Faro de Vigo despide a su trabajador número 20 en una década mientras firma beneficios de 2,5 millones

El comité de empresa y el Colexio de Xornalistas reprueban la decisión de la empresa del grupo catalán Prensa Ibérica y convocan una protesta semanal en las redacciones del periódico por toda Galicia.
Faro de Vigo sede
Oficinas del Faro de Vigo en Redondela. Foto: Wikipeedia Commons HombreDHojalata
16 abr 2025 17:29

La empresa que edita el diario Faro de Vigo ha despedido a su trabajador número veinte en poco más de una década. Así lo ha hecho público el comité de empresa amparado, además, por el Colexio de Xornalistas. Aunque despidos ha habido bastantes, la profundidad de la cifra es, en realidad, más grave: han sido veinte los puestos de trabajo eliminados de una plantilla que ya vio mermada su fuerza de trabajo tras un ERTE durante la pandemia de Covid-19 y que, ahora, según el Registro Mercantil, ya solo cuenta con 142 personas trabajadoras para toda Galicia y la elaboración diaria de seis ediciones. El dato es del año 2023, el de las últimas cuentas presentadas, de donde también se desprende que obtuvo un beneficio de 2.552.023,95 euros.

La solvencia económica de la empresa dirigida por Juan Carlos da Silva, pero controlada desde Catalunya por el grupo Prensa Ibérica de la familia Moll-Sarasola, ha hecho que el comité de empresa del diario se haya revuelto más que nunca: “A nosotros y nosotras no nos parece una buena estrategia de futuro ni de presente reducir gastos de personal despidiendo trabajadores y trabajadoras para aumentar la cuenta de resultados”, denuncian desde el comité en conversación con El Salto.

La respuesta de la dirección de la empresa hasta ahora, explican, “es el silencio”. Pero no es ninguna novedad. “Así viene siendo en todos los temas que le plantean los representantes de las personas trabajadoras, a las que ningunean constantemente en sus demandas, entre ellas la solicitud de medidas de conciliación de vida laboral y personal o el teletrabajo”, explican desde la redacción. 

Además, aunque aseguran que la calidad informativa sigue estando garantizada por la profesionalidad de la plantilla, “cada vez asumen más tareas y tienen mayor sobrecarga de trabajo”, algo que no solo afecta a sus vidas y a su salud, sino que si persiste la estrategia de la empresa, puede acabar teniendo un efecto directo en la cobertura de la información local y gallega y en la opinión pública: Faro de Vigo es el segundo diario más leído de Galicia. De hecho, el propio comité amplía sus quejas a respecto de la negociación de la vida en sus centros de trabajo: “Actualmente estamos en una AGA para intentar sacar adelante el Plan de Igualdad, tras cuatro años de negociación infructuosa”.

Por ahora, ni la empresa ni el área de recursos humanos han tenido a bien responder a las preguntas de El Salto a este respecto.

Una empresa engordada con millones de dinero público

La empresa Faro de Vigo y el grupo Prensa Ibérica —editan también La Opinión de A Coruña y El Correo Gallego— han gozado, desde la instauración del régimen del 78, de la sintonía política necesaria con las dos grandes organizaciones políticas del bipartidismo. Eso se traduce, en esencia, en haber recibido millones de euros en ayudas directas a la prensa y en cientos de contratos publicitarios a dedo de los gobiernos del Partido Popular y del PSOE. No solo de la administración local de Vigo de Abel Caballero, donde resulta complejo encontrar informaciones críticas con su gestión, sino también con cualquiera de las diputaciones gallegas, las entidades dependientes de la Xunta de Galicia y también del Gobierno del Estado.

A eso habría que sumarle, además, las ingentes cantidades de dinero público recibido por la publicidad de subcontratas como Aqualia o FCC y de empresas públicas como Adif o Aena, entre otras decenas. Mucho más complejos de fiscalizar por la falta de transparencia de las entidades.

El Colexio de Xornalistas reprueba a la dirección

El Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia, la única entidad que, además de los sindicatos, representa al colectivo, ha reprobado duramente la decisión de la empresa: “Si la pérdida y precariedad de los periodistas ya es preocupante por la reducción de la calidad de la información, es aún más grave en un periódico que ha presentado buenos resultados económicos todo este tiempo, con un beneficio en el último ejercicio presentado a los trabajadores, el de 2023, de 2,5 millones de euros”, explican en el comunicado emitido este miércoles.

El Colexio, que ha hablado con las personas trabajadoras y les ha ofrecido su mano, ya ha expresado en numerosas ocasiones “que los recortes de plantilla son un síntoma más de la precariedad del trabajo de los periodistas, que se ven obligados a producir un mayor volumen de información en menos tiempo”. El resultado de esta situación, dicen, “es el menoscabo del derecho a la información de los ciudadanos, así como un aumento del descrédito de la profesión. Es inaceptable que, con el simple deseo de aumentar los ya considerables rendimientos económicos, las empresas de medios de comunicación condenen a los profesionales al desempleo, olvidando que sin periodistas el periodismo y la información no son posibles”.

Una protesta inspirada en la lucha sindical y social de la CRTVG

Con motivo de esta maniobra de la empresa, trabajadores y trabajadoras han acordado vestir cada miércoles de negro en sus puestos de trabajo. Emulando la inspiradora y conocida protesta de la plantilla de la Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG), las empleadas de Faro de Vigo han creado su propia denuncia, los 'mércores negros'.

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