Elecciones autonómicas
Galicia y La Comunidad del Anillo

El mayor acierto del BNG en esta campaña electoral es su conexión con nuestra memoria mítica y el llamamiento a sentirnos parte de una aventura.
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela (Fonte BNG)

¿En cuántas consultas electorales he votado ya? ¿Treinta? ¿Más? Y, sin embargo, me sobran dedos de una mano para contar las veces en las que mi voto estuvo en disposición de sumarse a una transformación social. Sospecho que todos tenemos experiencias parecidas.

Las alegrías electorales, las esperanzas de cambio cumplidas, son flores raras en la biografía de una persona de izquierdas. Un poco, como esas plantas efímeras que crecen en el desierto y cuyas semillas pueden estar décadas esperando bajo la arena la gota de lluvia que las haga germinar. Cuando eres de izquierdas y te vas haciendo mayor sabes que esos instantes mágicos se dan muy pocas veces en la vida y te arrepientes si alguna vez los dejaste pasar.

Por lo general, ocurre lo contrario. Por lo general, perdemos. Ya sea por nuestros propios y recurrentes errores, ya sea porque nos enfrentamos a fuerzas muy poderosas. Incluso, a veces, perdemos a propósito. Y vemos pasar esa ola de ilusión a nuestro lado, la reconocemos...y aún así decidimos no subirnos a ella. Nos embarga una especie de pulsión de muerte y nos quedamos en nuestro oscuro cubil de frustraciones y rencores, viendo el estallido colectivo de los demás como niños enfurruñados que no quieren participar en el cumpleaños.

Las derrotas nos han hecho despreciar nuestro voto, malbaratarlo y degradarlo. Al cabo, casi nunca sirve para nada. Enfadados con nuestros propios ideales, que nos han traicionado tantas veces, lo usamos para pagar viejas facturas de resentimiento o para apuntalar nuestra identidad y poder mirarnos como íntegros personajes en una inútil mitología del perdedor de mil batallas.

Pero de jóvenes no éramos así. Entonces pensábamos que votando podíamos construir para todos una vida digna de ser vivida. Votábamos con alegría y esperanza, imaginando un futuro ilusionante.

Cuando entendemos el voto de este modo, como un superpoder, todo se transforma; las puertas de lo posible se abren y deja de ser un rito más o menos inútil

Sobre esto reflexionaba cuando escuché a Ana Pontón decir que “el voto es un superpoder”, y entendí muy bien a qué se refería. A tratarlo con la misma veneración que cuando, con 18 años, lo usamos por primera vez y nos dirigíamos a la urna con la sensación de que todo era posible, de que nuestro gesto tenía una trascendencia extraordinaria.

Esta idea del superpoder, entonces, nos relaciona con aquella inocencia prístina de nuestro pasado animoso y recupera la verdadera esencia del acto de votar. Cuando entendemos el voto de este modo todo se transforma; las puertas de lo posible se abren y deja de ser un rito más o menos inútil. Sentimos el peso de usar ese poder con responsabilidad y, como si de héroes se tratase, somos convocados a la aventura. Recibimos una llamada nueva que resuena despertando viejos y buenos sueños, y nos imaginamos al final del periplo en un futuro más luminoso diciéndonos orgullosos a nosotros mismos: “yo fui parte de este cambio”.

Es un llamamiento que reverbera en otras mitologías de nuestro imaginario. Y ya poco importa si eres nacionalista o no, qué lengua hables o qué votaste anteriormente, porque la idea de que hay muchos modos de ser gallego y que todos somos igualmente convocados, nos atraviesa. Y nos da la posibilidad de sentirnos integrantes de una especie de Comunidad del Anillo que une a todos los pueblos de la Tierra Media contra el mal radical. Todas las razas, los aliados y los antiguos adversarios, los guerreros y los pequeños seres frágiles, criaturas grandes y diminutas, las fuerzas de la naturaleza y de lo inanimado, cooperan para defender en su entorno las condiciones que permiten la vida. ¡Hasta los árboles! Esos árboles viejos, lentos, que estaban antes que ninguno, se levantan para proteger su tierra y sus raíces. ¿Y qué votarían los árboles si pudieran votar?

