Queer
¿Quién teme que lo queer sea para todo el mundo?

Al hilo de los libros '¿Quién teme a lo queer?', de Víctor Mora, y 'El feminismo queer es para todo el mundo', de Gracia Trujillo, recientemente publicados, reunimos las fuerzas y los materiales necesarios para construir, desde la singularidad y la radicalidad de nuestras luchas, una casa en común donde guarecernos y experimentar con nuestros cuerpos.
Graduada en estudios ingleses en la Universidad de Zaragoza. Especializada en estudios culturales y LGTB.
1 mar 2022 08:00
Se trata de estar en los márgenes, de definirnos; se trata de trans-gredir el género y de secretos, de lo que hay bajo el cinturón y en el interior más profundo del corazón, se trata de la noche. Ser queer es radicalidad porque sabemos que, cada une de nosotres, cada cuerpo, cada zorra, cada corazón, culo y polla son un mundo de placer esperando a ser explorado [...] Y somos un ejército de amantes porque nosotres somos quienes sabemos lo que es el amor.
Queers Read This, 1990

Introducción. Una cita en Noviciado

Recientemente tuve una cita con un compañero filósofo en un precioso jardín interior de Noviciado. La sobremesa se tornó, poquito a poco, un preciado debate sobre la necesidad de las políticas queer hoy en día. Si tuviese que cartografiar cuatro elementos vertebradores de nuestra conversación, creo que serían la aparente imposibilidad de articular políticas cuir en la cotidianidad y a corto plazo; la sensación de que el sujeto político de la lucha cuir es sumamente estrecho y elitista, al mismo tiempo que la identidad se presenta como necesaria para las alianzas transformadoras; la tendencia a separar las teorías cuir de sus militancias históricas; así como el consabido reproche de que las teorías cuir son inaccesibles. En última instancia, todas estas cuestiones están atravesadas por la presencia fantasmal de una sentencia tan lapidaria como aciaga: lo queer no es para todo el mundo.

También recientemente, dos compañeres de lucha han publicado dos libros que, al igual que aquella bonita sobremesa, están prestos a disputar la radicalidad de lo queer para nuestros afectos y trincheras cotidianas, las de todes. Dichos ensayos son ¿Quién teme a lo queer? (2021), de Víctor Mora, y El feminismo queer es para todo el mundo (2022), de Gracia Trujillo. Ambas obras, desde prosas distintas y genealogías que se entrecruzan, parten de un escenario social y político en el que lo queer se ha tornado la Tituba de “una ofensiva contra cuerpos inermes” (2021), en el que la casa de los feminismos parece yacer más devorada que nunca por la carcoma del identitarismo, y en el que, en definitiva, está en crisis la solidaridad de la izquierda con las vidas y cuerpos no llorados. Gracia y Víctor nos invitan a “retomar desde la herida” un debate que no sólo es teórico, sino corpopolítico, que dirían las bastardas, para atreverse a abrazar las potencialidades críticas de lo cuir. En un acto de resignificación genetiana de la injuria, dos activistas transmarikabibollo han optado por navegar más allá del argumentario de “Las personas trans no somos una teoría”, para embarcarse y acuerparse en su elipsis maldita. Desde esas aguas pantanosas, más allá de la frontera, nos preguntan: ¿quién teme a lo queer?

¿Quién teme a lo queer?
Cubierta del libro de Víctor Mora

Torcer los “mientras tanto”: ¿quién teme a las políticas queer?

Mi compañero y yo recordamos durante la comida la intervención de un profesor, a quien tengo en gran estima, en un seminario de filosofía. Partiendo de una defensa del matrimonio igualitario, él sostuvo que, aunque muches soñemos con abolir las identidades y sus regímenes normativos, hay políticas LGTBI que podríamos tildar de asimilacionistas o reformistas que, ciertamente, mejoran la vida de las personas. Yo apostillo a mi compañero que uno de los mayores ardides en torno a lo cuir es que éste último, por su diálogo utópico con el futuro, se presenta como inconveniente para politizar vidas y cuerpos urgentes que, como dice Mora, “no pueden esperar más” (2021).

