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Elecciones
Serigne Mbaye: “Si llego, voy a estar en el Parlamento y en la calle. Si no llego, sigo a pie de calle”
Desde el 2 de abril, Bassirou Diomaye Faye es el nuevo presidente de Senegal. Tras una campaña convulsa y un año de protestas contra el proyecto de perpetuación en el poder de Macky Sall, la esperanza de cambio ha llegado al país del que es originario el ciudadano español Serigne Mbaye (Kayar, 1975). Mbaye es uno de los miles de senegaleses que ven desde la diáspora cómo su país puede salir del designio de represión y explotación de recursos al que parecía condenado, pero en su caso se trata también de un político que tiene experiencia en la Asamblea de Madrid, donde estuvo entre 2019 y 2023 y que aspira a estar en la próxima legislatura del Parlamento Europeo.
Serigne Mbaye aparece como cuarto en la lista de Podemos. Según todas las encuestas publicadas, no entrará en el Parlamento Europeo, pero estos días se prepara para hacerlo. En esta entrevista, desarrolla sus ideas acerca de las necesidades que Senegal y otros países de la África Occidental tienen para salir de la dinámica de explotación de recursos y criminalización de sus clases trabajadoras que imponen los acuerdos comerciales.
La política quema y de Podemos también ha salido mucha gente quemada. Tú saliste de las elecciones de 2023 de la Asamblea de Madrid. Me imagino que también cansado de la experiencia. ¿por qué has considerado que tenías volver?
La cuestión es lo que vives el día a día y que lo quieres cambiar. Si uno cree en eso, tiene un objetivo. Estamos buscando mejorar la vida de la mayoría social, de las personas trabajadoras, de las personas que tienen pocos recursos y necesitan que cambien cosas. Trabajamos por la sanidad pública, por la educación pública, para una vida más alegre para todo el mundo. Y si eso te motiva y hay injusticias que ves todos los días —en mi caso hay algo que me motiva contra la discriminación y el racismo—, si trabajas a pie de calle, dices “¿por qué no lo hago en las asambleas, en los parlamentos?” Dentro de los partidos la gente se quema, yo lo tomo como algo del día a día. Con tu pareja, con tus amigos, a veces hay roces. Dentro de un partido hay gente con la que te entiendes en determinadas cosas y en otras cosas no, pero todas son cuestiones que hay que trabajar, porque somos humanos y tenemos un objetivo común.
¿Y qué has aprendido en esa legislatura?
Sobre las leyes, a veces estás fuera y no sabes cómo funciona. Una vez que ya ves cómo funciona, te adaptas y empiezas tú también a meter ahí tu aporte, tus fuerzas. También ves que hay muchísima gente que está en las instituciones que parece ser que no tienen contacto con la vida real. Funcionan en base a cosas que solo imaginan o creen que son así y que así hay que aceptarlo. Por ejemplo, las privatizaciones: gente como yo, que venimos a pie de calle, sabemos lo que es querer ir al médico y que te digan que no. En la actividad parlamentaria, en las iniciativas, he aprendido a saber qué cosas se pueden hacer y en qué momento y también abrir la puerta a la gente de a pie; que puedan meter sus iniciativas, invitarles a tener reuniones y a poder presionar a otras fuerzas políticas.
Al principio de la legislatura Vox fue contra ti. ¿Has sentido mucha rabia en este periodo?
Sí, desde el día uno sentí rabia, porque yo pensaba que cuando estamos en una Asamblea, en un Parlamento, se trata de hablar de las cosas que realmente interesan a la gente, las cosas que cambian la vida de la gente para bien, no señalarse uno a otro. Es como un circo. ¿Hace falta hablar de mí, de que vengo de un sitio o de otro? No es eso. La gente ha votado para que les representemos, para que adoptemos leyes que cambien su vida a mejor.
¿Entendiste la postura de tu partido cuando pasó lo de Melilla? ¿Te hubiera gustado otro tipo de reacción?
Sí, si fuese solo por mí se hubiese roto este gobierno: ya está, no puedo consentir que pase eso. Pero como el partido también está sujeto a determinadas cosas, la respuesta fue, vamos a negociar, vamos a presionar para que se repruebe al ministro. Pero yo, sinceramente, me enfadé un montón. Me hubiese gustado dar un golpe encima de la mesa. Esto no puede ser. Hay que tomar medidas, hay que echar al ministro y se acabó. Porque eso no se puede consentir, porque hablamos de vidas humanas y no se negocia con las vidas humanas.