Esta conexión con nuestra memoria mítica es sin duda el mayor acierto de la campaña electoral del BNG, y de ahí proviene su inmensa movilización. El mito atraviesa de parte a parte su mensaje. E incluso alberga una historia de renacimiento y redención: la que se produce cuando, en sus horas más negras, escindido y al borde del abismo, entregó su destino a Ana Pontón para insuflarle nueva vida e iniciar su viaje de renovación.

El proceso de la transformación simbólica no se consuma hasta que se restaura la unidad perdida. Y esta se escenificó en el acto en el que Xosé Manuel Beiras y Martiño Noriega volvieron a integrar el cuerpo común

Pero no solo. Porque el proceso de la transformación simbólica no se consuma hasta que se restaura la unidad perdida. Y esta se escenificó hace unos días en el acto en el que Xosé Manuel Beiras y Martiño Noriega volvieron a integrar el cuerpo común. Tuve la oportunidad de verlo y la sensación que me dio fue de estar ante un rito reparador. Pero un rito amable, natural, sin palabrería ni gestos ampulosos, exhibido solo como un cálido diálogo de viejos amigos que se encuentran tras muchos años de distanciamiento y que, en apenas unos segundos, parecen recuperar todas las complicidades pasadas.

Aún así, me pareció percibir que una emoción contenida se condensaba en el aire y envolvía en su brétema tanto a los chavales de 20 como a los veteranos que rondaban los 90. No debe de ser fácil guardar rencor a personas tan extraordinarias como Noriega y Beiras. Percibí alivio y ganas de alborozarse. Como cuando tu corazón se libera de un peso oscuro que lo aplastaba.

Toda la escena mandaba mensajes de otro tiempo: la vuelta del hijo pródigo, la asamblea que une a jóvenes y a ancianos en la tribu, Telémaco saliendo a la búsqueda de su padre perdido, los abrazos largo tiempo esperados, los viejos chistes, las viejas historias; y, en el centro de todo, la heroína devolviendo la unidad a lo que estaba roto.

En la mitología cristiana la mujer deshace lo que antes era Uno, crea la lucha de contrarios, lo masculino frente a lo femenino, el bien contra el mal, el ser humano se disocia de la naturaleza. Por el contrario, en la mitología que se nos propone en esta campaña es precisamente lo femenino lo que une, lo que restaña, lo que vincula al ser humano con su espacio físico, que es como se entiende ese nacionalismo acogedor. ¿Y acaso no es esta idea la que late en el espíritu de los tiempos? ¿No hablamos de mercados de proximidad, de las comunidades de base, del comercio de cercanía, de responsabilizarse de los ecosistemas propios? ¿No suena todo con una música parecida? Y, yendo más allá, ¿no es la idea que encontramos en todas las mitologías primitivas desde el nacimiento de la humanidad? La visión del espacio habitado como sagrado, como parte indisoluble de uno mismo.

Esta narrativa mítica es muy distinta a otras que escuchamos en el pasado reciente. Porque en ella desaparece el componente masculino épico de confrontación y conquista y se sustituye por una lírica alegre, como una melodía que nos trae el aire anunciando una fiesta cercana. Un lirismo que tiene mucho que ver con la tradición gallega pero que también encuentra ecos en otras culturas ancestrales, como en la epopeya del Kalévala, en la que su héroe es un bardo que batalla con el extraordinario poder de la palabra y las canciones.

En la gran saga de la Tierra Media, una vez derrotadas las fuerzas de la destrucción, cada integrante de la alianza volvió con los suyos a sus aldeas y reinos

En esto pienso cuando veo a las candidatas del BNG recorriendo la geografía gallega, quizá exhaustas, pero saludándose alegres al cruzarse en sus rutas sin perder su permanente sonrisa. Y eso me parecen, heroínas que batallan cantando.

En la gran saga de la Tierra Media, una vez derrotadas las fuerzas de la destrucción, cada integrante de la alianza volvió con los suyos a sus aldeas y reinos. Las águilas a los cielos, los ríos a sus cauces y los árboles al hueco desnudo de sus raíces. Cada uno regresó a sus ritos, sus culturas, sus visiones, sus creencias y sus tareas tras haber compartido la aventura de defender el espacio común.

No hace falta que seamos iguales, de hecho... ¡Tanto mejor que no lo seamos! Basta con desear habitar, juntos y diversos, un lugar compartido donde la vida pueda florecer

En Galicia somos muchos los que escuchamos la petición de socorro que brota de todo lo vivo. Muchos los que pensamos que nuestro mundo merece otra cosa. Y muchos los que nos sentimos llamados a la aventura por esa melodía antigua que recupera nuestro poder. Nuestro superpoder transformador.

