Filosofía
Leibniz o las distopías

Las distopías son hijas del estado de ánimo colectivo de una determinada época. Pero, ¿son también un producto de consumo de masas que copa espacios de revisión del presente que debieran estar reservados para la acción y lo colectivo?

"Cándido" de Voltaire
Un momento de una representación del "Cándido" de Voltaire
23 nov 2018 10:00

“El demiurgo quiso que el mundo fuera el mejor posible”. Esta frase del Timeo de Platón sirvió a Gottfried Leibniz (1646-1716) como punto de partida en su idea sobre “el mejor de los mundos posibles”. El pensador alemán decía que si el creador es perfecto lo ha de ser también su criatura. Una tesis que inspiró en forma de sátira el Cándido de Voltaire.

Leibniz afirmaba, además, que si admiramos verdaderamente la obra de Dios no es porque sea suya sino porque es perfecta, y sólo porque es perfecta alabamos a su artífice. Así lo explica Javier Aguado: “Por tanto, la verdadera gloria de Dios exige, pues, que su decisión creadora nos sea comprensible, y debemos ser capaces de saber a qué se debe y qué razones movieron a Dios a tomar dicha decisión, ya que de otro modo desaparece la posibilidad de cualquier alabanza a Dios, salvo que ésta se confunda con la adulación que, haga lo que haga, se rinde a un tirano.” (Javier Aguado Rebollo, Themata Revista de Filosofía nº 42, 2009).

De hecho, la propia idea del mal en Leibniz podría resultar también demasiado optimista. Para Leibniz un mal es un bien limitado. Vivir dos años es un bien, aunque sea mejor vivir cuatro mil; ser pobre es un modo limitado de ser rico. Etcétera.

Cada sociedad debe crear un equilibrio entre las acciones que lleva a cabo en el presente y la desestabilización que provoca la expectativa del mañana. Así, el futuro se evidencia poco a poco en el presente (el futuro se presenta mediante anticipos que llamamos “adelantos” o “atrasos” en función de nuestra idea de progreso) y en esa acción provoca, al mismo tiempo, desequilibrio y estabilidad en un juego incesante, del que no se excluye la posibilidad de la catástrofe, como lo planteaba Walter Benjamin en sus Tesis sobre la filosofía de la historia.

Distopías y utopías

Una de las primeras distopías fue, tal vez, la del Juicio Final. Aquí nos encontramos, por ejemplo, el espíritu del milenarismo como estado de ánimo colectivo previo al inicio del primer milenio. Por otro lado, también podemos detenernos en el caso de Leibniz, donde nos hallamos ante un estado de ánimo bien distinto: la del pensador que supera al Dios oscuro y vengativo y que admira su obra sin temor.

Hay épocas, por tanto, que sueñan utopías cuando miran al futuro y épocas que sólo saben imaginar distopías. Según Adorno, la distopía es una advertencia, una llamada de atención. De tal forma, las distopías toman ciertos aspectos esenciales de su época para radicalizarlos y crear la imagen de un mundo en el que nadie quiera vivir. En este punto, y citando a Christian Retamal: “las distopías, al igual que las utopías, cumplen una función negativa. Y tal y como señalaba Theodor Adorno, dicha función negativa sirve para comparar una sociedad determinada con un futuro posible de modo que, a partir de la imaginación, se pueda corregir la realidad”. (“Distopía y Nihilismo. De la Utopía como tiempo para la esperanza a la Distopía como tiempo del fin”, 2016)

Debemos cultivar nuestro jardín, decía Voltaire al final de su Cándido. Es decir, si queremos que éste sea el mejor de los mundos posibles nos lo tenemos que trabajar.

Los mecanismos son distintos en uno y otro caso. En el caso de las utopías se juzga una sociedad a partir de sus múltiples errores para crear una imagen de lo que dicha sociedad debiera llegar a ser. En el caso de la distopía, ésta funciona como una advertencia respecto de un camino que no debe ser seguido si no queremos caer en una catástrofe sin retorno. Su valor radica en constituir una advertencia verosímil de lo que está por venir.

Por todo ello, si Leibniz nos dice que todo sucede para bien en éste, el mejor de los mundos posibles, a priori no hay lugar para la utopía ni necesidad de recurrir a distopías. En este sentido Leibniz es tan especial y se distingue por tanto del resto de pensadores. Sin embargo, así lo ve Voltaire en su Cándido:

- ¡Bueno! Mi querido Pangloss –le dijo Cándido-, cuando os han ahorcado, disecado, molido a golpes, y habéis remado en galeras, ¿habéis seguido pensando que todo iba lo mejor posible?

- Sigo fiel a mi primer sentir –contestó Pangloss- puesto que al fin soy filósofo y no me conviene desdecirme. Leibinz no puede equivocarse y, por otra parte, la armonía preestablecida es, con lo pleno y la materia sutil, lo más bello.

