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Feminismos
La “peligrosa” teoría queer y el asesinato de “las mujeres”
La teoría queer es presentada en ocasiones como una amenaza a la emancipación de las mujeres por cuanto pone en cuestión al sujeto político del feminismo. Sin embargo, evitar la pregunta sobre cómo se construye el “nosotras, las mujeres” promueve la naturalización de las exclusiones en el movimiento.
El pasado 22 de febrero el 85% de la militancia de Izquierda Unida (IU) decidió, mediante una votación, expulsar de su organización al Partido Feminista de España (PFE). Este partido había sido liderado desde su fundación por una histórica feminista, que formó parte de la resistencia contra la dictadura franquista y llegó a ser torturada por Billy El Niño. En IU justifican la decisión basándose en que el PFE se ha pronunciado públicamente contra los acuerdos programáticos y ha mantenido posiciones contrarias a las aprobadas en los órganos del partido. En las redes se acusa a PFE y a su líder de transfobia. Mientras tanto, personas que han conocido la trayectoria de Lidia Falcón se preguntan: ¿cómo es posible que hoy la acusen de LGTBfobia si se opuso durante el franquismo a la Ley de Peligrosidad Social y se ha posicionado históricamente del lado de diversas reivindicaciones de lesbianas, gais y bisexuales?
Lo que ha sucedido en este tiempo es que Lidia Falcón ha librado una batalla encarnizada (o quizá debería decir simbólica) contra la denominada teoría queer que constituye, a su juicio, un auténtico peligro. La amenaza que encuentra en esta teoría es, ni más ni menos, que conduce al asesinato de la categoría “mujeres”. A su modo de ver, en un acto de violencia machista conceptual, la teoría queer (con la ayuda del pernicioso transfeminismo), quiere acabar con la existencia de esta categoría fundamental para la lucha feminista.
El interés de Butler no es declarar muerto al sujeto político del feminismo, ni acabar con él, sino atender a cómo se construye y a quién deja fuera.
Ante una amenaza de tal envergadura, Falcón ha considerado necesario sacar la artillería pesada y combatir contra los que promueven esta ideología, promovida por lo que denomina “lobby trans” y “lobby gay”. Con el objetivo de proteger a “las mujeres” de estos supuestos lobbies (que a su juicio traman su extinción) ha llegado a denominar “niño” a Elsa, la niña trans que intervino en el Parlamento extremeño, o “mujeres con barba” a los hombres trans. Para Falcón, el fin justifica los medios y todo vale para conseguir su objetivo, incluso arremeter contra colectivos históricamente discriminados. Pero, ¿realmente la teoría queer y el transfeminismo quieren terminar con “las mujeres”?
El debate entre Benhabib y Butler sobre el sujeto político del feminismo
Esta pregunta, que reaparece hoy con fuerza, tiene sus raíces en debates que cuentan ya con tres décadas de historia. Uno de los enfrentamientos conceptuales más interesantes para repensar esta cuestión es la discusión entre Seyla Benhabib y Judith Butler en un libro publicado en 1995: Feminist Contentions.
Benhabib señala en dicha obra que cualquier teoría feminista que pretenda ser emancipatoria necesita presuponer desde el principio un sujeto, identificado como “mujeres”, y señala lo siguiente: “Quiero preguntar cómo sería incluso pensable, de hecho, el proyecto mismo de la emancipación feminista sin un principio regulativo de acción, autonomía e identidad”. Por ese motivo se posiciona contra la que denomina “tesis fuerte de la muerte del sujeto” que atribuye a Butler.
No obstante, el interés de Butler no es declarar muerto al sujeto político del feminismo, ni acabar con él, sino atender a cómo se construye y a quién deja fuera. A su juicio, puesto que la identidad se basa en la diferenciación, siempre habrá una exclusión que surja de su constitución. Esta exclusión puede ser entendida como contingente o puede ser naturalizada, como sucede en aquellas teorías que postulan un sujeto identitario estable como un principio incuestionable de la acción política. La autora estadounidense asume que siempre que se habla en nombre de “las mujeres” puede haber una falla en la representación, por eso defiende que el debate sobre cómo se configura el sujeto del feminismo quede abierto a la discusión.
Debemos tener en cuenta que la unificación del sujeto feminista bajo un elemento común e incuestionable puede generar facciones dentro del movimiento, sobre todo cuando no se tiene presente la cuestión de la interseccionalidad.
Algunas teóricas feministas, como Benhabib, han visto en este intento de reproblematización permanente de la construcción del sujeto de la lucha feminista una conspiración contra las mujeres que apenas ahora empezaban a hablar por sí mismas, tras una época en la que quien decidía qué significa ser mujer eran fundamentalmente los hombres. Cabe señalar, sin embargo, que determinar qué se busca decir con este “hablar por sí mismas” resulta sumamente problemático: ¿quién puede hablar en nombre de las mujeres? ¿Desde qué lugar habla? ¿En qué idioma lo hace?