No hace falta que seamos iguales, de hecho... ¡Tanto mejor que no lo seamos! Basta con desear habitar, juntos y diversos, un lugar compartido donde la vida pueda florecer.

O Salto medra contigo
O Salto medra contigo Galicia necesita más que nunca un periodismo libre que esté financiado por las mayorías sociales
El 18 de febrero, en las elecciones, la deriva conservadora y neoliberal de Galicia puede cambiar. Por eso, te ofrecemos seguir trabajando en contenidos críticos que fiscalicen el poder político y económico. Te necesitamos. Suscríbete a O Salto.

Elecciones autonómicas
Galiza e A Comunidade do Anel

O maior acerto do BNG nesta campaña electoral é a súa conexión coa nosa memoria mítica e o chamamento para sentirnos parte dunha aventura.
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela (Fonte BNG)

En cantas consultas electorais votei xa? Trinta? Máis? E, con todo, sóbranme os dedos dunha man para contar as veces nas que o meu voto estivo en disposición de sumarse a unha transformación social. Sospeito que todos temos experiencias parecidas.

As alegrías electorais, as esperanzas de cambio cumpridas, son flores raras na biografía dunha persoa de esquerdas. Un pouco, como esas plantas efémeras que crecen no deserto e cuxas sementes poden estar décadas esperando baixo a area a pinga de choiva que as faga xerminar. Cando es de esquerdas e vaste facendo maior sabes que eses instantes máxicos danse moi poucas veces na vida e arrepínteste se algunha vez deixáchelos pasar.

Polo xeral, ocorre o contrario. Polo xeral, perdemos. Xa sexa polos nosos propios e recorrentes erros, xa sexa porque nos enfrontamos a forzas moi poderosas. Mesmo, ás veces, perdemos á mantenta. E vemos pasar esa onda de ilusión ao noso lado, recoñecémola...e aínda así decidimos non subirnos a ela. Embárganos unha especie de pulsión de morte e quedámonos no noso escuro cubil de frustracións e rancores, vendo o estalido colectivo dos demais como nenos enfurruñados que non queren participar nos aniversarios.

As derrotas fixéronnos desprezar o noso voto, malbaratarlo e degradalo

As derrotas fixéronnos desprezar o noso voto, malbaratarlo e degradalo. Ao cabo, case nunca serve para nada. Enfadados cos nosos propios ideais, que nos traizoaron tantas veces, usámolo para pagar vellas facturas de resentimento ou para apontoar a nosa identidade e poder mirarnos coma íntegros personaxes nunha inútil mitoloxía do perdedor de mil batallas. Pero de mozos non eramos así. Entón pensabamos que votando podiamos construír para todos unha vida digna de ser vivida. Votabamos con alegría e esperanza, imaxinando un futuro ilusionante.

Sobre isto reflexionaba cando escoitei a Ana Pontón dicir que “o voto é un superpoder”, e entendín moi ben a que se refería. A tratalo coa mesma veneración que cando, con 18 anos, usámolo por primeira vez e dirixiámonos á urna coa sensación de que todo era posible, de que o noso xesto tiña unha transcendencia extraordinaria.

Esta idea do superpoder, entón, relaciónanos con aquela inocencia prístina do noso pasado animoso e recupera a verdadeira esencia do acto de votar. Cando entendemos o voto deste xeito todo se transforma; as portas do posible ábrense e deixa de ser un rito máis ou menos inútil. Sentimos o peso de usar ese poder con responsabilidade e, coma se de heroes tratásese, somos convocados á aventura. Recibimos unha chamada nova que ecoa espertando vellos e bos soños, e imaxinámonos ao final do periplo nun futuro máis luminoso dicíndonos orgullosos a nós mesmos: “eu fun parte deste cambio”.

Pareceume percibir que unha emoción contida condensábase no aire e envolvía na súa brétema tanto aos rapaces de 20 como aos veteranos que roldaban os 90

Aínda así, pareceume percibir que unha emoción contida condensábase no aire e envolvía na súa brétema tanto aos rapaces de 20 como aos veteranos que roldaban os 90. Non debe de ser fácil gardar rancor a persoas tan extraordinarias como Noriega e Beiras. Percibín alivio e ganas de alborozarse. Como cando o teu corazón libérase dun peso escuro que o esmagaba.