Como expone Víctor, lo queer irrumpe como un “posicionamiento crítico de las categorías de identidad que distribuyen a los cuerpos en el mapa social, no solo para decir que no eran suficientes sino para exponer que, precisamente, eran el problema” (2021). Cuando afirmamos que las políticas cuir no son una herramienta eficaz para los “mientras tanto” más vulnerables, estamos aceptando el marco obtuso que comparte el feminismo transexcluyente, mediante el cual una identidad rígida y naturalizada es necesaria para mejorar las condiciones materiales de los grupos oprimidos. Lo queer nos permite “hacer algo con la pesadilla” (Feinberg, 2021), pero sin renunciar a cambio a los sueños por cumplir. Así, Trujillo nos ofrece una entrañable forma de introducir lo queer de contrabando en las aulas, a través de un video que presenta a un niño diferente a sus compañeros. En Un vestido nuevo, Mario aparece en su clase la mañana de Carnaval con una indumentaria tradicionalmente femenina, haciendo que sus profesores piensen que ha habido un malentendido con el disfraz para la tarde. Desde el activismo LGTBI más oficialista, este cortometraje ha sido empleado para sensibilizar a les estudiantes en torno a la realidad de las infancias trans. No obstante, como Trujillo señala, lo único que sabemos de Mario es que lleva un vestido rosa porque le parece bonito. De esta suerte, Gracia nos pregunta: “¿Por qué necesitamos meterle rápidamente en una «caja» o en dos?” (2022). Este interrogante no posterga vidas vulnerables, sino que urde escondrijos para refugiarse de la “normalidad”, sin necesidad de patrullar su acceso.

Lo cuir politiza esos momentos dolorosos que viven todas las personas en su día a día, de forma más o menos íntima, por no encajar en los mandatos de la “normalidad”

Una política cuir no busca juzgar a las personas que han deseado casarse mientras luchamos por la abolición de la familia. Somos mucho más divertidas que eso. Nuestros “mientras tanto” están torcidos. Itziar Ziga nos enseñó a casarnos por amor y por revancha, a emplear su sagrada institución para desmantelar las burocracias coloniales y fronterizas, y decirle a quien se queje: “¿Quién coño es el Estado para decidir qué es el amor?” (2009). ¿Acaso estas políticas perras no mejoran las condiciones materiales de las personas oprimidas sin renunciar a la crítica del presente? ¿Acaso no mejoramos más vidas, si cabe, al permitir llevar a Mario un vestido rosa, simple y llanamente porque le parece bonito? Lo queer no es sino una invitación a “escapar en diagonal dejando una estela de purpurina” (Trujillo, 2022) para “los cuerpos insumisos del relato, los que así lo quisieron y lo reivindicaron, los que no querían pero no tuvieron más opción, ni passing, ni documentos, los que murieron en el intento y los que sobreviven” (Mora, 2021). Lo queer nos enseña que, en el fondo, cualquier día es bueno para jugar al escondite, para “pavonearnos como cuerpos erróneos” (Mora, 2021) que tocan aviones con las manos.

Todes tenemos un pie en la casa de la diferencia: ¿quién teme a las alianzas queer?

A menudo, el sujeto político de la lucha cuir es reducido a un grupúsculo de jóvenes, universtaries, con una estética alternativa y, en cierto modo, fetichistas de la protesta. Nada más lejos de la realidad: el sujeto político de lo queer son todas las personas. Poner en jaque los paradigmas identitarios de la “normalidad” conlleva dinamitar todos los binomios que atraviesan nuestros cuerpos, pasando por hombre-mujer, discapacitade-capacitade, heterosexual-homosexual, nacional-migrante y un largo etcétera. Lo queer abre líneas de fuga en la matrix heterosexual, básicamente, porque todos los cuerpos pueden, en un momento dado, de forma deseada o no, emprender su huida. Aunque el neoliberalismo abrace las políticas LGTBI más identitarias, naturalizadoras de la diferencia, el sistema conoce la contingencia de sus categorías normativas, y es por ello por lo que ejerce una violencia disciplinaria contra les rebeldes. El capitalismo sitúa en el cuerpo una mirada de francotirador, dispuesto a disparar a quien ose cruzar las fronteras (García, 2016), a todo cuerpo que escape de la norma. No habría ninguna necesidad de patrullar violentamente las fronteras inscritas sobre la piel si no fuese porque, en su devenir fugitivo, los cuerpos disidentes están revelando la posibilidad de deserción de todas las personas. Lo cuir politiza esos momentos dolorosos que viven todas las personas en su día a día, de forma más o menos íntima, por no encajar en los mandatos de la “normalidad”. La verdad oculta(da) que nos susurran al oído las políticas cuir es que nunca nadie ha encajado en ellos.