La conclusión de Voltaire, resumida en una sola frase, es también hija de su época (tan sólo unas décadas después de Leibniz y sólo unos años antes de la Revolución Francesa). Debemos cultivar nuestro jardín, decía Voltaire al final de su Cándido. Es decir, si queremos que éste sea el mejor de los mundos posibles nos lo tenemos que trabajar. Bajo sus palabras percibimos el anticipo de una utopía o, cuando menos, la aseveración de que somos dueños de nuestro destino.

Actualidad de la distopía

Es innegable que, en la actualidad, vivimos un momento de gran incertidumbre respecto de lo que nos deparará el futuro. De hecho, pareciera que no sabemos mirar hacia el futuro si no es bajo formas distópicas. Distintas fórmulas narrativas se hacen eco de este género que hoy en día es indudablemente un producto de consumo de masas. Series como Black Mirror, donde la tecnociencia se aleja de esa promesa que nos hace Silicon Valley donde los avances tecnológicos acabarán por completo con nuestros problemas; El Cuento de la Criada, con su fundamentalismo religioso y el terrible papel en que queda relegada la mujer; o la más reciente Homecoming, donde encontramos una gran corporación que se dedica a borrar los recuerdos de guerra de los soldados para volver a enviarlos al frente, una y otra vez, convirtiéndolos literalmente en munición para el campo de batalla.

Vivimos una época donde los individuos viven como problemas privados e individuales lo que en realidad son problemas sistémicos. Se recurre antes a los psicofármacos cuando tenemos problemas en el trabajo que a la organización y la lucha colectiva para hacerles frente.

Algo que define bien el espíritu de nuestros días en lo que ya nos dijera jocosamente Voltaire en su Cándido: Trabajar sin razonar es la única forma de hacer más soportable la vida. Autores más contemporáneos (J. Moruno) actualizan este pensamiento introduciendo la realidad innegable de la precariedad laboral: vivimos la experiencia cotidiana de la servidumbre como si fuera una actividad liberadora. El espíritu de nuestro tiempo es no tener tiempo, vivir en una incesante actividad, estar siempre disponible, ser un workaholic… aunque nuestro contrato de trabajo sea de duración incierta. No pensar o, cuando menos, no pensar demasiado para hacer todo esto más digerible.

Esto supone que vivamos una época donde los individuos viven como problemas privados e individuales lo que en realidad son problemas sistémicos. Se recurre antes a los psicofármacos cuando tenemos problemas en el trabajo que a la organización y la lucha colectiva para hacerles frente.

Los relatos distópicos son por tanto llamadas de atención, hijas del estado de ánimo colectivo de una determinada época. Son advertencias como dijera Adorno. Es innegable que vivimos tiempos de gran incertidumbre y de revisión continua del presente. Mi duda es si la distopía, como producto de consumo de masas, no estará copando espacios de revisión del presente que debieran estar reservados para la acción y lo colectivo. La distopía nos marca aquellos senderos que no debemos seguir. Sin embargo, tal vez falta poner en el centro de las miradas aquellos senderos que sí debiéramos transitar.

Arquivado en: Distopías Filosofía
Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Sin ceder en la potencia
No es solo que nos resulte más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo; también nos cuesta menos imaginarnos el fin del mundo que una sociedad sencillamente mejor.
Filosofía
Laura Llevadot “En este retorno al fascismo hay una nostalgia de la ley”
Su escritura no elude el desgarro, la herida, la vida. Apuesta, en tiempos de una promesa constante de felicidad y autorrealización, por la negatividad. Su posición filosófica es la de quién piensa que “la lengua que hemos heredado nos impide pensar.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.
#26736
26/11/2018 19:20

La clave estaría en asumir la distopia del colapso en la que ya vivimos, pero que solo necesita el chupinazo de la guerra mundial para confirmarlo.

Y mientras, nos pillará viendo pantallas...

1
0
Ana Cruz
25/11/2018 13:44

Además, llama poderosamente la atención, los medios en los que se consumen las series distópicas. Son canales privados, accesibles a los móviles, que de una manera intimista, individual, pequeña, privada, se expanden a multitudes y masas que no hacen nada más que consumirlas, que son afectadas, que no son estimuladas a la acción o al pensamiento crítico.
Las series distópicas triunfan, como una paradoja, en silencio, sin efectos de su contenido, ni siquiera secundarios efectos de la advertencia que recrean a través de las plataformas multimedias. Se digieren sin más, como videojuegos que gastan tiempo sin consecuencias intelectuales, sin consecuencias conductuales, morales. Tal vez el significado, también, de las distopías haya cambiado por efecto del consumismo de masas y se haya vuelto una distracción como otra cualqueira...

6
0
Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
CRTVG A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
Altri A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
Altri A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.