Butler no cuestiona la necesidad política de hablar como y para las mujeres, y hacer reclamos en su nombre, de acuerdo al modo en el que funciona la política representativa. No obstante, afirmará que esa representación tendrá sentido para el feminismo únicamente cuando el sujeto de la lucha feminista no se dé por sentado en ningún aspecto. Debemos tener en cuenta que la unificación del sujeto feminista bajo un elemento común e incuestionable puede generar facciones dentro del movimiento, sobre todo cuando no se tiene presente la cuestión de la interseccionalidad, es decir, que el género se entrecruza con modalidades raciales, de clase, étnicas, sexuales, etc. A principios de los años ochenta, por ejemplo, el “nosotras” feminista fue justamente atacado por las mujeres negras que afirmaban que el “nosotras” era invariablemente blanco, y que ese “nosotras” que debería solidificar el movimiento era el origen mismo de una dolorosa división.
Si tenemos miedo a que al no disponer de un sujeto feminista fuerte, unívoco e incuestionable, el feminismo colapsará, debemos pensar si merece la pena reproducir las mismas premisas que han tratado de asegurar nuestra exclusión históricamente.
La exclusión que denunciaron esas mujeres negras, que no eran reconocidas como sujetos del feminismo y sistemáticamente veían cómo las violencias específicas que sufrían no eran atendidas por el movimiento, es equiparable a la que denuncian en nuestros días las mujeres trans a raíz de comunicados del PFE.
Las divisiones entre las mujeres acerca del contenido del término o sus reivindicaciones deberían ser reconocidas puesto que pueden dar pie a nuevas resignificaciones que nos permitan ampliar las posibilidades sobre qué significa ser mujer.
Si tenemos miedo a que al no disponer de un sujeto feminista fuerte, unívoco e incuestionable, el feminismo colapsará, debemos pensar si merece la pena reproducir las mismas premisas que han tratado de asegurar nuestra exclusión históricamente. Si hemos criticado cómo ciertos movimientos políticos no tenían en cuenta a las mujeres, nosotras no deberíamos reproducir ese mismo error en el seno del movimiento político feminista.
El PFE tiene hoy todo el derecho a cuestionar la legitimidad de su expulsión de IU pero tiene que ser consciente de que esa práctica de exclusión no le es ajena. Si nos oponemos a la reducción de la pluralidad de voces en los colectivos políticos, tenemos que hacer una reflexión sobre cómo nuestras prácticas pueden estar reproduciendo aquello que queremos poner en cuestión.
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"Si tenemos miedo a que al no disponer de un sujeto feminista fuerte, unívoco e incuestionable, el feminismo colapsará, debemos pensar si merece la pena reproducir las mismas premisas que han tratado de asegurar nuestra exclusión históricamente"... lo que esta señora quiere decir es que para ella las mujeres no somos sufiencientes en el feminismo y necesitamos de señores con falda para que el feminismo sea suficientemente valioso
Yo lo único que saco en claro es que a las transexuales les dan por todos lados, los marginan los blancoheteros, los marginan las feministas...
No sé por dónde acabará el tema, pero lo que sí sé es que son un colectivo mucho más pisoteado de lo que las mujeres en general han sido
"Si tenemos miedo a que al no disponer de un sujeto feminista fuerte, unívoco e incuestionable, el feminismo colapsará, debemos pensar si merece la pena reproducir las mismas premisas que han tratado de asegurar nuestra exclusión históricamente. Si hemos criticado cómo ciertos movimientos políticos no tenían en cuenta a las mujeres, nosotras no deberíamos reproducir ese mismo error en el seno del movimiento político feminista." Esa última frase es misógina, porque cae en el error de creer que nuestra lucha debe ser la madre de todas las luchas, de que debemos acoger a todo el mundo y por tanto seguir reproduciendo la función complaciente asociada al "género femenino" para ser aceptadas. Un mojón. Si nos han excluido históricamente es por el patriarcado. Si ahora nos excluyen es por el patriarcado. No tenemos que hacerle la pelota a nadie para que nos incluyan, la igualdad de derechos y oportunidades debería estar intrínseca en el ser humano, pero no es así. Se conseguirá con educación, pero ahora mismo no es así. ¿Diríais que los negros, por haber sido excluidos durante toda la historia, ahora deberían aceptar a los transraciales (blancos que se sienten negros) como sujeto político de su movimiento? O que el representante del nuevo anti-racismo debería ser Eminem porque hace que la realidad de los negros sea más visible? Obviamente no, porque es racista quererse apropiar de un movimiento que no es el tuyo, aunque contribuyas con las buenas prácticas para llegar al mismo objetivo. Pero con las mujeres no pasa eso. Se empieza a difuminar el concepto mujer incluyendo nuevas performances, nuevas voces, nuevos sujetos, dudando de la ciencia e introduciendo terraplanismo para confundirnos, echarnos a pelear entre nosotras mismas. Pero no se conseguirá, las radfem tenemos muy claro qué es ser mujer y quien quiera sentirse de igual manera, adelante, es bienvenida, pero no por no abrazar cualquier expresión de mujer o reproducción de estereotipo de género dentro de nuestra lucha merecemos la exclusión. Porque no estamos negando la identidad de nadie. Sabemos qué es opresión sexista, ser mujer no es un sentimiento ni una categoría política ni poesía, es una realidad material.
