Elecciones autonómicas
Galicia y La Comunidad del Anillo

El mayor acierto del BNG en esta campaña electoral es su conexión con nuestra memoria mítica y el llamamiento a sentirnos parte de una aventura.
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela (Fonte BNG)

¿En cuántas consultas electorales he votado ya? ¿Treinta? ¿Más? Y, sin embargo, me sobran dedos de una mano para contar las veces en las que mi voto estuvo en disposición de sumarse a una transformación social. Sospecho que todos tenemos experiencias parecidas.

Las alegrías electorales, las esperanzas de cambio cumplidas, son flores raras en la biografía de una persona de izquierdas. Un poco, como esas plantas efímeras que crecen en el desierto y cuyas semillas pueden estar décadas esperando bajo la arena la gota de lluvia que las haga germinar. Cuando eres de izquierdas y te vas haciendo mayor sabes que esos instantes mágicos se dan muy pocas veces en la vida y te arrepientes si alguna vez los dejaste pasar.

Por lo general, ocurre lo contrario. Por lo general, perdemos. Ya sea por nuestros propios y recurrentes errores, ya sea porque nos enfrentamos a fuerzas muy poderosas. Incluso, a veces, perdemos a propósito. Y vemos pasar esa ola de ilusión a nuestro lado, la reconocemos...y aún así decidimos no subirnos a ella. Nos embarga una especie de pulsión de muerte y nos quedamos en nuestro oscuro cubil de frustraciones y rencores, viendo el estallido colectivo de los demás como niños enfurruñados que no quieren participar en el cumpleaños.

Las derrotas nos han hecho despreciar nuestro voto, malbaratarlo y degradarlo. Al cabo, casi nunca sirve para nada. Enfadados con nuestros propios ideales, que nos han traicionado tantas veces, lo usamos para pagar viejas facturas de resentimiento o para apuntalar nuestra identidad y poder mirarnos como íntegros personajes en una inútil mitología del perdedor de mil batallas.

Pero de jóvenes no éramos así. Entonces pensábamos que votando podíamos construir para todos una vida digna de ser vivida. Votábamos con alegría y esperanza, imaginando un futuro ilusionante.

Cuando entendemos el voto de este modo, como un superpoder, todo se transforma; las puertas de lo posible se abren y deja de ser un rito más o menos inútil

Sobre esto reflexionaba cuando escuché a Ana Pontón decir que “el voto es un superpoder”, y entendí muy bien a qué se refería. A tratarlo con la misma veneración que cuando, con 18 años, lo usamos por primera vez y nos dirigíamos a la urna con la sensación de que todo era posible, de que nuestro gesto tenía una trascendencia extraordinaria.

Esta idea del superpoder, entonces, nos relaciona con aquella inocencia prístina de nuestro pasado animoso y recupera la verdadera esencia del acto de votar. Cuando entendemos el voto de este modo todo se transforma; las puertas de lo posible se abren y deja de ser un rito más o menos inútil. Sentimos el peso de usar ese poder con responsabilidad y, como si de héroes se tratase, somos convocados a la aventura. Recibimos una llamada nueva que resuena despertando viejos y buenos sueños, y nos imaginamos al final del periplo en un futuro más luminoso diciéndonos orgullosos a nosotros mismos: “yo fui parte de este cambio”.

Es un llamamiento que reverbera en otras mitologías de nuestro imaginario. Y ya poco importa si eres nacionalista o no, qué lengua hables o qué votaste anteriormente, porque la idea de que hay muchos modos de ser gallego y que todos somos igualmente convocados, nos atraviesa. Y nos da la posibilidad de sentirnos integrantes de una especie de Comunidad del Anillo que une a todos los pueblos de la Tierra Media contra el mal radical. Todas las razas, los aliados y los antiguos adversarios, los guerreros y los pequeños seres frágiles, criaturas grandes y diminutas, las fuerzas de la naturaleza y de lo inanimado, cooperan para defender en su entorno las condiciones que permiten la vida. ¡Hasta los árboles! Esos árboles viejos, lentos, que estaban antes que ninguno, se levantan para proteger su tierra y sus raíces. ¿Y qué votarían los árboles si pudieran votar?

