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Galicia
El ‘agujero negro’ de la gestión de residuos peligrosos en Galicia al que la Xunta mira de lado
En el Concello das Somozas, comarca de Ferrolterra, se sitúa uno de las dos vertederos de residuos peligrosos que existen actualmente en Galicia. El Centro de Tratamento de Residuos Industriais de Galicia (CTRIG) es una infraestructura pública dedicada a la valorizaciónn y eliminación de este tipo de residuos. La Sociedade Galega de Residuos Industriais (Sogarisa), empresa participada por la Xunta en un 10%, gestiona este vertedero junto con una unión temporal de empresas, la UTE PMA-Conteco, desde finales del 2016.
Según admite su declaración de impacto ambiental, el CTRIG está localizado en la cuenca hidrográfica del río Mera, que abastece de agua a todos los núcleos poblacionales próximos, y a tan sólo 200 metros del espacio natural protegido ZEC Ortigueira-Mera, perteneciente a la Rede Natura 2000, que cuenta con ejemplares de flora y fauna recogidas en el Catálogo Galego de Especies Ameazadas.
Desde Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega), explican que este centro procesa más de 150.000 toneladas anuales de distintos tipos de desechos: residuos ácidos, cralmicos, nítricos y cianurados, así como aguas industriales, lixiviados de vertederos, residuos líquidos orga lanicos, pilas, baterías y fluorescentes.
Este vertedero, con una capacidad de 1.130.000 m³, está situado en el Polígono Industrial de As Somozas, donde también se instalan otras empresas dedicadas a la gestión de todo tipo de residuos como Xiloga, Ingaroil o Desguaces Armonía. “Casi todas las empresas ubicadas en este polígono han tenido un montón de episodios de vertidos y problemas ambientales”, afirma Fins Eirexas, secretario técnico de Adega. “El Polígono de As Somozas parece una especie de agujero negro donde se pretendía dar solución a todas las problemáticas relacionadas con los residuos industriales y lo que acabó siendo fue un foco de contaminación y de irregularidades.”
Vecinos y vecinas de los núcleos de poboación próximos al polígono soportan desde hace años episodios de malos olores y vertidos que deterioran su calidad de vida y afectan a sus explotaciones ganaderas y agrícolas. Los vertidos incontrolados acaban en ríos, parcelas y viviendas.
Contaminación con cal viva
El pasado 2022, Alejandro Castro, ganadero, vio cómo una nube tóxica procedente de las instalaciones de Sogarisa se extendía por los alrededores y manchaba con un polvo blanco la hierba en la que pastan sus animales. “Mi parcela está a 400 metros de Sogarisa, en cuanto vi la hierba blanca le pedí al ingeniero técnico agrícola que he contratado que hiciese un estudio”, explica Castro. El informe, al que ha tenido acceso El Salto, indica que la sustancia depositada en la hierba se trataba de cal viva, procedente de los procesos de inertización de los residuos peligrosos que almacena el vertedero. “Tuve que rozar toda la parcela y descartar el forraje que estaba teñido de blanco”. Alejandro se dirigió con el informe a la Consellaría de Medio Ambiente e Cambio Climático: “Sagrario Pérez, entonces directora general, ni siquiera miró el documento. Me dijo que todos los estudios eran favorables y que no tenía nada que mirar”.
A finales del 2023, Adega presentó una denuncia en la Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia para que investigase los posibles daños a la salud y al medio ambiente derivados de las actividades de Sogarisa en As Somozas, así como las actuaciones de la Xunta. Además, cursó una solicitud de información a la Dirección Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental para conoceer los resultados de los controles periódicos realizados por la Administración, pero le fue denegada. Esta información forma parte del expediente de Autorización Ambiental Integrada (AAI) concedido a Sogarisa para el cumplimiento de las condiciones impuestas para el desarrollo de su actividad.
Por su parte, Ecoloxistas en Acción y la Asociación de Consumidores de Galicia (Acouga) presentaron en el juzgado de instrucción de Ferrol una denuncia conjunta contra Sogarisa por estos episodios de contaminación. A comienzos de este año, la Fiscalía abrió un expediente por las irregularidades en la actuación de la empresa. En la comunicación de la Fiscalía Provincial de la apertura de diligencias preprocesales se estipula que los hechos descritos podrían ser “constitutivos de un delito contra los recursos naturales y el medioambiente y de un delito de prevaricación administrativa ambiental”. A finales del año pasado estas diligencias fueron archivadas al “no constar indicios de responsabilidad penal”.
