibollo podemos superar esta gaynormatividad mediante diversas estrategias, que pasan por la implicación en diversos espacios políticos y por la asunción de las luchas e identidades disidentes sexuales y de género por los movimientos sociales en su conjunto. Su autor, Peter Drucker (Estados Unidos, 1958), es activista marxista queer e investigador de larga trayectoria, y miembro fundador de la Red sobre Sexualidad y Economía Política, que publica desde la revista marxista londinense Historical Materialism. Este es su trabajo más amplio y minucioso hasta la fecha.
El libro nos viene dividido en tres grandes bloques. En el primero, el autor realiza una profunda genealogía de cómo se construyó la homosexualidad desde las identidades ―o no identidades― sexuales que existían anteriormente, y sobre cómo esta nueva categoría surgida y estigmatizada en el Occidente Europeo hace más o menos unos 150 años se impone con el colonialismo. Éste, que vive su auge hace aproximadamente los mismos años, se impone política, cultural, penal y médicamente sobre poblaciones que tenían ideas completamente diferentes al respecto de las relaciones que desde el mundo occidental y anglosajón se denominarían same-sex, es decir, entre personas del mismo sexo. Dicho de otra forma, estas relaciones así leídas desde el norte global ya se daban en todos los contextos que sufrieron el colonialismo, y por tanto con la llegada de este fueron objeto de un cambio conceptual y de una criminalización que les era más o menos ajenas según cada contexto, provocando la estigmatización, la ilegalización y los actuales discursos achacando la desviación sexual a Occidente que algunas de las élites de antiguas colonias africanas de Francia e Inglaterra reproducen en la actualidad.
El autor realiza una profunda genealogía de cómo se construyó la homosexualidad desde las identidades ―o no identidades― sexuales que existían anteriormente
Obviamente ya existían comunidades same-sex en diversos lugares de Europa anteriores al siglo XIX, siendo quizás las comunidades más destacables la inglesa y la holandesa, y que vivieron durante la Segunda Revolución Industrial un señalamiento y una represión de gran calado, fruto de la mencionada conceptualización de la homosexualidad y las consecuencias que acarreaba que una práctica inserta en los nuevos códigos penales ya tuviera nombre. Pero también surgieron los primeros movimientos a favor de su despenalización, entre los cuales el que más se distinguió fue el alemán. Esto no hubiera podido llevarse a cabo sin el apoyo del marxismo alemán, tanto de los Partidos Socialdemócratas como más tarde del pujante Partido Comunista, impulsado en gran medida por una Revolución Soviética que convirtió Rusia en el primer país europeo en despenalizar la homosexualidad. La asunción de la secretaría del partido por parte de Stalin y sus políticas sexualmente reaccionarias volverían a la penalización, y obligarían a asumir la homofobia al resto del comunismo adscrito a Moscú, incluyendo el alemán. Para Drucker, este giro de guion supondría un duro golpe para el liberacionismo sexual y supondría la pérdida de muchas potencialidades que hubieran podido ganarse ya entonces.
Peter Drucker considera que la primacía de la identidad gay sobre el resto ―lesbianas, bisexuales, identidades trans, etc.― comienza a fraguarse al calor del régimen capitalista de acumulación fordista global, que se desarrolla principalmente entre los años 40 y 70 del siglo XX, coincidiendo con la posguerra mundial en Europa y la necesaria reconstrucción del continente y con el enorme desarrollismo urbano e industrial que tiene lugar a nivel global en dichas décadas, afectando también a los procesos de descolonización controlada por las metrópolis que se dan a África y Asia y a la nueva izquierda radical que surge en los años sesenta. El refuerzo del capitalismo, el desarrollo de los frentes de liberación sexual y las derrotas de las utopías revolucionarias de los años sesenta y setenta tienen como consecuencia el establecimiento de un nuevo régimen a la hora de entender las políticas de la disidencia sexual y de género: sería el que denomina “homonormativo-dominante”, que prosigue en la línea del anterior, el “gay-dominante”, pero enmarcado en un contexto político y económico diferente, como es el que genera el neoliberalismo de los últimos cuarenta años.