¿Crees que ha evolucionado la conciencia antirracista dentro de Podemos en este tiempo?
Sí, ha evolucionado bastante. Nuestro trabajo dentro es también hacer talleres y formaciones para que la gente sea consciente, porque no podemos ser un partido que vendamos antirracismo sin también trabajarlo dentro. Siempre queda por hacer y seguiremos mejorando. Es como lo que sucede con nosotros los hombres, tenemos que aprender del feminismo. La vida siempre es un aprendizaje.
Y en la sociedad, ¿has notado en los últimos años que se han retrocedido pasos?
Viendo lo que está pasando últimamente, a pie de calle, los discursos en las instituciones, en los estadios —cada jornada de la Liga hay algún acto racista— veo que estamos retrocediendo. Eso es lamentable, porque los que lo han fomentado son determinados partidos. Se les deja hacer, se les da cancha y siguen haciendo esos discursos. Y en la práctica, pues la sociedad va llevando eso a la calle. Por otra parte, me alegra un montón que hay bastante gente muy concienciada, también gente autóctona que forman parte de los colectivos y apoyan, porque saben que eso es una lacra y se tiene que erradicar.
En la última legislatura en el Parlamento Europeo ningún diputado venía de África Occidental. ¿Cómo crees que influye esa falta de voz de las personas en la Unión Europea?
Influye mucho. Muchas veces pongo de ejemplo lo que pasó en la Asamblea, se nota que cuando esta gente estaba sola tomaban decisiones o hablaban de nosotros de una manera muy despectiva, de una manera muy negativa. Al llegar lo notaba en el lenguaje, cómo hablaban de determinadas cosas, cómo usaban expresiones racistas y cómo no tenían en cuenta a toda una parte de la sociedad. Pero, una vez que estás ahí, ya el lenguaje cambia, el comportamiento cambia y cualquier decisión que se va a tomar cambia. En las iniciativas puedes defender tu posición, puedes aclarar la política que están haciendo o la política que quieren hacer: cómo afecta a las personas racializadas o cómo muchos acuerdos afectan a otros países. Pero mientras que haya portavoces de esos colectivos o que tengan origen de esos países, muchas cosas pueden cambiar porque van a ser conscientes, porque muchos no lo son, de las políticas que se están tomando.
Empecemos viendo qué hay y por qué la gente viene desde Senegal: porque tenéis acuerdos que destruyen trabajo y esos acuerdos es lo que hay que revisar, es lo que hay que frenar
Una de las cuestiones que se ha quedado para desarrollar en la próxima legislatura es el Pacto de Migración y Asilo. ¿Cómo lo quieres afrontar en tu trabajo, ya sea dentro del Parlamento o fuera?
A pie de calle estamos dando guerra, estamos denunciando este pacto, porque acaba con los derechos de refugio y asilo. Supone criminalizar a gente y eso no lo podemos consentir, porque los valores de la Unión Europea se basan en el respeto de los derechos humanos. Y este pacto legaliza la vulneración de los derechos de las personas refugiadas. Antes hemos hablado de la masacre de Melilla. Fue una barbaridad. Esas personas eran solicitantes de asilo, mucha gente venía de Sudán, un país en guerra. También el tema de las devoluciones en caliente vulnera los derechos de las personas. La externalización de las fronteras... Son una serie de actuaciones que han legalizado y que vulneran los derechos humanos. Estamos denunciando esto, dando guerra. Desde Podemos tenemos claro que hay que intentar que se derogue esta ley y que se respeten los derechos humanos.
Uno de los acuerdos de externalización toca a tu país de origen.
En Senegal, como hay un cambio de gobierno y este gobierno es anticolonización —está en contra de estos acuerdos— yo creo que las cosas mejorarán. Porque con el anterior gobierno las políticas consistían en apoyar a los países europeos contra la inmigración irregular. Hay otra política que provoca eso, no se pueden provocar estas migraciones y luego querer frenarlas dentro del país: era algo imposible. Eso es lo que ha provocado todo este bucle de llegadas, de la situación inestable que había en Senegal. Pero este gobierno y el secretario de Estado de los Senegaleses del Exterior que ha estado veinte años fuera —con el que tuvimos una reunión hace poco— ha hablado de todos estos temas. ¿Cómo se puede poner freno a la migración irregular?
