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Especulación urbanística
La esperada y muy merecida demolición de Valdecañas
Si aguanta la presión el TSJEx, si finalmente vence la Justicia este largo y duro pulso que le ha echado la política del desarrollismo y el ladrillazo y Extremadura se libra de esta herencia envenenada de Ibarra, entonces habremos ganado en Justicia Ambiental y en Justicia Social.
Hace unas semanas por fin se conoció el informe que el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) pidió a la Estación Biológica de Doñana sobre las cuestiones ambientales que rodean el caso de la urbanización ilegal de la Isla de Valdecañas, un informe que ha caído como un jarro de agua fría sobre nuestra clase política y que por el contrario ha sido celebrado por el ecologismo, pues deja claro que “la opción más beneficiosa es la restauración ambiental de la isla”, lo que inevitablemente pasa por la demolición del complejo turístico.
Es este el penúltimo capítulo de una larga historia de especulación urbanística de altos vuelos que comienza en 2006, en plena euforia de la fiebre del ladrillo que arrasó con tantos espacios naturales a lo largo de las décadas doradas del capitalismo inmobiliario. El proyecto que se presentó en 2006 y se empezó a construir en 2007 consistía en una urbanización de lujo para la aristocracia madrileña en una península de 135 hectáreas del embalse de Valdecañas, que estrangula al río Tajo en las inmediaciones de El Gordo y Berrocalejo. 185 chaléts de lujo, un par de hoteles de 4 y 5 estrellas, playa artificial con arena de mar, puerto deportivo con 70 puntos de atraque y, por supuesto, el sempiterno campo de golf que siempre acompaña a los pelotazos urbanísticos a lo largo y ancho de este atribulado país… Un paraíso para las elites madrileñas promovido por un sobrino del Borbón que mataba elefantes y que atrajo a la que iba a ser la “Marbella extremeña” a compradores con apellidos ilustres de nuestra clase política, de la gran banca, del mundo de la farándula y otros Very Important Peoples… Y todo, como siempre, incluía grandes promesas de empleo y prosperidad para la población de esta zona rural, tan deprimida como otras tantas de la región extremeña, y por tanto contaba con el apoyo de todos los políticos locales y regionales.
Todo se decidía y se hacía con tanta naturalidad depredadora y extractiva que ha merecido que se acuñe un neologismo que designa a este tipo de política: ibarrismo
Solo había un "pequeño problema"… o dos. El primero era que todo se planeaba hacer en un lugar que era una "Zona de Especial Protección para las Aves" y, por tanto, en un espacio incluido en la Red Natura 2000. O sea, en un espacio protegido. Pero en los tiempos de Ibarra el modelo de desarrollo pasaba por encima de los ecosistemas, por encima del mundo rural y por encima de los intereses del pueblo con una facilidad pasmosa. Todo estaba justificado para atraer capitales y CREAR EMPLEO, así, con mayúsculas, todo se decidía y se hacía con tanta naturalidad depredadora y extractiva que ha merecido que se acuñe un neologismo que designa a este tipo de política: “ibarrismo”. Pero esta vez pensaban que iban a poder pasar también por encima de la Justicia y del movimiento ecologista extremeño. Y este fue el segundo “pequeño problema”.
Operaciones urbanísticas
El futuro de la urbanización Isla Valdecañas solo pasa por su desmantelamiento
El informe concluye que la ejecución de la sentencia no solamente debe consistir en la demolición del complejo, sino que es necesaria la restauración ambiental de la isla.