Por ello, la lucha cuir, como “posicionamiento crítico para agitar el paradigma de las identidades” (Mora, 2021), lejos de reducirlo, “amplía el sujeto político del feminismo en las calles y las teorías” (Trujillo, 2022) para descubrirnos, con la mayor de las ternuras, que todes tenemos un pie en esa Casa de la diferencia de la que nos hablaba Audre Lorde. Es en aquella casita, “construída al pie de la herida”, como nos narra Gabriela Wiener, “sin habitación propia burguesa” pero donde “cuidamos a nuestres hijes y hermanes” (2021), donde lo queer nos invita a sentipensar otras formas de lucha política más allá de la identidad, a urdir alianzas insólitas que provoquen una transformación radical del mundo. La casa de la diferencia, nos dice Mora, es “el espacio donde poder encontrarnos sin tener que escoger una de las etiquetas por las que se nos ha desplazado a la periferia” (2021), donde la construcción de la comunidad “no pasa por la supresión de nuestras diferencias, ni tampoco por el patético simulacro de que no existen tales diferencias” (Lorde, 2003). Así, lo queer nos recuerda (vuelve a pasar por nuestro corazón) a todes que, cuando la necesitemos, en la frontera, siempre tendremos una casa a la que volver, donde aguardará nuestra red de “fantasmas en equilibrio” (Mora, 2021), dispuestas a acuerpar a toda vecina diferente cuando caiga al vacío.

El feminismo queer es para todo el mundo
Cubierta del libro de Gracia Trujillo

Recuperar las genealogías de las irrecuperables: ¿quién teme a las militancias queer?

Lo queer, parece ser, no tiene una historia. De tenerla, lo queer, parece ser, no tiene una historia local. Más importante aún, lo queer, parece ser, no tiene una historia de radicalidad. Por consiguiente, lo queer, parece ser, no tiene una historia local de radicalidad. Lo queer, según nos cuentan charlatanes de todo tipo, surge en las universidades estadounidenses como una herramienta neoliberal para dinamitar la solidaridad de la clase obrera (en verdad, dinamita los binomios normativos que corroen la solidaridad de la clase obrera). Por ello, no podemos separar la crítica de la filosofía política cuir de sus genealogías militantes.

Los rizomas políticos y teóricos de lo cuir, lejos de lo que pueden pensar quienes se han declarado en guerra contra lo postmoderno, no nos conducen ni a una facultad de humanidades, ni a una piel marcada con la blanquitud, ni siquiera al norte global. Tanto Trujillo como Mora resuelven hallar en los márgenes del feminismo a las parteras de lo queer, particularmente en los afrofeminismos y los feminismos mestizos y chicanos. Como nos recuerda Gracia, la prieta de (Gloria) Anzaldúa antecede a la obra de Eve Kosofsky Sedgwick, Teresa de Lauretis y Judith Butler (Trujillo, 2022). Fue en 1981 cuando Anzaldúa, de la mano de Cherríe Moraga, publicó This Bridge Called My Back (Esta puente mi espalda), que, como expone Carolina Meloni, marcaría el inicio de una mirada queer y decolonial en la teoría feminista. De igual modo, la propia Sojourner Truth desde su transformador interrogante ¿Acaso no soy una mujer?, junto con el anticapitalismo feminista y negro del Combahee River Collective, pasando por la crítica de bell hooks a La mística de la feminidad de Betty Friedan, han regado las lindes del feminismo, permitiendo florecer en ellas la crítica queer. En lo que respecta a Occidente, paradójicamente, no fue desde la Academia desde donde se abrió la puerta a la crítica cuir, sino desde la militancia de base, en particular desde el colectivo feminista radical y lesbiano parisino Gouines Rouges. Una de sus militantes, Monique Wittig, pronunció en 1978 las malditas palabras de que “las lesbianas no son mujeres”, en tanto la categoría mujer sólo tiene sentido en un sistema heterosexual de pensamiento (Trujillo, 2022), rompiendo de este modo con el sujeto monolítico del feminismo tradicional, una década antes de la publicación de El género en disputa (1990).