...
No es por la represión, no es financiarles para que contengan el flujo migratorio; se trata primero de revisar los acuerdos económicos dentro de los acuerdos comerciales, es ahí donde reposa el problema. En los acuerdos de pesca y los acuerdos de extracción de los minerales. Se tiene que empezar por ahí, porque no pueden seguir engañando a la gente: te doy el material antidisturbios que necesites, voy a formar a tus policías, a tus militares, te voy a dar material para que contengas la inmigración. Pues no, empecemos viendo qué hay y por qué la gente viene: porque tenéis acuerdos que destruyen trabajo y esos acuerdos es lo que hay que revisar, es lo que hay que frenar.
Uno de ellos es el de pesca. ¿Cómo tiene que cambiar para que cristalicen esas esperanzas de cambio?
Cuando estaban en campaña, los que ahora están en el gobierno dijeron que cuando llegaran iban a publicar la lista de todos los barcos que pescan en Senegal. Lo publicaron hace casi un mes. Se vio claramente el peso de los barcos europeos: creo que eran 19. 17 de ellos pescan, hay dos barcos que no pescan pero acompañan por si se da el caso de conflicto, porque saben que la cosa está muy tensa con los pescadores. Y se notaba, se veía que los barcos tenían una capacidad que es mucho más grande que la capacidad de los barcos senegaleses. Y se ve también que son barcos sobre todo españoles y franceses, como siempre habíamos denunciado. La población está presionando para que se cambien esos acuerdos.
¿Cómo?
Esos países dicen que el tipo de pescado que pescan no tiene nada que ver con lo que pescan los pescadores locales, pero todo el mundo sabe que eso es un engaño porque en el mar todo tiene relación: de la ballena hasta el pez más pequeño. Es un gran problema en Senegal. El gobierno ha llegado hace dos meses: pide calma, tranquilidad a la gente para poder estudiar todo lo que dejó el anterior gobierno y poder revisar esos acuerdos. De momento existe esa tranquilidad. Este es un momento bueno en la pesca, pero a partir de julio ya empieza a cambiar la estación de la campaña de pesca, porque llega el verano, y en verano no suele haber mucho pescado.
Es una cantidad de pescado que podría abastecer a millones de personas africanas.
He visto en algunos documentales a pescadores gallegos que se quejaban de la llegada de este pescado. Son grandes multinacionales que lo pescan en otras aguas y que lo traen, lo venden como pescado de aquí y eso al final provoca que al sector pesquero gallego le vaya mal y eso genera conflictos. Y está bien que los haya, para que sean conscientes de que viene pescado de otro lugar y hay competencia y esta competencia desleal mata al sector pesquero. Pero mucha gente aquí no es consciente de que mucha parte del pescado que se come viene de fuera. Es como “está en mi mesa todo va bien y a mí el resto me da igual”. Cuando por ejemplo pasó lo de los agricultores a principios de este año, dije “esto está bien, a ver si lo aplicáis también en el tema de la pesca”. Si no queréis fruta de Marruecos, que traen multinacionales que financia España, por qué no aplicáis lo mismo en el sector pesquero.
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¿Cómo afecta a la alimentación en tu país de origen?
En Senegal hay muchas empresas de harina y de aceite de pescado y tienen capital español. Por las denuncias que hemos hecho han cambiado algunas cosas, ahora las lleva alguien de Senegal, pero esos productos se siguen vendiendo y estamos ahora investigando a quién. Esto está afectando bastante porque no hay pescado. La gente ya no llega a tener este alimento. En varias costas la competencia de estas empresas con las mujeres que hacían la transformación del pescado ha acabado con este sector.
El nuevo Gobierno viene de abajo, es gente que siempre ha tenido un discurso contra el expolio de los recursos, gente que siempre ha tenido un discurso por los derechos de todo el mundo
Hay otro problema acuciante que es el de los recursos naturales y que también depende, en buena medida, de políticas que se toman en el marco de la Unión Europea.
