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Hace algunas semanas fuimos al concierto que Cecilio G realizó en Madrid. Amarga ciudad que cuando se vuelca lo hace con sinceridad. El concierto estaba petado, gente de todo tipo, mandibulas asimétricas, y mucho conocido de la escena dando el apoyo que merece Juan, después de haber pasado por una etapa jodida. Y Cecilio correspondió. Convirtió el concierto en una especie de ritual, volviendo a demostrar que es diferente al resto. Tras el concierto de la Damed Squad, algunas colabos (El Coleta, Papi Trujillo..) e invitarnos a pizza, Juan nos habló desde dentro, pidiéndonos atención y amor durante diez minutos. Y así fue.
Pocas cosas como artista hay más importantes que llegar a emocionar a tu público, y no son muchos los que lo consiguen. Cuando el dolor es compartido, las miradas son siempre de complicidad.
El rito empezó con “From Darkness With Love”, que por mucho que pasen los años nunca dejará de ser un temazo. O como diría Cecilio, de los de “más de tres repeats y que te deja con más cara de tonto de la que ya tienes” . Cuando acabó, avisó de que cantaría un tema nuevo. Pero no fue simplemente eso. El público que suele ir a conciertos como el del otro día (llamadlo escena, panorama o como más os guste) está acostumbrado a momentos de exaltación, de éxtasis. Momentos de locura y caos que generan adicción y te hacen sentir en plenitud.
Cuando sonaron los primeros acordes de “Millon Dollar Baby” la emotividad que se sentía en la sala generó uno de esos ambientes que se hacen difíciles de explicar si no se estaba allí para vivirlo. Ceci nos habló de su vida, pero que bien podría ser la de cualquiera: experimentar las drogas siendo joven, las dificultades para llegar a fin de mes, el sometimiento que nos impone el trabajo, los viernes y sábados de perdición, las malas decisiones... Juan se contenía la emoción, mientras el público, conmocionado, mantenía la compostura a duras penas. Pocas cosas como artista hay más importantes que llegar a emocionar a tu público, y no son muchos los que lo consiguen. Cuando el dolor es compartido, las miradas son siempre de complicidad.Pues lo que hace unas semanas parecía un espejismo de la noche, se ha materializado en el recientemente estrenado “Millon Dollar Baby”, tema del Cecilio producido por Marvin Cruz (que por cierto, mención especial desde aquí, porque su mano se nota y da al tema el background perfecto). Por ser claros, en el Sobresalto tenemos un apego especial por Cecilio. Cuando estuvo encerrado quisimos enviarle ánimos y decirle que fuera, en la calle, siempre habrá gente con la que pueda contar. Porque es en la calle donde te encuentras con la gente que está en la mierda. Porque es también en la calle donde nos vemos obligados a dejar la mierda a un lado y afrontar el día a día con alegría, aunque solo sea porque no queda otra. Donde nos juntamos con nuestra gente a construir cosas nuevas, para no ser eternamente presos de las malas decisiones.
Hoy, Juan, te damos las gracias por hacer un himno para las nadie, para los del fango.
En “Million Dollar Baby” Cecilio se abre en canal para dejarnos observar sus órganos. Pasión y verdad atraviesan el desmembramiento de los años. De la mierda en la que andamos sumergidos, por los jueces, los psquiátricos, el trabajo, los novios, las drogas, el talego o la muerte. El llanto de una madre, el recuerdo de un padre que se fue muy pronto, las idas y venidas con las drogas, los amores y la tristeza. Ahogados en una cotidianidad asfixiante y en un aislamiento invisible del que, en realidad, somos cómplices sin quererlo.
Celebramos que ya estés bien Ceci, y lo hacemos de verdad. Celebramos esa necesaria resistencia de la que nos hablas, frente a un sistema que nos quiere muertos. Y contra esto, la única forma para conseguirlo pasa inevitablemente por estar juntas. En bandas, sindicatos, sectas o comunas, pero juntas. Porque la comunidad es la única trinchera que nos queda para la resistencia de quienes no nos queremos doblegar a su mundo. Hoy, Juan, te damos las gracias por hacer un himno para las nadie, para los del fango.