Toda a escena mandaba mensaxes doutro tempo: a volta do fillo pródigo, a asemblea que une a mozas e a anciáns na tribo, Telémaco saíndo á procura do seu pai perdido, os abrazos longo tempo esperados, os vellos chistes, as vellas historias; e, no centro de todo, a heroína devolvendo a unidade ao que estaba roto.

Na mitoloxía cristiá a muller desfai o que antes era Un, crea a loita de contrarios, o masculino fronte ao feminino, o ben contra o mal, o ser humano se disocia da natureza. Pola contra, na mitoloxía que se nos propón nesta campaña é precisamente o feminino o que une, o que restaña, o que vincula ao ser humano co seu espazo físico, que é como se entende ese nacionalismo acolledor. E seica non é esta idea a que latexa no espírito dos tempos? Non falamos de mercados de proximidade, das comunidades de base, do comercio de proximidade, de responsabilizarse dos ecosistemas propios? Non soa todo cunha música parecida? E, indo máis aló, non é a idea que atopamos en todas as mitoloxías primitivas desde o nacemento da humanidade? A visión do espazo habitado como sacro, como parte indisoluble dun mesmo.

Cando vexo ás candidatas do BNG percorrendo a xeografía galega parécenme heroínas que batallan cantando

Esta narrativa mítica é moi distinta a outras que escoitamos no pasado recente. Porque nela desaparece o compoñente masculino épico de confrontación e conquista e substitúese por unha lírica alegre, como unha melodía que nos trae o aire anunciando unha festa próxima. Un lirismo que ten moito que ver coa tradición galega pero que tamén atopa ecos noutras culturas ancestrais, como na epopea do Kalévala, na que o seu heroe é un bardo que batalla co extraordinario poder da palabra e as cancións.

Nisto penso cando vexo ás candidatas do BNG percorrendo a xeografía galega, quizá exhaustas, pero saudándose alegres ao cruzarse nos seus roteiros sen perder o seu permanente sorriso. E iso parécenme, heroínas que batallan cantando.

Na gran saga da Terra Media, unha vez derrotadas as forzas da destrución, cada integrante da alianza volveu cos seus ás súas aldeas e reinos. As aguias aos ceos, os ríos aos seus leitos e as árbores ao oco espido das súas raíces. Cada un regresou aos seus ritos, as súas culturas, as súas visións, as súas crenzas e as súas tarefas tras compartir a aventura de defender o espazo común.

Na Galiza somos moitos os que escoitamos a petición de socorro que brota de todo o vivo. Moitos os que pensamos que o noso mundo merece outra cousa. E moitos os que sentimos chamados á aventura por esa melodía antiga que recupera o noso poder. O noso superpoder transformador.

Non fai falta que sexamos iguais, de feito...tanto mellor que non o sexamos! Basta con desexar habitar, xuntos e diversos, un lugar compartido onde a vida poida florecer.

É un chamamento que reverbera noutras mitoloxías do noso imaxinario. E xa pouco importa se es nacionalista ou non, que lingua fales ou que votaches anteriormente, porque a idea de que hai moitos modos de ser galego e que todos somos igualmente convocados, atravésanos. E dános a posibilidade de sentirnos integrantes dunha especie de Comunidade do Anel que une a todos os pobos da Terra Media contra o mal radical. Todas as razas, os aliados e os antigos adversarios, os guerreiros e os pequenos seres fráxiles, criaturas grandes e diminutas, as forzas da natureza e do inanimado, cooperan para defender na súa contorna as condicións que permiten a vida. Ata as árbores! Esas árbores vellas, lentos, que estaban antes que ningún, levántanse para protexer a súa terra e as súas raíces. E que votarían as árbores se puidesen votar?

Esta conexión coa nosa memoria mítica é sen dúbida o maior acerto da campaña electoral do BNG, e de aí provén a súa inmensa mobilización. O mito atravesa dun lado a outro a súa mensaxe. E mesmo alberga unha historia de renacemento e redención: a que se produce cando, nas súas horas máis negras, escindido e ao bordo do abismo, entregou o seu destino a Ana Pontón para insuflarle nova vida e iniciar a súa viaxe de renovación.

