Carlota, Mónica, Justyna: ser lesbiana en Polonia tras una década de políticas de extrema derecha

Polonia es uno de los países más restrictivos en cuanto a derechos y libertades de la comunidad LGTBi de la Unión Europea. En 2024 ni siquiera está permitida la unión civil entre parejas del mismo sexo, promesa que hoy está sobre la mesa con el cambio de gobierno.

Carlota y Mónica son pareja y viven en Cracovia, la ciudad de Polonia que fuera el hogar del papa Juan Pablo II. Justyna es polaca y está casada con su pareja, que es de Azerbaiyán, pero tuvo que hacerlo en Dinamarca, en su país aún no es posible.

En 2024 Polonia, uno de los países más restrictivos de la UE con los derechos de la comunidad LGTBi según la ONG Rainbow Map, aún no ha legalizado derechos como la unión civil entre personas del mismo sexo, promesa que los vientos de cambio, con un nuevo gobierno más progresista, ha dejado sobre la mesa.

En 2015 el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) ganó las elecciones legislativas en Polonia obteniendo mayoría absoluta en el parlamento: desde entonces la comunidad LGTBi se encontró en la diana de su odio y se llegaron a crear zonas de exclusión para esta comunidad en centenares de pueblos polacos.

En 2023, un cambio de gobierno, capitaneado por el centrista Donald Tusk, ha abierto la puerta a alguna esperanza. La primera ministra de Igualdad de la historia reciente del país, Katarzyna Kotula, ha prometido legalizar la unión civil entre personas del mismo sexo durante su mandato, posibilidad a la que se aferran Carlota, Mónica y Justyna.

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