Asimismo, puede que algunes conozcan la historia de cómo el término queer fue reapropiado en la lucha callejera estadounidense en torno a la crisis del sida, de cómo un panfleto anónimo llamado Queers Read This invitó a las transmaribibolleras a empoderarse desde la injuria, de cómo grupos radicales como Queer Nation o ACT UP articularon políticas anti-asimilacionistas basadas en la acción directa y la performance combativa. No obstante, conocemos mucho menos las genealogías torcidas del Estado Español, y es por ello que el libro de Trujillo se vuelve un manual, acaso una maribrújula, para aprender de nuestro pasado ―que para las cuir nunca fue mejor― y así anidar las luchas revolucionarias por un futuro que, como nos enseñó Esteban Muñoz, es el dominio de lo queer y no de la acumulación capitalista.

Lo queer nos impulsa a seguir reconociendo nuestra genealogía en las historias intermitentes de quienes lucharon y construyeron belleza, pues porque fueron, somos, y porque somos, serán

Así, Trujillo nos cuenta cómo, ya en 1993, colectivos de gais y lesbianas autónomos como la Radical Gai y LSD se nombraban como queer. De hecho, la Radi acompañó uno de los números de su fanzine De un plumazo con un póster de dos marikas punkis en el que podían leerse consignas contestatarias tales como “No endoso el orden existente, soy queer” o “No te atrevas a disolver mi categoría en tu discurso conciliador, soy completamente irrecuperable”. El feminismo queer es para todo el mundo nos invita a recuperar las genealogías de las irrecuperables, las crónicas inapropiadas e inapropiables que quedaron guardadas en los viejos armarios de centros sociales okupados, perdidas en blogs de combate, o que aún cuelgan precariamente de finos bordes de alambre. De esta suerte, las páginas de Trujillo nos trasladan a la lectura del Manifiesto para la insurrección transfeminista en Granada, a la organización de los primeros Orgullos Críticos en Madrid, así como a aquella plaza indignada en la que se fundó la Asamblea Transmaricabollo de Sol, para recordar a les lectores que “para radicales, nosotras” (2022). Tal vez estas cuirtografías, trazadas desde una memoria afectiva, comiencen a responder a la pregunta de Víctor Mora de “qué Marshas y qué Silvias, qué Ocañas y qué Miriams, en qué pasajes y en qué chabolas siguen fuera del castillo hinchable 50 años después (de las revueltas de Stonewall), fumando detrás de la valla” (2021). Lo queer nos impulsa a seguir reconociendo nuestra genealogía en las historias intermitentes de quienes lucharon y construyeron belleza detrás de esa valla, pues porque fueron, somos, y porque somos, serán.

Más Rocío Jurado y más Paul Preciado: ¿quién teme a las teorías queer?

Hace unos meses, un compañero compartió en su perfil de instagram la foto de un graffiti en el que podía leerse “- Paul Preciado + Rocío Jurado”, añadiendo que lo cuir empieza en nuestros pueblos y barrios, pero no en un apartamento con vistas al mar en Urano. A pesar de comprender el origen de ese rechazo a las teorías cuir, yo no pude sino pensar en lo maravillosamente mamarracho que habría sido un dueto entre la más grande y nuestro filósofo contrasexual. Pero, en verdad, ese graffiti nos advertía de algo más preocupante, y era que la gente ajena a los estudios académicos había renunciado a hacer suyas las teorías queer. Es muy común escuchar que la teoría queer es inaccesible, que nadie entiende a la Butler, que a nuestras teorías les falta calle. No sin antes decir que la vara de medir lo inaccesible es sospechosamente cruel con los sujetos feminizados, racializados y cuir, reconoceré que es muy posible que estas voces tengan razón, pero que eso sólo puede impulsarnos a buscar maneras colectivas de acercar las teorías cuir a todo el mundo, rechazando el dogma meritocrático y neoliberal por el cual sólo podemos adquirir conocimientos de forma individual. Si me cuidan mis amigues y no la policía, no veo por qué no íbamos a poder aprender entre amigues, en clubs de lectura, kafetas o asambleas, las teorías cuir. De hecho, sin atreverme a borrar del mapa los distintos contextos de privilegio que nos atraviesan, no creo que haya sido de otro modo que hayamos llegado a ellas.