Hacer un relato completo y pormenorizado de la batalla judicial que emprenden ADENEX y Ecologistas en Acción, primero, para impedir la construcción de la urbanización y, después, para que se demuela lo construido sería demasiado prolijo y daría más bien para un libro que para un artículo como este. En ese largo proceso de 13 años ha habido de todo: sentencias de los tribunales que se recurrían al tiempo que se continuaban las obras, modificaciones retroactivas de la Ley del Suelo aprobadas unánimemente por las dos bancadas del PSOE y el PP en la Asamblea con el objeto de desoír la sentencia del TSJex de 2009, cambios ad hoc de los planes generales de ordenación territorial... En 2011, este mismo tribunal declaró nulo el PIR (declaración de Plan de Interés Regional) y ordenó la reposición de los terrenos a su anterior estadio, pero la Junta recurrió al Tribunal Supremo y continuó la construcción y venta de chalets en una política de hechos consumados.
Ha habido sentencias favorables a las tesis de los grupos ecologistas pero que pedían que estos depositasen una fianza de 41 millones de euros para que se hiciesen efectivas, ha habido campañas de difamación y ataques incluso físicos a activistas del ecologismo regional. Por fin, en 2014, la sala tercera del Tribunal Supremo confirma la sentencia de nulidad del PIR y ordena la restitución de los terrenos a su estado anterior. Pero no acaba ahí la cosa. Nuevas alegaciones de la Junta, la petición del informe a la Estación Biológica de Doñana para ir ganando tiempo y llegar a una situación en que el derribo de la urbanización sea tan caro debido a las millonarias indemnizaciones que no se lleve a cabo. Una verdadera batalla de la clase política regional contra la Justicia y el Derecho que ha utilizado recursos públicos para favorecer a una minoría que ya es rica y privilegiada, y que además es foránea, una batalla también contra el movimiento ecologista, al que se trata de estigmatizar como enemigo del progreso y el empleo, enemigo del mundo rural.
Una vez recibido este informe el TSJEx debe dictaminar en Marzo cómo se ejecuta una sentencia que es firme
Por eso ahora ya están preocupados, muy preocupados incluso, porque el informe de Doñana es demoledor, valga la redundancia. Desmonta uno por uno los argumentos que alegó la Junta sobre el perjuicio ambiental que supondría ahora la demolición (tiene bemoles que quien permitió una endeble y fraudulenta declaración de impacto ambiental para la construcción se preocupe ahora tanto de la demolición). “Mantener el complejo en su estado actual (…) es la opción más perjudicial para la ZEPA”, “la demolición seguida de la restauración ecológica tendría un impacto ambiental positivo”, afirma el informe; también desarma la presunta preocupación de la Junta sobre las emisiones de CO2 que provocaría el desmantelamiento: “mantener el complejo generaría una huella de carbono al menos 29 veces mayor… que la demolición”.
Una vez recibido este informe, el TSJEx debe dictaminar en marzo cómo se ejecuta una sentencia que es firme, y podemos intuir que no deben estar faltando las presiones políticas sobre la judicatura, porque aquí hay responsabilidades, responsabilidades económicas muy importantes que se estiman en más de 130 millones de euros entre los costes de demolición y, sobretodo, las indemnizaciones que reclamarán los propietarios de la urbanización de lujo. No parece que sea justo que estas indemnizaciones recaigan sobre el erario público, que pondrían en un grave aprieto las cuentas públicas de una Administración regional ya endeudada, ya que fueron los gobiernos regionales de Ibarra y Monago y los gobiernos locales de El Gordo y otros pueblos los que maniobraron para cambiar leyes con el objeto de burlar la protección ambiental y las decisiones judiciales. Fueron todos los diputados de la Asamblea los que votaron un cambio de la ley del suelo que sabían que era una burla, y también hay que recordar que desde 2011 los que compraron propiedades en la urbanización ya sabían que era ilegal y a lo que se exponían. Quizá por ahí se podían buscar a los responsables de asumir las indemnizaciones astronómicas y los gastos de esta aventura especulativa que, en vez de llegar a ser la “Marbella extremeña”, se ha quedado en triste “Algarrobico fluvial”. Aunque es de temer que, como siempre en este país de tanta bandera, los gastos de esta “fiesta” también corran a cargo del pueblo.
