Fútbol
Las gradas de todo el mundo enseñan la tarjeta roja a Israel

La campaña ‘Show Israel the red card’ suma más de 170 acciones desde que, en febrero, el grupo ultra del Celtic de Glasgow hizo un llamamiento al mundo del fútbol para exigir que la FIFA cumpla sus estatutos y suspenda a Israel de sus competiciones.
Red car Israel
Una pancarta con la frase "Enseña la tarjeta roja a Israel" en un partido entre el Celtic y el Bayern Munich, en el Celtic Park de Glasgow, Escocia, el 12 de febrero de 2025.
6 abr 2025 06:00

“Si el mundo del fútbol, unido, aísla a Israel, en otras áreas inevitablemente seguirán su ejemplo”, reflexionaba en un comunicado Green Brigade, el grupo ultra del Celtic de Glasgow, tras exhibir en su partido de Champions League contra el Bayern de Munich en el mes de febrero una gigantesca pancarta con el lema “Show ‘Israel’ the red card”. Era el pistoletazo de salida para una campaña global en la que se contabilizaban, a principios de abril, más de 170 acciones en una treintena de países de los cinco continentes.

Desde espectaculares tifos en las gradas de estadios de máxima categoría a humildes grafitis, pasando por fotos en los alrededores de los recintos deportivos, todo ha sumado para expresar una exigencia muy clara y que, por supuesto, es a la vez política y deporte: “Es hora de que la UEFA y la FIFA pongan en práctica los valores que predican: igualdad, respeto y derechos humanos”. El máximo órgano rector del fútbol mundial contempla en el punto 3 de sus estatutos “el firme compromiso de respetar los derechos humanos” y en el 4 que “está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas (…) y será sancionable con suspensión o expulsión”.

La campaña pide la expulsión de Israel de las competiciones FIFA, usando la metáfora de la tarjeta roja que el árbitro muestra cuando un jugador incumple el reglamento y debe abandonar el terreno de juego

Eso es lo que, en primera instancia, se pide en esta campaña: la expulsión de Israel de las competiciones FIFA, usando la metáfora de la tarjeta roja que el árbitro muestra cuando un jugador incumple el reglamento y debe abandonar el terreno de juego. ¿Las faltas? Las detallan los promotores en el mencionado comunicado: “En 15 meses, ‘Israel’ ha asesinado a alrededor de 382 futbolistas palestinos y, al menos, a 235 deportistas de otras disciplinas (…) ha destruido 147 instalaciones futbolísticas y otros 140 recintos deportivos y así ha impedido que se juegue al fútbol en toda Palestina. Estos crímenes no tienen cabida en nuestro maravilloso deporte”.

Hinchadas organizadas

Green Brigade es un colectivo de animación antifascista que se fundó en 2006 para apoyar al centenario equipo escocés de tradición católica y republicana. Lanzando esta campaña daba un paso más en su habitual apoyo a la causa palestina. No ha sido precisamente la primera vez que aprovechan su grada para solidarizarse, ya se hizo viral la imagen del estadio Celtic Park repleto de banderas palestinas en el duelo contra el Atlético de Madrid poco después del 7 de octubre de 2023. Pero van más allá de la propaganda: financian desde 2016 Lajee Celtic, una escuela de fútbol en el campo de refugiados Aida, en Cisjordania, una iniciativa que surgió con el remanente del crowdfunding que lanzaron para pagar las multas por exhibir banderas palestinas en un partido de previa de Champions contra el club israelí Hapoel Be'er Sheva.

El Celtic, como entidad, se ha mantenido al margen de la campaña y, es más, Green Brigade sufre una importante represión por parte de la policía y el propio club. Pero la masa social del Celtic se ha unido encantada a mostrar la tarjeta roja a Israel, a través de otro de los grupos ultras del club, Bhoys, así como una quincena de los numerosos Celtic Supporters Club (CSC) que hay por todo el mundo. Muy especialmente en Inglaterra y Estados Unidos, pero también en lugares como Noruega, Rumanía, Australia, Irlanda… o incluso València.

La actitud del Celtic con la iniciativa de su afición ha sido la regla para la inmensa mayoría de equipos cuyas hinchadas han participado en la misma: las empresas deportivas, casi siempre, toman una prudente distancia del sentir de su afición por miedo a sanciones o a perder patrocinios. Pero encontramos excepciones, como el Bohemian FC dublinés, que aplaudió públicamente en su cuenta oficial de X el vistoso tifo de su grupo hincha Notorious Boo Boys.

Precisamente en esta red social, en las cuentas @NCCeltic y @lajeeceltic, están contabilizando todas las acciones, y en mes y medio documentan más de 170 acciones en estadios y calles de todo el planeta.