Esta conexión con nuestra memoria mítica es sin duda el mayor acierto de la campaña electoral del BNG, y de ahí proviene su inmensa movilización. El mito atraviesa de parte a parte su mensaje. E incluso alberga una historia de renacimiento y redención: la que se produce cuando, en sus horas más negras, escindido y al borde del abismo, entregó su destino a Ana Pontón para insuflarle nueva vida e iniciar su viaje de renovación.

El proceso de la transformación simbólica no se consuma hasta que se restaura la unidad perdida. Y esta se escenificó en el acto en el que Xosé Manuel Beiras y Martiño Noriega volvieron a integrar el cuerpo común

Pero no solo. Porque el proceso de la transformación simbólica no se consuma hasta que se restaura la unidad perdida. Y esta se escenificó hace unos días en el acto en el que Xosé Manuel Beiras y Martiño Noriega volvieron a integrar el cuerpo común. Tuve la oportunidad de verlo y la sensación que me dio fue de estar ante un rito reparador. Pero un rito amable, natural, sin palabrería ni gestos ampulosos, exhibido solo como un cálido diálogo de viejos amigos que se encuentran tras muchos años de distanciamiento y que, en apenas unos segundos, parecen recuperar todas las complicidades pasadas.

Aún así, me pareció percibir que una emoción contenida se condensaba en el aire y envolvía en su brétema tanto a los chavales de 20 como a los veteranos que rondaban los 90. No debe de ser fácil guardar rencor a personas tan extraordinarias como Noriega y Beiras. Percibí alivio y ganas de alborozarse. Como cuando tu corazón se libera de un peso oscuro que lo aplastaba.

Toda la escena mandaba mensajes de otro tiempo: la vuelta del hijo pródigo, la asamblea que une a jóvenes y a ancianos en la tribu, Telémaco saliendo a la búsqueda de su padre perdido, los abrazos largo tiempo esperados, los viejos chistes, las viejas historias; y, en el centro de todo, la heroína devolviendo la unidad a lo que estaba roto.

En la mitología cristiana la mujer deshace lo que antes era Uno, crea la lucha de contrarios, lo masculino frente a lo femenino, el bien contra el mal, el ser humano se disocia de la naturaleza. Por el contrario, en la mitología que se nos propone en esta campaña es precisamente lo femenino lo que une, lo que restaña, lo que vincula al ser humano con su espacio físico, que es como se entiende ese nacionalismo acogedor. ¿Y acaso no es esta idea la que late en el espíritu de los tiempos? ¿No hablamos de mercados de proximidad, de las comunidades de base, del comercio de cercanía, de responsabilizarse de los ecosistemas propios? ¿No suena todo con una música parecida? Y, yendo más allá, ¿no es la idea que encontramos en todas las mitologías primitivas desde el nacimiento de la humanidad? La visión del espacio habitado como sagrado, como parte indisoluble de uno mismo.

Esta narrativa mítica es muy distinta a otras que escuchamos en el pasado reciente. Porque en ella desaparece el componente masculino épico de confrontación y conquista y se sustituye por una lírica alegre, como una melodía que nos trae el aire anunciando una fiesta cercana. Un lirismo que tiene mucho que ver con la tradición gallega pero que también encuentra ecos en otras culturas ancestrales, como en la epopeya del Kalévala, en la que su héroe es un bardo que batalla con el extraordinario poder de la palabra y las canciones.

En la gran saga de la Tierra Media, una vez derrotadas las fuerzas de la destrucción, cada integrante de la alianza volvió con los suyos a sus aldeas y reinos

En esto pienso cuando veo a las candidatas del BNG recorriendo la geografía gallega, quizá exhaustas, pero saludándose alegres al cruzarse en sus rutas sin perder su permanente sonrisa. Y eso me parecen, heroínas que batallan cantando.

En la gran saga de la Tierra Media, una vez derrotadas las fuerzas de la destrucción, cada integrante de la alianza volvió con los suyos a sus aldeas y reinos. Las águilas a los cielos, los ríos a sus cauces y los árboles al hueco desnudo de sus raíces. Cada uno regresó a sus ritos, sus culturas, sus visiones, sus creencias y sus tareas tras haber compartido la aventura de defender el espacio común.

