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Hemeroteca Diagonal
La 'lotta' continúa, pero de otra manera
El icono de la vanguardia italiana Nanni Balestrini acude a la Feria de libros radicales Literal.
Nanni Balestrini, escritor, artista visual y poeta, asistió a la Fira Literal en calidad de poeta y escritor, aunque en esta última categoría no se sienta tan cómodo. "Yo no soy escritor, soy poeta, fui escritor en un momento de vida en el que me interesaba mucho lo que estaba pasando", afirma.
La revolución de los años 60 y 70 en Italia fue la representación de la unión del movimiento estudiantil y el proletariado, dos agentes movilizadores clave para el triunfo de una revolución, aunque en su momento no fuera así.
Balestrini participó activamente en el proceso de transformación político de la época y llegó a ser acusado por el Estado de pertenencia a las Brigadas Rojas, organización de lucha armada de carácter marxista-leninista, lo que le llevó a exiliarse a Berlín.
Escribió sobre la revolución y teorizó sobre ella. En La horda de oro hizo un repaso histórico clave de la lucha proletaria y la revuelta intelectual de toda una década, sin punto y seguido, como una concatenación de sucesos que se retroalimentan para formar un todo.
"Si la angustia de los primeros años sesenta había sido uno de los estímulos de la revuelta, el 'miedo' obrero produce una idéntica desesperación", explica.
Fue una Italia de literatura de combate, de observación de la realidad, pero según Balestrini, él no hizo un estudio de esa época, simplemente la vivió y la contó. Un poco Gabo, un poco agnóstico de la Revolución y de palabra kamikaze, matiza: "Yo no soy historiador, no soy un estudioso. El escritor solo tiene que saber escribir bien, aunque sea historia". Frunce el ceño y se ríe.
Entra rápido una valoración del movimiento autónomo, de las luchas que confluyeron y las que están actuando en este momento.
¿Cómo han evolucionado las luchas sociales desde los años 70? ¿Siguen teniendo el mismo peso?
El movimiento de los años 70 ya pasó, sólo han pasado 50 años y en ellos el mundo no cambia. No, no lo creo. El mundo se ha rebelado en cada momento de una forma, los tiempos van transformándose pero no cambian tanto…Obviamente que ahora no se hará la Revolución como en los años 70, como no se hizo en esa época la Revolución Bolchevique o la Revolución Francesa. Cada una es diferente.
No hay un molde para hacer la Revolución.
Cada lugar tiene un modelo, no existe un modelo genérico. Las luchas se van adaptando. Aunque el mito italiano sigue y me gusta porque fue un momento de mucha literatura.
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No escribe historia, pero forma parte de ella. Fue uno de los cofundadores del grupo del 63, escritores jóvenes de varios países con la necesidad de transformar la sociedad e innovar. Inspirados por las vanguardias del primer tercio de siglo, pensaron sobre política y cultura desde una mirada e ideología multidisciplinar, nunca al servicio de un dogma político.¿Cómo ve el papel de los escritores y artistas como agentes de transformación revolucionaria? ¿Dónde ha quedado el papel del intelectual orgánico?
Son artistas, no son políticos. Puede interesarles la política como al taxista, como al camarero. Pueden participar en manifestaciones, de la experiencia colectiva, votan a un partido o a otro pero si los artistas escribieran condicionados por la política, serían una cultura, una música o unos versos muy malos.
Curiosamente, La Fira Literal a la que Balestrini asiste como invitado, es una feria donde confluyen muchos autores y autoras que utilizan la ideología como herramienta de creación, con el subtítulo 'Feria de libros radicales'.
¿Cree que los libros tienen una función transformadora?
No. Hay libros muy bonitos de muchos autores, también míos, pero los libros no cambian el mundo, algunas veces cambian la mente de la gente. Lo más importante es que si se consigue cambiar la mente de la gente a través de un libro puede haber un buen resultado, quizás un cambio. Pero no más allá de esto.
¿Recomendaría a algún escritor transformador?
Iba a decir una cosa mala pero no la digo…
Dila (la traductora le insiste).
La mayoría de escritores son unos cínicos y unos narcisistas. A mí, por ejemplo, me hace ilusión, me gusta, que los libros sugestionen mentes, pero si no lo hacen me da igual.
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Se dispersa la entrevista en un momento y gira la cabeza señalando a un chico que escucha atento las palabras del "no escritor". "Ése de allí es un anarquista peligroso, lo apunta todo…luego escribirá algo", dice Balestrini.El escepticismo en su cara se hace evidente cuando habla del papel del obrero y la opresión del capitalismo actual.
En estos momentos las máquinas tienen un papel en el trabajo en general, tanto en los obreros como en los escritores. Las máquinas se han ido introduciendo de una manera que han sustituido al trabajador, pero aun así la sociedad sigue trabajando seis días a la semana en vez de tres o cuatro. Por otro lado, este tipo de introducción no ha contribuido a la mejora social, ni a los derechos de los trabajadores.
¿Se ha convertido en precariado?
Es siempre el trabajo explotado de otro modo, ahora de un modo peor.
Cansado de la tanda de entrevistas. Parece que le apetece hablar de otros temas. De Italia está también cansado, de lo estático, de lo que no cambia. Hoy ha dado una conferencia conducida por Iván Miró. Ha acabado leyendo poesía, otra forma de lucha en la que su palabra ágil e inteligente permanece incendiando conciencias.