“Ahora aprovechan los días nubosos para que no se note la humareda blanca”, explica Diana Fernández, ganadera, mientras señala la planta de Sogarisa desde a su parcela. Y sigue: “Hay días en los que no se puede ni respirar, pero llamas al 112 y aquí no aparece nadie”.
Ríos teñidos
Diana trabaja varias fincas que se encuentran a escasos metros de la planta Sologás, empresa dedicada al tratamiento y eliminación de residuos, así como a la elaboración de fertilizantes a partir de esos residuos. Vecinos y vecinas llevan denunciando desde hace años vertidos camuflados como enmienda orgánica, así como episodios de contaminación de prados, arroyos y ríos por causa de este fertilizante, también conocido como digestato.
“A un ganadero le pagan 500 euros por cada cisterna que echan en su finca”, explica Diana. “Hay gente que con el sello de calidad de Ternera Gallega está echando purín de Sologás de manera indiscriminada. Si fuera un abono tan bueno, ¿porque te pagarían para que lo eches en tu finca?”, pregunta. La asociación ecologista Arco Iris también denunció a comienzos del año pasado la descarga de residuos en parcelas que funcionan como vertederos ilegales.
Adega se desplazó hasta As Somozas para realizar análisis y conocer la composición y potencial contaminante en el suelo. Según un informe de la asociación, el resultado de los análisis realizados por el laboratorio del Departamento de Enxeñaría Química de la Universidade da Coruña confirmaron la presencia de “altos niveles de metales pesados superando los límites legales y cantidades totales de hidrocarburos que multiplicaban por más de 25 los máximos permitidos”.
El año pasado, el río Mera se tiñó de rojo a causa de un vertido de Sologás causado por la rotura de una tubería. “Llamamos a Seprona, pero llegó el de Sologás con un sobre y aquí no pasó nada”, relata Diana. Alejandro también recuerda cuando “el río Xubia estuvo teñido de blanco durante tres horas y media” y, tras llamar a Augas de Galicia, “lo único” que le dijeron fue que “no sabían de qué empresa del polígono venía ese vertido”, señala.
La opacidad de la Xunta
“Lo que debería ser una excepción, un vertido o un problema ambiental de vez en cuando, en Somozas es la norma”, destaca Fins Eirexas: “Por parte de la Administración hay un claro afán de que estas cuestiones no sean públicas”. Según explica Diana, Cristina Carrión, jefa territorial de Medio Ambiente de A Coruña, le pidió hace tiempo que registrase los pozos de sus parcelas: “El registro de los pozos implica que sean dominio público, lo que supone que yo ya no pueda hacer análisis del agua a título personal”.
El Bloque Nacionalista Galego (BNG) solicitó en el Parlamento la realización de inspecciones y controles en las industrias gestoras de residuos en As Somozas por los lixiviados y las lamas empleadas cómo fertilizantes en las parcelas, iniciativa que fue rechazada por el Partido Popular. “Los vecinos llevan sufriendo olores insoportables por la liberación de productos gaseosos debido a la mala gestión de los residuos”, afirma Víctor Manuel Anidos, concejal del BNG en As Somozas. El pasado diciembre su Grupo Municipal presentó una moción al Pleno con el propósito de demandar a la Xunta de Galicia la realización de inspecciones, así como la inversión en instalaciones que reduzcan los daños provocados por la contaminación, propuesta que fue rechazada con los votos en contra del Partido Popular. Según explica Víctor Manuel, el Concello recibe un 5% de la facturación anual de Sogarisa, “casi el 25% del presupuesto municipal”.
Las personas que viven en las distintas parroquias de As Somozas explican que muchas veces llegan al Polígono camiones de Portugal e Italia. Según el Plan de Residuos Industriais de Galicia, en el año 2020 un 23% de los residuos gestionados procedían de fuera de la comunidad autónoma. El propio informe reconoce, además, la necesidad de autorizar nuevos vertederos para el depósito de residuos industriales, ya que la capacidad restante construída en el año 2022 es inferior a la suma de las cantidades de residuos industriales vertidos entre los años 2016 y 2020.
Según los últimos datos del Ministerio, Galicia se encuentra entre las regiones con peor comportamiento en la gestión de residuos a nivel nacional, ya que el vertedero siegue siendo el principal método de eliminación. “Aquí no se gestiona nada, lo que hacen es enterrar e ir haciendo el vertedero más grande. Esto ocurre porque hay una Administración hiperpermisiva y que mira para otro lado en lugar de ejercer su función de control y de vigilancia de la salud y de seguridad ambiental”, remata Fins Eirexas.