No hace falta que seamos iguales, de hecho... ¡Tanto mejor que no lo seamos! Basta con desear habitar, juntos y diversos, un lugar compartido donde la vida pueda florecer

En Galicia somos muchos los que escuchamos la petición de socorro que brota de todo lo vivo. Muchos los que pensamos que nuestro mundo merece otra cosa. Y muchos los que nos sentimos llamados a la aventura por esa melodía antigua que recupera nuestro poder. Nuestro superpoder transformador.

No hace falta que seamos iguales, de hecho... ¡Tanto mejor que no lo seamos! Basta con desear habitar, juntos y diversos, un lugar compartido donde la vida pueda florecer.

O Salto medra contigo
O Salto medra contigo Galicia necesita más que nunca un periodismo libre que esté financiado por las mayorías sociales
El 18 de febrero, en las elecciones, la deriva conservadora y neoliberal de Galicia puede cambiar. Por eso, te ofrecemos seguir trabajando en contenidos críticos que fiscalicen el poder político y económico. Te necesitamos. Suscríbete a O Salto.

Elecciones autonómicas
Galiza e A Comunidade do Anel

O maior acerto do BNG nesta campaña electoral é a súa conexión coa nosa memoria mítica e o chamamento para sentirnos parte dunha aventura.
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela
Ana Pontón, Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega conversan en Compostela (Fonte BNG)

En cantas consultas electorais votei xa? Trinta? Máis? E, con todo, sóbranme os dedos dunha man para contar as veces nas que o meu voto estivo en disposición de sumarse a unha transformación social. Sospeito que todos temos experiencias parecidas.

As alegrías electorais, as esperanzas de cambio cumpridas, son flores raras na biografía dunha persoa de esquerdas. Un pouco, como esas plantas efémeras que crecen no deserto e cuxas sementes poden estar décadas esperando baixo a area a pinga de choiva que as faga xerminar. Cando es de esquerdas e vaste facendo maior sabes que eses instantes máxicos danse moi poucas veces na vida e arrepínteste se algunha vez deixáchelos pasar.

Polo xeral, ocorre o contrario. Polo xeral, perdemos. Xa sexa polos nosos propios e recorrentes erros, xa sexa porque nos enfrontamos a forzas moi poderosas. Mesmo, ás veces, perdemos á mantenta. E vemos pasar esa onda de ilusión ao noso lado, recoñecémola...e aínda así decidimos non subirnos a ela. Embárganos unha especie de pulsión de morte e quedámonos no noso escuro cubil de frustracións e rancores, vendo o estalido colectivo dos demais como nenos enfurruñados que non queren participar nos aniversarios.

As derrotas fixéronnos desprezar o noso voto, malbaratarlo e degradalo

As derrotas fixéronnos desprezar o noso voto, malbaratarlo e degradalo. Ao cabo, case nunca serve para nada. Enfadados cos nosos propios ideais, que nos traizoaron tantas veces, usámolo para pagar vellas facturas de resentimento ou para apontoar a nosa identidade e poder mirarnos coma íntegros personaxes nunha inútil mitoloxía do perdedor de mil batallas. Pero de mozos non eramos así. Entón pensabamos que votando podiamos construír para todos unha vida digna de ser vivida. Votabamos con alegría e esperanza, imaxinando un futuro ilusionante.

Sobre isto reflexionaba cando escoitei a Ana Pontón dicir que “o voto é un superpoder”, e entendín moi ben a que se refería. A tratalo coa mesma veneración que cando, con 18 anos, usámolo por primeira vez e dirixiámonos á urna coa sensación de que todo era posible, de que o noso xesto tiña unha transcendencia extraordinaria.

Esta idea do superpoder, entón, relaciónanos con aquela inocencia prístina do noso pasado animoso e recupera a verdadeira esencia do acto de votar. Cando entendemos o voto deste xeito todo se transforma; as portas do posible ábrense e deixa de ser un rito máis ou menos inútil. Sentimos o peso de usar ese poder con responsabilidade e, coma se de heroes tratásese, somos convocados á aventura. Recibimos unha chamada nova que ecoa espertando vellos e bos soños, e imaxinámonos ao final do periplo nun futuro máis luminoso dicíndonos orgullosos a nós mesmos: “eu fun parte deste cambio”.