Ingenio contra la represión y la aleatoriedad

En cuanto a hinchadas organizadas, las de los distintos territorios del Estado español brillan con luz propia: una treintena de grupos han mostrado la tarjeta roja a Israel, 13 de ellos en la primera y segunda división. En cantidad solo los equipos de fútbol popular italiano están a la par, aunque en lo cualitativo tiene mucho más eco todo lo que suceda en el deporte profesional. 

En máxima categoría, Indar Gorri, de Osasuna, fueron los primeros en recoger el guante de Green Brigade, en un partido con tanta visibilidad como el duelo contra el Real Madrid. También pudieron mostrar los mensajes dentro de sus estadios Iraultza 1921 del Alavés, Biris Norte del Sevilla FC y, ya en segunda división, Riazor Blues del Deportivo de A Coruña, las Brigadas Amarillas del Cádiz CF y La Hinchada del Arlazón del Burgos CF.

Pero otros de los grupos hinchas de LaLiga de primera y segunda no pudieron mostrar el mensaje dentro del estadio, y tuvieron que tirar de ingenio. Fuentes conocedoras del mundo de las gradas explican a El Salto que el fútbol profesional en el Estado español es víctima de una aplicación de la normativa un tanto caprichosa por parte de quienes deben aplicarla (Policía Nacional y la seguridad privada de los propios clubes) que complica mucho la libertad de expresión en el interior de los estadios con excusas bastante peregrinas.

Por ejemplo, desde el grupo ultra del Rayo Vallecano, Bukaneros, explican que la pancarta “Show Israel the red card” solo la mostraron fuera del estadio, y dentro del mismo hicieron dos tifos sin texto: uno con banderas de Israel manchadas de sangre y tarjetas rojas; y otro llenando su fondo de enseñas de Palestina. “Así el mensaje también quedaba muy claro. En los estadios existe una censura previa de qué pueden sacar los grupos. Hay que comunicar el formato y material de lo que se va a sacar, porque hay tamaños máximos autorizados y debe ser ignífugo, pero también se debe informar del contenido, de qué pone”.

Cuentan que la bandera palestina “es un símbolo oficiosamente perseguido en muchas gradas desde octubre de 2023, con la excusa de que representa a un Estado en guerra. En otros puntos del estadio de Vallecas, en el lateral, si un particular exhibe esta bandera, seguridad podría ir a quitársela, porque a un individuo es más fácil que a un grupo”.

Por estos y otros motivos similares relacionados con la represión o su relación con el club, los grupos Iñigo Cabacas Herri Harmaila, Herri Norte Taldea e Hintxak, del Athletic Club de Bilbao; Tropas de Breogán del Celta y el Comando Marcador del Levante UD o Eskozia La Brava de la SD Eibar (estos en segunda división) hicieron pancartas o grafitis, pero fuera de sus estadios. Y en Segunda Federación (cuarta categoría), a los Chavs 71 de la AD Alcorcón les tocó prevenir la posible censura mostrando el mensaje por la sanción a Israel llevando, cada hincha, una letra distinta del mismo en su camiseta.

Sin embargo, en las categorías RFEF y más abajo una veintena de grupos de hinchas, muchos de ellos auténticos clásicos del mundo de las gradas, sí pudieron mostrar la tarjeta roja a Israel desde sus propias gradas: en Primera Federación lo hicieron South Side Taldea del Real Unión Irún; Iparlabeak del Sestao River y, en el mismo partido, los visitantes Verracos del Unionistas de Salamanca y los locales Indar Horibeltz del Barakaldo CF.

En Segunda Federación,  Desperdicis del Sabadell, Fendetestas del Compostela, Kolectivo Sur del Xerez Deportivo, Eskapulats del CE Europa, ATB Fanatiks del Atlético Baleares, Cornehools de la UE Cornellá, Dixebra Popular del UP Langreo y Siareirxs Granates del Pontevedra CF. En Tercera Federación se sumaron Karaduras del Carabanchel,  Portu Hools del Portugalete y Fanatics Aravaka del Aravaca CF.

E incluso hubo una hinchada de baloncesto, Indar Baskonia, del Baskonia gasteiztarra de la Liga ACB, que seguramente sea el único de todos los colectivos que se han unido a la campaña que juega regularmente contra un equipo israelí: lo hace en la Euroliga, competición semicerrada donde cada año se enfrentan al Maccabi de Tel Aviv, uno de los equipos más importantes del baloncesto europeo y, por tanto, una de las grandes banderas propagandísticas del Estado de Israel en el mundo del deporte.

Indonesia, Túnez, Colombia, Sudáfrica…

No queremos convertir este artículo en una sopa de letras de nombres de países, grupos hinchas, equipos y competiciones, pero sí destacar que se pudo ver el mensaje en competiciones continentales, las más importantes a nivel de club.