Medio ambiente
Somozas: o buraco negro da xestión de residuos perigosos en Galiza
No concello das Somozas, comarca de Ferrolterra, sitúase un dos dous vertedoiros de residuos perigosos que existen actualmente en Galiza. O Centro de Tratamento de Residuos Industriais de Galicia (CTRIG) é unha infraestrutura pública adicada á valorización e eliminación deste tipo de residuos. A Sociedade Galega de Residuos Industriais (Sogarisa), empresa participada pola Xunta nun 10%, xestiona este vertedoiro xunto cunha UTE (PMA-Conteco) dende finais do 2016.
Segundo admite a súa declaración de impacto ambiental, o CTRIG está localizado na conca hidrográfica do río Mera —que abastece de auga a tódolos núcleos poboacionais próximos— e a tan só 200 metros do espazo natural protexido ZEC Ortigueira-Mera, pertencente á Rede Natura 2000, que conta con exemplares de flora e fauna recollidas no Catálogo Galego de Especies Ameazadas.
Dende Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega), explican que este centro procesa máis de 150.000 toneladas anuais de distintos tipos de refugallos: residuos acedos, crómicos, nítricos e cianurados, así como augas industriais, lixiviados de entulleiras, residuos líquidos orgánicos, pilas, baterías e fluorescentes.
Este vertedoiro, cunha capacidade de 1.130.000 m³, está situado no Polígono Industrial das Somozas, onde tamén se instalan outras empresas adicadas á xestión de todo tipo de residuos como Xiloga, Ingaroil ou Desguaces Armonía. “Case todas as empresas ubicadas neste polígono tiveron unha chea de episodios de verteduras e problemas ambientais” afirma Fins Eirexas, secretario técnico de Adega. “O Polígono das Somozas semella unha especie de buraco negro onde se pretendía dar solución a tódalas problemáticas relacionadas cos residuos industrias; e o que acabou sendo foi un foco de contaminación e de irregularidades.”
A veciñanza dos núcleos de poboación próximos ao polígono soporta desde fai anos episodios de malos olores e vertidos que deterioran a súa calidade de vida e afectan ás súas explotacións gandeiras e agrícolas. As verteduras incontroladas acaban en ríos, parcelas e vivendas.
Contaminación con cal viva
O pasado 2022, Alejandro Castro, gandeiro, viu como unha nube tóxica procedente das instalacións de Sogarisa se estendía polos arredores e manchaba cun po branco a herba na que pastan os seus animais. “A miña parcela está a 400 metros de Sogarisa, en canto vin a herba branca pedinlle ao enxeñeiro técnico agrícola que teño contratado que fixera un estudo,” explica Castro. O informe, ao que tivo acceso esta xornalista, indica que a sustancia depositada na herba se trataba de cal viva; procedente dos procesos de inertización dos residuos perigosos que almacena o vertedoiro. “Tiven que rozar toda a parcela e desbotar o forraxe que estaba tinguido de branco.” Alejandro dirixiuse co informe á Consellaría de Medio Ambiente e Cambio Climático: “Sagrario Pérez, entón directora xeral, nin sequera mirou o documento. Díxome que todos os estudos eran favorables e que non tiña nada que mirar.”
A finais do 2023, Adega presentou unha denuncia na Fiscalía de Medio Ambiente do Tribunal Superior de Xustiza para que investigara os posíbeis danos á saúde e ao ambiente derivados das actividades de Sogarisa nas Somozas, así como as actuacións da Xunta. Ademais, cursou unha solicitude de información á Dirección Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental para coñecer os resultados dos controis periódicos realizados pola Administración, que foi denegada. Esta información forma parte do expediente de Autorización Ambiental Integrada (AAI) concedido a Sogarisa para o cumprimento das condicións impostas para o desenvolvemento da súa actividade.
Pola súa parte, Ecoloxistas en Acción e a Asociación de Consumidores de Galicia (Acouga) presentaron no xulgado de instrución de Ferrol unha denuncia conxunta contra Sogarisa por estes episodios de contaminación. A comezos deste ano, a Fiscalía abriu un expediente polas irregularidades na actuación da empresa. Na comunicación da Fiscalía Provincial da apertura de dilixencias preprocesais estipúlase que os feitos descritos poderían ser “constitutivos dun delito contra os recursos naturais e o medioambiente e de un delito de prevaricación administrativa ambiental”. A finais do ano pasado estas dilixencias foron arquivadas, ao “non constar indicios de responsabilidade penal”.