Pareceume percibir que unha emoción contida condensábase no aire e envolvía na súa brétema tanto aos rapaces de 20 como aos veteranos que roldaban os 90

Aínda así, pareceume percibir que unha emoción contida condensábase no aire e envolvía na súa brétema tanto aos rapaces de 20 como aos veteranos que roldaban os 90. Non debe de ser fácil gardar rancor a persoas tan extraordinarias como Noriega e Beiras. Percibín alivio e ganas de alborozarse. Como cando o teu corazón libérase dun peso escuro que o esmagaba.

Toda a escena mandaba mensaxes doutro tempo: a volta do fillo pródigo, a asemblea que une a mozas e a anciáns na tribo, Telémaco saíndo á procura do seu pai perdido, os abrazos longo tempo esperados, os vellos chistes, as vellas historias; e, no centro de todo, a heroína devolvendo a unidade ao que estaba roto.

Na mitoloxía cristiá a muller desfai o que antes era Un, crea a loita de contrarios, o masculino fronte ao feminino, o ben contra o mal, o ser humano se disocia da natureza. Pola contra, na mitoloxía que se nos propón nesta campaña é precisamente o feminino o que une, o que restaña, o que vincula ao ser humano co seu espazo físico, que é como se entende ese nacionalismo acolledor. E seica non é esta idea a que latexa no espírito dos tempos? Non falamos de mercados de proximidade, das comunidades de base, do comercio de proximidade, de responsabilizarse dos ecosistemas propios? Non soa todo cunha música parecida? E, indo máis aló, non é a idea que atopamos en todas as mitoloxías primitivas desde o nacemento da humanidade? A visión do espazo habitado como sacro, como parte indisoluble dun mesmo.

Cando vexo ás candidatas do BNG percorrendo a xeografía galega parécenme heroínas que batallan cantando

Esta narrativa mítica é moi distinta a outras que escoitamos no pasado recente. Porque nela desaparece o compoñente masculino épico de confrontación e conquista e substitúese por unha lírica alegre, como unha melodía que nos trae o aire anunciando unha festa próxima. Un lirismo que ten moito que ver coa tradición galega pero que tamén atopa ecos noutras culturas ancestrais, como na epopea do Kalévala, na que o seu heroe é un bardo que batalla co extraordinario poder da palabra e as cancións.

Nisto penso cando vexo ás candidatas do BNG percorrendo a xeografía galega, quizá exhaustas, pero saudándose alegres ao cruzarse nos seus roteiros sen perder o seu permanente sorriso. E iso parécenme, heroínas que batallan cantando.

Na gran saga da Terra Media, unha vez derrotadas as forzas da destrución, cada integrante da alianza volveu cos seus ás súas aldeas e reinos. As aguias aos ceos, os ríos aos seus leitos e as árbores ao oco espido das súas raíces. Cada un regresou aos seus ritos, as súas culturas, as súas visións, as súas crenzas e as súas tarefas tras compartir a aventura de defender o espazo común.

Na Galiza somos moitos os que escoitamos a petición de socorro que brota de todo o vivo. Moitos os que pensamos que o noso mundo merece outra cousa. E moitos os que sentimos chamados á aventura por esa melodía antiga que recupera o noso poder. O noso superpoder transformador.

Non fai falta que sexamos iguais, de feito...tanto mellor que non o sexamos! Basta con desexar habitar, xuntos e diversos, un lugar compartido onde a vida poida florecer.

É un chamamento que reverbera noutras mitoloxías do noso imaxinario. E xa pouco importa se es nacionalista ou non, que lingua fales ou que votaches anteriormente, porque a idea de que hai moitos modos de ser galego e que todos somos igualmente convocados, atravésanos. E dános a posibilidade de sentirnos integrantes dunha especie de Comunidade do Anel que une a todos os pobos da Terra Media contra o mal radical. Todas as razas, os aliados e os antigos adversarios, os guerreiros e os pequenos seres fráxiles, criaturas grandes e diminutas, as forzas da natureza e do inanimado, cooperan para defender na súa contorna as condicións que permiten a vida. Ata as árbores! Esas árbores vellas, lentos, que estaban antes que ningún, levántanse para protexer a súa terra e as súas raíces. E que votarían as árbores se puidesen votar?