Si aguanta la presión el TSJEx, si finalmente vence la Justicia este largo y duro pulso que le ha echado la política del desarrollismo y el ladrillazo y Extremadura se libra de esta herencia envenenada de Ibarra, entonces habremos ganado en Justicia Ambiental y en Justicia Social, y además se abriría la posibilidad de acabar bien lo que empezó mal y transcurrió peor: acometiendo un Plan de Restauración Ecológica y Desmantelamiento Selectivo que podría ser un modelo para otras actuaciones semejantes. Este Plan ya fue entregado a las autoridades por Ecologistas en Acción y tiene ventajas claras sobre otras formas de demolición: es más barato, recicla más del 75% del material de derribo, utiliza mucha mano de obra no cualificada, emite menos gases de efecto invernadero y otros contaminantes, evita grandes vertederos… procurando un desmantelamiento completo, seguido de trabajos de restauración ecológica en suelos, flora y riberas, que facilite y acelere la regeneración natural de la Isla. Un Plan que de implementarse sí pondría a Extremadura a la vanguardia de algo decente: la transición ecológica. Pero quizá sea mucho pedir.
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Extremadura
Para nosotras los ladrillos y para ellos los beneficios
Leer los comentarios de algunos que manifiestan sin rubor ni vergüenza su apoyo a este cutre proyecto no solo es penosos, dolorosos, sino que el dolor de barriga se manifiesta de inmediato. Qué país más cutre y más miserable queréis algunos; aquí la ley por el forro y el pelotazo por encima de cualquier otro deber… Es la España casposa y miserable, el culo de Europa y tanto da que sea roja como azul. La corrupción, la miseria moral los espurios intereses… ¿no os da vergüenza, en serio?? Lo más penosos es ver que les sigan votando lo que nos convierte en un pueblo de verdaderos idiotas.
Y supongo que todos esos planes y trabajos de rehabilitacion los hara alguna ONG o asociación o empresa, “sin animo de lucro” (claro), de algún colega del articulista, que se forrara.
Por personas interesadas como vosotros, se arruinan y vacían determinadas regiones, os cargais vuestra propia tierra y luego diréis que esta despoblada. Logico si no hay forma de encontrar trabajo.
Si vas a hablar de Justicia Social, habla primero con los vecinos de estos pueblos, encantados con La Isla y con el trabajo que genera.
La inseguridad jurídica que generan este tipo de casos, hace que extremadura ya no sea tenida en cuenta para muchos proyectos. Me apena profundamente.
Me encanta la cantidad de bobadas que se dicen en un articulo que fácil es escribir, que sencillo es criticar y sobre todo que miramiento se tiene siempre por los animales, la naturaleza... etc, que claramente dan de comer a muchas familias de la zona, que sinceramente les van hacer la vida mucho mas amena, sin poder pagar sus deudas mirando las flores, los pajaros, etc. Si esta ejecutado, esta ejecuta, lo que hay que mirar siempre es hacia delante, convivir con ello, ya que da frutos a la comunidad, y sino, que los ecologistas pongan de su dinero porque del dinero publico es muy facil, los costes de todo ello, la reforestacion de la isla, y claramente y muy importante el mantenimiento de ella, ya que la cantidad de gente que la visitara para bañarse, hacer basura, basura y basura, como pasan en los ciento y cientos de hectareas demonte que tenemos, la limpieza de los rastrojos, los plasticos etc, y que convivan, con la cantidad de coches etc, que van a pasar por la isla..........PENSAR UN POCO EN LOS DEMAS NO SOLO EN LA FALSEDAD DE LAS ASOCIACIONES ECOLOGISTAS QUE PARA DOS QUE HACEN 100 SE LA SUDA
Gracias por tu artículo Fernando. A la demolición le sumaría que se juzgue a los culpables de tal atrocidad y respondan por ello.