Fue en la Europa League a cargo del grupo UltrAslan del Galatasaray turco con una gigantesca pancarta de agradecimiento a los hinchas del Celtic; en la Champions CONCACAF de Norteamérica, a través de los Emerald City Supporters de Seattle Sounders; o en la Champions CAF africana, cuando los tunecinos Fedayn del Esperance Sportive apoyaron la campaña en su desplazamiento a Sudáfrica para enfrentarse al Mamelodi Sundowns.

Es llamativo el tremendo apoyo a la campaña en Túnez (13 grupos), pero es que en el norte de África se han sumado seis grupos ultras de Marruecos, uno libio, otro argelino y, con especial importancia, el tremendo simbolismo de que, en Egipto, se fotografiaron en las calles de El Cairo con la pancarta “Show Israel the red card” los Ultras Ahlawy, del Al-Ahly Sporting Club, muy perseguidos en su país. 

Ha sido también muy llamativo el seguimiento en las gradas de los dos países de mayoría musulmana del sudeste asiático: en Indonesia y Malasia una decena de hinchadas siguieron los pasos de los pioneros en esta parte del mundo, los Ultras Tranung del Terengganu FC malayo.

Llama la atención, esta vez para mal, el poco seguimiento en Latinoamérica, tierra de pasión por el fútbol y potentes “barras bravas” organizadas. Pero no faltó, claro, la pacífica hinchada del CD Palestino de Santiago de Chile, fundado en 1920 por la diáspora palestina en el país sudamericano y que, como club, ha apoyado esta y otras campañas; y la pasada temporada sacó una camiseta en homenaje a la Green Brigade que imita la del Celtic de Glasgow. Pero, en lo relativo a barras, solo se han unido algunas de las más abiertamente politizadas de Chile, México, Colombia, Brasil o Ecuador.

También fútbol popular y activistas

En Europa buena parte del apoyo a la campaña ha venido desde entornos activistas y del deporte popular más que del mundo de las gradas organizadas. Destacamos, eso sí, las excepciones: los franceses Porte 411 del PSG; los chipriotas Gate 9 del PAC Omonia; los belgas USG Antifa del Union Saint-Gilloise, los diez grupos de distintas categorías irlandesas o la decena que se han unido en Grecia, algunos de la importancia de Super 3 (Aris), Gruppo Autonomo Gate 10 (Iraklis) o 9-11 (AEK Atenas).

En Italia, cuna del movimiento ultra, el fútbol popular se ha volcado (29 clubes de todo el país), pero en cuanto a gradas solo encontramos a los tifosi de Pisa y Empoli en Serie A y de la Ternana en Serie C. Eso sí, fuera de los estadios aparecieron una pintada y una pancarta relacionadas con los dos grandes clubes de Roma: AS Roma y un minoritario grupo antifascista de la Lazio, Brigata Frustalupi. Precisamente este club ha firmado este mes de marzo un acuerdo de cooperación con los equipos israelíes Maccabi Tel Aviv y Maccabi Haifa.

En Alemania, país donde la solidaridad con Palestina está perseguida a derechas e izquierdas, el eco de la campaña no ha sonado dentro de los estadios, pero sí en sus alrededores: aficionados de a pie del FC Carl Zeiss Jena, activistas de Giessen y Bamberg… y un mural del grupo Warriorz, del St. Pauli de Hamburgo, en un parque de la localidad. Este último tiene un simbolismo especial, dado que el St. Pauli es un club profesional que se declara en sus estatutos “antifascista, antirracista y antihomofóbico” pero que llamó al orden a los “fan club” internacionales que se solidarizaron con la causa palestina tras el 7 de octubre.

Pero si hablamos de murales simbólicos, la palma se la lleva el icónico “You are now entering Free Derry” del barrio de Bogside de Derry, en el norte de Irlanda, convertido hoy en altavoz de reivindicaciones variadas. Bajo el mensaje de bienvenida pintaron un balón ensangrentado con el mensaje de la campaña; y frente a él se fotografiaron representantes de varios grupos hinchas de la ciudad de Derry como Razer o Derry Youth Ultras; acompañados de militantes políticos propalestinos.

Desde la propia Palestina

Aunque, sin lugar a dudas, los apoyos más especiales y valientes a la campaña han llegado desde la propia Palestina y las vecinas Líbano y Jordania. En el campo de refugiados libanés de Chatila y el palestino de Aida jóvenes jugadores y jugadoras de cantera del Al Karmel Sports Club y el Lajee Celtic, respectivamente, posaron con pancartas mostrando la reivindicación en varios idiomas.

Pero ojo, también hay ultras en el precario fútbol de la región que se unieron: Wehdaty Group 12, hinchas del club Al Wehdat SC fundado en los años 50 en otro campo de refugiados, en este caso en Amán y, en la Cisjordania ocupada, los Ultras Khalele del Shabab Al Khaleel SC, que mostraron en mitad del casco viejo de Hebrón este mensaje que ha dado la vuelta al mundo: “Show Israel the red card”.

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