Pongo como ejemplo el petróleo y el gas que se descubrió en Senegal. Ahora mismo se cree que están explorando estos recursos, pero nadie sabe nada. Hay una zona delimitada de cien kilómetros en alta mar justo frente a las costas de mi pueblo. Los barcos no pueden acercarse allí. Hasta que no se produzca la investigación de este nuevo gobierno no se podrá saber si se está explorando y quién lo explota y quién se lo lleva. Hay otros ejemplos, en Senegal no se trabaja con el fosfato. Yo siempre, desde pequeño, he visto dónde se sacaba el fosfato y cómo todo se lo llevaban a Francia. También hay zirconio. Está habiendo un conflicto con los agricultores, porque las empresas pretenden explorarlo y los agricultores están diciendo que no, pero seguramente la pasta lo va a solucionar y van a destrozar también esta zona. Es lamentable, pero el país no tiene recursos para poder explorar esos yacimientos. En el caso del zirconio que había en Lompoul, al lado de Saint Louis, se decía que Francia se lleva el 90% y el gobierno de Senegal el 10% , no lo tengo comprobado, pero eso es lo que suena por todas partes en Senegal.
Si hablamos de inmigración irregular hay que dejar claro que el 80% de la inmigración irregular no viene de África, pero la imagen más impactante es enseñar la valla
Bassirou Diomaye Faye ha sido elegido por sorpresa como presidente de Senegal. ¿Cuáles son las esperanzas a nivel de necesidades de derechos básicos, sanidad, educación, etc?
Hay bastante esperanza, pero hay mucho trabajo que hacer. Y lo tiene bastante difícil. Es gente que viene de abajo —de hecho él era agricultor—, gente que siempre ha tenido un discurso contra el expolio de los recursos, que siempre ha tenido un discurso por los derechos de todo el mundo. Pero Senegal es un país bastante destrozado durante estos últimos años, con la corrupción a tope. Ellos han prometido ir a saco contra la corrupción. En cuanto a los servicios públicos: es otro problema enorme, porque hasta que el trabajo no sea un trabajo formal, que produzca cotizaciones a una seguridad social e impuestos, no se puede mantener un sistema público. Pero va a ser difícil. El pueblo va a tener que sufrir. Senegal tiene de todo. Tiene bastante dinero, tiene recursos y, si lo gestionan bien, puede funcionar bien. Pero el problema es también esta transformación.
Te presentas al Parlamento Europeo, donde van a estar muchos diputados franceses que son el país extranjero más influyente en la historia reciente de Senegal. ¿Te motiva ese encuentro?
Con relación a los franceses va a ser un choque importantísimo si estoy ahí. Van a intentar seguir defendiendo el colonialismo y yo voy a desvelar todo lo que hay, porque Francia es el país que más se aprovecha de África. Es uno de los países que más critica ahora la emigración pero no puedes entender ésta si no ves cómo explotan unos países —porque no es un país, son un montón de países que son colonias de Francia— a través del CFA, la moneda, que les beneficia a saco, y de sus multinacionales: Carrefour, Auchan, etc. Seguramente, si llego al Parlamento, los diputados fachas franceses intentarán atacarme sobre este tema. Y yo les quiero señalar: esto es lo que Francia y la Unión Europea están haciendo en África. Francia no es el padre ni la madre de ninguno de esos países, no es el dueño de esos países, pero pretende serlo. Todo lo que está pasando es como dice la canción de Tiken Jah Fakoly: “Ils sont partagé le monde” [ellos se han repartido el mundo, de la canción Plus rien ne m'étonnes]. Si España ha llegado allí ha sido porque Francia le deja entrar a partir de 2006, cuando se produce la llegada de las pateras. Ahora, ¿cuántos barcos españoles hay en Senegal?
Hace poco entrevisté a Miguel Urbán y él decía que la Europa de la guerra no la tenemos que pensar solo en los términos Rusia y Ucrania, sino que la UE se está preparando para África, que es el gran continente que se quiere explotar.