“Agora aproveitan os días nubrados para que non se note a fumareda branca” explica Diana Fernández, gandeira, mentres sinala a planta de Sogarisa dende a súa parcela. “Hai días nos que non se pode nin respirar, pero chamas ao 112 e aquí non aparece ninguén”.
Ríos tinguidos
Diana traballa varias fincas que se atopan a escasos metros da planta Sologás, empresa adicada ao tratamento e eliminación de residuos, así como á elaboración de fertilizantes a partir deses residuos. A veciñanza leva denunciando dende fai anos verteduras camufladas como emenda orgánica, así como episodios de contaminación de prados, regos e ríos por mor deste fertilizante, tamén coñecido como digestato.
“A un gandeiro páganlle 500 euros por cada cisterna que botan na súa finca” explica Diana. “Hai xente que co selo de calidade de tenreira galega esta a botar xurro de Sologás de xeito indiscriminado. Se fose un abono tan bo, ¿Porque che pagan para que o botes na túa finca?”, pregunta. A asociación ecoloxista Arco Iris tamén denunciou a comezos do ano pasado a descarga de residuos en parcelas que funcionan como vertedoiros ilegais.
Adega desprazouse ata as Somozas para realizar análises e coñecer a composición e potencial contaminante no solo. Segundo un informe da Asociación, o resultado das análises realizadas polo laboratorio do Departamento de Enxeñaría Química da UDC confirmaron a presencia de “altos niveis de metais pesados superando os límites legais e cantidades totais de hidrocarburos que multiplicaban por máis de 25 os máximos permitidos.”
O ano pasado o río Mera tinguiuse de vermello por mor dun vertido de Sologás causado pola rotura dunha tubaxe. “Chamamos a Seprona, pero chegou o de Sologás cun sobre e aquí non pasou nada” relata Diana. Alejandro tamén lembra cando “o río Xubia estivo tinguido de branco durante tres horas e media” e tras chamar a Augas de Galicia “o único” que lle dixeron foi que “non sabían de que empresa do polígono viña ese vertido”, sinala.
A opacidade da Xunta
“O que debería ser unha excepción, un vertido ou un problema ambiental de cando en vez, en Somozas é a norma”, destaca Fins Eirexas: “Por parte da Administración hai un claro afán de que estas cuestións non sexan públicas”. Segundo explica Diana; Cristina Carrión, Xefa Territorial de Medio Ambiente da Coruña, pediulle hai tempo que rexistrara os pozos das súas parcelas. “O rexistro dos pozos implica que sexan dominio público, o que supón que eu xa non poida facer análises da auga a título persoal”.
O Bloque Nacionalista Galego (BNG) solicitou no Parlamento a realización de inspeccións e controis nas industrias xestoras de residuos nas Somozas polos lexiviados e as lamas empregadas como fertilizantes nas parcelas, iniciativa que foi rexeitada polo Partido Popular. “Os veciños levan sufrindo cheiros insoportables pola liberación de produtos gasosos debido á mala xestión dos residuos” afirma Víctor Manuel Anidos, concelleiro do BNG nas Somozas. O pasado decembro o Grupo Municipal presentou unha moción ao Pleno co propósito de demandar á Xunta de Galicia a realización de inspeccións, así como a inversión en instalacións que reduzan os danos provocados pola contaminación, proposta que foi rexeitada cos votos en contra do Partido Popular. Segundo explica Víctor Manuel, o Concello recibe un 5% da facturación anual de Sogarisa, “case o 25% do orzamento municipal”.
A veciñanza de distintas parroquias das Somozas explica que moitas veces chegan ao Polígono camións de Portugal e Italia. Segundo o Plan de Residuos Industriais de Galicia, no ano 2020 un 23% dos residuos xestionados procedían de fóra da comunidade autónoma. O propio informe recoñece ademais a necesidade de autorizar novos vertedoiros para o depósito de residuos industriais, xa que a capacidade restante construída no ano 2022 é inferior á suma das cantidades de residuos industriais vertidos entre os anos 2016 e 2020.
Segundo os últimos datos do Ministerio, Galiza atópase entre as rexións con peor comportamento na xestión de residuos a nivel nacional, xa que o vertedoiro segue a ser o principal método de eliminación. “Aquí non se xestiona nada, o que fan é soterrar e ir facendo o vertedoiro máis grande. Isto acontece porque hai unha Administración hiper permisiva e que mira para outro lado en lugar de exercer a súa función de control e de vixilancia da saúde e de seguridade ambiental”, denuncia Fins Eirexas.