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Genocidio
El reparto de comida en Gaza se convierte en una masacre con más de 500 palestinos muertos en un mes

Desde comienzos del mes de junio, los titulares sobre el número de palestinos asesinados por ataques del ejército israelí mientras esperaban un paquete de alimentos o se dirigían a un punto de distribución de ayuda humanitaria han sido diarios. La puesta en manos de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF por sus siglas en inglés) del reparto de comida y asistencia básica ha venido acompañada por un número de víctimas palestinas inaceptable desde cualquier punto de vista.
Algunas organizaciones internacionales han criticado duramente la labor de GHF. Es el caso de Médicos Sin Fronteras (MSF), desde donde consideran que “con más de 500 personas asesinadas y casi 4.000 heridas mientras buscaban comida, este plan es una masacre disfrazada de ayuda humanitaria y debe ser desmantelado inmediatamente”. MSF ha exigido a las autoridades israelíes y a sus aliados que levanten el asedio a los alimentos, el combustible y los suministros médicos y humanitarios, y que vuelvan al anterior sistema basado en principios humanitarios, coordinado por la ONU.
“Los cuatro centros de distribución, situados en zonas bajo control total de las fuerzas israelíes tras el desplazamiento forzoso de la población, tienen el tamaño de campos de fútbol y están rodeados de puestos de vigilancia, montículos de tierra y alambre de espino. Están vallados y solo tienen un punto de acceso para entrar y salir”, explica Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de MSF en Gaza. “Los trabajadores de la GHF dejan caer los palés y las cajas de comida y abren la valla, permitiendo que miles de personas entren a la vez para luchar hasta por el último grano de arroz”.
“Si la gente llega pronto y se acercan a los puestos de control, les disparan. Si llegan a tiempo, pero hay una aglomeración de personas y estas saltan los montículos y las alambradas, les disparan”, dice Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras en Gaza
“Si la gente llega pronto y se acercan a los puestos de control, les disparan. Si llegan a tiempo, pero hay una aglomeración de personas y estas saltan los montículos y las alambradas, les disparan. Si llegan tarde, no deberían estar allí porque es una ‘zona evacuada’, les disparan”, añade Zabalgogeazkoa.
A medida que han continuado los repartos, los equipos médicos han observado un marcado aumento del número de pacientes con heridas de bala. En el hospital de campaña de MSF en Deir Al Balah, el número de pacientes con heridas de bala aumentó un 190% la semana del 8 de junio, en comparación con la semana anterior.
Algunos oficiales y soldados israelíes han asegurado al periódico Haaretz que los comandantes han ordenado a las tropas disparar a las personas que acuden a los centros de distribución de la GHF para alejarlas o para dispersarlas cuando se producen aglomeraciones, incluso si no suponen una amenaza para los uniformados.
Desde MSF recuerdan que “la ayuda no debe ser controlada por una parte beligerante para favorecer sus objetivos militares” y afirman que las autoridades israelíes “han utilizado una táctica deliberada de privación de alimentos contra los palestinos de Gaza”.
Palestina
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Bendecida por Israel e impuesta por Estados Unidos como parte del “plan riviera” anunciado por Donald Trump, la Fundación Humanitaria de Gaza comenzó a finales de mayo la distribución de ayuda humanitaria a la población del territorio palestino bajo asedio.
GHF no tiene recursos, empleados ni almacenes sobre el terreno, pero tiene el apoyo de la administración Netanyahu, responsable del posible delito de genocidio que, según la Corte Internacional de Justicia, está produciéndose en Gaza.
Creada este mismo año en Ginebra (Suiza), la Fundación Humanitaria de Gaza está formada por agentes de la inteligencia estadounidense y exmarines. Un artículo de The Washington Post publicado a finales de mayo explicaba que los propios impulsores del proyecto reconocían que se trata de una “entidad completamente nueva... que no cuenta con proyectos ni resultados previos en los que basarse”.
Esa falta de experiencia no solo se aplica sobre lo logístico sino también en el escepticismo hacia su propia financiación. GHF se fundó en febrero de este año y ya ha recibido, según ha informado Reuters, 100 millones de dólares de un donante anónimo. Pero el hecho de proceder de EEUU y venir avalada por la Administración Trump fue el motivo inicial de su nacimiento en Suiza, un hecho que se ha visto truncado esta semana.
El pretexto para su papel como principal designado para la distribución de la ayuda es que Hamás “no obtenga paquetes de alimentos”. Su papel ha sido cuestionado desde el comienzo por organizaciones de la sociedad civil.