Pero non só. Porque o proceso da transformación simbólica non se consuma ata que se restaura a unidade perdida. E esta escenificouse hai uns días no acto no que Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega volveron integrar o corpo común. Tiven a oportunidade de velo e a sensación que me deu foi de estar fronte a un rito reparador. Pero un rito amable, natural, sen palabrería nin xestos ampulosos, exhibido só como un cálido diálogo de vellos amigos que se atopan tras moitos anos de distanciamento e que, en apenas uns segundos, parecen recuperar todas as complicidades pasadas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cine
Cine El caso Asunta sigue haciendo caja
Diez años después, todo sigue igual. La industria del espectáculo sigue explotando el asesinato de una adolescente y los medios de comunicación nos venden ropa vieja como alta cocina, adobada con titulares llenos de adjetivos, misterios y morbo.
Galicia
Galicia Muere a los 92 años la poeta, activista y revolucionaria Luz Fandiño
El fallecimiento ha sido anunciado públicamente por su amiga y alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Galicia
Política autonómica Redes clientelares, falta de autogobierno y consensos neoliberales: las claves del Gobierno gallego sin Feijóo
Políticas y analistas desgranan la hoja de ruta de la primera legislatura gallega de la era post-Feijóo: reforzamiento de los hilos de poder locales, falta de vocación autonómica, complejo de inferioridad y una marcada agenda neoliberal.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Genocidio
Genocidio Las acampadas por Gaza se expanden mientras Netanyahu espera noticias de La Haya
Desde que estudiantes de la Universidad de Columbia levantaran la primera acampada, iniciativas similares se están repitiendo llamando al fin del genocidio. En Gaza, Israel castiga a la población superviviente a una muerte silenciosa, denuncia MSF.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.

Últimas

Poesía
Galiza Morre aos 92 anos a poeta, activista e revolucionaria Luz Fandiño
O falecemento foi anunciado publicamente pola súa amiga e alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Obituario
Obituario | Luz Fandiño Ata sempre, comandanta!
Luz Fandiño era unha punky, inamovible nos seus ideais e no seu discurso. Unha muller que, a pesar de ter vivido as peores miserias, chegou ao final da súa vida coa súa enerxía adolescente e co seu espírito de loita intacto.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
Más noticias
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Banca
Beneficios caídos del cielo Los grandes bancos reciben 7.000 millones de dinero público mientras pagan mil de impuesto a la banca
Los altos tipos de interés que asegura el Banco de España a entidades financieras les generan siete veces más dinero que el impuesto que pagaron por sus beneficios extraordinarios en 2023.
1 de mayo
1 de mayo Un centenar de sindicalistas de CGT ocupan el edificio de la patronal catalana en Barcelona
“Ahora que la tecnología, la digitalización y los medios de producción han avanzado, es el momento de poner encima de la mesa la reducción de la jornada laboral sin recorte salarial en todos los centros de trabajo”, han reclamado.
Sidecar
Sidecar La izquierda gana terreno en Corea del Sur
El 10 de abril, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y su conservador Partido del Poder Popular sufrieron una sorprendente derrota a manos del progresista Lee Jae-myung y su Partido Democrático.
Gobierno de coalición
Política institucional Pedro Sánchez no dimite: “He decidido seguir”
El presidente del Gobierno vuelve a sorprender y anuncia que no se va. Sánchez se encarama como cabeza visible de un movimiento cívico contra la intoxicación política.

Recomendadas

Política
Política Redes clientelares, falta de autogoberno e consensos neoliberais: as claves do novo Goberno galego sen Feijóo
Políticas e analistas debullan a folla de ruta da primeira lexislatura galega da era post-Feijóo: reforzamento dos fíos de poder locais, falta de vocación autonómica, complexo de inferioridade e a axenda marcada polos grandes consensos neoliberais.
Genocidio
Fairouz Qasrawi “En Alemania, si eres pro-palestino, harán todo lo posible por intimidarte”
Aliada incondicional de Israel, Alemania es uno de los países donde más se están persiguiendo las protestas contra el genocidio en Gaza. La palestina Fairouz Qasrawi, aporta una panorámica de cómo se vive la represión y la censura en el país.
Genocidio
Genocidio Rebelión en las universidades y acampadas: ¿una primavera antisionista?
Los principales aliados de Israel, Estados Unidos y Alemania, están siendo testigo de un desborde en las protestas contra el genocidio.