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Feminismos
“En la República de México existen dos guerras: una contra el narco y otra contra las mujeres”
Las mujeres chiapanecas continúan alzando sus voces. Muchas de ellas organizadas en colectivos feministas con el objetivo de denunciar y combatir la violencia machista en San Cristóbal de las Casas así como en el resto de la región
En México, feminicidio es un término técnico-jurídico que designa a los asesinatos de mujeres por parte de hombres, motivados por la misoginia y el sexismo. Desde 2007, el gobierno implementó el mecanismo de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres conocido por sus siglas, AVGM, con el fin de enfrentar y erradicar la violencia feminicida en determinados territorios aunque no se vea reflejado en las estadísticas oficiales.
En los últimos cuatro años, el número de mujeres asesinadas a manos de hombres se ha más que duplicado pasando de 411 asesinadas en 2015 a 976 en 2019, quedando este último año registrado como el más sangriento para las mujeres en México. Desafortunadamente no parece que en 2020 la cifra vaya a disminuir ya que solo en los primeros 48 días de año ya son 265 feminicidios los cometidos en el país, siendo 20 de ellos contra niñas menores de 14 años.
En la región de Chiapas, ubicada en el sur de México y considerada la más pobre económicamente, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organizaciones registraron 199 feminicidios durante el pasado año 2019. Sin embargo, las autoridades solo confirmaron 20 de estos casos. Este hecho, muestra una vez más la falta de reconocimiento y actuación por parte del gobierno mexicano. En lo que va de 2020, se han cometido ya al menos 12 feminicidos en dicha región, siendo la zona costera el área con más incidencia, concretamente entre los municipios de Tapachula y Arriaga.
En la región de Chiapas las organizaciones registraron 199 feminicidios durante el pasado año 2019. Sin embargo, las autoridades solo confirmaron 20 de estos casos.
Frente esta situación, las mujeres chiapanecas continúan alzando sus voces. Muchas de ellas organizadas en colectivos feministas con el objetivo de denunciar y combatir la violencia machista en San Cristóbal de las Casas así como en el resto de la región.
Akelarre Púrpura es uno de estos colectivos cuya misión es impulsar un proceso de autoformación crítica y promover el cuidado colectivo desde y para las mujeres. En palabras de Patricia, una de sus activistas, “Akelarre es terapia para cualquier mujer que lo necesite, creando un espacio de consuelo y rabia donde podemos refugiarnos, acercarnos y compartir nuestras opiniones”.
Akelarre Púrpura fue uno de los muchos colectivos feministas que convocaron la marcha del 8M, bajo el lema: “Reclamamos, gritamos por las que no están, pedimos justicia, pedimos seguridad”. La causa global de la marcha era exigir mayor investigación y justicia ante la violencia misógina y transfóbica que se ha vivido en los últimos meses. Mujeres del colectivo Akelarre declaran que, “salieron a la calle mujeres que nunca se habían planteado manifestarse dejando el miedo a la seguridad atrás y priorizando la lucha feminista”. Y es que según las mujeres, “este no es un día de fiesta, sino de lucha y de protesta”.
“El 8 de marzo salieron a la calle mujeres que nunca se habían planteado manifestarse dejando el miedo a la inseguridad atrás y priorizando la lucha feminista”
Esta lucha traspasó las barreras de clase unificando así a todas las mujeres, incluyendo a las indígenas (alrededor del 28% de la población chiapaneca son indígenas, estas cifras no incluyen a la población mestiza). Las mujeres indígenas sufren triple discriminación por el hecho de vivir en pobreza, por razones de género y de etnia. Sin embargo, debido a dichas cuestiones étnicas y sociales es complicado conseguir su involucración en el movimiento feminista.
Los feminicidios a mujeres indígenas no tienen la misma cobertura en los medios ni en la opinión pública. Además, cabe destacar que muchas de estas mujeres no conocen sus derechos y no pueden acceder a la justicia, siendo atendidas en base a los usos y costumbres de sus comunidades. Según una trabajadora social del Hospital de Mujeres de San Cristóbal de las Casas, “la edad media de concebir es de entre los 16 y 20 años teniendo entre 1 y 7 hijos. El hecho de que muchas de ellas no lleguen ni siquiera a terminar la educación primaria influye también en el desconocimiento de sus derechos”.