Veo en tu artículo resentimiento, odio y demagogia. En esta tierra hace falta trabajo y progreso y no se puede costear un gasto como el que a todas luces supondría la demolición y las indemnizaciones. Cientos de millones que podrían ir destinados a sanidad, educación o incluso a cuestiones medioambientales. Yo estoy encantado que venga gente a Extremadura (miedo me dan lo que usan lo de “gente de fuera”) y que cuanto más ricos sean mejor (para ellos y para nosotros). Creo que desde la frustración y la envidia no se puede proteger nada. Yo creo en la buena voluntad de los propietarios y les doy las gracias por haber elegido esta maravillosa tierra y respeto profundamente los puestos de trabajo de cada una de las muchas personas que dependen, directa o indirectamente, de la urbanización.
estoy de acuerdo con el artículo en que si se ha hecho un daño medioambiental y que se pueda subsanar con el derribo hay que corregirlo pero no estoy de acuerdo cuando comentas que los que compramos sabiamos de estos procesos ilegales, en valdecañas hay muchas familias tambien que pagan hipotecas, que trabajan ambos para poder pagarlo y que no sabían que los permisos eran turbios antes de comprar, no todos en valdecañas son ricos y famosos, hay muchos profesionales que trabajamos para poder estar con nuestras familias fuera de la ciudad
A partir de enero de 2012 el Tribunal Superior de Justicia extremeño ordena la inscripción de la sentencia en el registro de propiedad, y los notarios estaban a obligados a comunicárselo a los nuevos compradores. Como mínimo los que compraron a partir de esa fecha ya estaban informados. Me alegra leer que incluso dentro de la propia urbanización hay personas como tú que entienden que lo que se reivindica por parte de las organizaciones ecologistas es razonable. Salud
claro, los propietarios deberían saber esa circunstancia pero se agrecede comentarios de gente que ha comprado casas allí
Sr. Llorente, o Vd. (si es suya) hace una afirmación completamente falsa o está muy mal informado. Jamás el el TSJEx ha ordenado eso y comprobar tal extremo lo tiene Vd. muy sencillo. Más sencillo aún que verter las falsedades que vierte. ¡¡¡Así nos va con tanto altavoz equivocado¡¡¡
cuando tiren la isla los que trabajamos en ella nos van a pagar las ipotecas y dar de comer las aves avra que venir a por las ave para hecharlas a la cozuela
Para saber mi opinión te remito al artículo ""Elyseum City" o la construcción de paraísos en Extremadura" cuyo enlace lo tienes en en esta página.
¿Qué opináis del Eurovegas que quieren hacer en Castilblanco, a las orillas del embalse de García Sola?
https://www.eldiario.es/eldiarioex/economia/Cora-Alpha-tramite-proyecto-Castilblanco_0_864414396.html
Mi respuesta a Alberto PC es la que está colgada del comentario #30531. No se si el administrador pueda corregirlo. Gracias
En primer lugar felicitar al autor por el magnífico artículo.
Quisiera realizar un par de aclaraciones.
Inicialmente el número de villas de lujo era de 310, de las que se llegaron a construir las 185 que cita en el artículo y el resto se quedaron a medio construir. También estaba previsto edificar un "poblado mediterráneo" con cien apartamentos.
El relato exhaustivo sobre esta urbanización está incluido en "La Piel de Toro como Trofeo", libro que publiqué en Muñoz Moya Editores, a donde remito al lector interesado en ampliar la información sobre éste y otros casos de depredación del territorio durante los años de la burbuja inmobiliaria.
y gran trabajo que está haciendo tb Fernando Abad en la recopilación de diferentes megaproyectos especulativos
Buen artículo. Valdecañas, y otros proyectos pantaniles fracasados, fueron el siguiente intento especulativo del ibarrismo en el mundo rural, una vez que las "ciudades mixtas"acabaron en fracaso por chocar frontalmente contra la legislación vigente y el sentido común https://www.ecologistasenaccion.org/?p=6594
Algo tan lógico como cumplir la ley y en Extremadura reina la ley de los caciques
Reinan los caciques y los insultones parapetados tras un hashtag.