Todo mi apoyo a Lidia. Ya bastante teníamos con los machirulis para que ahora dentro del mismo feminismo se reviente el movimiento con una teoría incoherente. ¿Alguna mujer de esas que defiende el. Queerismo se ha percatado que es la absoluta negación del feminismo? ¡Despertad!
Soy MUJER por mi SEXO. Es una realidad material. No me siento de ninguna manera, y muchísimo menos de "género femenino"!!!!! Ánimo al PFE.
Las feministas estamos con Lidia Falcón.
El sexo, la "raza" y la clase no se eligen.
A ver incultas la teoría queer es solo expresión de sexualidad cuando una persona siente atracción por otra sin depender ser de un genero binario. Lidia falcón se le ha ido la castaña y ahora hace tratos con ultra derecha hazteoir, si vais a la página de Facebook de hazteoir veréis muchos comentarios a favor de los ultra conservadores por parte de lidia falcón.
A las mujeres trans nos dejáis vivir en paz no es vuestra viuda ni tampoco vuestro derecho humano.
No hemos asesinado a ninguna mujer ni tampoco invisibilizar is los derechos de las mujeres eso lo decís vosotras por el simple echo de que exista mis nosotras, mujer y hombre es género no biológico ni sexo estudiar biólogo y dejarnos vivir en paz feminazis. Sois vosotras las terf las únicas feminazis el feminismo no es aboliciinista ni tampoco exclusivo vosotras no sois feministas sois machistas
Si un tío me llama feminazi lo entiendo. Una mujer no le llama a otra feminazi, eso sólo lo hace un tío que ve peligrar sus privilegios por mucho que diga que es una mujer. Es un macho XY y un hombre socializado como tal, que se permite insultar y creer que tiene cultura.
A Lidia Falcón y su séquito de mujeres que caben en una furgoneta simplemente se les ha ido la perola, ni más ni menos. Ahora son dignas de VOX.
El resto de la publicidad barata, perdón, disertación sobre lo queer sobra. Pero ya que me lo he leído aquí dejo una de mis afirmaciones. Hay que ser bastante cortito/ta para no observar la absurdez lógica de la frase "A su juicio, puesto que la identidad se basa en la diferenciación, siempre habrá una exclusión que surja de su constitución". Trágate esa y canta!
Como me jode la manipulación barata!!!
Y me la sopla la cuestión identitaria, lo que me parece un primor es que alguien se crea el discurso bobo de en la diferenciación, siempre habrá exclusión. Dios! Qué ancha se quedó, ale, a pastar.
En fin, qué se puede esperar de esta sociedad de intelecto mediocre y populista...
La sexología y en ella el Hecho Sexual Humano, explican que efectivamente existen diferencias sexuales, diversidad... El problema es cuando no se acepta que la identidad sexual es un hecho que trasciende a los genitales, es decir, aunque mayoritariamente existe coincidencia entre lo uno y lo otro, no siempre es así. Comprender los procesos de sexuacion, ayudaría a salir del mundo de las creencias. Y ciertamente lo Queer, que es performativo, no ayuda por que se aleja y mucho de nuestras realidades, que son sexuales. Falta conocimiento y se nota, cuando se hace una utilización política desde el feminismo para justificar lo injustificable, la marginación de las mujeres con genitales masculinos.
Genial artículo, muy necesario para no perder el norte en estos tiempos que corren.
''La exclusión que denunciaron esas mujeres negras, que no eran reconocidas como sujetos del feminismo y sistemáticamente veían cómo las violencias específicas que sufrían no eran atendidas por el movimiento, es equiparable a la que denuncian en nuestros días las mujeres trans a raíz de comunicados del PFE.'' - ¿Cómo es equiparable? las mujeres trans son hombres. si el género es flúido, como afirma la teoría queer, ¿por qué esa necesidad de las personas trans de definirse en términos binarios? no entiendo.
Las mujeres trans son mujeres le pese a quien le pese. Un poco de empatía por favor. El hecho de que como mujeres cis nos vivamos ni podamos saber lo que es sentir la disforia de género no significa que no exista. Imagina que a ti te viene un hombre a decirte que no eres mujer, o que como lo eres no tienes derecho a participar de una lucha política que te incumbe. ¿Dolería verdad? Por favor, dejemos de perpetuar la exclusión contra la que supuestamente luchamos. Las mujeres trans son mujeres y compañeras de lucha, no enemigas. Unamos fuerzas, cuidémonos entre nosotras y avancemos.
Te comieron el tarro con lo de ser mujer equivale a ser super empatica y tragar con todo para defender los derechos de otros, aunque vengan de movimientos antifeministas en esencia.
Madre mía....
Visto todo esto, ya no hacen falta machistas, machirulos ni el heteropatriarcado para acabar con la diversidad sexual. Se matan entre ustedes.
Lo que no hace falta es a retrógrados de ultra derecha que creen que una paloma fecunda a vírgenes misogino