Según Patricia, uno de los principales problemas concernientes a la región de Chiapas es el colonialismo de tutelaje hacia las comunidades indígenas. En palabras suyas, “las mujeres indígenas solo se expresan a través de otras mujeres organizadas en colectivos grandes, que actúan como intermediarias y no forman parte de sus comunidades. Las mujeres indígenas no consiguen alzar sus voces propias a excepción de las mujeres zapatistas que representan un caso a parte. Nosotras, como colectivo de Akelarre, no queremos expropiar la voz de las mujeres indígenas”.
Sin embargo, no hay que olvidar que la opresión se da al conjunto de todas las mujeres. Dicha opresión se ejerce también desde el propio gobierno, cuyo presidente Andrés Manuel López Obrador se declara humanista y no feminista, criticando el movimiento feminista de oportunista, de estar manipulado y de recibir fondos internacionales. La deficiencia de acceso a la justicia en la República de México, considerada por muchos el talón de Aquiles de este país, contribuye de forma directa a la impunidad de los feminicidas, violadores y acosadores. Además, la presunción de inocencia conjuntamente con la deficiencia policial del país, promueven la liberación de la mayoría de los acusados.
En el último mes se ha creado un nuevo colectivo feminista dentro de la Facultad de Derecho Campus III, llamado Dalias en honor a Elizabeth Short conocida como la Dalia Negra tras su feminicido en 1947. Este grupo de estudiantes se formó a través de la necesidad de crear un colectivo de apoyo, con protocolos legales de actuación, tras varios casos de acoso por parte tanto de profesores como de alumnos dentro de la facultad. Su misión no es solo acabar con el machismo dentro de su facultad, sino tejer redes organizativas con otras facultades y centros de educación.
Recientemente este colectivo decidió hacer un “tendedero de acoso” tras conocer que en lo que va de año se han dado al menos dos casos de acoso por parte de sus docentes habiendo sido denunciados sin ninguna respuesta de los directivos del centro. En este tendedero también incluyen los mensajes misóginos que han recibido por parte de sus compañeros.
Estos tendederos han sido el resultado de la técnica del escrache iniciada por el conjunto de varios colectivos feministas en Chiapas. Con estas acciones pretenden denunciar públicamente a aquellos hombres que han salido impunes tras acusaciones de abuso y violaciones, dando sus nombres y los motivos por los que aparecen en estas listas.
Se pudieron ver todos estos colectivos el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que fue un día histórico en la República Mexicana. Anteriormente, las marchas feministas del 8M no rebasaban las 500 asistentes, este 2020 se superaron todas las expectativas. En la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, más de 2000 mujeres caminaros por sus calles. En la ciudad de San Cristóbal fueron alrededor de 800, la mayoría indígenas y mestizas, las mujeres que se manifestaron para defender sus derechos.
El 9 de marzo siete de cada diez mujeres participaron en el paro resultando en un impacto económico de 30.000 millones de pesos, un 15% más de pérdida de lo previsto por los economistas del país
El acto se dividió en dos marchas que se juntaron en el centro de la ciudad a la Plaza Catedral, en donde exigieron justicia ante los feminicidios ocurridos en el país a gritos de “no es mágico un pueblo feminicida” así como “alerta que camina la lucha feminista por todo América Latina y tiemblen los machistas que América Latina será toda feminista”.
Tras estas manifestaciones multitudinarias se realizó un paro nacional de mujeres el lunes 9 de marzo en todo el estado mexicano. 7 de cada 10 mujeres participaron en el paro resultando en un impacto económico de 30.000 millones de pesos, equivalente a unos 1.367 millones de euros y significando un 15% más de pérdida de lo previsto por los economistas del país.
Estas cifras demuestran la importancia de las mujeres para la economía del país, mientras que las cifras de mujeres asesinadas diariamente (promedio de 11 por día), demuestran la pasividad del estado que ellas mismas definen como “estado feminicida y opresor”. Como afirmaron en las conclusiones de la marcha, “la violencia en contra de las mujeres aumenta vorazmente; es una violencia sistemática feminicida que forma parte de las dinámicas capitalistas con el refuerzo de los modelos neoliberales”. Las mujeres mexicanas consideran que el pasado 8 y 9 de marzo tuvo un impacto positivo, sin embargo tienen claro que, “la lucha feminista ha de ser diaria, global y transversal hasta ser libres”.