Gracia y Víctor nos ofrecen con sus libros una declaración de intenciones: pedagogía y colectividad para aprender, siempre; renunciar a la teoría, nunca. Así, estas obras nos exponen de forma amena conceptos filosóficos clave como matriz heterosexual, homonormatividad, biopolítica o performatividad. De este modo, ambos libros asumen la tarea militante de aterrizar las teorías cuir a la cotidianidad, empresa en la que cuentan con maravillosos compañeros de viaje como Las teorías queer: una introducción de Lorenzo Bernini, Queer: una historia gráfica de Meg-John Barker y Judith Butler: performatividad y vulnerabilidad de Mónica Cano. La obra de Mora y Trujillo nos invita a decir que queremos más Paul Preciado y más Roció Jurado, sin caer en las falsas dicotomías de quien nos concibe como sujetos tramposos, ignorando que, como acierta Víctor, “la verdadera trampa es el capital” (2021). Pero eso sí, si no entendemos algo de Paul a la primera, lo queer nos dirá que si no podemos solas, tenemos a nuestra manada de perras. Quién sabe, igual el propio Preciado se nos une a la jauría.

Conclusión. Devenir amores

Cuando nos despedimos de la cocinera de ese precioso rincón de Noviciado, ella no sabe cómo referirse a nosotres. Balbucea los tres pronombres para finalmente preguntar: ¿Qué os llamo? Yo respondo que lo que ella quiera (...Con las cuir hemos topao), a lo que ella añade: “Amores”, y con una sonrisa suscribo: “Amores”. Cuando echamos a andar le digo a mi compañero: “¿Ves? Un gesto cuir infiltrado en lo cotidiano, sin necesidad de naturalizar nada”. Él se ríe. Esto es lo queer a lo que tantos temen: devenir-amores. Porque un ejército de amantes no puede ser derrotado.

Libros reseñados

Mora, Victor. (2021). ¿Quién teme a lo queer?. Continta me tienes.

Trujillo, Gracia. (2022). El feminismo queer es para todo el mundo. Catarata.

Referencias bibliográficas

Feinberg, Leslie. (2021). Stone Butch Blues. Antipersona

García, Daniel J. (2016). Rara avis: Una teoría queer impolítica. Melusina.

Lorde, Audre. (2003). La hermana, la extranjera. Horas y horas.

Wiener, Gabriela. (2021, 25 noviembre). “Querida Carolina”. ElDiario. Recuperado 8 de febrero de 2022, de https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/querida-carolina_129_8525932.html

Ziga, Itziar. (2009). Un zulo propio. Melusina.





Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.
Sexualidad
Sexualidad El sexo, el deseo y el consentimiento.
En un momento de hipersexualización de todo lo que nos rodea y multiplicación de las relaciones sexuales a través de aplicaciones, el sexo sigue lleno de tabús y lugares incómodos.
Memoria histórica
¿Quien dijo miedo? Las mujeres de la red Ponzán
Una vez más, el protagonismo es para los hombres de la red. Hoy seguimos a todas aquellas mujeres, que haciendo lo mismo no aparecen en las crónicas.
Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.

Últimas

Poesía
Galiza Morre aos 92 anos a poeta, activista e revolucionaria Luz Fandiño
O falecemento foi anunciado publicamente pola súa amiga e alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Obituario
Obituario | Luz Fandiño Ata sempre, comandanta!
Luz Fandiño era unha punky, inamovible nos seus ideais e no seu discurso. Unha muller que, a pesar de ter vivido as peores miserias, chegou ao final da súa vida coa súa enerxía adolescente e co seu espírito de loita intacto.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
Más noticias
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Genocidio
Genocidio Las acampadas por Gaza se expanden mientras Netanyahu espera noticias de La Haya
Desde que estudiantes de la Universidad de Columbia levantaran la primera acampada, iniciativas similares se están repitiendo llamando al fin del genocidio. En Gaza, Israel castiga a la población superviviente a una muerte silenciosa, denuncia MSF.
Tribuna
Tribuna Se trata de recuperar nuestra vida
Pese haberse demostrado que la productividad aumenta con la disminución de la jornada, seguimos teniendo la misma jornada laboral.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.

Recomendadas

Política
Política Redes clientelares, falta de autogoberno e consensos neoliberais: as claves do novo Goberno galego sen Feijóo
Políticas e analistas debullan a folla de ruta da primeira lexislatura galega da era post-Feijóo: reforzamento dos fíos de poder locais, falta de vocación autonómica, complexo de inferioridade e a axenda marcada polos grandes consensos neoliberais.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.
Genocidio
Fairouz Qasrawi “En Alemania, si eres pro-palestino, harán todo lo posible por intimidarte”
Aliada incondicional de Israel, Alemania es uno de los países donde más se están persiguiendo las protestas contra el genocidio en Gaza. La palestina Fairouz Qasrawi, aporta una panorámica de cómo se vive la represión y la censura en el país.