Justo cuando Rusia invadió en Ucrania, yo dije: la guerra empezó en África. Rusia también está presente en África, porque no querían que Europa tuviese gas o petróleo por otras vías. Rusia intentó que esto fallara, quiso atraer a varios países. La Unión Europea se ha hecho bastante fuerte porque no es Francia quien negocia ni España quien negocia. Han ofrecido dinero pensando que esos gobiernos iban a aceptar. Me alegro que Mali haya dicho que no, que quiere conservar su soberanía. En Burkina Faso lo mismo. Ojalá que Senegal siga diciendo 'no': que se necesitan acuerdos justos para que ellos no puedan obligarles o asfixiarles económicamente. Porque también está esta parte: si no quieres, te asfixian económicamente. Eso es lo que hay, lo aceptas o no, y eso es lo que siempre ha habido desde los anteriores gobiernos. Yo escuchaba a ministros que lo reconocen: te dicen “este dinero te lo doy, pero lo inviertes en esto y en esto”. Si no aceptas verás cómo lo vas a pasar, cómo se levanta el pueblo y te va a criticar. Y el proyecto que tienen es África. Repartirse lo que hay en África. Tenemos que pensar en una Europa que no tenga esa dependencia del exterior.
¿Te molesta cómo se toma aquí el discurso sobre fronteras?
Bastante. Si hablamos de inmigración irregular hay que dejar claro que el 80% de la inmigración irregular no viene de África, pero la imagen más impactante es enseñar la valla, enseñar una patera donde mueren miles de personas. Cuando hablan de la inmigración no les importa las vidas que se quedan en el mar, no les importa las concertinas donde se ve a gente colgando, sangrando. No les importa ver cómo apalean a las personas en la frontera. Lo que les importa es: nos invaden. Buscan mostrar lo más llamativo, pero no suelen hablar de lo que provoca esta inmigración. Siempre lo enfocan en la llegada, pero no lo enfocan en las causas. Eso me da mucha rabia. Lo más importante es saber por qué viene la gente, indagar y denunciar. Vienen porque tienen derecho a venir, porque yo si cojo mi maleta me puedo ir, ¿por qué a esta gente no les permitimos esto? ¿Por qué no permitimos que puedan solicitar visados para venir de una manera legal? Por más que vendan el discurso de que tienen que venir de manera legal, no es posible, porque hay una política que es bloquear esas llegadas.
También se habla de las mafias.
Yo siempre he dicho: la mafia está aquí. Viene gente cada año de Senegal en lo que llaman migración circular y alguien está cobrando un dineral. Si alguien tiene que venir a trabajar de una manera legal y volver a su país nadie debería cobrar a estas pobres personas, que vienen aquí pagando hasta 4.500 o 5.000 euros para venir a trabajar tres o cuatro meses en el campo. Y eso es un tema que voy a seguir investigando.
Si se cumplen las encuestas y Podemos no consigue los cuatro diputados, ¿cuáles son tus próximos pasos?
Antes de la política, he estado trabajando y haciendo activismo. Entré en la política y no desconecté con la calle porque cuando no estaba en la Asamblea estaba a pie de calle. Cuando acabó la legislatura volví también a mi trabajo de base. Si llego, voy a estar en el Parlamento Europeo y conectar también con la calle. Si no llego, vuelvo también a pie de calle y a mi trabajo. No tengo problemas porque sé claramente lo que quiero, sé lo que quiero para la gente y más o menos sé lo que tengo que hacer. Es el activismo a pie de calle, el activismo internacional: todo lo que pueda saber, tener información y denunciar; apoyar donde haga falta. Lo combino con mi vida, porque también soy una persona que necesita trabajar para sobrevivir.
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Serin Mbaye, a quien le agradezco el plus que ha dejado en esta magnífica entrevista, una canción: https://www.youtube.com/watch?v=vR-0E5I8uEM
Ojalá se equivoquen las encuestas y Serigne Mbaye entre en el parlamento europeo para combatir el racismo y la xenofobia, defender lxs migrantes (regularización, ya) e impedir la extracción de los recursos de África.
Serin Mbaye sabe muy bien de esto ¡Por que lo sufre dos veces! Nada, todos tranquilos esto nos lo arreglan: Yolanda Errejón y su banda, con la ayuda de los "verdes" alemanes q
Maravillosa entrevista, poniendo énfasis en las causas, y no las consecuencias racistas como las televisiones. Son los acuerdos de libre comercio (libre saqueo) los que provocan estás olas de inmigración: Saquean sus recursos naturales, roban las tierras y la pesca, les imponen deudas en aumento y dictaduras para mantener el sistema bien atado, que van a hacer pues??
Mi total admiración a Serin Mbaye por su compromiso social y político. Es un ser humano enorme.