Esta conexión coa nosa memoria mítica é sen dúbida o maior acerto da campaña electoral do BNG, e de aí provén a súa inmensa mobilización. O mito atravesa dun lado a outro a súa mensaxe. E mesmo alberga unha historia de renacemento e redención: a que se produce cando, nas súas horas máis negras, escindido e ao bordo do abismo, entregou o seu destino a Ana Pontón para insuflarle nova vida e iniciar a súa viaxe de renovación.

Pero non só. Porque o proceso da transformación simbólica non se consuma ata que se restaura a unidade perdida. E esta escenificouse hai uns días no acto no que Xosé Manuel Beiras e Martiño Noriega volveron integrar o corpo común. Tiven a oportunidade de velo e a sensación que me deu foi de estar fronte a un rito reparador. Pero un rito amable, natural, sen palabrería nin xestos ampulosos, exhibido só como un cálido diálogo de vellos amigos que se atopan tras moitos anos de distanciamento e que, en apenas uns segundos, parecen recuperar todas as complicidades pasadas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Galicia
Xosé Manuel Beiras “La izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP”
El histórico líder nacionalista analiza con calma los errores de las coaliciones con la izquierda federal y confía en que el futuro de la transformación social está fuera de las instituciones.
Migración
Migraciones Burocracia para los ‘refugiados de segunda’: siete jóvenes malienses ante el bloqueo del Estado al pedir asilo
Presos de la guerra, llegan a un nuevo territorio en búsqueda de mejores oportunidades, pero son presos de temporalidades y trámites burocráticos, mermando su estado anímico y dejándoles estancados en un limbo temporal que los anula como ciudadanos.
Galicia
Corrupción en Galicia El caso Carioca a través de una migrante explotada sexualmente: indemnización mínima y complot policial
El guardia civil Armando se aliaba con proxenetas y abusaba sexualmente de mujeres prostituidas haciendo uso de su capacidad para regularizar su situación.
Política
Xosé Manuel Beiras “A esquerda estatal á esquerda do PSOE leva ano e medio dando un recital de apoio ao PP”
O histórico líder nacionalista analiza devagar os erros das coalicións coa esquerda federal e acredita en que o futuro da transformación social está fóra das institucións.
Migración
Migracións Burocracia para os 'refuxiados de segunda': sete rapaces malianos ante o bloqueo do Estado ao pedir asilo
Presos da guerra, chegan a un novo territorio en procura de mellores oportunidades, pero son presos de temporalidades e trámites administrativos, minguando o seu estado anímico e deixándolles estancados nun limbo temporal que os anula como cidadáns.
Unión Europea
Unión Europea Von der Leyen despliega una agenda de vallas, rearme y menos regulación para las empresas
Las prioridades de la nueva Comisión Europea son las que el extremo centro lleva tiempo dictando: seguridad, defensa, energía y competitividad.
Gambia
Gambia “Sabemos que migrar puede llevarte a perder la vida, pero hay veces que no hay otra opción”
Al menos mil personas murieron en 2023 al intentar alcanzar las costas canarias desde Gambia. Ante la negación sistemática de visados, los jóvenes de este país, con un 53% de la población bajo el umbral de pobreza, acaban arriesgando sus vidas.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El Gobierno español permite el tránsito hacia Israel de combustible para aviones de guerra
El movimiento de solidaridad con Palestina acusa al Gobierno español permitir la escala del buque ‘Overseas Santorini’ en Algeciras, prevista para el 30 de julio, con un cargamento de combustible militar con destino a Israel.
O Salto medra contigo
O Salto medra contigo Eles por diñeiro, nós por un futuro mellor: subscríbete ao Salto
Sempre que unha multinacional ou un goberno intentaron cometer un atentado medioambiental no noso territorio estivemos alí para contalo. Puidemos facelo porque a nós sostennos a nosa comunidade, pero queremos chegar máis lonxe e por iso precisámoste.
LGTBIAQ+
ESTUDIO Un estudio muestra que no existen ámbitos seguros para las personas no binarias
Casi tres de cada cuatro personas que se salen del binarismo de género sufren violencia por parte de su entorno. Un estudio de la asociación No Binaries hace una panorámica de la realidad de este colectivo.