Descrito al detalle todo esto, el autor pasa al segundo bloque del libro: la homonormatividad en el contexto neoliberal. Aquí describe cómo esta, principalmente centrada en hombres gays, se desarrolla como una identidad más dentro del contexto neoliberal, siempre que cumpla las normas del capitalismo y del patriarcado: tenga dinero, se vincule de manera familiar y/o monógama, se identifique ideológicamente con el estado liberal y a nivel sexual esté todo lo más cerca posible de la norma. Es en este contexto que las identidades transmaricabibollo más alejadas de dicha norma, tanto por salirse de las formas de construcción de la homonormatividad como por ser de clase obrera, racializadas, discapacitadas, anticapitalistas o practicantes sexualidades y formas de vincularse no normativas, sufren como nunca antes dentro de la comunidad, ahora denominada LGTBI, discriminación por parte de quienes ostentan mayor rango social dentro de la misma, pese a que en tiempos no tan lejanos sus identidades también eran discriminadas y marginalizadas a niveles más similares. Y es el pistoletazo de salida para infinidad de nauseabundas políticas que hemos tenido que presenciar en los lustros más recientes: el homonacionalismo, el manifiesto racismo gay a otras culturas con larga historia de opresión por parte de Occidente por considerarlas por entero “homófobas”, las alianzas con la extrema derecha moderna, el apoyo al servicio militar, la inclusión de homosexuales en partidos de derecha y neoliberales, el pinkwashing y el apoyo gay al genocidio colonial israelí sobre Palestina, la alianza con sujetos políticos y estamentos sociales antihomosexuales para reprimir expresiones disidentes sexuales y de género no normativas ―prostitutas trans, gente trans con transiciones de género poco normativas, saunas, locales BDSM, pornografía...― y el empujón hacia la marginación política y social de los sectores que se escapan a la homonorma.
Drucker recuerda el papel que las políticas transmaricabibollo han tenido en movimientos recientes, como la lucha contra el VIH y revueltas de eco global como el 15-M
Una vez relatado todo el proceso de articulación de la homosexualidad y el posterior desarrollo hacia el modelo homonormativo dentro del contexto político vigente, Peter Drucker finaliza su libro con un tercer bloque que nos puede servir de valiosa inspiración hacia cómo articular las políticas transmaricabibollo en particular, y en general las que atañen a la disidencia sexual y de género dentro de la llamada “izquierda radical” que políticamente está posicionada a favor de la libertad sexual. De cara hacia dentro de la lucha transmaricabibollo, el autor nos insta a redefinir los límites de nuestros espacios en relación a las identidades que participan en ellos. Teniendo en cuenta que nuestras identidades pueden alejarse de la norma de innumerables formas, Drucker propone superar las constricciones y la circunscripción al gueto que generan las categorías “Gay, Lesbiana, Bisexual y Transexual” en pos de abrazar un mayor abanico de disidencias, siendo además una categorización que en algunos contextos no blancos genera aún más problemas que en el Occidente que las promueve. Propone también la alianza con el feminismo, siendo parte del mismo en muchos contextos o dentro de una propuesta de subvertir el género en sí mismo y los roles asociados. También expresa la necesidad de inclusión de las personas transmaricabibollo marginalizadas por la homonorma, y de las formas de relación afectivo-sexual no normativas, proponiendo “queerizar” nuestra intimidad relacional. Drucker además subraya severamente la necesidad de una alianza férrea entre las políticas transmaricabibollos anticapitalistas y la lucha antirracista en su conjunto, que no se circunscriba únicamente a las personas racializadas no cisheterosexuales.
De cara al resto de movimientos sociales, Drucker recuerda el papel que las políticas transmaricabibollo han tenido en movimientos recientes, como la lucha contra el VIH y los grupos autoorganizados, revueltas de eco global como el 15-M, Occupy Wall Street, la Primavera Árabe o la Revuelta de la Plaza de Taksim en Turquía. Resalta la potencialidad de que la izquierda anticapitalista sea capaz de hacerse oír en unas sociedades en las que una parte muy importante de su población no se considera heterosexual y sigue teniendo problemas por ello, y que por tanto sea capaz de arrebatarle fieles al credo homonormativo neoliberal. Y no olvida el destacado papel que ya tienen disidentes sexuales y de género en movimientos de obvia importancia en la actualidad, como el sindicalismo, el feminismo o la justicia climática.
Drucker vislumbra un futuro en el que la que denominada “izquierda queer anticapitalista” sea capaz de abordar todos estos desafíos, con el inequívoco apoyo de unos movimientos sociales “queerizados” que a su vez reciban un poderoso impulso por parte de la primera. Dicho futuro está por construirse, pero por ahora es fácil afirmar que las propuestas que nos ha hecho Peter Drucker deberían ser tomadas en consideración entre quienes participamos en cualesquiera de las luchas que menciona en su libro, y en especial entre quienes militamos en el activismo transmaricabibollo, de cara a cómo desarrollemos nuestras políticas en el futuro inmediato. Por ello es más que recomendable leer este libro, meditar sobre lo que nos propone y debatir colectivamente su contenido.