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Literatura
"Historia de España contada a las niñas". De ovnis e incendios
Analizamos la novela de María Bastarós, Historia de España contada a las niñas, y su capacidad, desde la ficción, en ocasiones disparatada, de cuestionar el relato oficial de la Historia a partir de la mirada de tres generaciones de mujeres habitantes de una remota aldea de Soria.
A veces resulta del todo pertinente que una se ponga un poco bruta y se disponga a trazar, así a lo loco, líneas de sentido que unan distintos puntos encarnados en el tiempo y el espacio. En esas ocasiones, la Historia, tan concreta y tan etérea al mismo tiempo, nos permite trazar genealogías insólitas que, con el tiempo, se nos acaban revelando como obvias y necesarias.
Como en tantas otras ocasiones, la ficción, en su eterno forcejeo con la realidad, viene a darle (a quien las quiera o las necesite) una serie de herramientas para trastear con el sentido oficial de las cosas en general, y de la Historia, en particular. Es frecuente que el trabajo en torno a este trastear con el sentido oficial de las cosas cobre una dimensión generacional que, aunque es frecuentemente explotada y en buena medida fagocitada por las distintas facetas de la industria cultural, funciona como una ventanita medio abierta que permite ventilar los discursos culturales y, si tenemos mucha suerte, también la imaginación política.
No es difícil pensar en propuestas sugerentes que, desde esta perspectiva, han aparecido últimamente en nuestro campo cultural. Pensemos, en concreto, en las relecturas de momentos históricos determinados que, saltándose buena parte de los códigos y de las costumbres, nos invitan a tomar ciertos relatos, apropiárnoslos, desarmarlos de su sentido original y dotarlos de un sentido diferente y que nos sirva para pensar y para pensarnos.
Una de esas relecturas es Historia de España contada a las niñas, novela publicada a finales de 2018 por la editorial Fulgencio Pimentel. Su autora, María Bastarós (Zaragoza, 1987) se apropia del complejo membrete "Historia de España", para presentarnos una historia, ocurrida en España y destinada a las niñas que, precisamente por serlo, entenderán su sentido.
La Historia de España que cuenta esta novela parte del relato desordenado de las vivencias de una serie de mujeres que pertenecen a tres generaciones sucesivas en el tiempo y que proceden de un mismo lugar. Ese lugar es Beratón, una aldea remota de la provincia de Soria; un Macondo matriarcal y mesetario, atravesado por la desgracia y recurrentemente visitado por los ovnis.
Es frecuente que el trabajo en torno a este trastear con el sentido oficial de las cosas cobre una dimensión generacional que, aunque es frecuentemente explotada y en buena medida fagocitada por las distintas facetas de la industria cultural, funciona como una ventanita medio abierta que permite ventilar los discursos culturales y, si tenemos mucha suerte, también la imaginación política.
Estas tres generaciones de mujeres comparten un linaje familiar, una estrecha relación con la experiencia de la violencia sexual y una cierta tendencia a la piromanía que se dispara en el momento menos pensado. En esta Historia de España los hombres aparecen sólo de forma circunstancial. En general, el que no es un cazador misógino, es un depredador sexual o está marcado por la culpa, el rechazo o el fracaso: "Hitler pensaba, como piensan muchos de los hombres que en algún momento de su vida se han sentido ignorados o fracasados o la chica bonita no quiso bailar con ellos o hicieron el ridículo saltando el plinto o no se les aguantó la polla tiesa los suficientes minutos y fíjate tú qué vergüenza, que el mundo les debía algo. Y ese 'deber algo' es el útero en el que se gestan las grandes tragedias humanas, la semilla del mal, la nave nodriza del terror".
A través de la hipérbole desnuda y de un cruel retrato de la masculinidad, el texto de Bastarós saca a relucir lo sórdido reconocible (el hombre que se masturba en silencio mientras habla La Conferenciante, el pederasta secuestrador, los miembros de La Manada); una sordidez que no por hiperbólica deja de ser real, y que explica en sí misma el porqué de esta Historia de España que se le cuenta específicamente a las niñas.
Entre estampas western y relatos adolescentes, las piezas dispares de este relato construyen una trama que empieza a finales de la década de los ochenta y se prolonga hasta el presente. En ese sentido, sí: la novela es una historia de la España reciente. Sin embargo, el relato de las fugas, los secuestros, las violaciones y los incendios intencionados que se repiten cíclicamente en las tres generaciones de mujeres que retrata la novela desborda los propios límites temporales de la trama y nos habla de un tiempo histórico que acaba, como en Macondo, plegándose sobre sí mismo.
Bajo su apariencia de ficción disparatada (que lo es), la Historia de España contada a las niñas se ríe del decoro de los relatos de la Historia y trastea con su sentido oficial, dejando entreabierta esa ventanita para que podamos respirar.