Últimas

Caso Carioca
Caso Carioca O caso Carioca a través dunha migrante explotada sexualmente: indemnización mínima e complot policial
O garda civil Armando aliábase con proxenetas e abusaba sexualmente de mulleres prostituídas facendo uso da súa capacidade para regularizar a súa situación.
Opinión
Cuidados ¿Abolimos el género o reescribimos la teoría queer con mirada perinatal?
Debemos reflexionar sobre el sistema sexo-género en relación a los cuidados de las infancias y pensar cómo hacemos compatible los debates identitarios con las responsabilidades individuales y colectivas de sostener la vida.
Juegos olímpicos
Juegos Olímpicos París 2024, del brillo olímpico al reverso de los focos
Comienzan unos Juegos Olímpicos marcados por el fuerte enfoque securitario y la expulsión de miles de personas sin hogar de la ciudad.
Bolivia
América Latina Bolivia: la guerra fratricida que está autodestruyendo el proceso de cambio
La transformación de Bolivia iniciada en 2006 con la llegada de Evo Morales al poder se encuentra en uno de sus peores momentos por las luchas entre este histórico líder y el actual presidente y exaliado Luis Arce.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda García Page se escuda en los ayuntamientos del PP para no aplicar la Ley de Vivienda en Castilla-La Mancha
La regulación del precio del alquiler no está ni se la espera en las zonas tensionadas de Castilla-La Mancha. El presidente regional Emiliano García Page (PSOE) aduce que los ayuntamiento del PP y Vox no se lo han pedido.
Más noticias
Palestina
Genocidio España tratará a 15 niños y niñas palestinas mientras quedan 10.000 pacientes que necesitan evacuación
El director general de la OMS agradece el gesto mientras pide evacuaciones médicas ampliadas, ya que solo 5.000 palestinos y palestinas han sido trasladados desde que comenzara la ofensiva israelí el pasado 7 de octubre.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel declara “terrorista” a la UNRWA y le prohíbe operar en el país
Días después de que Reino Unido reinicie el financiamiento de la agencia de refugiados de la ONU, el Parlamento israelí aprueba tres leyes que prohíben la actividad de esta organización y criminaliza a sus 30.000 trabajadores.
Personas sin hogar
Personas sin hogar Granada sobrepasa los 40 grados sin Centro de Día para las personas sin hogar
La plataforma ‘La calle mata’ exige al Ayuntamiento de Granada y a la Iglesia un Centro de día y comedores para atender durante el verano a las personas sin hogar
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Más de 1.500 kilómetros en bici para reclamar un centro de salud digno
Tras más de 140 manifestaciones, 3.000 reclamaciones entregadas y recurrentes encierros durante cuatro años de lucha, vecinos y vecinas de Abrantes (Madrid) acudirán a la ONU para reclamar su acceso a la sanidad.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Palestina y el derecho a la resistencia: tácticas de la resistencia armada palestina
Los ataques del 7 de octubre supusieron un punto de inflexión en el retorno del debate sobre la lucha armada en Palestina, una vía no cerrada de resistencia frente a la ocupación israelí que tiene más de medio siglo de historia.

Recomendadas

Galicia
Xosé Manuel Beiras “La izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP”
El histórico líder nacionalista analiza con calma los errores de las coaliciones con la izquierda federal y confía en que el futuro de la transformación social está fuera de las instituciones.
Arte político
Soledad Urzúa “Utilizar un desecho agrícola para crear obras de arte permite transmitir un mensaje de amor”
Llega a Madrid “Metáfora Vegetal”, una exposición de la artista chilena Soledad Urzúa. Sus obras, creadas armónicamente con colores de óleo y materiales desechados como hojas de maíz, despiertan los sentidos.
El Salto n.75
Revista 75 Activismo feminista contra la gordofobia y la deshumanización
El número de verano de nuestra revista trimestral llega cargado de un poder femenino que intersecciona desde muchos ángulos y que esperemos se reproduzca en vuestras manos.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El teatro de la libertad de Yenín: resistencia a través del arte
Una iniciativa de teatro social en medio de la ocupación y las incursiones armadas israelíes en Cisjordania.